Como ya dijimos hace un par de reflexiones anteriores, mi
infancia fue bastante peculiar entorno a los sueños que un niño normalmente
sueña, ya que cuando los compañeros de clase hablaban de sus sueños durante el
recreo o entre clases, yo veía una particularidad que a los demás no les
ocurría y a mi SI. Y era que a ellos cada noche era un sueño diferente, en
cambo para mi cada noche mis sueños continuaban como si fueran capítulos de una
serie, en el mismo lugar dónde lo había dejado la noche anterior.
A pesar de que hace mucho tiempo que dejé la infancia atrás,
ahora con 24 años y tres cuartos que tengo, aún me sigue ocurriendo, pero ahora
tienen otro nombre y son los Viajes a la Quinta Dimensión (5D) con los Seres de
Luz maravillosos. ¡Quizás sea especial pero lo cierto es que me siento
diferente que los demás, siempre ha sido así! ¿Saben por qué? Porque sé que he
venido a este tiempo específico a colaborar con el Plan Divino para la
ascensión a la 4D, y de hecho hace un par de años que ejerzo como tal, y adoro
hacerlo. ¡Deberían probar!
Apunten bien lo que les acabo de decir, porque la reflexión
de hoy es un poco peculiar, lo que estoy a punto de contarles, es un viaje de
nuevo a los Jardines de Agartha, esta vez concretamente en las afueras de la
ciudad de luz llamada Posid, que se sitúa debajo de Brasil, allí me encuentro
con un Arcángel muy importante para mí, si vieron la reflexión sobre cómo se
convirtió a ser el Arcángel Salvador en lo que es ahora, sabrán de quién estoy
hablando, es de mí tío que murió cuando yo tenía ocho años de edad, que ya era
un ángel encarnado. Y si digo que es peculiar, es porque la primera parte
ocurrió el miércoles y la segunda parte el jueves de esta misma semana, así es,
es como anteriormente le decía “un sueño continuado”.
Miércoles
Mis pies tocan por fin el suelo debajo de un Sol espléndido
y brillante, un calor agradable de esas que ni se pega la túnica en la piel ni
parece que no lleves nada y tengas frío. Mis pies desnudos se hundían con la
tierra del campo de Azucenas. Hecho la vista al frente y a lo lejos se
difuminaba el rostro de la ciudad de luz de Posid, reconocida en mi corazón tan
bella y tan grande, casi tan grande como Telos, a pesar de ser consciente de
que no estaba en un viaje astral sino que había bajado a Agartha de forma
físicamente, veía las cosas mucho más vivas, en el viaje Astral se notan igual
pero cuando bajas físicamente las sensaciones son más fuertes y más bonitas y
brillantes.
Sentado en medio del camino que yo me estoy dirigiendo, hay
un árbol de melocotones, y debajo de la copa de los árboles y los grandes y
hermosos frutos está el Arcángel Salvador, con su melena castaña hasta los
hombres (al estilo Harry Potter sus primeras películas), su túnica blanca con
tones violetas, su gran rayo el violeta, transmutación, y sus grandes alas de
Arcángel blancas y largas. Cuando llego a sus pies, él me sonríe y yo le
contesto igual, me siento encima de sus largas piernas y paso mis brazos
alrededor de su cuello hermoso y nos abrazamos, notando así su corazón que late
con mucha fuerza en vibración del AMOR INCONDICIONAL, igual que el mío.
“Bienvenida mi
querida y amada Flor de Lys, pensaba que no habías recibido mi llamado”
dice con su voz masculina hermosa, que hacía tiempo que no escuchaba. Y yo le
digo “En cuanto lo he escuchado me he
venido para aquí, he dejado a Uriel haciendo guardia en casa, y aquí estoy.”.
Cuando bajo físicamente alguien se tiene que quedar para avisarme por si acaso
alguien me viniera a “despertar” y no me encontrase, se preocuparían mucho en
casa, sobre todo porque no saben que me ocurre esto, porque ellos todavía no lo
tienen escrito en su destino, no en esta vida.
El Arcángel Salvador me dijo que hace cuatro meses que se ha
instalado en Agartha, después de bajar en su rostro físicamente de las esferas
superiores (más arriba de la ciudad de Almas que os hablé el otro día), para
seguir colaborando con el Plan Divino de momento desde Agartha, pero en 2024
tiene la posibilidad de volver a la superficie, de momento no sé mucho sobre
eso así que os hablaré lo justo en cuanto sepa más información.
De pie ambos, nos vamos caminando por el camino dejando
atrás la ciudad de Posid, para irnos a su nuevo hogar, una caseta hecha con los
mismos materiales que los templos con tonos violeta y azules. Una casita sin
que sea nada ostentoso, todo muy sutil, rodeado por el campo de azucenas,
entramos a dentro es pequeña pero bonita, es parecida a una cabañita en medio
del bosque pero hecho de cristal de esos colores. Solo tiene una habitación, y
en el centro tiene un centro de luz violeta y otro al lado azul.
“¿Cómo es que te han
enviado aquí?” le pregunto y él me dice “Dos días antes de venir aquí, Dios me llamó y fui a su casa, porque
quería hablar conmigo, y me dijo que tenía que venir aquí para ser los ojos y
los oídos de Gaia” pongo una cara de sorpresa al mismo tiempo de no
entender mucho a lo que se refiere, pero él prosigue y dice “Gaia está enferma desde hace años, y para
ayudarla muchos de nuestros hermanos estamos intentando saber qué le ocurre, a
través de estos dos rayos podemos saber qué le ocurre, ya que uno representa a
sus ojos y otro sus oídos.”. No puedo evitar interrumpirle y hacerle una
pregunta “¿Pero si veis lo que está
pasando, no podréis ayudarla?” él me sonríe y me contesta “¡Ay mi querida Flor de Lys! ¿No has
entendido bien? Estos dos rayos no pertenecen al presente, sino en el futuro”.
De alguna forma que no recuerdo ahora, de repente tuve que
volver a casa, porque ya estaba sonando el despertador y mí día empezaba de
nuevo. No me pude despedir, pero mientras que trabajaba por la mañana
repartiendo las cartas por mi barrio, hablaba con Uriel de lo que me había
dicho El Arcángel Salvador, y él ya lo sabía, él ya sabía que hay algunos
Arcángeles que cuando no tienen ningún protegido asignado pueden ocuparse de
otros trabajos, mientras esperan a que se les otorguen a alguien en particular.
Ese entre tiempo, lo
llamamos así porque cuando tú protegido deambula por el Astral de forma en que
no se ha podido hacer nada para evitarlo, o también cuando un alma más
ascendida decide convertirse en ángel o decide ir durante un largo tiempo a
explorar el universo. Solo en ese momento, es cuando los Arcángeles podemos
hacer otro tipo de trabajo dentro de nuestro rayo, claro está, solo hasta que
el protegido regrese o se otorgue a alguien nuevo.
Arcángel Uriel.
Me resultó muy familiar ya que Uriel lo tuvo que hacer
cuando con Orange decidimos tras la última encarnación irnos a casa a Arcturus,
como Uriel es un Arcángel de la Tierra no podía acompañarnos en el caso que
hubiera renunciado “temporalmente” a no ser Arcángel y solo un compañero de
viaje, pero en ese momento Uriel decidió quedarse y no tuve más remedio que
aceptar su decisión y respetarla.
Jueves
Antes de irme a dormir le había pedido a Uriel suplicándole
que debido a un día bastante cargado de cosas, que se pusiera en la cama y me
abrazase, porque realmente lo necesitaba. Y en medio de la concentración de la
respiración, entro en 4D cuando noto como desde atrás, desde mi espalda me
empieza a abrazar Uriel tan hermoso como siempre, por eso lo AMO
INCONDICIONALMENTE. Le quería agarrar de la mano y darle las gracias, pero de
hecho, de repente he notado como si cayera de la cama, como si hubiese un
enorme agujero en medio de la cama y cayera a gran velocidad sin ver a dónde
iba, hasta que al final he caído de nuevo en el campo de azucenas, había vuelto
a casa del Arcángel Salvador, sin saber que volvería al día siguiente.
Entré en su cabaña y lo pillé dentro del haz de luz violeta
en pleno trance, me puse a un lado pero él de repente me agarró de la mano y me
obligó a sentarme al suelo justo delante de él, sin dejar mi mano vi como
quería que le diese la otra mano le hice caso y cerré los ojos, me relajé,…
Repentinamente abrí los ojos y me di cuenta de que volvía a
estar en la superficie, pero no en Manlleu sino en Nueva York en pleno Time
Square en hora punta, a mi lado con las manos agarradas a mi estaba el Arcángel
Salvador. Aluciné. La gente deambulaba por la calle pero no parecía que se
dieran cuenta de que nosotros estábamos allí, era increíble.
Dios está en todas
partes, Dios lo ve todo.
Arcángel Salvador.
Me sentía como Dios, así debe ser como debe saber de
nosotros a todas horas, pero multiplicado por infinito, por todos los universos
posibles e imposibles, con sus respectivos planetas, estrellas y habitantes de
todas las razas posibles e imposibles. Es impresionante. Seguíamos sentados en
el suelo, no lo quería molestar así que no le interrumpí su concentración.
“Cuando queremos
podemos veros sin tener que subir, el rayo violeta en este caso son los ojos de
GAIA” él dijo sin abrir los ojos durante un par de segundos pero enseguida
nos pusimos de pie pero no nos movíamos, de hecho me dijo que no lo hiciera
porque solo era un holograma, y seguíamos de alguna forma en su cabaña. “Pero no lo podemos controlar, solo GAIA nos
deja ver lo que realmente hay que intervenir, si fuese ese el caso”,
añadía.
Yo seguía asombrada, en ese preciso instante recordé que
hacía unos meses había formulado una pregunta de forma telepática mientras
volvía de mi viaje en Tarragona, que era la siguiente “¿Cómo nos pueden ver los
Maestros residentes en Agartha si dicen que no pueden subir todavía?”, ya sabía
de antemano que tenían varios métodos, pero este, ni se me hubiese pasado por
la cabeza.
“¿Qué hacemos en
Nueva York?” le pregunté y él contestó “¿Ves ese señor que está tumbado en la cera?” entre la multitud
delante de la tienda Kodak había un vagabundo sentado viendo la gente pasar, lo
observaba mientras que escuchaba al Arcángel decir “Ahora él tiene familia y trabajo, pero en tres meses lo va a perder
todo. Y si vamos más en el futuro, si GAIA nos lo permite”, enseguida el
tiempo empezó a correr tan rápido que no podía verlo con claridad, hasta que se
paró en el mismo lugar pero más en el futuro “En seis meses morirá en la calle congelado”. No entendía muy bien
su metáfora, “¿Y ves a ese niño de allí
de siete años?” de cara norte venía un niño rubio con ojos azules preciosos
que se dirigía directamente hacia el vagabundo, volvíamos atrás en el tiempo y
se podía observar como el niño lleva en su mochila una manta, que le otorga al
vagabundo dos noches antes a su muerte, volvemos al futuro y él dice “¿Qué ha cambiado?”. Me quedo
sorprendida de que el vagabundo seguía vivo, al haber tenido más mantas dónde
refugiarse del frio.
Entonces le pregunté “¿Y
porque no has vuelto en el tiempo y le has dicho que no pudiese perder su
empresa y su familia, así lo salvarías?” y él contestó “Si hiciéramos eso, ¿de qué serviría
aprender si el alma ha venido a experimentar para crecer? No se puede cambiar
sus errores, pero sí que facilitarle alguna pequeña solución”. ¡Cuánta
razón tiene, por Dios todo poderoso! Entonces él me explicó que así es cómo
GAIA intercepta los momentos en que predice un peligro a diferentes escalas,
entre personal, laboral o mundial.
Regresamos a la cabaña casi enseguida, tras recorrer el
mundo entero sin haber pisado nada. Hemos visto gente cantar, gente discutir,
animales muriendo solos, otros en familia, etc… cuando tenía que regresar a la
superficie, le pedí un abrazo y le dije “El
pequeño de los más pequeños detalles, puede dar grandes soluciones”. Y regresé a casa.
Recomendación: You are my home – Man of Leisure.
HR.
HERO&Corporation.