viernes, febrero 14, 2025

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 210 [3T]

 

Nos saltamos la hora, porque los profesores nos hicieron un rastreator, es decir, nos obligaron a revisar las maletas, los estuches, los cajones, las taquillas y los bolsillos, porque querían encontrar el arma del crimen. Pero no lo consiguieron, sin arma del crimen no hay delito. Incluso nos interrogaron por separado a todos los del curso, y nadie dijo nada, yo simplemente fui yo misma, en ningún momento me tembló el pulso porque por dentro me decía <tres, y acción>.

Al no encontrar de nuevo el culpable y para evitar una tercera vez (aunque tenía muchas ganas, nunca volví a hacer nada), tomaron medidas, las clases cerradas cuando no hubiese nadie dentro, fue cuando al curso siguiente pusieron algunas cámaras en los pasillos. Nunca pillaron al culpable, pero tampoco culparon ni al Guillem ni a la Carla, al haber ocurrido una segunda vez y tan solo a una semana y media de diferencia, de alguna forma les salvé. Así que la reparación de la taquilla que fue un coste de 80€ se lo comió el AMPA y el castigo nunca se pudo impartir.

Ahora viene la pregunta del millón de euros, ¿aprendieron algo el Guillem y la Carla? Pues si. Estaban algo cagados, se les veía, porque la gente de la clase empezaban a desconfiar sobretodo de Guillem por ser un boca-chancla, aprendió que si alguien te cuenta su vida, no deberías contarla por ahí, la confianza es importante. La Carla, empezó a entender que tenía que ser clara con sus sentimientos y empezó a ser ella misma independientemente de los comentarios de los demás. Al fin y al cabo, yo me quería vengar, pero me salió a darles una lección de forma sutil pero fuerte. En esto, ni Uriel ni Gabriel ayudaron a hacer el plan, todo fue obra mía.

En una clase de informática, el tutor se me quedó sentado a mí lado en su ordenador, y allí me di cuenta de que se había maquillado, llevaba rímel, colorete e incluso sombras de ojos muy sutil, como si pareciera que lo llevase al natural. No debería hablar de esto, porque a mí no es que me resultase raro, pero como estamos en los tiempos que estamos y todo el mundo quiere saber mí opinión al respecto, lo voy a comentar.

Yo no me maquillo, pero respeto a la gente que sí y respeto igual de qué género sea. Si el tutor se sentía mejor así, ¿qué tengo que decir que está mal por ser un chico? ¡Qué va! Ya sabía que era gay, pero tampoco quiero decir que por ser gay, ya, ya se tiene que maquillar… no, porque seguro que habrá chicos sin ser homosexuales que se maquillen (no me refiero a los góticos que esos ya se les ve). ¿Por qué hemos asociado el maquillaje solo a las mujeres codificando así algo que fue en realidad creado por hombres? El tiempo en el cual nos encontramos estamos intentando igualar todo al máximo posible, así que no sé qué estoy comentando por ustedes que leen esto.

Cuando ya se estaba llegando al final del curso, en la Salle se celebraron las Jornadas deportivas de La Salle, aprovechando que era el aniversario del colegio, durante cuatro días no haríamos clase, solo actividades tanto deportivas como talleres especiales e únicos. Aunque yo solamente estuve tres días, porque al tercer día tuve que irme a la tarde de boda, una compañera de trabajo de mí padre nos invitó a su boda.


Me lo pasé tan bien… para las jornadas deportivas, tuve que apuntarme a un equipo de voleyball con las chicas de clase (el profe lo organizó todo), ya lo he comentado muchas veces, a mí el deporte se me da de fábula. Nos pusimos de acuerdo, y fuimos todos de un color de camiseta, creo que fue azul, no lo recuerdo bien. Las amigas que me habían tocado, en realidad no eran las de clase de la secundaria sino las de primaria, iba con la cristina, la Ariadna y más… ellas a pesar de todo siempre me habían querido un poco… al igual que íbamos juntas a aerobic (ahora se llama Zumba) durante ese año, el extraescolar que hice fue aerobic todos los jueves de cinco a seis de la tarde en el gimnasio del colegio.

Empecé a pensar que si me hubiesen puesto en el C en vez del B la situación sería algo muy diferente, pero por alguna razón que desconocía completamente (y sigo sin saberlo) alguien o algo me puso en el B, junto con todos los pijos de Manlleu, gente que al parecer tenían la compasión ni en el agujero del culo. Porque durante esas jornadas, volví a pasármelo bien con los compañeros, con los que llevaba desde tan pequeños juntitos, era simplemente hablar del B y ya me picaba la piel.

Nuestro equipo ganó una medalla porque quedamos primeras en las jornadas, ¡qué alegría! Luego asistí en un taller de música étnica africana, que terminamos tocando los tambores todos juntos y también se juntaron las árabes, ¡qué divertido fue! Asistí en un taller de cerámica y en un taller de informática avanzada, me lo pasé en grande. Volví a sonreír en el colegio y por tan solo unos días, me sentía bien entre esos muros, pero cuando regresaron las clases, todo regresó a la normalidad.

En la boda, aunque me salté cosas de las jornadas, me aburrí bastante. Se casaba la compañera del trabajo de mí padre que se llamaba Silvia, la ceremonia fue religiosa en la iglesia de Tavertet, y luego el resto fue en una casa de campo creo que era la masia Pi-guillem, pero no recuerdo el nombre. Otra compañera que era la nuera del jefe de mí padre, estaba embarazada de siete meses del futuro de la empresa, iba a ser un niño llamado Martín como el abuelo (el jefe de mí padre). No conocía a nadie y a mí me tocó estar en la mesa de los niños, comimos pollo con patatas, me aburrí bastante la verdad. Me parecía muy vergonzoso que con 13 años tuviera que ir a la mesa de los niños… ya era mayor para eso, ¿no?

Fue la boda más aburrida en la cual asistí, recuerdo que estuve todo el tiempo sentada, sin hablar con nadie, acompañada de Uriel, hacían música y no me apetecía bailar, solo quería irme a casa y hacer como si este día no hubiese existido, mientras que para los novios era el mejor día de sus vidas, para mí era un día aburrido y sin sentido. Yo soy muy fan de las bodas, las adoro, pero… en serio, me aburrí mucho.

Cuando quedaban dos semanas para terminar el curso, teníamos que hacer un trabajo en grupo que se llamaba CREDIT DE SÍNTESIS, era como poner a prueba todo el curso en un trabajo que tenía un solo tema, por ejemplo cuando te ibas de viaje a algún lado, pues este trabajo iba sobre el lugar del viaje a dónde ibas, y tenías que hacer cálculos matemáticos, cosas de plástica, traducir textos del inglés al catalán, era poner todos los conocimientos del curso en un trabajo que si lo suspendías podrías repetir curso, porque te jugabas el 30% de la nota final del curso.

Este trabajo se hacía en grupos de cuatro, en primero de la secundaria, hice grupo con la Rachida, la Saida, la Soumia y yo. No me importaba ser la única de otra cultura, de hecho lo agradecí porque con ellas me llevaba super bien. Pero también tenía un plus de responsabilidad, y era que quizás la mayoría de actividades las tendría que repasar cuando las hiciera la Saida o la Soumia porque ellas iban a NEES, y por lo qué me dijeron, hacían un temario más fácil. Allí me metieron como la capitana y líder, fue automático el Josep insistía en que cada grupo tenía que tener un capitán y las chicas me eligieron a mí al dedo.

Te daban un dosier con más de 150 actividades diferentes y tenías 2 semanas para hacer las actividades, pasarlas al ordenador, imprimirlas y luego preparar la exposición. De esas dos semanas, la primera sería con el horario normal de clase, y la segunda solo iríamos a la mañana y por la tarde libres. Allí la organización era crucial, porque había actividades grupales un 90% y el resto eran individuales. Realmente era divertido, pero también tenía su riesgo, si alguien del grupo fallaba mucho en las actividades, bajaban puntos y yo con el horrible curso que tuve, apenas sabía si iba a pasar de curso, por eso era muy importante aprobar ese trabajo.

Era todo un reto pero valía mucho la pena, sobre todo cuando tuve un grupo dónde mi opinión siempre había contado lo que vale, por eso fue todo bien. No quiero entrar mucho en detalles, porque la verdad es que nos salió redondo y además que tampoco me acuerdo de todo lo que sucedió durante ese trabajo, solo tengo un sentimiento de satisfacción no simplemente por el resultado sino por el grupo, me sentía parte de algo importante y por ende me regresó la sonrisa poco a poco. Cuando llegó el momento de la exposición, las otras chicas se prepararon un guion, pero yo no quise, había experimentado todo lo que tenía que experimentar sobre el trabajo, solo tenía que explicar eso importante que a mí me había parecido que lo era. Así que en vez de hacerme un guion escrito, me lo hice mental, ya directamente en la mente, porque pensé ¿qué hacen en la televisión, miran un papel o miran a cámara? Lo sé tienen el telepronter, pero normalmente miran a cámara, así que yo hice igual, en vez de mirar el papel o tener esa tentación de inseguridad que tengo que mirar el papel, me puse a mirar al jurado, a los cinco profesores y simplemente cuando me tocaba hacer mí parte, lo decía sin presiones, alto para que se me escuchara bien y sin atascarme que a veces en público era tartamuda.

Cuando me tocaba hablar, siempre veía la reacción del jurado como sorprendidos, buscaban el papel pero al no tenerlo se me quedaban mirando, mientras explicaba mi parte de la presentación. Lo había repasado varias veces en la calle en voz alta, antes de entrar en el colegio e ir directamente a la presentación, y siempre lo bordaba. Las compañeras del grupo también se quedaban flipando, porque se ponían algo nerviosas al verme que tampoco me vieron ni repasar… supongo que aquí es cuando empezó a surgir ese sentimiento de seguridad que tengo a la hora de grabar video para youtube, porque aunque no se lo crean, todos los videos se graban sin editar y además a toma única, lo que dura el video es lo que Uriel y yo nos hemos puesto a grabar, luego se sube a youtube y la gente lo puede ver lo natural que se nos ve explicando los conceptos del despertar de consciencia.

Una de las excursiones que más me divertí a parte de ir a visitar el Aquarium de Barcelona durante el primer año de la secundaria, fue que al fin pude cumplir con mi deseo más esperado de mi infancia, la última excursión con el colegio de ese curso ya a principios de Junio, fue ir a Port Aventura por primera vez. Mis padres me habían prometido cuando era pequeña, que cuando tuviera la altura de 1,40 metros iríamos a Port Aventura porque así me podía subir al Dragón Khan, pero como mamá todavía no tenía trabajo y el dinero en casa era difícil de conservar, se fue posponiendo poco a poco…


Nunca pensé que la primera vez sería con los compañeros del colegio, me había imaginado subir a las atracciones más potentes al lado de mí madre o mí padre, no con gente que ni me querían. Como nunca había ido allí y no me sabía cómo era el parque, pensé que sería buena idea ir en grupo, pero era complicado porque si nadie me quería ¿porqué querían aceptarme para ir con ellos sino me soportan? Daba miedo ir a ese parque sola, pero no estaba preparada ni quería estar sola ahí, ¿y si me pierdo? ¿Y si sin querer me equivoco de hora para volver y me quedo allí atrapada? No estaba dispuesta a que pasara eso, así que al final decidí preguntarles a las niñas de clase si podía ir con ellos, no tuvieron más remedio que aceptarme.

La ventaja era que si la atracción era solo para parejas, yo iba sola o con Uriel, pero tenía que ser rápida para no perderlos de vista, porque sabía de antemano que intentarían deshacerse de mí, porque en el Maremágnum lo hicieron y en otras partes también lo intentaron. ¡Era una mierda ser marginada!

HR.

HERO&Corporation.

 

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