jueves, junio 29, 2023

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 176 [2T]

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Nos despertamos el último día en eurodisney con algo de estrés, porque teníamos que volver a hacer la maleta y darnos cuenta de que después de almorzar y un poquito más tarde, teníamos que volver para casa, o sea para Manlleu. Así que me desperté algo negativa, porque no me quería levantar de la cama de la litera de arriba, mi abuela aprovechó para arreglar su maleta, mientras que yo intentaba despertarme sin entrar en shock ya que eurodisney era un paraíso muy importante para mí. Sabía que por lo lejos que estaba y lo caro que escuchaba que había costado el viaje, quizás cuando volviese a aquí, sería para llevar a mis propios hijos, así que cuando estaba a punto de entrar en el baño, me quedé quieta y me repetí a mí misma en voz alta “es tú último día, pero no pasa nada, ya sabes que volverás. Así que no dramatices, y aprovecha este día al máximo, que hoy montamos en pony”.

En el momento en que me encerré en el baño para hacer mis necesidades básicas, escuchaba detrás de la puerta la risa del arcángel Uriel, se había quedado pasmado mirándome como hablaba conmigo misma, dándome ánimos para no pasar ese último día como si fuera un castigo, ya que eso quería decir que en menos de 48h regresaría al colegio. No me sentía con buena vibra pensar en el nuevo curso, los miedos del primer día empezaban a tener vida dentro de mí corazón, pero me había puesto digna conmigo misa de que ese día sería espectacular, así que intentaba evitar en todo momento pensar en ello.

Después de desayunar, que comí bastante por el hambre que tenía. Esa noche, me había ido con Gabriel a entrar un ratito lejos de aquí, en un lugar en el bosque seguro desde otra dimensión, sin que mi abuela se despertase a la noche y viese que faltaba. En su lugar, pusimos un holograma que Gabriel me prestó (no solía hacerlo pero necesitaba practicar, porque me habían informado que la Unidad 23 pasaría un examen rutinario de entrenamientos el próximo lunes y tenía que entrenar un poquito si no quería que me mandasen a hacer el papeleo). La Orden de San Miguel sigue unos protocolos muy estrictos entorno al estar en forma física, a nuestros “enemigos” que nos toca normalmente enfrentarnos, no suelen ser personas o seres de esta dimensión, por ende la mayoría de veces, nos tenemos que enfrentar con monstruos de tres cabezas, matones de más de diez metros de altura, e incluso demonios de las profundidades del bajo Astral que se rebelan de su Estadio Habitual para favorecer la evolución humana en esta esfera. Por eso tenemos que estar muy en forma, tanto físicamente, mentalmente, emocionalmente y espiritualmente, no podemos dejar ninguna fisura energética para que ningún malechor se aproveche de ello y acabe mal con nosotros.


Si se pensaban que la humanidad está desprotegida, entre la jerarquía angélica y la orden de San Miguel Arcángel, esta esfera está muy bien protegida, por eso entes hostiles de las estrellas no llegan a pisar Tierra, porque antes se tienen que enfrentar a nosotros y nunca llegan a tocar Tierra. Ustedes no lo ven, y no es porque seamos “invisibles” somos visibles antes los ojos de todos, pero hay un factor mental que provoca que no puedan vernos como somos. Es decir, en vuestra mente hay la lógica que siempre tiene que darle un sentido a todo lo que uno ve con sus ojos, hay una categoría que ha desarrollado por si sola, que lo que hace es intentar poner una respuesta lo suficientemente acertada para que la mente no entre en crisis existencial y se protege. Es decir que la lógica, en la mayoría de las personas que no han despertado, tienen activado el factor necesito una explicación lo suficientemente razonable de lo ocurrido para no volverme loco y para hacer caso a esa petición, entonces la lógica le pregunta a la imaginación, cómo puede ayudarla y luego la imaginación inventa una razón, que para la mente piense que ha pasado así y continué creyendo que no hay nada “raro” en el mundo y siga dormido. Por eso para despertar hay que entrar en crisis.

Durante ese entrenamiento, lo repasamos absolutamente todo, usando tres juegos que nos gustan mucho…

-        ¿Preparada? – preguntó el arcángel Gabriel.

-        Si.- respondí tras respirar profundamente y mirarle a los ojos verdes.

-        Cierra los ojos. – exigió.

Para asegurarme de ello, me puse una venda negra que él me prestó en los ojos. Me concentré, con mis ojos físicos no veía nada, pero enseguida empecé a verle a él como si fueran vibraciones de colores formando formas cada vez más nítidas, esos colores eran muy vivos, estaba viendo a través del tercer ojo.

-        ¡Cuando quieras!- le dije.

-        Muy bien. – Dijo, esperó unos segundos en silencio.- ¿Qué está pasando en el establo de los Ponys de tú hotel? – preguntó.

Entonces el tercer ojo empezó a indagar en el bosque tan rápido que parecían diapositivas super rápido, después llegué al final de la calle dónde estaban las cabañas del hotel, es dónde se encontraba el establo de los Ponys. Sin moverme del bosque con Gabriel, estaba viendo eso en directo.

-        Dos ponys grises están de pie comiendo, mientras que los otros cinco están tumbados durmiendo. Hay uno que tiene una mancha blanca en el cuello, y otro que es clarito con unas manchas grises y una tenía forma de lobo en la pata derecha delantera. Uno es negro y llega una trenza nativa en el pelo y al final un lazo azul cielo. – respondí.

-        De acuerdo.- respondió.

Sin dejar de concentrarme en el establo, Gabriel me lanzó una pelota pequeña, la vi, porque la imagen se fragmentó en dos, a la derecha seguía dónde los ponys, y a la izquierda veía a Gabriel lanzándome la pelota y la atrapé con la mano derecha.

-        Bien… veamos ¿cómo te va si te digo… de apagar la vela que hay delante de la habitación de tú hotel desde aquí?- me preguntó Gabriel.

-        Claro.- respondí.

En la imagen que estaba en el establo, retrocedí hasta la cabaña y vi el farol que iluminaba la entrada. Me acerqué como si me elevase del suelo con tan solo la mirada, y me fijé en algo.

-        ¡Muy hábil, es una bombilla!- le dije.

Le vi sonreír y le tiré la pelota con fuerza la agarró con la mano izquierda.

-        Hazlo igualmente. – dijo.

Sin tocarla, sentí la energía de la bombilla y de repente, se apagó.

-        Quítate la venda, cambiamos de juego. – dijo Gabriel.

Gabriel se había llevado al entrenamiento su saco, es decir su bolso dónde llevaba todo lo que necesitábamos para cualquier circunstancia. De allí sacó dos velas blancas grandes y una botella de cristal vacía. Nos pusimos de rodillas enterrándolas en la tierra con algunas hojas que ya habían caído, y en el centro entre nosotros dos, colocó la botella de cristal, las velas las apartó.

-        Esta botella hace unos minutos estaba llena de agua, ¿sabrías rellenarla de nuevo? – preguntó Gabriel.

-        ¿la puedo tocar?- pregunté.

Gabriel dijo que no con la cabeza. No había ninguna fuente ni río para hacerlo, eso quería decir que tenía que usar las habilidades para rellenarla, tenía dos formas para hacerlo, él me había dejado escoger la forma que más complicada fuese, así que no me quedó otra que provocar lluvia solo en ese espacio dónde estábamos. La otra forma era agarrar una hoja seca del suelo, de aquellas de otoño ya anaranjadas, cambiarle el color de nuevo a verde, y extraer el agua de allí, devolviéndole la hoja a su elemento primordial, el agua, puesto que los árboles son un 99% de agua.

Usando la segunda opción de la hoja, solo tenía que transformar la materia en energía y darle un nuevo propósito. Mientras que la primera, la de la lluvia, solo tenía que crear de la energía a la materia.

-        De acuerdo.- le dije.

Miré la botella de cristal unos segundos, me concentré tanto que escuchaba el latido del corazón como un tambor que tapaba los sonidos nocturnos del bosque. Luego miré el cielo que estaba totalmente despejado, alcé la mano izquierda hacia el cielo, cerré los ojos respirando profundamente por la nariz, y visualicé un hijo de energía blanca que venia del cielo hacia mí mano. Cuando la tuve, abrí los ojos y me llevé la mano delante del pecho, el hilo de energía blanca era como un hijo de lana. Era blanca porque todavía no había tenido un propósito, venía directamente de la fuente divina de la creación, en algún punto remoto del universo, este tipo de energía estamos rodeados constantemente año tras año, y esta energía solo se renueva cada 31 de Octubre.

Empecé a hacer movimientos con las manos hasta que se creó una pequeña nube encia de nosotros, y pocos segundos después, con tan solo la señal del corazón, empezó a llover llenando la botella de cristal hasta la mitad.

-        Es suficiente, gracias. – respondió con su sonrisa encantadora Gabriel.

Paré la lluvia de inmediato, nos había mojado un poco pero como hacía calor, aliviaba un poco. Para el último juego, me dio una de las velas totalmente apagadas, de hecho estaba por estrenar, nos pusimos de pie y nos alejamos un poco, nos miramos directamente a los ojos, y cuando contamos hasta diez, encendimos las velas con nuestras manos.

-        Ahora, deberías transformar esta vela en algo útil para un combate. – dijo Gabriel.

-        ¿Alguna sugerencia contra qué?- pregunté.

-        Un demonio de clase alta. – respondió.

Gabriel lanzó la vela en alto y cuando la agarró, la vela se transformó en una vara de hierro. Yo simplemente coloqué la mano dónde estaba el fuego, le cambié el color a verde, y todo lo demás de transformó en el mando de una espada de fuego verde.

-        ¡Lanza! – gritó Gabriel mostrándome hacia la derecha, al mirar había un demonio de clase alta que quería atacarnos (era como una simulación), y empezó el combate.

Fue un entrenamiento muy divertido, mientras que desayunaba lo iba recordando mentalmente, solo esperaba volver a entrenar así con Gabriel, que hacía mucho tiempo también formó parte de la Orden de San Miguel Arcángel, pero lo dejó tras la guerra de Orión. Estaba algo cansada, pero había valido mucho la pena, porque en realidad no nos fuimos a otra dimensión, todo pasó desde la 3D (recuerden que des del 22 de noviembre del año 2022 ya estamos en la 4D).

Lo que no he contado es que cuando regresamos Gabriel y yo a la cabaña del hotel, la bombilla de la entrada estaba apagada, mientras que las demás funcionaban perfectamente, cuando lo vimos, nos miramos y nos pusimos a reír.

Salí del comedor del hotel con muchas ganas, con mi padre nos fuimos al establo, él le pagó al señor y nos dejó uno de los ponys, a mi me pusieron un casco y me quisieron ayudar a subir, pero le dije que no al señor, solo me aferré a la silla, puse el pie izquierdo y me subí, uní el otro pie, agarré con fuerza las riendas hacia a mí para que el pony no caminase, me coloqué bien en la silla, el señor se quedó flipando, mi padre estaba peor, pero el señor le indicó a mi padre dónde tenía que ir y volver.

-        Papá, agarrale del hocico, pero yo le doy la dirección, ¿vale?- le dije.

-        ¿Sabes montar a esto?- preguntó mi padre.

-        Si, así que hazme caso, sino quieres que te lastime. Está algo nervioso.- le dije.

-        ¿De aquí?- preguntó.

-        Si. Con suavidad, yo le indico por dónde y le doy la velocidad, pero intenta no caminar más rápido que él, los dos a la misma altura ¿vale?- le dije.

-        Vale.- se puso algo nervioso mi padre.

-        Respira tranquilamente, papá. Él escucha tú corazón.- le dije.

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Recomendación: Llamando a la Tierra - M-Clan 

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miércoles, junio 21, 2023

Mamá, Papá, Soy Artista

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Por decir “Artista” en esta época, es casi igual que hace 500 años le decías a tú padre que por ser mujer y tener 15 años, no te querías casar con un viejales. Cuando le dije eso a mis padres con 14 años, cuando me había dado cuenta de que estaba escribiendo mi primera novela, pensaba que se lo tomarían bien, porque ellos adoran ir a los museos. Pensaba que si me iba bien en el futuro, quizás habría un museo a mi nombre con mis novelas y cuadros, pero no fue el caso. Mi padre lo primero que me dijo fue “deja de soñar y haz algo realista por una santa vez” y mi madre simplemente se quedó callada, mirándome como si hubiese matado a alguien, pero no sabía ni a quién.

Tenía 14 años, y estaba tratando de buscarme, saber a qué vine, encontrar mi quehacer en este tiempo, y resultó ser que todo empezó escribiendo una novela. Cuando en el colegio nos mandaban a hacer redacciones, mientras que los demás se quejaban, a mi se me quedaban cortas las líneas para seguir narrando. No pensaba en que al encontrar la escritura ya sabía qué tenía que hacer, porque no va así, no va tan rápido la cosa, necesitas tiempo, mucho tiempo para averiguar qué es. Pero tampoco se trataba de arruinar mis sueños, porque mi padre me había educado de que fuera quién yo quisiera ser… pero al parecer tenía letra chiquita ese compromiso…

A mi madre, básicamente le entraron los miedos y empezó a decirme “¡no tendrás para comer, vas a morir de hambre, vas a vivir bajo un puente, nadie querrá comprar tus novelas…!” sin darme voto de confianza, ya que eso lo decía sin haber intentado en ningún momento leer algo mío. Ya directamente, mi madre decía que iba a fracasar, sin saber si tenía talento o no, y eso me hundió la verdad. Mi padre decía “de sueños no se vive, ¿entiendes? Eso no te da dinero para que comas” ¿Cómo que de sueños no se vive? ¿Y los que viven de sus sueños? Hay personas que soñaron con su profesión y están viviendo de ello, ¿no existen son personajes de internet creados de un videojuego o qué?

De todos modos, no me había percatado que cuando les dije que quería ser Artista, me quería dedicar a ganar mucho dinero y convertirme en rica con mi talento, porque esta vida decidí NO SER RICA. Por extraño que les parezca, en mis otras vidas, excepto en la Atlántida, fui rica o de alta alcurnia, y siempre la he pasado mal con ello, en el sentido de que la gente se acercaba por interés, no se me tomaba como una del montón, siempre con algún título de por medio y era horrible. En esta vida, quise venir a nacer dentro de una familia de riqueza media, para valorar el dinero y reconocer a las personas por mi forma de ser y no por las posesiones que tuviera.


¿No se dan cuenta de que cuando uno tiene dinero siempre le piden más cosas para que gaste más de lo que tiene? Y cuando eres justito de dinero, las situaciones cambian, el dinero no es uno de los temas más importantes y conoces a personas maravillosas, que prefieren estar contigo tomándose algo, que pagarles para que estén contigo. Es decir, hace 300 años, una condesa tenía a su cargo un asistente personal, que era un buen fiel amigo, pero que al fin y al cabo solo trabajaba para la condesa, en realidad la amistad no existía.

Según mis padres, y lo entiendo porque la sociedad ha estado viviendo así por muchos eones, tengo que encontrar un trabajo que me de dinero a fin de mes para poder pagar la casa, las facturas, y pueda irme de viaje cuando toda la humanidad tenga vacaciones. ¿No le ven lagunas a esto? Porque yo muchas. Un día se me ocurrió preguntarles “¿Cómo voy a poder pagar una casa con una mierda de sueldo?” y ellos me respondieron “Haciendo como nosotros, pidiendo un crédito al banco”. ¡ERROR! A mi me enseñaron a no pedir prestado, y ahora me dicen que debo pedir dinero prestado en la mafia legal que todos conocemos como BANCOS… y yo soy negacionista por esto, señores…

Veo que no aprendieron nada, últimamente veo a muchas personas que se les ha olvidado el sentido de VIVIR, y parecen que estén en conflicto con el gobierno, porque pidieron prestado a los bancos y ahora no tienen ni un duro. Viven sin saber qué podrán comer en el día, sin saber si van a poder quedarse en la casa una noche más, y además estas personas no es que no tengan trabajo, sino que trabajan pero de aquellos trabajo en que nadie quiere trabajar por ser inferiores, como por ejemplo: limpiadora, vigilante,… ¿Dónde está el problema? Pues en que debemos educar a las nuevas generaciones a sacar la venda de los ojos, pensar que el banco nos preste sabiendo las condiciones que nos da y que además, no tendrá sentimientos en quitarte la casa si decides no pagar más, me parece más horrible y feo moralmente visto, que intentar ser artista te vayas ganando tú terreno y aunque cobres poco, por lo menos, no vives por encima de tus posibilidades.

Lo entiendo que muchos hayan caído en la crisis del 2008, unos culpan los altos precios de las viviendas, otros los malos sueldos,… yo siento que el error está en que no se ha analizado suficiente el pasado. A ver ¿Qué le pasaba a la sociedad hace 100 años? Veníamos de un imperialismo, dónde los países ricos se pusieron a comprar países pobres y conquistarlos sin crear una guerra, tanto por África, Papua Nueva Guinea, Austrália e incluso las colonias americanas todavía había países de latinoamerica que no se habían terminado de independizar del antiguo estado Español, tras la “conquista de america” con el “descubrimiento”. A Europa se le fue la cabeza, empezó a conquistar países para intentar ser más fuertes por si llegaba una nueva guerra, y así fue, tras tanto conflicto interno al final estalló la primera guerra mundial.

La sociedad de ese tiempo estaban sometidos al miedo de no saber si mañana estarían vivos, tanto para poder comer, o por las guerras, habían perdido la seguridad de sus casas y el control de sus vidas, forzados a marcharse a otros países que daban mejores estancias. Sin trabajo, sin dinero, se cruzaban Europa a pata para buscar un lugar mejor. ¿Se imaginan vivir así? Aquí nació el trauma si tengo dinero, soy poderoso y no pierdo mí casa, ni se imaginan las generaciones que se han tenido que crear para que aquí y ahora nos demos cuenta de que este trauma sigue sin estar sanado. Añádele a esto, una segunda guerra mundial, una hambruna y dictaduras hasta hace tan solo veinte años aproximadamente.

Para tratar de entender mejor este trauma como sociedad que llevamos incrustado dentro de nuestro ADN, debemos saber que este miedo provoca una ansia de conseguir aquello que es necesario para vivir, cueste lo que cueste, por ende, eso aviva las ganas de competir con los demás. Debo conseguir la mejor casa, el mejor coche, el mejor perro, tengo que irme de vacaciones al mejor lugar y si es de lujo también. Este estrés de que nunca lo que hago es suficiente, negando nuestro derecho divino de ser merecedores de nuestros propios actos, si nunca festejas un hito personal aunque sea una tontería, en realidad te estás automachacando y eso proviene del EGO, porque tienes estas ansa incansable de tener un hogar a salvo y que nadie te lo arrebate. Actúas por instinto, porque un ancestro tuyo tuvo que exiliarse y fue tan duro que lo dejó marcado en el ADN, y por eso ahora tú vives esto.

Estamos todos salpicados por la competencia, incluso los países comunistas, es algo que está en el ADN. No compitas, entiende que el otro, también es merecedor de sus actos, ni tú eres mejor que él ni él es mejor que tú, es tú compañero, pana, hermano… 

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Recomendaciones: The orville – Disney +

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sábado, junio 17, 2023

7 Días De Oscuridad

 

De la oscuridad venimos cuando nacemos, pero a ella le tememos por ser humanos y olvidarnos que en ella, se aprende a vivir. Más allá de pensar en aquellos rituales del infierno, sabemos que cuando uno cae, para levantarse debe aprender a valorarse uno mismo, a ver las cosas distintas e intentar volver a tocar la luz. Esa esperanza que se vuelve como un elixir para creer que en la luz existe la paz, aquellas tormentas que solo te ponen a prueba para que entiendas todos tus pasos en este camino. Si le temes a la oscuridad, le estás dando la espalda a aprender más sobre ti mismo, ¿sabes quién eres?

En el despertar del nuevo amanecer, debemos aceptar pasar por la oscura noche del alma, un proceso de desprogramación y de puesta a prueba la verdad, para ver si en aquello que creías es realmente lo que debe seguir sujetándote en el nuevo despertar de consciencia. Verás a muchos desaparecer tras ver sus engaños ante ti, y en ocasiones te sentirás solo, engañado y estafado, con la mayor facilidad que dejarás de creer en los demás, pensando que la vida es hostil y demasiado cruel. Una lucha de intereses, que al fin y al cabo, solo compiten por lo mismo, no estar solo y pensar que en vez de ser compañeros, eres mi enemigo.

Son siete noches, pero que no duran igual que un día terrestre, quizás para tú alma un día sea una década, o quizás una hora. Pero eso es saber cuál es la capacidad que tienes de dejarte llevar por tú corazón, ¿Cuánto confías en tú corazón? Caes pensando que eres el mejor, cuando chocas contra el suelo de tú SER más profundo, esas creencias de superior se han desvanecido, pues solo eran ilusiones falsas que te hacían sentir mejor que los demás. El EGO te ha hecho creer en esas ilusiones, no para lastimarte, sino para que te dieses cuenta de lo falso que puedes llegar a ser, sino te das cuenta de que el amor todo lo puede. ¡No eres inocente por ello! Pero la energía que crea la materia, se crea a través de un patrón armónico de amor, recuerda que un bebé llega al mundo porque alguna vez los padres hicieron el amor (incluso cuando ha sido o se ha pensado que ha sido un desliz).


Si eres amor, eres energía creadora, así que te das cuenta que esta oscura noche, solo es un velo que te tapaba los ojos de aquello que realmente puedes hacer con tú vida. El trampero eres tú, cuando la visión se distorsiona de ti, cuando piensas que alguien a fuera quiere lo peor de ti, paranoias de que no hay nadie, eres tú dando el poder a fuera de ti, de quién realmente puedes llegar a ser. ¡Sentir un Dios que decide por ti lo que está bien de lo que no! ¡Tus padres educándote en las carreras que dan más salidas económicas para no caer en la ruina! Cuando das el poder a fuera de ti, pierdes el verdadero sentido de la palabra YOSOY.

YO deriva del EGO, pero por si solo, no te permite llegar lejos, puesto que siempre está en conflicto con todo aquello que le disgusta, amigos, frustraciones, competencias… necesita un amarre energético-emocional para dejar de preguntarse ¿Quién soy? ¿A qué vine? ¿Qué debo hacer? Entonces encuentra el SOY, que deriva del CORAZÓN, él tiene las respuestas a estas preguntas y el EGO debe escucharlas e integrarlas para poder saber cómo salir de la oscuridad. No es una tarea fácil, porque el YO le cuesta compartir estancia con el SOY, y al comienzo están en guerra. Un órgano físico que late y da vida, pero mientras suena el latido, se habla con el ALMA y con el ESPÍRITU, es el único órgano físico que puede hacer algo así.

Para entender porque viniste, debes emprender un viaje de escucha e integración de tus actos, no simplemente de lo que has hecho en esta vida, sino también de tus vidas anteriores, porque toda la información que ahora necesitas para continuar y cambiar al mundo, se encuentra en el pasado, escondido en tus propias vidas pasadas. Sin que te acuerdes ahora, permitiste formarte un juego único de pistas, dónde obligatoriamente tienes que recordar esas vidas, para recuperar las herramientas para así poder hacer algo en este tiempo, y cambiar al mundo.

¿Por qué Argentina tiene tanta vinculación con la tierra pasada de los Arcturianos que encarnaron como civilización de Atlántida? Fíjense bien, ARC-TU-RIA-NOS mientras que AR-GEN-TI-NA tienen el mismo nombre de silabas, y ambas empiezan por ARG o ARC. Los Atlantes no se fueron del todo, ellos dejaron un legado mucho más especial que encontrar en algún momento sus pirámides o palacios dorados que tenían. Tras 30.000 años de la unión entre 13 Arcturianos de origen estelar con la humanidad antes del salto a Homo-Sapiens, los descendientes que eran la generación número 13 desde su unión genética, sobrevivieron al final de las islas de Atlántida, para seguir sembrando el mundo.

Fueron 72 Atlantes, que tras el final de su civilización, agarraron un barco y pusieron rumbo a Oriente Medio, concretamente en las tierras fértiles de lo que sería el río Nilo. Allí se juntaron con otros 25 Lemurianos (ya hablaremos de su origen en otra ocasión), ambos juntaron sus diferencias y se unieron en la revuelta de los Mesopotámicos ante sus reyes de origen reptiliano, llamado los Annunakis. Como motivo de celebración, decidieron crear una civilización las tres civilizaciones integradas en una, por los cuales la llamaron Egipto. A partir de ese momento, se creó genéticamente la humanidad, es decir que todos los notros a nivel genético tenemos rasgos de estas tres civilizaciones estelares y de otras dos civilizaciones más, que ya hablaremos en otra ocasión también (los MOANOS y los SIRIANOS).

Ellos apuntaron el inicio del nuevo amanecer, que curiosamente la fecha era la siguiente: 21 de diciembre del 2022, cuando Argentina se alzara ante el mundo, cuando la oscuridad dejase de ser temida y la luz fuese acogedora y deseada, lo que nosotros llamamos MUNDIAL DE FUTBOL

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Recomendación: Culpa mía – Prime Video.

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sábado, junio 10, 2023

El Espejo De Mí Vida - Capítulos 174 y 175 [2T]

 Hoy tenemos en exclusiva doble capítulo, espero que lo disfruten, compartan y comenten:

Capítulo 174

La gente del grupo que estábamos se hospedaban en diferentes hoteles que ellos mismos habían elegido, así que fuimos haciendo pequeñas paradas, esperando la nuestra que curiosamente era la última. La abuela había elegido el mismo hotel también de cuando fue con mis primos, uno al estilo oeste de Estados Unidos, el hotel se llamaba Cheyenne. Estaba un poquito apartado del parque, pero valía la pena, nada más entrar parecía que nos habíamos ido a Texas, porque el hotel estaba ambientado al puro estilo de los ranchos americanos, todo era de madera y de vaqueros, ¡realmente era bonito! A mi sinceramente los ranchos me gustan mucho, me recuerda a cuando vivía en una granja irlandesa en 1870 (antes de encarnar en esta vida).

Mientras que mis padres hacían el chek in, a mi me dieron un dibujo de Mickey Mouse y me puse en una mesa que había con lápices de colores para pintarlo. Me acompañó mi abuela porque estaba un poco apartado de recepción, después nos indicaron por dónde se iban a la zona de las habitaciones. Pasamos una puerta dentro de recepción y salimos a un patio que era como una calle muy larga, dónde en el medio había un camino de tierra, y todas las habitaciones estaban separadas por cabañas de madera al estilo americano, como si pasases el Far West de Port Aventura, muy hermoso. A la mitad de la calle había una hípica de ponis, cuando lo vi, me fui corriendo a tocarlos ya que se podían tocar. Ya saben que yo veo un animalito y me muero de amor por acariciarlo o estar con él, el reino animal es mi mejor amigo y yo el de él.

-        ¡Papá! ¿Puedo subir?- le pregunté.

-        No, Laia, hoy no. Pero si quieres el último día vemos, ¿ok?- dijo.

-        ¿Has preguntado cuanto cuesta?- le preguntó mi madre a mi padre.

Mi padre se fue al señor de la hípica y le preguntó en francés cuanto costaba, pero nos llevamos una sorpresa, porque al ser hospedados en el hotel, tenía media hora para montar al poni gratis, así que mejor lo dejamos para él último día.

En la misma cabaña había dos habitaciones separadas por una puerta, igual que un hotel convencional, de nuevo me tocaba compartir habitación con mi abuela, la diferencia fue que cuando llegué a la habitación, había una cama de matrimonio y una litera, enseguida me subí a la cama de arriba y me la hice mía, en cambio la abuela quiso dormir en la cama de matrimonio. Dejamos las cosas y nos fuimos hacia el parque a buscar un restaurante para almorzar.

Para poder ir al parque teníamos un servicio de autobuses gratuitos del parque, así que esperamos diez minutos en la parada del bus de la entrada del hotel, y nos fuimos hacia el parque, tardamos unos veinte minutos. Al bajar, nos dejaron en la entrada, pasamos el tiquet y caminando despacio fuimos pasando la zona de tiendas y de fotografías de pasajes de las películas, como por ejemplo el paragua del musical cantando bajo la lluvia que a pesar de tener 9 años, me encantaba esa película, al igual que Mary Poppins (la versión antigua). Allí mientras que miraba camisetas de Mickey Mouse y gorras, de repente se puso a llover, ¡que mala pata! Pero por suerte solo eran cuatro gotillas sin importancia.

Llegamos a la zona de restaurantes, fuimos a uno baratillo dentro de una especie de centro comercial, no recuerdo qué comí pero me alegré tanto de que ya no íbamos con guía, que podíamos visitar el parque como nos apeteciera hacer. No soy muy partidaria de usar guía cuando vas de viaje, porque no lo ves todo, solo lo que el guía le interesa, y a mi me gusta visitarlo todo y me da igual que se tarden cuatro horas como cuatro minutos, si he pagado, quiero verlo todo.

Cuando vi el castillo famoso que sale al principio de todas las pelis Disney, fue cuando me di cuenta de que había llegado a casa de Walt Disney. Aunque sabía que su casa estaba en Estados Unidos, era una forma de decir, gracias a este señor, yo ahora conozco a Goofy, que aunque es un personaje muy patoso, me siento muy identificado con él, ambos vivimos la vida aunque nos caemos de mil formas, siempre tenemos una sonrisa y ganas de volver a intentarlo. Al igual con Tiger, dentro del bosque de los cien acres, es el único que muestra valentía y alegría, siempre anda saltando y viendo la vida en positivo, también me siento así, porque el burro es depresivo, Piglet todo el tiempo tiene miedo, y Winnie es tonto… en cambio Cristopher Robin sería una forma de decir… niño, con la edad que tienes no andas bien si piensas que hablas con tus peluches… (eso diría la gente) pero yo pienso distinto, para mi Cristopher Robin es la bella imagen del niño interior, ¿Cuántos años tiene? Creo que aparenta tener 12 o 13 años, en un tiempo de guerras civiles o cosas por el estilo, y en vez de estar triste por perder su infancia, conserva a sus amigos y conecta también con los adultos, es una forma que nos dice Walt Disney “no pierdas tu pureza de corazón”.

Si hablamos de Micky Mouse, me siento identificada que si se dan cuenta él no tiene enemigos, es decir a pesar que haya gente que le puteé, siempre tiene un corazón tan noble que nunca putea a nadie, solo espera a que se le pase y luego le da un abrazo para seguir, porque Mickey nos enseña que a pesar de que te enojes con alguien por no seguir lo mismo, no tienes derecho a renunciar a él, si él o ella no te lastima, solo debes respetar y seguir así. Porque Pete se supone que es su Nemesis en la House of Mouse, que siempre intenta cerrarle el negocio que hace con sus amigos, pero Mickey siempre acepta a Pete como un amigo más, a pesar de que Pete no lo vea así.

Walt Disney a lo mejor ha hecho mucho daño con el mundo princesas, pensando que tenemos a un “príncipe azul” idealizado para nosotros o una “princesa en apuros” a quién salvar. Si le das una vuelta más profunda al asunto, te das cuenta de lo que verdaderamente quería enseñarnos antes de congelarse. La Cenicienta, lo que hace es trabajar duro para conseguir lo que el destino tiene para ti, que por muchas hermanastras tengas que te odien por ser quién eres, y te separen de tú camino, siempre encontrarás la forma de conseguir tú destino que tú mismo eliges. Ariel, nos enseña a nunca estar en la zona de confort, ella tendría que estar en el mar con su padre, pero decide vender sus escamas para conseguir piernas para poder conocer al amor de su vida que es humano. Las barreras solo existen para aquellos que nunca querrán intentar algo que realmente les haga feliz, y para finalizar esta pequeña reflexión dentro de esta historia de mi vida, hablaremos de Aladín. Se supone que es pobre y que no puede conseguir a Jazmín por no ser heredero de un rey o un sultán, cuando llega con el genio, primero desea ser correspondido con Jazmín transformándose en un príncipe importante de no sé qué región, pero a Jazmín no le importa eso, solo quiere estar con él a pesar de que quiera renunciar a su destino. La diferencia de clases que antiguamente separaba amores maravillosos y que debido a eso, en la genética se vio marcado con un patrón de conducta que si te enamoras de alguien que no sea de tu mismo círculos social, vas a lamentarlo porque vas a sufrir y mucho. No hace tanto tiempo que podemos enamorarnos de quiénes querremos, si es correspondido, recuerden que en los años 70, el amor libre empezó a dar rienda suelta al clasismo, antes de eso, enamorarse de un pobre, era mal visto.

La primera montaña rusa que subimos fue el Big Thunder Mountain (no se piensen que recordaba el nombre, lo he tenido que consultar en su pg web), entonces subimos al del Casper esa no me gustó tanto, de hecho cuando vi que era todo oscuro y vi que los fantasmas estaban tan bien hechos (no sé como pero parecían hologramas, les juro, nunca había visto hologramas tan bien hechos… creo que no eran hologramas, que veía de verdad fantasmas) así que me quedé con mi madre, aferrada todo el tiempo, con los ojos cerrados, sin poder disfrutar de esa atracción, me dio tanto miedo que incluso se me hizo pesada. Después subimos a una golondrina de tres pisos, algo que nunca había subido, y nos dimos un paseo por ese río (totalmente artificial) pero con muñecos de latón moviéndose en el bosque, como si hicieras un pequeño paseo por New Orleans. Después fuimos cruzando puentes elevadizos hasta llegar a un parque para niños ambientado al estilo tippy indio americano, y finalmente entramos en el barco pirata del Capitán Garfio, solo esperaba que de su camarote saliera, pero en vez de salir por allí, lo vimos pasear por fuera del barco, cuando le vi de lejos el miedo a esos muñecos que eran personas disfrazadas, salió con fuerza y eso me detuvo, aunque me moría por una foto con Garfio.

Nos volvimos a cenar en la zona de restaurantes y nos fuimos hacia el hotel a descansar, había sido un día muy bonito pero tocaba ir a soñar un ratito. Esa noche, cuando mi abuela ya dormía plácidamente, noté como Gabriel se subía a la litera de arriba, aunque fuese solo poniendo los pies en la cama de abajo, me acarició el pelo y me despertó.

-        ¿Qué tal tú primer día en este mundo mágico? – me preguntó Gabriel.

-        Muy bien, dicen que mañana iremos a desayunar al Café Mickey que lo tenemos con el billete del parque… ¿me acompañarás?- le pedí.

-        Cuenta con ello, mi amor. – dijo con una sonrisa, sus ojos brillaban de amor.

Le agarré de la mano y le obligué a meterse en mi cama, él simplemente obedeció y me quedé dormida encima de su pecho.


Al día siguiente me desperté de un salto, por un lado tenía muchas ganas de seguir subiendo a las atracciones, pero sabía que me venía encima, el desayuno en el Café Miskey, entonces el miedo se apoderó de mi corazón y durante toda la parte de trasladarse con el mini-bus hacia el parque estuve tan nerviosa que no era capaz de respirar y pensar al mismo tiempo.

-        ¿Qué voy a hacer cuando tenga a Mickey a mi lado?- susurré.

-        ¿Seguro que quieres hacer esto, Laia? – preguntó Uriel que estaba más preocupado que yo misma.

Dije que si con la cabeza y miré por la ventana.

-        ¡Debo hacerlo!- dije, intentando convencerme.

-        Estamos contigo, no lo olvides. – dijo Uriel mientras me agarraba la mano con fuerza.

Entramos en el Café Mickey y las pulsaciones se incrementaron, estaba muy nerviosa, mejor dicho estaba aterrorizada, porque no sabía qué podría pasar en el momento en que viera un muñeco disfrazado, sabiendo que me daban mucho miedo. Solo esperaba tener la suficiente fuerza de voluntad para enfrentarme a ello, y así no convertir esta experiencia maravillosa en una pesadilla agotadora. Iban a ser tres días, ya empezando el segundo día, dónde en cualquier momento fuese por las calles del parque o en restaurantes, aparecerían los muñecos de Disney y me vendrían a saludar, si fuese una experiencia horrible y no tuviese el valor de superar este miedo de una vez por todas, no sería capaz de enfrentarme a algo más complejo en el futuro.

-        ¡Solo son muñecos disfrazados, allí a dentro hay una persona que trabaja para hacer feliz a los niños como yo!- me repetía susurrándome.

Mi madre estaba algo preocupada, incluso le puso los ojos en blanco a mi abuela porque ella estaba ilusionada en que yo estuviera allí, y mis padres estaban peor que yo, y se habían preparado para ello, para huir en caso de que me pusiera a llorar como una loca. En ese momento mi padre habló con la camarera para darnos mesa, en su francés de pueblo paleto que se acordaba de haber impartido un par de clases en toda su juventud cuando iba al colegio.

En ese momento, en el café Mickey, en las diferentes salas que había del lugar, separadas por cuatro escalones cada una, apareció Gepetto que estaba abrazando a un niño y tomándose una foto con él con una sonrisa de felicidad. A mi me entró lo peor y me giré, miré la puerta y quise salir, pero me frené, cerré los ojos y respiré profundamente varias veces.

-        ¡Solo es un disfraz, no te va a lastimar! ¡Confío en mí!- me decía susurrando, lo repetí varias veces con cada vez la valentía seguía de mí lado.

Seguí a mis padres que seguían a la camarera, Gepetto se había ido y lo andaba buscando con la mirada, pero no apareció. Nos llevaron a una mesa dónde hacía pocos segundos había estado allí Gepetto, era una mesa para cuatro personas con los típicos sofás franceses. Me senté en una punta, mi abuela a mi izquierda, luego a su izquierda mi padre y en la otra punta mi madre. Nos dieron la carta que estaba en francés e inglés, no entendía absolutamente nada, pero mi padre con su poco inglés que sabía, algo pudo chapurrear. En ese momento veo que de la puerta tras el mostrador de la barra aparece el León de Robin Hood, que caminaba hacia nosotros.

Pero se paró en la mesa de al lado, entonces, dejé la carta encima de la mesa, me levanté, miré a mis padres un momento que me miraban.

-        ¿A dónde vas?- dijo mi madre.

-        Ahora vuelvo.- le dije.

Respiré profundamente, y me fui a buscar al León, la mirada de mis padres me perseguía todo el tiempo. Cuando estuve al su lado, le toqué la espalda, se giró abrí los brazos para que me diese un abrazo, y nos lo dimos. Aún estaba algo muerta de miedo, pero seguía viva, así fue como superé mi miedo. Luego cuando miré a mis padres, estaban que no se lo podían creer, se quedaron literalmente sin palabras. Le pedí por señas al León que viniese a nuestra mesa, y aceptó la invitación, firmó la servilleta y me tomé una foto con él. 

Capítulo 175

Aunque a muchos de ustedes no le den tanta importancia, superar un miedo así, me dio tanta fuerza a ser libre, que a partir de ese instante sabía que la única forma de poder llegar a ser yo misma era venciendo esos miedos más importantes, a pesar de que en el momento te quieras morir y no volver a enfrentarte a nada igual nunca más, para limitarte siempre. Cuando vi a Gepetto me quiso morir, pero cuando me quedé parada escuchándome y diciéndome “tranquila, no pasa nada, Laia, solo son muñecos disfrazados, tú puedes” me llené de valor que pude ir a buscar el León y tomarme una foto con él.

Mis padres flipaban pero descomunal, mientras que mi abuela con una sonrisa de ilusión, miraba como el León sentado en mi sitio de la mesa, agarraba la lapicera y firmaba en la servilleta del Café Mickey.

-        ¡Vieron como si se lo pasaría genial!- dijo mí abuela ilusionada.

-        ¡No la puedo creer! ¿Superó el miedo? ¿La vamos a pasar bien? ¿De verdad?- dijo mi mamá.

-        ¡Iaia, gracias por esto!- le dije con una sonrisa de oreja a oreja.

-        A ti, Laia.- respondió mi abuela.

En cuanto se fue el León, quise sentarme y tomarme las creps de chocolate que había pedido, pero noté que alguien me tocaba la espalda, me giré, era Uriel.

-        ¡Mira quién viene por allí! – dijo Uriel señalando la entrada.

Miré hacia dónde me indicaba y me puse super contenta, acababa de entrar Tiger. Miré a Gabriel le agarré de la mano, estaba nerviosa pero esta vez no era el miedo, sino de ilusión, era uno de mis favoritos, le di dos bocados a las creps y me puse de pie, al ver que Tiger venia hacia la zona de mesas dónde estábamos. Agarré la servilleta y la lapicera y me fui a la mesa de al lado a hacer fila para que me firmase, pero cuando me giré y vi que no venía Gabriel, regresé disimuladamente, le agarré de la mano y nos volvimos a la fila.

Pero al final Tiger se vino a nuestra mesa, firmó y me tomé una foto con él, allí ya estaba super feliz, el miedo ya no me preocupaba nada, para mí ya era pasado, me sentí muy liviana, porque eso quería decir que ya podía ir a ver los gigantes de las fiestas de Manlleu y no me daría nada de miedo. Terminé de comer lo que pude porque por la ilusión se me cerró el estomago y nos fuimos hacia el parque. Pero antes de entrar, nos quedamos un momento por la zona de tiendas para comprar una libreta y una lapicera de autógrafos, creo que costó 4€ todo, mis padres vieron que era necesario y simplemente lo compraron, aunque las camisetas y los suvenirs ya habíamos pactado comprarlos el último día. Si pero al final, cayó una camiseta de Mickey.

Nada más entrar al parque, nos encontramos a Pluto, me puse en la fila, y enseguida me atendió, después de firmar, me tomé dos fotos con él, la primera fue muy hermosa, es la que están viendo, la otra ya era más normal. Después, nos encontramos un auto de principios del 1900, siempre he tenido fascinación por los autos de esa época, cuando lo vi y vi que se podía subir para tomarse una foto, no me lo pensé dos veces.

-        Iaia, ¿te subes al auto conmigo?- le pregunté.

-        ¡Vale!- respondió.

En el momento que toqué el volante del auto, noté como el espacio dónde me encontraba se sacudió muy fuerte de tal forma que viajé al pasado. A veces puedo ver lo que los demás piensen, sienten y padecen, puedo incluso verlo en los objetos. Sé que asustará a muchos y pensarán que estoy mal y necesito ayuda, pero la verdad es que, est mundo pide a gritos constantemente ayuda y solo unos pocos hemos venido a asistir, entre ellos, estoy yo. Cuando un objeto, edificio, planta, animal o persona, me enseña sus preocupaciones, simplemente acato el trabajo y escucho, para ayudar, siempre ayudar.

De pequeña me sentía muy diferente a los demás, por hacer esto y a veces intentaba separarme de los demás, porque si lo compartía me dejarían de hablar, solo los ángeles entendían lo que me estaba ocurriendo sin juzgarme en ningún momento. Supongo que se deben dar cuenta de que por este motivo me siento más acompañada por los ángeles.


Ese auto, aunque fuese construido simplemente como juego turístico, sentía sus sentimientos, ¿quién dice que solo los seres vivos pueden sentir? ¿Quién dicta las normas que los edificios no pueden sentir? Somos energía y tal energía siempre quiere expandirse y lo hace compartiendo sus experiencias a través de sentimientos. El día que pasen por un pueblo muy antiguo, conectados con vuestra esencia, verán lo que les estoy diciendo, porque es difícil de describir sin que me lleguen a juzgar, queridos humanos, que eso de juzgar lo hacen siempre, en vez de intentar aprender y empatizar.

Una vibración se expresa cantando, un objeto vibra y se expresa sin dar sonido, como los sonidos aquellos que solo pueden escuchar los perros y el oído humano es incapaz de escuchar. ¿A qué frecuencia vibras realmente? Puse la mano en ese volante, y lo que sentí fue desconcierto, de repente me sentí así, como si nada de lo que estuviera haciendo tuviera sentido, y escuché esto “foto, sonrisa, persona que se sienta, otra foto, sonrisa, persona que se sienta, foto, sonrisa, persona que decide no sentarse, foto, sonrisa, y nadie da las gracias para que yo esté aquí, parado, foto tras foto…”. Mi padre tomó la foto, pero no pude sonreír, y como eran para rebelar, no se pudo repetir. Mi abuela se bajó, y yo iba detrás, pero en cuanto me bajé, le dije “gracias por lo que haces” y le di un beso.

Desde aquel instante, que cada vez que me cruzo con un edificio que quiere expresar o mostrarme algo importante, le doy las gracias y un beso, me da igual que lo haya beso otros labios, ser amable no cuesta nada en este mundo.

Después nos topamos con Mickey, fue increíble, aunque agotador porque tuvimos que hacer una fila de una hora al Sol para hacerme una foto con él y me firmase. Mickey está muy solicitado en el parque y nada más salir de allí, nos topamos con Minie, que bonita fue porque pude darle un abrazo y mencantó, a pesar de no ser muy fan de ella, lo acepté encantada. Tan solo entrando al parque ya me había encontrado con tres de mis favoritos, Tiger, Pluto y Mickey, faltaba Donald y Goofy, pero la suerte cambió ya que entonces empezamos a subir a las atracciones, entre ellas, el space mountain.

Fue mi primera atracción fuerte que subí en mi vida, así que se la pueden imaginar como un momento muy importante, porque había esperado mucho años para tener la altura adecuada para poder subirme. Creo que era 1,45cm no lo recuerdo bien, solo sé que me pasaba por un par de centímetros y pude subir junto con mi mamá y mi papá, obviamente que mi abuela se quedó a fuera por ser demasiado mayor (tampoco le iban las fuertes). Hicimos una fila de media hora, gracias a un tiquet especial que ponías en una máquina y podías reservar hora para subirte, al salir fuimos a las alfombras de aladín, y después nos pusimos al laberinto de Alicia en el país de las maravillas.

En ese laberinto surgieron ciertos problemas, porque ni mis padres ni mi abuela saben orientarse bien, y nos perdimos. Mi padre empezó a renegar en ruso, y empezaron los gritos, yo, harta de eso, pegué un grito y les hice callar.

-        ¡Basta de gritos! ¡Yo sé salir de aquí!- les dije.

Todos me miraron con cara de sorpresa pero de flipada, pero me puse delante y empecé a caminar. Cinco minutos después y sin pedir ayuda a nadie, ni a ningún ángel, encontré la salida.

-        ¿Cómo has sabido?- preguntó mi papá estaba tan sorprendido que no se lo creía.

-        Sentido común, ¿Cuándo vas a un lugar nuevo no te conectas como si fueras el mapa en vista de pájaro en tu mente?- le pregunté.

No me respondieron, intuí como un no.

-        ¡Qué raros son!- rechisté.

-        ¿Cómo puedes verlo así si tú nunca has visto el mundo en vista de pájaro?- preguntó mi mamá.

Me puse a reír. No le respondí, porque esa respuesta solo es apta para gente que cree o siente a los ángeles. ¿Cómo se piensan que se orientan ellos? Además esta pregunta se la he hecho muchas veces a Gabriel y me ha explicado los secretos para no perderse, sobretodo cuando vuelan de noche, que es más difícil.

La única atracción que no pude subir, fue la del Indiana Jones porque pusieron la altura a 1,50cm por tan solo tres centímetros no pude subir, así que mientras que mis padres subían, nos fuimos a una más chiquita con mi abuela. Resulta que me perdí una de buena, porque en esa van un trozo hacia adelante y otro hacia atrás que debe dar más impresión porque a mis padres les tocó delante, y cuando se puso a ir al revés, ¡ya se lo imaginan, no!

El primer día entero allí fue tan bonito, que a la noche vimos el desfile de luces, los fuegos artificiales y nos fuimos a cenar, con la entrada nos entraba una cena en el show de Bufalo Bill. Nos regalaron un sombrero de Cowboy y a mi me pintaron la cara como si fuera india o nativa americana. Vimos mientras nos daban maíz en la mazorca hervido, un trozo de carne y ensalada americana, una persecución de caballos entre nativos americanos e ingleses durante las colonias americanas y la guerra de independencia. Fue muy bonito porque conecté mucho con la rama esta ancestral del nativo americano, siempre me había llamado la atención, creo que un pasado de Garcia, tuvo descendencia nativa americana pero de eso ya solo quedará algún indicio en el ADN que ya poco se nota en la piel. Dicen que los que tienen rasgos nativos americanos o filipinos, tienen más fácil el hecho de conectar con los espiritus y los ancestros, sea en la época que sea, y a mi con tan solo un par de clases, ya podía conectar con ellos con mucha facilidad, eso debe venir de allí.

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