domingo, abril 25, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 82

 

Empezaba a cuestionarme muchas cosas, me encantaba estar con los ángeles y aprender con ellos, pero el hecho de estar tanto con ellos, eso me hacía estar alejada de los compañeros de clase, y mi vida estaba entre una encrucijada: Ser humana o convertirme en emisaria del universo. No me gustaba elegir entre ellas dos, pues me gustaba mucho ir a Agartha y formar parte del universo de forma activa, pero por otro lado, sentía compasión por mis compañeros de clase, que ya empezaban a desvincularse de su esencia, porque algunos empezaban a reírse cuando algún compañero hablaba de su ángel de la guardia, y le acusaban injustamente de imaginar cosas estúpidas.

En ese curso, decidí con el permiso de mis padres que me quedaría a almorzar en el colegio los martes y los jueves, no era por causa mayor, sino por propia voluntad, me lo había pasado tan bien el año anterior, que quise volver. Era duro aún saber que Silvana ya no estaba en el colegio, pero cada curso era una oportunidad diferente.

Me quedé esperando en el pasillo, justo antes de entrar en la cocina a agarrar la comida y empezar a comer, este año tenía que esperar un poco más, puesto que primero iban los de un curso anterior, solo era esperar diez minutos más. La Carmen, quien se encargaba de la gestión del comedor, me pidió el tiket y se lo di, ella partió por la zona de puntos y me devolvió el otro trozo, entonces, entré agarre la bandeja y empecé a pasar por el camino, mientras me iban poniendo la comida, entonces fui al comedor, siguiendo al compañero de delante, me senté dónde me tocaba y empecé a comer.

Cuando estaba a punto de terminar, alguien pasó por detrás y chocó su bandeja con mi silla, con la mala suerte de que se me cayó el yogur que había agarrado, en el suelo. Me giré y me agaché para agarrarlo, entonces vi como una mano algo más grande que mis manos agarraba el yogur y me lo entregaba, miré hacia adelante para toparme directamente con unos preciosos ojos verdes que me atraparon por completo, el niño era de los más mayores, tenía el pelo rubio liso hasta las orejas, parecía algo más alto, me miraba sin decir nada pero directamente a los ojos.

-        Lo siento, no te había visto.- dijo

Entonces miró el yogur y se dio cuenta de que se había roto por un lado y salía el contenido, todavía no lo había abierto, estaba en ello antes de que ocurriera eso, él miró su bandeja que la llevaba en la otra mano, había agarrado también el yogur y lo cambió.

-        Quédate con el mío, yo me quedaré este que se ha roto.- dijo.

No le pude decir nada, me quedé completamente muda, observándole los ojos, él hacía lo mismo, ¿de dónde había salido? Entonces, lo acepté sin decir nada, él se puso de pie, yo me incorporé y se fue hacia otra mesa. No sé cómo pude comerme el yogur, pero no pude parar de pensar en lo sucedido, al terminar me dieron permiso para salir al patio y con Uriel nos fuimos.

Mientras que Uriel compartía un tema angelical conmigo, había pasado media hora, cuando vi a ese niño me quedé mirándolo en un rincón del patio cerca de las jardineras. Ese niño se había puesto las manos en la espalda y caminaba hacia las jardineras, hasta que al final sus ojos se toparon de nuevo con los míos, pensaba que venía hacia a nosotros, pero en el último momento cambió de rumbo y se apuntó a jugar a futbol con otros niños que tenían la edad parecida. ¿Quién era? Esa actitud no era común verlo en 3D y menos con niños de doce años, estaba convencida de que ese niño podía ser como yo, lo que los ángeles llamaban un conectado.


En el momento en que avisaron a los mayores para la hora de estudio, lo vi que se iba, y yo aunque no sabía qué hacer más en el patio, decidí ir, aunque Uriel no estaba de acuerdo no tuvo más remedio que seguirme. Me puse a leer libros mientras que de vez en cuando observaba al niño, que se había puesto a hacer deberes en la mesa de al lado, de vez en cuando sus ojos se fijaban en los míos y yo disimuladamente regresaba al libro, aunque veía que se le escapaba la risa por debajo de la nariz. Entonces vi como la monitora que paseaba por las mesas, se quedó mirándonos.

-        ¿Gabriel, todo bien?- preguntó la monitora interrumpiendo el silencio de la biblioteca.

-        Sí, seño.- contestó rápidamente.

Entonces, se puso a hacer sus deberes. ¡Qué nombre tan interesante! De repente me acordé del arcángel y esperaba verlo pronto para otra clase de trabajador energético, que todavía no habían continuado tras el verano.

A principios de Noviembre del año 2000, la abuela Victoria estaba mucho tiempo en la cama y casi no la levantaban sino era para ir al baño, incluso comía en la cama, había empeorado y ya casi no estaba presente mentalmente hablando, a mí me costaba cada vez más regresarla, y algo me decía en el corazón de que se acercaba su hora de dejar la vida y morir. Me abracé al Titi mientras lloraba, para mí el cambio de siglo fue bastante doloroso, porque me pasé mucho tiempo llorando por aquellos que querían dejarme y me victimicé demasiado en algunos momentos, al fin y al cabo, soy humana.

-        Me está costando admitir todos estos cambios, Titi. No quiero que te vayas, tampoco aquellos que también me importan, pero parece ser el que universo tiene una magia demasiada poderosa como para poder frenarlo o que tenga compasión de nosotros…- dije entre lágrimas.

-        ¿Así que quieres conocer el secreto del universo? – dijo el Titi su tono de voz era gracioso pero no entendía por qué lo decía así.

-        Solo quiero que no sea tan cruel.- dije.

-        ¿Crees que es malo el universo? – me preguntó.

Le miré pero no le respondí, no entendía la pregunta.

-        Te voy a enseñar lo que hace el universo en realidad. – empezó a explicar.

Nos fuimos a la cocina, él abrió la nevera y sacó una tableta de chocolate y una manzana, los colocó encima del mármol, cerró la nevera, agarró un cuchillo y cortó la manzana en dos trozos y luego agarró un trozo de chocolate y me los enseñó.

-        ¿Dirías que hay diferencia entre estos dos alimentos? – preguntó.

-        Claro.- respondí.

-        ¿Segura? – preguntó.

-        Claro, una manzana es una fruta y el chocolate es… em… algo envasado.- dije.

-        ¡Ay mi querida sobrinita…! ¿Por qué ves las cosas tan tridimensionales? Debes aprender a pensar lateralmente. Dime, ¿hay diferencia si o no? – contestó.

Me quedé en silencio intentando dar con la respuesta adecuada, pero no entendía su pregunta.

-        Aparentemente cada una tiene una forma distinta, un gusto distinto y los dos salen de dos lugares distintos, pero el chocolate es un cacao que es un fruto que se recoge de los árboles, por ende, ambos son frutos. Al mismo tiempo, para ser frutos, en algún momento fueron semillas de un árbol, que se pasó día y noche trabajando, para agarrar la energía del Sol y el agua de la tierra para crecer. Aparentemente son diferentes, pero en esencia, ambas han crecido de la misma forma, partiendo que antes de ser semilla o fruto, fueron átomos… moléculas de energía… energía del Sol y materia de la Tierra… ¿comprendes? – enseñaba el Titi, el arcángel Humiel.

-        Ambos son energía, pero ¿qué tiene que ver con el universo y su destino?- le pregunté.

-        En esencia ambos fueron energía, que provino del universo, pero cada uno tomó su propio camino, uno se transformó en una hermosa manzana como esta y el otro, en este chocolate rico que te deshace en la boca. El destino quizás fuese el mismo, alimentarte y hacerte experimentar un gusto por la comida, pero los caminos que tomaron para ser quienes son, tuvo sus propios riesgos, pues ambos caminos tuvieron que aceptar los cambios y hacerse responsable de ellos, cumpliendo sus propios destinos. – informó el Titi.

Empecé a entenderlo, la manzana era yo y el chocolate el Chico de Ojos Verdes o el Titi, que inevitablemente habían elegido tomar caminos distintos, aceptando los cambios que eso conllevaba.

-        Así que es cierto… ¿no se puede cambiar la decisión?- dije me puse algo triste.

-        Lamentablemente son decisiones tomadas, y eso quiere decir que por mucho dolor que eso te provoque, en tus manos debes hacer una sola cosa, ¿te haces una idea de lo que puede ser? – preguntó.

Me lo quedé mirando, él dejó la manzana y el chocolate encima del mármol y me abrazó.

-        Acompañarlos hasta que pase, y luego, esperarlos a su regreso. – informó.

-       


Te voy a extrañar mucho, Titi.- le dije, pasé los brazos alrededor de su cuello y apoyé la cabeza encima de su hombro, él me agarró en brazos y me entregó el chocolate, lo agarré y me lo comí, entonces volvimos a la sala.

El Titi y Gabriel me habían prometido que regresarían, por lo tanto empecé a cambiar mi actitud y acepté ese camino.

-        ¿Qué tengo que hacer para ascender yo también?- le pregunté intrigada.

-        Seguir esto, pues su voz es del gran Creador que te guía a cada paso. – puso una de sus manos encima de mí corazón, el Titi.

Dos días más tarde, me encontraba en el auto regresando de Vic de comprar, mi padre era el único que tenía permiso para manejar el auto, mi madre iba de copiloto y yo atrás, en el medio sentada en la silla para niños. Una vez pasamos el Eje una de las autovías que iban directo a Barcelona, y empezamos a recorrer la carretera igual que una montaña rusa, nos encontramos con tráfico, algo muy raro, pero al contrario que otra gente, a mí me encantaba quedarme atrapada en el tráfico, era como jugar con mis cochecitos en la salita, pero cumpliéndose a la realidad.

Estaba muy oscuro a pesar de ser más de las siete de la tarde, casi era navidad y hacía mucho frío, ya no había ningún momento del día en que estuviésemos en grados positivos, como máximo hacía -1ºC y mínimo -9ºC. Pero las luces de los autos iluminaban la carretera, no muy lejos a la izquierda se podían ver las luces azules del techo de uno de los autos policiales, que desviaban el tráfico hacia un lado, por alguna razón aparente.

Poco a poco empezamos a ver qué había pasado, vi un auto rojo de dos puertas, que había chocado frontalmente con un auto de cinco puertas azul, de forma tan fuerte que ambos autos habían quedado totalmente destrozados por la parte frontal. ¡Madre mía era grave el accidente! Luego vi al lado del auto rojo en el pasto, un cuerpo envuelto con un papel de plata dorado, lo habían tapado por completo, había muerto una persona. El auto se paró justo allí, me quedé en silencio observando el cuerpo sin vida, a su lado había una persona flexionada de espaldas, parecía que era familiar de la víctima. Entonces, se puso de pie, y se le cayó la capucha, tenía el pelo dorado hasta las orejas liso, era un niño, se giró y empezó a caminar hacia el auto rojo, me quedé muda. El niño era el mismo que me dio su yogur, tenía los ojos rojos de llorar, era el familiar de la víctima.

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lunes, abril 19, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 81

 

Finalmente llegó el lunes, era el primer día en mucho tiempo que me apetecía ir al colegio. Llegué a la hora del rezo, me había levantado de la cama sin razón, con una actitud de última esperanza de que los días tenían que mejorar, el libreto verde estaba encima de mi mesa y todos los alumnos estaba de pie delante de su asiento, esperando a que alguien le tocase decir la oración del día y luego nos pusimos a cantar.

En el momento en que nos sentamos todos y empezamos la primera clase, alguien llamó a la puerta, como era de cristal pude ver quien era, pero me quedé sin palabras.

-        ¡Adelante!- dijo la Carmen.

El chico que entró en la clase, venía con la mochila se acercó a la Carmen que pidió que la clase le escuchase.

-        Les presento a su nuevo compañero, Sergi.- dijo la Carmen.

El niño que había entrado era el Sergi que hacía un año, iba detrás de él para jugar con él y no se dejaba. Me quedé sin palabras, efectivamente algo mucho más poderoso me lo había puesto justo delante de mis narices y el lugar dónde se sentó fue dónde hacía unos días que Carmen había dicho, justo a mi lado. Me quedé flipando.

Sergi caminó hacia el pupitre, colocó la mochila en el respaldo de la silla y luego se sentó, se giró para agarrar el cuaderno de matemáticas, agarró el estuche, sacó el lápiz y la goma de borrar, los colocó en la mesa al lado del cuaderno, cerró la mochila y miró hacia adelante, aunque de reojo me miraba a mí, no me había percatado de cómo lo estaba observando con la boca tan abierta que podía anidar una gaviota. Regresé a la tierra y me puse a prestar atención a la Carmen, aunque mis ojos se desviaban a cualquier movimiento que Sergi hiciera, fuese colocándose la mano delante de la boca, como si agarrase el lápiz y empezase a escribir algo en el cuaderno.


En el momento en que la Carmen nos dejó un rato para hacer unos ejercicios, me quedé haciendo ver que estaba trabajando, pero de reojo le miraba a él. Quería hacerle la gran pregunta que hacía tanto tiempo deseaba hacerle, pero empecé a ponerme algo nervioso, me sudaban las manos, las piernas botaban debajo del pupitre y la respiración empezó a acelerarse sin entenderlo. Entonces, escuché el sonido en cómo su lápiz bajaba rodando por la mesa y caía en el suelo hacia mi lado del pupitre, le miré, se dio cuenta pero me agaché para agarrar el lápiz y se lo entregué.

-        Gracias.- dijo Sergi.

Fue entonces cuando hicimos el primer contacto visual del día, me costó un poco dejar el lápiz cuando él ya lo tenía en su mano, pero finalmente lo solté, esbocé una sonrisa, pero no sabía qué decirle. Vi entonces cuando se volvía al ejercicio.

-        Hola… tú eras el niño que jugaba debajo de las escaleras verdes el año pasado, ¿cierto?- le pregunté arqueando las cejas como si le mostrase mis recuerdos telepáticamente.

-        Si, y tú eres la que me seguía…- dijo.

¡Mierda!

-        Me llamo Laia, disculpa si te molestaba, solo quería…- dije pero al final susurré.

Me ignoró y siguió con la tarea. De todos modos, no pude decirle nada así que lo dejé estar.

A la hora del patio, me fui con Uriel a nuestro lugar, me sentía mal por la conversación, no había empezado bien la cosa no quería ser su amigo, solo quería saber porque Gämael no lo pudo tocar… ¿Y si era cierto y él es un Ser de Luz? Eso contestaría a mi pregunta y abriría muchas más, ¿podría ser el Chico? Pero lo descarté enseguida, porque si así fuese, él sería alumno nuevo en el colegio y solo repitió de curso.

-        Le tengo que preguntar eso o sino voy a morir…- le comenté a Uriel.

-        No morirás, pero vivirás con la duda de ¿qué hubiese pasado si…? – comentó.

-        Hace poco leí en un libro de IÓN, que hay ángeles encarnados en esta dimensión, ¿Y si lo es?- dije.

-        Es verdad, hay ángeles encarnados en 3D, pero tienen aptitudes especiales que si uno se fija en los detalles, comprende quién lo es y quién no. – informó Uriel.

-        Tú sabes más que yo, Dary. ¿Qué piensas, lo es?- le pregunté.

-        Fíjate en los detalles, amor. – dijo.

La conversación fue interrumpida, porque una niña de un año menor, llegó a la sorrera, se sentó en la pared metiendo los pies en uno de los hogos, cruzó los brazos y empezó a llorar reposando la cabeza en los brazos. Miré a Uriel ambos nos quedamos sin palabras, pero nos acercamos a ella, sentía que necesitaba hablar de algo y yo estaba libre en ese momento.

-        ¿Estás bien?- le dije.

Pero no me respondió.

-        ¿Te enojaste con alguien?- seguí preguntándole.

Dijo que no con la cabeza.

-        ¿Estás triste?- le pregunté.

-        Si…- susurró.

-        Si quieres, me lo puedes explicar, quizás te pueda ayudar…- dije intentando ayudarla.

La niña levantó la cabeza, lloraba a moco tendido y a lágrima viva, del bolsillo de la bata le di un pañuelo de papel, ella lo aceptó, me senté a su lado y esperé a que ella me contara qué le pasara, tardó un ratito hasta que empezó a hablar.

-        Mi papá mató a mi mascota.- dijo la niña.

Empezó a contar que había pasado y me quedé en blanco, pues de repente dijo que un tractor lo había atropellado.

-        ¿Un tractor?- dije.

-        Si, atropelló…- dijo.

-        ¿Cómo se llamaba?- le dije.

-        Tulio, era mi cerdito.- dijo.

¡Ay Dios! Uriel y yo nos quedamos sin palabras, entonces la niña me abrazó y simplemente me quedé allí en silencio con ella hasta que se calmó y se fue, pues la campana había sonado y tocaba volver a clase. Antes de ir a la fila, Uriel me agarró del brazo y me giró para que viera algo cerca de la casita, estaba el cerdito Tulio que nos estaba mirando. Nos acercamos a él, pero antes de llegar, caminó hacia la pared y entonces se abrió un agujero redondo y de dentro salió un hermoso ángel que jamás había visto.

-        Es mi hermano Azrael, el ángel de la muerte – me susurró Uriel.

Azrael alzó la mano para saludarnos, le devolvimos el saludo, entonces Tulio entró en el agujero y pocos segundos después se tapó todo, de repente para los demás había aparecido una pequeña ventisca que ignoraron por completo lo que había pasado recientemente, entonces Uriel y yo nos fuimos a la fila a seguir con el día.


Al día siguiente, me desperté con una gran cuestión que ninguna niña de casi siete años se planteaba, ¿qué era le muerte en realidad? Apenas pude dejar de pensar en como se abrió ese portal en medio de la pared y que nadie más excepto Uriel y yo lo vieran, incluso pensando que allí había niños que se supone que están abiertos al universo sin recordar qué significa eso. Ese agujero me sonaba tanto, pero no lo pude identificar en ningún recuerdo que ya hubiese vuelto a recordar, estaba claro que algo así solo se vive cuando dejas esta vida y te embarcas a la siguiente. Pero ¿qué hay más allá de ese agujero en realidad? Un abismo, pues nada más pude ver.

-        ¿El cielo existe?- le pregunté a Uriel mientras me preparaba en el baño para ir a clase.

-        La terminología cielo es demasiado ambiguo, a ver ¿Qué es para ti estar en un lugar seguro? – me preguntó Uriel.

-        Pues estar en casa con mis padres.- le contesté.

-        Y eso ¿no es un cielo también? – preguntó.

-        No entiendo la pregunta, Dary.- dije pero en realidad solo me esperé para proseguir.- te lo pregunto porque ayer no vi, ni nubes, ni ángeles cantando, ni mucho menos San Pedro con las llaves. Solo vi negro, ¿acaso le tocó a Tulio ir al infierno?- le dije.

-        ¡Ay, hermosura! Un infierno es igual de ambiguo que la palabra cielo. Definir y separar es muy típico de los humanos, querida. Según las religiones que se han creado a partir de llegadas de algunos Seres de Luz en la historia de vuestra humanidad, ha habido planteamientos del más allá y te puedo decir, que quizás el budismo se parece un poco a lo que es en verdad, estar muerto. – dijo Uriel mientras apoyaba la cabeza en el marco de la puerta del baño, mientras que yo terminaba de mirarme en el espejo y detrás de mi estaba mi padre peinándome.

Toda la conversación era telepática, así practicaba cuando mis padres estaban delante y podía seguir hablando con Uriel sin ningún problema.

-        Entonces, ¿qué vimos ayer?- le dije.

-        Hay ángeles que nos ocupamos de ir a buscar a las personas que han muerto, para acompañarlas a hacer el tránsito hacia su nuevo hogar. En el universo hay una ley de creación llamada Ley de vibración, en que dice “todo SER crea su camino a partir de aquello que vibra en el latido de su corazón” es decir que el cielo, será aquello que la persona siente como su hogar, y el infierno será aquello que más teme. – informó como si fuera un padre sabio que yo admiraba mucho.

Me interesaba mucho esa historia, mi corazón se puso a latir con fuerza y comprendí que sus palabras tenían sentido, una coherencia aunque no lo entendía en ese momento, sentía que si.

-        ¿Qué hacen esos ángeles de la muerte?- pregunté.

-        Acompañan a la persona a la 4D, en un lugar dónde llamamos el puente de almas, allí pasan su primer examen de la vida que acaban de dejar. – informaba Uriel.

-        ¿Por qué? ¿Ahora resulta que para ir al cielo hay que estudiar?- dije riéndome, mi padre se me quedó mirando y pensó que me hacía cosquillas pero no le dije la verdad.

-        Es solo una revisión de la vibración que han ido creando en su corazón, según el resultado que obtengan, es decir el grado, pueden ir a la 5D, 6D o seguir en la 4D y esperar para volver a encarnar. – informó Uriel.


Sabiendo que en la 9D es dónde vive Dios, podemos ver que ningún ser desencarnado va hacia su casa, digamos que se quedan a medio camino.

-        Entonces, ¿nadie ve a Dios una vez ha muerto?- le pregunté.

-        Así es. Para ver a Dios, hay que aprender que hay en cada dimensión y experimentarlo, aunque si trabajas para él, tendrás ciertas ventajas, ya sabes a qué me refiero, mi amor. En que él mismo quiere visitarte, y tras la primera vez regresa a aquellos que quieren estar de su lado, para seguir trabajando con él. – informó Uriel.

Me sentía algo afortunada, pero la verdad es que me sentía diferente a los demás, me sentía una extraña, esa fue la primera vez que no me gustó ser diferente, ¿por qué me estaba pasando todo esto? 

Recomendación: Aguaribay - Axel

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jueves, abril 15, 2021

La Fuerza Interior

 

¡Vaya camino del YOSOY! Cuando me hablaban los guías en el año 2000 de que tenía que prepararme para esto, no pensé que sucederían tantas cosas y de golpe. Tengo que reconocer que hacer las meditaciones diarias ya se ha convertido en algo natural en mí y ahora que ya estamos a punto de llegar a la recta final actualmente quedan menos de 109 días pienso ¿Qué haré después? Porque sin meditar media horita todos los días se me hará muy raro, pero no se preocupen que me adapto a lo que tenga que ser.

Antes de empezar, recuerdo que me daba miedo no seguir todos los días y perder la disciplina que conllevaba esta misión que elegí hacer. En este caso, como ya hay un representante que hace las transmisiones todos los días, a mí me tocó la parte más… diría que interesante, pero para mí me parece que es muy hermosa. Porque hacer la conexión rodeada de unos 330 ángeles en la Torre del Reloj, es una pasada. ¡No hay palabras para describirlo! Perdón si les resulta tedioso ya este temita, pero hoy les vengo a contar una historia importante, así que les pido que presten atención y una vez más, gracias por estar aquí leyendo las reflexiones sea en español o en inglés.

Dentro de toda esta magia o alquimia de hacer el YOSOY, tengo que ponerme algo seria hoy porque lo que quiero contarles es algo bastante triste, pero forma parte de este camino.

Para mí los cambios que la humanidad se quejan que ocurrieron en 2020 no me afectaron tanto, en comparación al camino del YOSOY con las meditaciones diarias, des del pasado 30 de Julio del 2020 hasta el próximo 29 de Julio del 2021. Les pongo un poco en situación, el pasado 2 de Febrero del 2020 se inició este camino, se abrieron las puertas del tiempo y el espacio en Guizah (Egipto), pensaba que tenía que asistir físicamente allí, pero el Maestro Seraphis Bey vino a visitarme al puente dimensional de Xauxa una semana antes y me dijo que ese día tenía que estar en la ermita de Lourdes de Manlleu para hacer la apertura junto a los ángeles que nos estarían acompañando en ese día tan especial. Me preparé incluso el Arcángel Uriel se trajo un bocadillo porque nos dijeron que almorzaríamos allí arriba.


Tres días después, tuve una reunión muy extraña, les va a parecer bastante loco pero, me reuní en una sala dentro de la 4D (a través de un viaje dimensional que duró 12h) con todos mis versiones de mí misma, es decir con todas mis vidas pasadas, con Haia Höe (mi yo superior pero que nació en la Cruz del Sur hace 85 vidas), Asunción (la vida que estuve hace 900 años en España y Noruega como monja), Margaret (mi última vida en el Titanic en 1912)…. Con todas mis versiones de 85 vidas pasadas para hablar claramente sobre qué era el YOSOY. Una locura, lo sé… ya se los advertí… pero fue fascinante porque entendí y por primera vez pude saber el número exacto de vidas pasadas que tuve en el plano material.

Esa reunión sería lo que todos ustedes determinan como fuerza interior, pues Haia Höe que al ser la primera versión de mí, se convirtió en mi yo superior, por ende la jefa de todo lo que pasaría en este camino del YOSOY. Yo pensaba “Ahora sí que me volví loca, ¡A quién le cuente me envía directo al psiquiátrico!”. ¡Madre mía! Hace pocas semanas vi la película que hay en Netflix llamada Múltiple es buenissima, pero me recordó a esta reunión tan interesante. Pero aprendí que dicha fuerza interior es lo que tenemos todos, pero ¿alguna vez pensaron realmente quienes la fabrican? Así es, son nuestras vidas pasadas que a pesar de que ya no están en su tiempo cuando eran dominantes de la vida en la que ahora estás, simplemente están allí para ayudarte a recordar porque estás aquí y haces lo que haces.

Me voy a poner en plan científico-psicólogo dónde intentan averiguar porque hay pacientes que sufren de personalidad múltiple, no quiero afirmarlo por completo pero yo siento que aquellas personas que sienten eso, no están locas, solo se está reuniendo con su fuerza interior pero con la dificultad de que el cuerpo o la persona del presente, no tiene claro que debe ser el que domina la vida que tiene y que los demás son simples apoyos para continuar. Es decir, no puedes dejar que una de tus vidas pasadas, domine la que tienes porque después pierdes tu capacidad de vivir la vida que debes vivir aquí y ahora. Yo recomendaría no tomar medicación, porque la intención no es eliminarlas, es imposible, son las vidas pasadas de uno mismo, no puedes renunciar a ellas. Sino que hay que hacer como un político y organizar tu campaña electoral para que los demás versiones del pasado de ti, quieran votarte y fiarse de ti, para que dejen de intentar dominar tú vida.

Hay que tener clara una cosa, imagínense sino tuviéramos nuestra fuerza interior ¿creen que la humanidad habría sido capaz de cazar a los animales, recolectar los frutos, y crear la agricultura para evolucionar? Aunque les parezca algo de superhéroes, todos nosotros necesitamos todos los días un racimo de esta fuerza para lograr lo que queremos hacer con nuestro día, sin este racimo, la humanidad se hubiera extinguido haría muchos milenios. ¿Reconoces tu fuerza interior? ¿Sabes porque sale de tus vidas pasadas?

Piensen en un momento que hayan tenido muy difícil en sus vidas en los últimos cinco años, en ese momento en que todo lo que pensabas que era tú vida, se puso patas arribar de golpe y no sabías como salir de esta. Ese bajón que uno siente, es el momento perfecto para que de la nada surja la fuerza interior y te ayuden a salir de ello, superando los obstáculos. La forma en cómo lo hacen es sencilla, cada vida pasada que tuviste, guarda en sí mismo todos los recuerdos de su vida, por los cuales recuerda sus falencias y sus virtudes, que en función a la necesidad de la vida predominante (es decir la vida actual) te regalará un trozo de una de sus virtudes para ayudarte a salir del embrollo en el que te has metido, luego eso la humanidad lo traduce de este modo: depresión.


De este modo, puedes ver que cualquier cosa que una de tus vidas pasadas aprendió en su momento, ahora aunque hayan pasado milenios, será importante para la vida en la que estás, piensa y recuerda que tus vidas pasadas en realidad eres tú mismo/a por el cual tu espíritu ha decidido reencarnarse otra vez en este tiempo concreto. Esa Fuerza interior nos ayuda a reconocer también las situaciones que el reloj del Karma nos ofrece el tiempo perfecto para compensarlo, eso se produce cuando te das cuenta de que esa situación ya la habías vivido, aunque no te acuerdes de cuándo ni cómo, pero en tú interior hay una versión de vida pasada de ti mismo que ha reconocido ese problema, porque le sucedió en su vida y ahora te puede a dar algunas claves para que puedas compensarla y así superarlo de una vez, aprendiendo de ello desde otro punto de vista muy distinto.

Ahora recuerda que cuando Spiderman tiene que enfrentarse a algún enemigo que es más fuerte que él y sufre bajones pensando que esta batalla va a ser la que acaben con él, y de la nada supera el problema a partir de una idea, piensen que esa idea proviene de sus vidas pasadas. Todas ellas cuentan aquí y ahora y para siempre. Igual que tú.

Antes de irte, te recomendamos que mires el último video del canal de youtube:


Gracias.

Recomendación: I am – Hans Zimmer.

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El Espejo De Mí Vida - Capítulo 205 [3T]

  Sabía que me jugaba algo grave, nunca les había mentido a mis padres, ni les había hecho algo parecido jamás. Pero yo no podía volver a ...