domingo, marzo 21, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 76

 ¿Realmente tenía poderes y así podía ver el mundo invisible? ¿Hasta cuándo sería posible? De camino a casa y un par de atascos en Barcelona, me quedé pensando en lo que Gabriel había dicho, mientras que de fondo sonaba canciones de Joaquín Sabina, que ya no me gustaban, porque ya era demasiado pesado. La canción más popular y en su momento algo pesada Nos dieron las diez hacían que mis pensamientos tomasen un tono dramático, que acabé llorando, pero nadie se dio cuenta, puesto que ya éramos solo tres en el auto.

Escuchar canciones de Sabina era pesado, pero gracias a una de sus canciones, mis padres empezaron a salir y gracias a ello, se casaron y me tuvieron a mi… diciendo insensiblemente que este artista era pesado… no se preocupen, no lo entendía en su momento, ahora todo es distinto.

En cuanto llegamos a Manlleu, me sentía mejor en el sentido de que podría hablar más tranquilamente con Uriel sobre esto, pero en el momento que cruzamos la calle del bar, el hijo del jefe de mi padre, nos obligó a parar el auto en seco, de forma tan brusca que casi lo atropellamos, mi padre bajó la ventanilla y Ramon se acercó disculpándose, pero parecía apurado y preocupado, de hecho tenía los ojos rojos y su voz era ronca, había estado llorando.

-        ¿Qué te pasa Ramon?- le preguntó mi padre preocupado.

-        Uy, no sabes lo que ha pasado sin ti…- empezó.

Nos miramos todos, yo intentaba estar atento a lo que decían, parecía grave.

-        ¡Al final han encontrado a mi madre!- dijo Ramon.


Su madre llevaba  más de un mes desaparecida, por lo que entendí se había marchado con el auto con lo puesto y no regresó esa noche, al día siguiente lo denunciaron a la policía y empezó una investigación. Pasaron las semanas, y no se sabía nada de ella, no sabía qué había pasado, porque no había nota, sus cosas estaba en la casa y el celular daba señal, pero no contestaba. Era muy extraño. Nunca había desaparecido nadie en Manlleu, era un lugar tranquilito, por eso ya me parecía extraño todo.

-        ¡Genial! ¿Cómo está? ¿Cuándo la encontraron?- dijo papá.

-        Hace dos días encontraron su cadáver.- contestó Ramon con lágrimas en los ojos.

Nos quedamos todos helados. ¿Un cadáver? ¡Qué!

-        ¿Pero qué ha pasado?- preguntó mamá.

-        La han asesinado.- contestó casi sin aliento Ramon.

-        ¿Cómo?- dijimos los tres dentro del auto.

Papá tuvo que aparcar el auto para dejar pasar a la gente. ¡Madre mía había asesinado a alguien conocido en Manlleu! ¡Nunca había pasado nada parecido aquí!

Resultó que la encontraron en medio del bosque a 5km de Manlleu dirección a Vic, en un lugar que es difícil acceso con auto, porque además el auto no se movió de allí desde dos días después de su desaparición. Encontraron a la mujer que la habían apuñalado varias veces y que había muerto en el segundo día de su desaparición. Por los restos que encontraron y algunas pistas dentro del auto, había un hombre que supuestamente era el asesino y la última persona que la había visto con vida.

Yo conocí a la mujer, no me acuerdo del nombre pero algunas veces la había visto en la gestoría que bajaba con el perro SAT para sacarlo de paseo, no tenía mucha relación porque la veía muy poco, pero fue impactante. De hecho la investigación duró varios meses casi un año, hasta que encontraron al asesino. Nos quedamos en shock cuando supimos que había pasado realmente, porque la mujer tuvo un amante con un hombre musulmán, se vio en la forma en que se intercambiaban SMS. Habían quedado la tarde de su desaparición en Vic, había una reserva de hotel por el cual pasaron dos noches y la tercera noche, ya ella no estaba y el hombre dejó la habitación y se fue de nuevo a su casa en Manlleu a seguir con su vida.

Lo que nunca se supo, fue el motivo de porque la mató, hay hipótesis que la mujer quería dejar la relación y él no quiso o quizás él se cansó de esa vida y tras dos noches de pasión se la cargó. Yo prefiero dejar así el asunto, pero impactó mucho esa noticia. Lo que si que se supo porque el jefe de mi padre me lo había compartido, me dijo que él no sabía nada de que tenía un amante, que por lo visto hacía seis meses que duraba.

Finalmente llegó el primer día de clase en IÓN, el tercer curso se presentó con bastantes cambios, como ya había dicho antes, ese año Tzorelle ya no lo tenía en el lugar, en este caso su materia lo impartió el Maestro Ascendido Kairel. Empecé dos materias nuevas, una dedicada a las emociones impartida por la Maestra Ascendida Lady Nada y otra materia dedicada a la fuerza del Sol interior, impartida por el Arcángel Jofiel. Los días que no tenía entrenamientos, me apunté a un pequeño curso sobre la comunicación telepática-emocional con el reino animal, es decir, aprender a hablar mejor con los animales, impartida por un duende llamado Garol.


Era extraño que un duende te impartiera una clase, era la primera vez que me pasaba, ya que no tienen muy buena fama, la gran mayoría suelen ser demasiado desafiantes y desconfiados, en el sentido que a la primera te pueden traicionar, por eso hay que andarse con cuidado. Pero Garol era totalmente diferente, de hecho se convirtió en un buen profesor, enseñaba trucos que quizás en las materias electivas no se iban a trabajar, por eso me siento tan unida al reino animal y ellos lo notan, cuando un protector se les presenta suelen confiar de inmediato y eres parte de su manada, sin tener que mostrar tanto.

Me encontraba con Rita mientras que entrabamos al segundo edificio, ese año nos tocaba pasear por un edificio nuevo. Era un momento importante, ya oficialmente éramos de los mayores, aunque nos quedaban dos años más, ya teníamos cierta experiencia y eso era importante para todos.

-        Dos años más, y estaré en Ávalon.- le comenté a Rita.

-        ¿Le seguirás hasta el fin del mundo, eh?- dijo ella irónica como ella es.

-        Siempre.- le dije entre risas.

-        ¡Hay el amor…!- comentó ella.

Deseaba entrar en Ávalon des del momento en que él había elegido ir, puesto que cada vez me gustaba menos estudiar en la otra punta de Europa, desde Italia hasta Inglaterra.

-        Pues que suerte tienes, encontraste a tu llama tan joven… lo mío pinta algo distinto…- comentó Rita.

-        He leído que en algunas ocasiones es porque es demasiado pequeño y por eso aún no te lo has encontrado.- le animé lo que pude.

-        O tal vez, no quiera saber nada de Agartha y de todo. Hay casos en que ocurre.- se puso triste así que le di la manito.

-        Seguramente que algo encontrarás para solucionarlo…- le dije con esperanza.

Sentía que éramos demasiado chiquitas para preocuparnos por eso, pero tenía razón, había leído en que una de las partes se queda en la visión limitante de 3D, debido a la familia o situaciones emocionales que no sabe cómo solucionar y por eso no mantiene el contacto suficiente con los Seres de luz. Esas historias siempre acababan mal, porque no terminaban juntos, tenían que pasarse la encarnación separados… algo me decía que es un dolor demasiado doloroso como para permitirse amar a otro, quizás tengas pareja pero… no es lo mismo. No era consciente de ello, en ese tiempo no, pero aún y así en otra vida lo tuve que pasar y no lo recomiendo. Si eres llama, debes hacer de todo para que funcione.

-        Sabes, yo no sabía que el Chico de Ojos Verdes es lo que determinan llama gemela. A veces ni te das cuenta de que lo tienes.- le dije para animarla.

-        ¿Es posible que me lo haya encontrado y no lo haya reconocido?- dijo con los ojos abiertos.

-        A veces pasa.- dije.

Se quedó pensativa, mientras subíamos al primer piso y nos quedábamos en la primera aula que había a la derecha. Las aulas no cambiaban mucho entre los edificios, algunos con pupitres otros con almohadas en el suelo.

-        Aunque Uriel dice que más adelante, cuando crezca tendré más chances para estar con él en la misma dimensión.- le comenté.

-        ¿Por qué?- me preguntó.

-        Dice que ahora solo nos permiten conocernos, porque luego será importante para encontrarnos.- contesté.

-        Supongo que teniendo seis años y hablar de estas cosas, no es algo muy común, dónde vivimos… pero si ya venimos aquí, ya somos diferentes…- comentó Rita.

Le sonreí en el momento en que nos sentábamos entre las almohadas y esperábamos la entrada del profesor.

-        ¿Crees que te puedes casar con alguien así?- pregunté.

-        ¡Claro que si!- contestó entusiasmada.- ¡Es el regalo más bonito caído del cielo, Laia!- dijo.

-        Pero cuanto misterio… - susurré y ella se puso a reír al final le acompañé con la risa.

Tras la última clase del primer día en IÓN, me despedí de Rita ya que ella tenía cosas que hacer, mientras que yo, tuve que ir al edificio de administración a rellenar y firmar unos documentos.

-        El Maestro Saint Germain te atenderá enseguida en su despacho, adelante.- dijo Kihara.

-        Gracias.- le dije mientras que seguía el pasillo y al llamar a la puerta entré a dentro.


Mientras esperaba, me quedé observando el rayo violeta que emergía de un vaso de cristal sin explicación ninguna, intentaba observarlo sin tocarlo pero parecía pura magia, ¿cómo era posible que un vaso de cristal tuviera un rayo dentro de color violeta sin explicación? Pensé que eran cosas de Maestros, pero me fascinaba que pudieran hacer eso.

-        ¡Bienvenida querida Laia! ¿Qué te parece el nuevo curso? – dijo el Maestro Saint Germain, mientras que bajaba de las escaleras que le llevaban a un estante lleno de libros muy antiguos que me llamó mucho la atención.

-        Gracias, Saint Germain. De momento bien.- dije contenta de verlo.

-        Por favor, toma asiento. Gracias. – me ofreció unas almohadas de color rosa y fucsia muy bonitos y me senté.- espero no molestarte mucho rato, sé que es la hora de volver, pero tenía que hablar contigo de un asunto importante. – dijo.

-        De acuerdo.- le contesté.

-        Ante todo recibe mis felicitaciones por aprobar las pruebas para formar parte de la orden de San Miguel otra vez. ¡Fue una grata sorpresa saber que las habías pasado! Dime, ¿por qué quisiste hacerlas tan pronto? – me preguntó.

-        Gracias.- dibujé una pequeña sonrisa debajo de la nariz y continué.- No lo sé, solo que… me sentí lista para hacerlas y lo hice. Entiendo que nadie de mi edad entra a una unidad, pero seguiré entrenando hasta que al final pueda entrar a trabajar.- le confesé.

-        Ya veo. Ningún alumno entra en la unidad sin cumplir la edad mínima de ocho años, Laia. Aún te faltan dos años, pero seguramente que ocuparás el tiempo en algo interesante. – dijo en el momento en que del cajón de un armario que había a la pared sacó un pequeño regalo y me lo ofreció en sus manos.

PD. Mañana dia 21 de marzo a las 3pm hora de españa, directo en instagram para la meditación del Merkabah Solar día del gusano. ¡Les esperamos!

Recomendación: Joaquín Sabina - Nos dieron las diez.

HR.

HERO&Corporation.

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