Como humanos desde pequeños nos enseñan que lo que tenemos que buscar siempre, es la felicidad. Puesto que es el único ingrediente de la vida, que te mantiene con la suficiente fuerza ante cualquier adversidad que se te presente ante ti. Si alguna vez has descubierto lo que uno puede llegar a sentir, cuando está depresivo, comprendes al pie de la letra mis palabras.
Socialmente nos nombran depresivos, aquellos que han perdido la felicidad y aunque hayan tenido que vivir un infierno y algunos lo hayan superado sin tomar medicación, nos siguen llamando depresivos, pero con miedo a que volvamos a recaer. Muchos de ustedes, habrán tenido el apoyo y la preocupación de sus padres, hermanos, familiares e incluso amigos, que habrán intentado ayudarles yendo al médico y tomando medicación en algunos casos más complejos. En el mío, no se los dije a nadie, ni a mis padres ni mucho menos a los amigos que me habían dejado de lado por no comprender lo que me sucedía. La única ayuda que sentía dentro de mi corazón como una esperanza, fueron los Seres de Luz, concretamente los Ángeles.
Si Jesús tuvo que pasar cuarenta días en el desierto solo, con un bolso con una botella de agua y un trozo de pan, mientras que sus sombras se reflejaban en el horizonte de las eternas dunas del Sahara y las pudo superar. Mi infierno fue una transformación de mi mundo interior que reflejaba el mundo exterior. El silencio hacia a fuera, fue mi arma para sentirme segura dentro, cuando las calles de mi corazón, solo sentían el dolor y el sufrimiento viajar a través de todo mi cuerpo, buscando y depurando todas las heridas emocionales que me había auto causado a lo largo de miles y miles de años. La fuerza que mantuve en esos diez meses de silencio, fue la llave para abrir el corazón del universo y sentirme parte del plan de Dios.
Mi sufrimiento culminó, cuando el universo abrió sus puertas y me admitió como su compañera más fiel para trabajar conjuntamente. Pero tuve que pagar el precio de sumergirme en las sombras, para amarlas en la luz y jamás olvidarlas puesto que esos eran los apuntes que debía estudiar para emprender el nuevo camino que había elegido transitar a partir de ese instante, caminé de la mano del universo y aquí estoy.
Jesús tuvo que pasar por esos cuarenta días, para poder comprender sentirse parte del universo y así empezar a caminar el destino que él mismo había elegido transformar. La depresión no es algo malo, socialmente tienen miedo los expertos en que acabes con brotes psicóticos y seas un peligro para ti mismo, pero ¿y si la sociedad nos ha estado evitando el camino del plan de Dios por miedo a lo que uno debe enfrentarse? Para mí la depresión cambió todo lo que de adolescente pensé que debía hacer y que de niña no me parecía atractivo, pasar por mi infierno fue el detonante de volver a mi verdadera naturaleza, ahora que vea ángeles, maestros, elohims, Grigoris… en general Seres de Luz, no me hace una persona “loca o fuera de su rumbo” puesto que yo también me considero un trabajador de la luz más, me considero uno de ellos.
Acepté este camino que parece que muchas personas que aprecio y amo, no comprenden por qué hago lo que hago, en realidad no cambiaré mi forma de ser por lo que piensen de mí, pero les comprendo que se sienten confusos y piensen que ahora sí que estoy enferma. Duele ver como tus propios padres te hacen callar la boca, porque tienen miedo de que yo me vuelva peligrosa y haga una locura, ¿qué locura puedo hacer leer la mente, leer tus memorias, cuidar de ti? Mi comportamiento no es para captar la atención de la gente, porque nunca tuve amigos en la infancia y en la adolescencia o me costaba mucho entender la forma de socializar en este tiempo, hago lo que hago, porque forma parte de mi mundo interior, y sí es verdad que hago cosas extrañas, como aparecer en los momentos que hay conflicto y tengo que colaborar para ayudar a la gente, pero eso no depende de mí, si pides ayuda al universo, lo normal es que los Seres de Luz acudimos a ayudarte de inmediato. Por eso, aparezco como los magos cuando quieren desaparecer algo de su chistera.
“Mágicos, enviados del cielo, amigos de Dios… así nos van llamando y me hace mucha gracia, porque miran al cielo con la esperanza de encontrar alguna señal, pero aquí estamos… a tu derecha, no allí arriba.”- Arcángel Uriel.
La magia de Dios es más que hacer aparecer ángeles en el cielo o en las calles, es tan inmensurablemente hermoso que si permites abrir el corazón, sentirás por ti mismo lo que digo, y no dudarás de que estás dentro del universo.
“Nuestros ojos son diferentes a los vuestros, si nos veis alguna vez, sentiréis el amor de la creación emanar de las venas de lo más profundo de vuestros corazones. Confiad en vosotros. Confiad en vuestro corazón. Él es el guía.”- Maestro Ascendido Seraphis Bey.
La luz solo es luz, y la oscuridad solo es sombra, pero ambos son creador y destructor, que unidos surges tú. El poder no está en la luz, ni en la sombra, sino en la neutralidad, en la unión de los dos aspectos, juntos construyen y cuidan mundos hermosos.
“De las cenizas serás tierra, y de la tierra crecerán tus raíces para que te conviertas en el árbol de vida que eres y siempre has sido.”- Arcángel Metatrón.
Sigue tú verdadera naturaleza y no temas por caer, aprenderás a levantarte por ti mismo.
Recomendación: Joan Dausà – Caure no fa mal.
HR.
HERO&Corporation.
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