Hace tiempo que me estoy dando cuenta de que la realidad es fácil de modificar, no es tan fija cómo nos enseñan de chiquitos, puesto que la realidad la creamos nosotros mediante las bases universales de la vida: palabras, intenciones y finalmente se convierten en una acción. En el universo se llama: sonido, luz, forma. Pero si cada uno de nosotros retrocede en sus memorias de esta encarnación ¿Cuándo fue el momento en que viviste un antes y después en tú vida y que de aquella acción toda tú vida tomó un rumbo distinto al inicio?
Cuando cumplí 14 años, la vida me mostró uno de los dones que nací con ellos en esta vida, y fue lo que llaman los Seres de luz el arte de la palabra escrita, que para nosotros lo conocemos como la escritura o creadora de historias. Este arte es uno de los siete artes sagrados que el universo valora como si fueses tu propio dios, puesto que las palabras se definen como actos de creación, en realidad cuando hablas, aunque uses la palabra “Hola” ya estás creando algo, sea un saludo en tú propia proyección de tú realidad, como una conexión con otra persona que quizás lo estés conociendo en ese momento, o puede que sea un viejo amigo que hace tiempo que no ves. El simple acto de saludar a alguien, ya estás creando una línea de conexión entre tú y aquella persona, que en el entramado del tiempo y el espacio, pueden sugerir distintas conexiones, es decir que quizás mañana te vayas de pesca con ese amigo que acabas de conocer y juntos hagan actividades, para seguir conectando y al final resonando.
Ser guionista, en mí caso, siempre me ha fascinado, porque creo historias desde cero, me defino como un “dios” dónde los personajes se mueven en un espacio y un tiempo determinado, y que estos personajes tienen sentimientos, la energía que les ayuda a tomar acción de los conflictos emocionales que tienen. El universo tiene razón, es uno de los siete artes que te definen como un “creador”, pero hubo un día en que mí camino se desvió por completo y tomó otra forma más sagrada de seguir “creando mi realidad”. Ese día fue el pasado 17 de Febrero del 2015 hacia las ocho de la tarde, fue un momento muy importante que se me quedó grabado en el corazón, como si fuese un calendario andante.
En ese tiempo, estaba pasando por la depresión que ya les conté una vez o varias, estaba empezando a retomar un poco las ganas de hacer algo con mí vida, porque no tenía ni estudios, ni trabajo, ni pareja, pero si familia. El único trabajo que me gustaba, era seguir creando los capítulos de la telenovela Historia de la Humanidad (link aquí), pero debido a la depresión, toda la inspiración para crear el capítulo 1x09 de HDLH se habían esfumado, lo poco que había escrito en un folio lleno de posits no tenían mucho sentido a cómo continuar la historia, así que lo dejé aparcado por varias semanas. Planteándome la gran pregunta “¿Valgo para ser guionista y ganarme la vida con esto?” lancé esta pregunta al aire, sin querer recibir la pregunta porque estaba pasando por un día muy duro, solo quería ver documentales de cualquier cosa, e intentar pasar el resto del día sin moverme mucho de la silla del ordenador.
De repente, recibí una llamada de un número privado. Mi celular raramente recibe llamadas, la gran mayoría son de mis padres en casos necesarios, como… “¿me dices qué decía la lista de la compra de la nevera, se nos ha olvidado?” y esas cositas cotidianas familiares. Recibir esa llamada era extraño, porque no doy el número a extraños y pensé que ya me querían vender algo, así que contesté sin muchas ganas. La sorpresa fue que no me querían vender nada, sino ofrecerme un trabajo, uno que cambiaría mí vida por completo, porque quién me llamó fue un director de series de TV, de la cadena de TV3 (una muy importante en Cataluña) que me ofrecía un trabajo como guionista en la serie que estaba pensando hacer en Barcelona.
¡No me lo podía creer! ¡El trabajo de mí vida con tan solo 22 años! El despegue de mí carrera como guionista ya en la pantalla chiquita… ¡Wow! El productor me empezó a hablar del proyecto con gran interés, le escuché de tal forma en que parecía que me sacaría de esa mierda de año que estaba pasando y que ya quería que fuese fin de año, y solo estábamos en Febrero. El productor había llegado a mí gracias a los capítulos de la telenovela en la pg web que les puse el link antes, y recuerdo que me felicitó y dijo textualmente “de verdad, te felicito por tus guiones porque están muy bien escritos, tienes talento, chica”. Parecía que la pregunta que me había planteado, tenía respuesta. El productor me daba la oportunidad de trabajar con él, pero que tenía a cinco guionistas más seleccionados para hacer una selección definitiva dónde agarrarían solo a dos para el proyecto, la reunión sería en Madrid, y me dijo que al día siguiente me llamaría.
Esperé la llamada y a la misma hora me llamó, diciendo que habían descartado a dos, por los cuales yo seguía siendo uno de los candidatos, y que al día siguiente se haría otra reunión para elegir definitivamente los dos guionistas. Me dijo que sino me llamase, quería decir que me había quedado fuera, pero sería la tercera de cinco elegidos. Esperé la llamada todo el día, nerviosa perdida, pensando en las mil formas que podría pasar al decirme que me agarraban… pero la llamada no llegó… me quedé fuera.
A pesar de que no me agarraron al final, no me rendí, seguí escribiendo los capítulos, porque pensé “si me han llamado, pueden volver a hacerlo para otro proyecto” aunque las ganas de escribir no eran muy altas, me lo tomé con calma para dejar el capítulo 1x09 HDLH impoluto (soy muy perfeccionista, lo reconozco). En septiembre de ese año, vi la serie que me habían ofrecido en TV3 (Merlí), se convirtió en una de las mejores series de España y Cataluña, incluso se ha llevado a países de habla hispana traducida al español. Me quedé a las puertas, pero eso me dio grandes chances de que mi talento es real.
Pero ahora echando la vista atrás, pienso en algo muy distinto… aquel año 2015 no tenía que descubrir mí talento como guionista, sino que tenía que descubrir la verdad de porque había elegido volver a encarnar de nuevo, y que el hecho de ver ángeles y Seres de Luz, no era un don simplemente, pues tenía algo más que tenía que descubrir. Entonces, entré en un dilema ¿qué es lo que realmente vine a hacer en esta encarnación, a mostrar mi talento como guionista de series de TV o el don de ver a los Seres de Luz? Las dos cosas, son trabajos compaginables con todo, pero son dos caminos completamente distintos, uno te lleva a la fama y el reconocimiento, y el otro al servicio al universo y al destino del planeta, su ascensión. ¿Cuál de los dos tenía que elegir?
Aquí la pregunta no era ¿Cuál de los dos caminos se me dan bien? Puesto que ambos salen desde el fondo de mí corazón, tenía que elegir ya que empecé a pensar en todas las horas invertidas en estudiar en Agartha y en las pocas que había invertido en formarme como guionista. Todo lo que ya realizaba en mí día a día, que aunque haberme quedado sin nada que hacer, salía de casa para ir a casa de mí abuela que vivía a tres manzanas de mí casa, y curiosamente me encontraba con problemas, una persona que no le arrancaba el auto y tenía que ayudarle a empujar el auto por la carretera. Una anciana que tenía un problema con un perro que se le había puesto dentro de su casa y estaba abandonado, ir a comprar en el super la merienda, y ver que de repente a pocos metros de ti un auto empieza a arder por recalentarse el motor y un fallo técnico.
Aunque eran cosas que la policía y los bomberos podían solucionar, mientras ellos no venían y eran avisados por la gente, yo siempre me detenía (y sigo haciéndolo) para ayudar, en uno de estos casos, tuve que hacerle la reanimación cardio-pulmonar porque el conductor se le había parado el corazón en medio de la calle, y me habían enseñado a hacerlo el arcángel Raffaello. Cuando llegaban los profesionales, la policía llegó un punto en que se acostumbraban a verme en medio siempre, pero recuerdo un día que los de la ambulancia me felicitaron porque salvé la vida de ese hombre de casi sesenta años, porque ellos no hubiesen llegado a tiempo.
Lo vi claro que mi trabajo es el Servicio al Universo, a pesar de que de vez en cuando seguiría haciendo los guiones de la telenovela en tiempos que pudiese dedicarme a ello (porque son procesos largos de muchos aspectos a observar y narrar). Pero el camino que había elegido y que iba a seguir y seguiré hasta el fin de mi existencia, fue, es y será el Servicio al Universo convirtiéndome en aquello que muchos no optarían hacerlo, en una trabajadora de la luz junto a los Seres de Luz y sobre todos con los ángeles y toda la jerarquía angélica. Que aunque me encuentre con muchas personas que siguen creyendo en que no hay nada más allá de esta dimensión y después de la vida, no significa que para el resto del Universo no exista. A mí me importa mucho el reino humano, animal, vegetal y mineral que existe en este planeta y en las demás civilizaciones del Universo. Esto es lo que me hace sentirme realizada, hacer el YOSOY por ejemplo, ayudar a la gente en mis guardias, estar tiempo con mis alumnos enseñándoles a gestionar sus emociones, creando videos en youtube sobre la Consciencia del SER, contestar mensajes de ustedes en redes sobre sus dudas a situaciones que estén viviendo. Esto es mi vida, mi felicidad, mi camino a seguir.
¿Crees que tú vida hubiese sido distinto si hubiese sido uno de esos dos guionistas? Seguramente que sí, ahora mismo estaría haciendo otra serie o intentando financiar la mía, pero no estaría haciendo lo que realmente me convierte en quién soy y he sido siempre, una emisaria al Servicio del Universo. Continuar por ser guionista simplemente, solo estaría buscando fama y reconocimiento, en cambio en el Servicio al Universo, buscas ayudar a la gente que te necesita y da igual de qué alcurnia te sientas, si estás en peligro o necesitas la ayuda del Universo, siempre nos tendrás contigo. La fama y el reconocimiento, solo es una expresión del YO (ego) en cambio el Servicio al Universo es usar el YOSOY (ego y corazón unidos en un mismo fin).
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