sábado, febrero 12, 2022

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 123 [2T]

 

-        ¡Ay, Gabriel… lo siento pensé que eras la mujer del pantano que venía a secuestrarme!- le confesé algo avergonzada.

Gabriel empezó a hacer muecas para ver si la mandíbula estaba bien.

-        Recuérdame que nunca te haga enojar, mi amor. ¡Qué golpe! – Dijo Gabriel.

Me eché a reír, me abalancé hacia a él, le di un beso en la mejilla, él me devolvió el abrazo y nos separamos. Me di cuenta de que era tarde en la noche, el Sol aún no había salido y todos estaban durmiendo.

-        ¿Qué haces aquí Gabriel?- le pregunté.

-        Me preguntaba ¿si te apetecía dar una vuelta conmigo por el complejo?- me ofreció la mano Gabriel.

Sin pensármelo mucho acepté, así que salté de la cama y me fui con él, antes miré si veía a Uriel, pero no estaba. Cuando estábamos en el pasillo, le detuve un momento…

-        ¿Dónde está Dary?- le pregunté.

-        Ha salido y me ha dejado a mí a tú cargo. – respondió susurrando.

Hacía muy poquito tiempo que a veces Uriel tenía que irse a la noche y me dejaba con Gabriel, fue cuando recordaba que él también era como una especie de guardián, pero su trabajo era un poco distinto. Por así decirlo, Uriel era el guardián oficial y Gabriel el sustituto. Finalmente tras caminar por una media hora, nos quedamos en un campo de futbol de hierba, Gabriel sacó de su bolso una manta la puso en el suelo, para quedarnos tumbados mirando las estrellas, que eran tan bonitas, mientras seguíamos conversando.

-        Cuando Dary se entere de esto, no le va a gustar…- dije.

-        No va a pasar nada porque una noche duermas menos, ¿no mi amor?- respondió él tan permisivo como ha sido siempre.

-        Claro, pero eso quiere decir que quizás a las doce del mediodía tenga un sueño interesante… ¿qué le dirás a él?- le dije.

-        Nada interesante, solo que nos apetecía ver las estrellas, en vez de soñar estando en ellas.- dijo y nos pusimos los dos a reírnos.


Sus ojos brillaban muy intensamente, eran verdes como nunca los había visto, automáticamente me puse algo nostálgica porque esos días que estaría allí, no podría ver al Chico. Pero estar en la compañía de Gabriel también era muy agradable, aunque sabía y sentía que él es mucho mayor que yo si contamos en años terrestres, él fue el segundo arcángel que nació en el universo, su forma de ser y la mía se parece mucho. Con él me sentía igual de joven, igual de adulta pero también igual de chiquita que él. Como si su alma y la mía fuesen almas gemelas, una conexión de mejores amigos aunque uno viva en otra dimensión y muchos de mis amigos de 3D no lo podía llegar a entender nunca o así lo pensaba en ese tiempo.

-        ¿Ahora en qué dimensión te encuentras?- le pregunté interesada.

Gabriel pasó su brazo por debajo de mi cabeza, podía notar su presencia y su cuerpo muy físicamente, pero yo sabía perfectamente que no estaba en viaje astral, por ende yo estaba en 3D y él tenía que estarlo también.

-        Estamos en la misma vibración, mi amor. He saltado para que estemos juntos un ratito. – respondió Gabriel con su sonrisa, su piel era blanquita pero sus labios siempre han sido algo más gruesos. Su sonrisa perfecta, con sus dientes blancos impolutos.

-        ¿De verdad que estás en 3D?- dije sorprendida, levanté la cabeza de su brazo y le toqué el brazo.

-        ¿No lo sientes? – preguntó.

-        No noto la diferencia, ya sabes que te puedo dar un abrazo aunque estés en otra dimensión.- le confesé.

-        Muy cierto, mi amor. Pero ahora si alguno de tus compañeros se levantase para ir al baño y nos mirasen por la ventana, me verían contigo.- respondió.

Miré al edificio de atrás, aunque aún estaba en sombras, la luz de las estrellas lo iluminaban, era la habitación, en ese lugar del campo de futbol, como era más alto que el resto de los campos del complejo, nuestra habitación parecía que fuese de planta baja.

-        ¿Qué significa que saltaste?- le pregunté.

-        Así es cómo se llama, cuando un ser de luz cambia de dimensión. Normalmente solemos saltar de 5D a 3D o subir a 9D. Es una forma rápida y eficaz de estar con nuestra gente cuando nos necesita, aunque solo se usa por una causa importante. – respondió.

-        ¿Yo soy una causa importante para ti?- alcé las cejas en señal de sorpresa.

Gabriel me miró y dijo que si con la cabeza, empecé a reírme y le di un golpe flojo en el abdomen perfecto que siempre ha tenido.

-        ¡Ay! ¿Qué pasa? Te estoy protegiendo, para mi es una causa importante…- dijo simulando que el golpe había sido más fuerte, bromeando como siempre hacía.

-        ¿De qué? ¿De las abejas?- dije y me puse a reír.

Entonces Gabriel que estaba algo picarón, me agarró de la cintura y empezó a hacerme cosquillas, yo me retorcía de la risa. Él paró cuando se acercó tanto a mí, que nos quedamos en silencio mirándonos directamente a los ojos, como si estuviéramos hipnotizados uno del otro, algo que nunca había pasado, pero estaba pasando.

Varios minutos más tarde, apartó la mirada con vergüenza, aunque su mirada cambió muy rápidamente de alegre a tristeza, se separó, y nos quedamos mirando las estrellas. Me acerqué a él, lentamente, hasta que caí rendida encima de su pecho abatida por el sueño que tenía. Lo último que recuerdo fue, cómo Gabriel me agarró en brazos y me llevó de nuevo a la cama, me ayudó a ponerme dentro del saco y se quedó allí conmigo agarrado de mi mano, hasta que Uriel regresó a las siete de la mañana para estar listo a las ocho y empezar el día allí.

Uriel se bañó en la piscina conmigo, cuando necesitaba estar un ratito sin nadie de 3D. Me quedé algo preocupada por la reacción de Gabriel en el campo de futbol, así que le compartí con Uriel lo que había pasado.

-        ¡Le dije que te dejase dormir! – dijo Uriel indignado.

-        ¿Sabes qué le pudo pasar allí?- le pregunté.

-        No te lo tomes a mal, pero Gabriel está pasando por un momento delicado. ¿Recuerdas a su mujer? – preguntó Uriel.

-        Si, la que le dejo, ¿no?- dije.

-        Hace un par de semanas, me dijo que cuando está contigo, le recuerdas mucho a ella. Aún la ama tanto que le lastima todo lo que le haga recordar a ella. No te lo tomes a personal, pero es que tiene razón, te pareces mucho… - dijo Uriel.

Primera noticia, me parezco a su ex. ¡Genial!

-        ¿Dónde está ella ahora mismo?- pregunté preocupada.

-        Ella encarnó en este planeta, pero Gabriel no sabe ni le quieren decir, quién es.- respondió Uriel.

Eso me puso bastante triste, tanto que decidí salirme del agua y estar en la toalla. El Sol pegaba tan fuerte que me quedé traspuesta sin querer.


Mi mente se volvió loca, parecía que estuviese viendo un recuerdo cuando estaba escondida en ese armario viéndome a mi yo del pasado besar a Gabriel. No sabía por qué, pero mi mente no podía parar de recordarlo en bucle, como si fuese lo que ahora llamamos Gift. Al mismo tiempo que no podía parar de repetir las palabras “la mujer que consiguió dejar a Gabriel y dejarlo desamparado”.

Me desperté alterada, Uriel me miró pero no quiso decir nada, me senté en la toalla observando a la multitud como algunos se bañaban, otros jugaban a cartas y otros charlaban de sus cosas. En ese momento yo me encontraba algo aislada a ellos, necesitaba estar un poco a solas con Uriel.

-        ¿Dary, puedes responderme a una pregunta con sinceridad?- le miré él estaba a mi izquierda.

-        Claro, ¿qué quieres saber? – contestó Uriel.

-        Cuando me tapaste los ojos dentro del armario, ese beso que vi que le daba a Gabriel, era ¿por qué era yo no su pareja? – le pregunté.

Uriel inspiró profundamente, desvió la mirada para concentrarse en uno de los hilos de la toalla que era más largo, jugueteó con ese hilo, mientras que estábamos en silencio.

-        Por favor, ¡necesito saberlo!- le exigí.

-        Fuiste su novia en esa vida. – respondió Uriel por su cara parecía que no quería hablar del tema, pero para mí eso me concomía por dentro.

Solo de esta forma, podía entender porque esa noche bajo las estrellas casi me da un beso en los labios. Quizás el tiempo no haya sido suficiente para que él, me dejase de amar.

-        Le dejé…- susurré.

-        ¡No fuiste su mujer, solo su novia! – rechistó Uriel.

Le miré sorprendida pero arrugando la frente.

-        Gabriel antes de su mujer, salía con diferentes chicas y tú eras una de ellas. ¡Pero hace mucho tiempo de eso, mi amor! Ahora las cosas son muy diferentes. ¿Sentiste algo cuando intentó besarte el otro día? – respondió Uriel algo molesto y preocupado al mismo tiempo.

-        Me gusta tenerlo de mejor amigo, pero no puedo responderte, porque no sé qué se siente cuando te besan.- respondí.

Me sentía demasiada pequeña como para pensar en besos, parejas e intenciones de algo romántico, a pesar de que sabía perfectamente que mi amor más profundo siempre había sido el Chico de ojos verdes. Si en el pasado estuve con Gabriel, motivos tendría, pero en esta vida solo tengo besos, abrazos y estancias disponibles solo para el Chico de ojos verdes, mi llama gemela.

Entonces me tumbé de cara al Sol, con una mano me tapaba la frente para que el Sol no me diese directamente en los ojos, fue entonces cuando vi en el cielo algo lejos una persona con alas volando, pero estaba sostenida sin moverse mirándome directamente, reconocí que era Gabriel, sonreí y simplemente volví al agua a jugar con mis compañeros.

A las ocho de la tarde dese mismo día, me tocaba ducharme, fue difícil hacerlo en un baño mixto y sin cortinas, pero no tuve más remedio que hacerlo. Después de vestirme, nos fuimos al comedor a poner la mesa, ese día me tocaba el servicio del comedor, mientras que esperábamos a que los demás entrasen, me senté en mi sitio a esperar a la Jenny porque comíamos siempre juntas. Solía comer en los banquitos, de cara a una fuente de agua que todo el mundo iba allí a rellenar las jarras de agua, se suponía que era agua de las montañas cercanas al pantano, de una en concreto llamada Puig de la Força (Cerro de la Fuerza). 

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HR.

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martes, febrero 08, 2022

La FE Te Convierte En Puro Como La Virgen María - Prt 2

 

Sus palabras me tranquilizaron bastante el corazón, aunque empezó a arderme como si la luz de repente hubiese regresado a mí, algo muy lindo estaba ocurriendo, algo que otros serían capaces de pagar cualquier precio para estar en mi lugar. Entonces le dije “¿Puedo saber tú nombre?” hay que decir antes que en ese tiempo no sabía que era Gabriel quién me visitaba, se presentaba siempre como mi protector, y dijo “Aún no estás lista para eso, pero puedes nombrarme como tú protector”. Dije que si con la cabeza, y escuché como se ponía de rodillas delante de la cama en la altura dónde tenía la cabeza.

Uriel me ha dicho que tienes preguntas, aquí estoy para responderte” dijo Gabriel, noté como colocaba los brazos apoyados en el colchón, lentamente acerqué el brazo derecho para tenerlo cerca de sus brazos aunque solo fuese sentir su presencia ya era más que suficiente, pero él se dio cuenta fue entonces cuando me dio la mano, me asusté por el simple hecho de ser un reflejo humano, pues su tacto era distinto cuando toco las manos de alguien, tenía una piel tan suave que invitaba a aferrarme a su mano tan fuerte como pudiese, y le dije “Te puedo tocar. ¿Cómo es posible si aún no estoy en Agartha?” Gabriel respondió “Por eones ustedes han decretado que nosotros los ángeles no tenemos cuerpo, por ende no podemos tocarles, he aquí la prueba, somos de carne y hueso como ustedes vibrando en otra vibración, pero nunca hemos dejado de estar con ustedes, protegiéndoles y ayudándoles, siempre”.

Entonces le pregunté “¿Desde cuando eres mi protector?” y Gabriel respondió “Te vi nacer en tú primera encarnación en este universo, hace mucho tiempo que soy tú protector. Te he visto morir y renacer más de ochenta veces, siempre estoy contigo protegiéndote las espaldas. Has tenido muchos nombres y en ocasiones has sido hombre y en otras mujer, trabajando al lado de Dios y a veces siendo su enemigo, pero ni Dios ni yo te hemos dejado de lado, solo que a la vista de tú corazón sentías que así era”. A pesar de vivir con padres agnósticos, siempre me he sentido conectada al universo y a Dios, sin haber ido a la iglesia de forma recurrente, solo en bodas y funerales ocasiones especiales, sin haber leído nunca la Biblia, pero sabiendo la vida de Jesús, por algunos escritos que se leían en clase de religión en el colegio, pero de alguna forma sabía la historia completa mucho antes de ver una película sobre la historia de Jesús. Sin saberla la sabía, como si esa información viniese del otro lado, dónde no es religioso, pues es la verdad de lo que sucedió.


Todas esas experiencias que tenía, sabía que eran especiales, solo para aquellos que realmente son capaces de no juzgar y aceptar a Dios tal y como es, energía de luz, agua viva para no morir nunca de sed. Entonces le pregunté “¿Por qué te presentas ante mí si yo no sigo ni soy seguidora de ninguna religión?” y Gabriel respondió “Confiar en Dios y en el universo no está dentro de ninguna orden religiosa. ¿Sabes lo que significa ser religioso en verdad? Aquellos que sigan un dogma serán nombrados fanáticos y aquellos que vivan de la verdad, serán llamados maestros. Quién sigue la verdad, sembrarán al mundo de nuevos maestros que recibirán la verdad, sin límites a la energía del corazón que resuenen, pues serán los mensajeros que Dios les habrá propuesto que sean y ellos mismos libremente habrán elegido serlo”.

De alguna forma yo había elegido ser maestra en este camino, me acordaba de que así lo había hecho en la boda de mi primo cuando tenía casi seis años. Recordaba la aparición de Dios, entonces fue cuando me puse a llorar de felicidad, Gabriel me secó las lágrimas con las yemas de sus dedos y dijo “De estas lágrimas alimentarás la FE que dentro de ti ansia ser alimentada, ahora que dejaste de lado la incoherencia y emprendes de nuevo el camino a la vida eterna”, noté el beso de sus labios en la mejilla derecha con especial amor, entonces dejé de llorar enseguida.

¿Puedo tocar tú rostro para saber cómo eres?” le pregunté, Gabriel agarró mis manos y se las llevó a su cara. Seguía manteniendo los ojos cerrados aunque la tentación era grande, pero no quería perderlo, me lo estaba pasando muy bien. A través de los Chakras de las manos pude verlo, se activaron solos y era como si tuviera los ojos en mis manos, igual que un ciego o que el monstruo de la película el laberinto del fauno. Su piel era con un tono tostado, sus ojos eran verdes, su pelo lo tenía largo por la altura de las orejas con rulos no muy definidos, de color castaño claro, su nariz era pequeña pero hermosa y sus labios carnosos que mostraban una sonrisa muy interesante de felicidad, también tenía bigote de dos días rubio seguido de una perilla un poco más oscuro, y le dije con una sonrisa “¡Eres hermoso!” y él respondió “Tu fe es admirable, Haia. Solo tú puedes recordar mi rostro después de tantas vidas”.

Eso fue lo último que ocurrió, porque luego le pedí que se quedara mientras que descansaba porque me sentía muy cansada, y él simplemente se colocó en la cama y me quedé abrazado a él. Al día siguiente desperté sin nadie pero recordando lo ocurrido con una feliz sonrisa de oreja a oreja. Había tenido la oportunidad de hablar con ese ángel tan maravilloso y simpático. ¡Qué bonito! Al día siguiente se quedó Uriel, solo charlamos de otros asuntos, pero el ambiente era diferente, porque Uriel lo conozco mejor que el protector, aunque me resultaba muy conocido, más que un hermano. La tercera noche regresó, pero solo se quedó a cantarme canciones y a estar conmigo charlando de temas personales, solo al terminar dijo “Si así lo deseas, volveré cuando quieras, solo tienes que gritar mi nombre y aquí estaré contigo, solo si conservas los ojos cerrados” y le dije “quiero que regreses, pero ¿Cuándo podrá ser con los ojos abiertos?” y él me dijo “Cuando entiendas qué es tener FE”.

¿Saben porque la Virgen María pudo ver a Gabriel y aceptar la voluntad de Dios al traer al mundo a Jesús? Porque tenía FE, ella siempre vio a Gabriel a lo largo de la vida de Jesús y siempre estuvo conectada al universo. ¿Cómo se creen que uno puede viajar a Agartha? Teniendo FE en ella, es la energía que nos mantiene conectados al propósito del universo, algo que escapa de nuestras manos para entenderla, pero cuando el universo necesita de nosotros, nos ofrecemos a ayudar sin pedirle explicaciones y acudimos a sus peticiones, sean cuales sean. La FE es lo único que ningún saqueador puede robarnos, quizás en el pasado las cruzadas mataban a fanáticos religiosos de más de una religión solo por creer y tenerle FE a otro dios o Profeta. Pero a pesar de que otros inculcaran otra creencia, dentro de cada uno seguía teniendo FE por el universo, algo que es imposible de quitar porque la FE se construye día a día con la voluntad de seguir el corazón.

Aquellos que ahora son Agnósticos o Ateos, son los que han permitido caer la FE porque las viejas costumbres religiosas están cayendo por su propio peso, ya no se creen la limitación de una religión, pero algunos que son Ateos tienen mucho miedo porque aceptar el plan divino y al universo, les hace sentir hormigas cuando sus trabajos diarios están en puestos de alto poder. Porque piensan que deben renunciar a ser ellos mismos, cuando seguir al plan divino, nunca pierdes tú propia identidad. Los Agnósticos son aquellos que confiaron algo importante en Dios y se sintieron traicionados por él y le culpan, cuando en verdad si analizan de nuevo la situación se darán cuenta de que los traidores son ellos mismos por la razón que sea, habrán traicionado uno de sus principios y eso te separa del plan divino.

Si están leyendo esto, es porque este mensaje tenía que llegarles, si han leído más sobre mis experiencias, confiarán que este camino se construye día a día acorde con la vibración del corazón, pues Dios habla a través de los latidos. Mi intención no es capturarles para que crean otra religión, ni tampoco limitarles con comportamientos para poder conectar, mi intención es solo que entiendas el camino universal, pero tú eliges qué quieres para ti. Mi camino está de la mano de los ángeles, especialmente de la mano de San Gabriel Arcángel.

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HR.

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sábado, febrero 05, 2022

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 122 [2T]

 

Miré a Uriel y luego volví a ver a Luzbel, empecé a caminar despacio hacia Luzbel, aunque tenía la mano agarrada con fuerza con Uriel, con la otra le puse encima del hombro, Luzbel dejó de llorar y me miró, sus ojos color miel me llegaron hasta el fondo del corazón, pero no tenía miedo, más bien lo veía como era, un ángel arrepentido de todos sus actos y ansioso por volver a casa.

-        Luzbel, tranquilo…- le dije.

Luzbel debido a la desesperación que sentía, se me enganchó en la cintura y me abrazó tan fuerte que tuve que soltar la mano de Uriel para abrazarlo a él.

-        ¡Tía, te he echado mucho de menos! ¡Sabía que volverías a por mí! – dijo agradecido seguía llorando ahora de felicidad.

¿Tía? Me descolocó muchísimo, ¿por qué me llamaba así?

-        ¿Puedo volver a casa ya?- me pedía Luzbel.

No sabía qué decir y le miré a Uriel, él decía que si con la cabeza.

-        Claro, hemos venido a acompañarte en este momento. Dios sabe que tus sentimientos son claros y verdaderos. Puedes volver.- le dije, sentía en el corazón que esas palabras realmente no las dije yo, pero las sentía dentro de mí tan profundas que seguramente era mi espíritu.


Luzbel contento empezó a explicar ciertas cosas que se arrepentía mucho de haber hecho, fue así como descubrí un poco los planes de Gämael, cuando él confesó que había ayudado al asesinato del padre del Chico, pero admitió que Gämael tiene algo mucho peor planificado para hacer.

-        ¿Qué más quiere hacer?- le pregunté me sentía tan preocupada que quería saberlo todo.

-        Va a por tu madre. Ella es vulnerable ahora, quiere poseerla. – confesó Luzbel.

-        ¿Estás seguro? – le preguntó Uriel.

Luzbel dijo que si con la cabeza, el corazón se me aceleró miré de nuevo a Uriel que me estaba mirando directamente a los ojos todo serio, eso no era nada bueno. Antes de que pudiera o hacer algo, desde la ventana pudimos ver a dos ángeles de la Cruz del Sur que gritaban el nombre de Luzbel, Uriel miró por la ventana discretamente y regresó a por mí.

-        ¡Tenemos que escondernos! ¡Ya! ¡Luzbel quédate aquí y no digas que estamos, ¿ok?! – dijo Uriel.

-        Vale.- respondió Luzbel al dejarme de abrazar.

Uriel abrió la puerta del armario y nos metimos los dos allí, ese armario tenía una rejilla dónde podías ver qué pasaba al otro lado. Tenía tanta curiosidad que parecía que el tiempo no iba como de costumbre. La ventana desapareció convirtiéndose en un rayo de luz dorada preciosa y divina, de allí pude identificar al arcángel San Gabriel de una forma tan brillante y hermoso que parecía un poco distinto a lo que solía verlo y recordarlo, me impresionó mucho. A su lado y de la mano, estaba una mujer también muy hermosa, que de alguna forma el corazón me avisó de que era alguien conocido, pero que no recordaba o reconocía. Fruncí el ceño, hasta que vi sus ojos y me di cuenta de que era YO misma, hacía mucho tiempo atrás, en el tiempo en que vivía en la Cruz del Sur (hace 150.000 años).

-        ¿Soy yo?- le susurré a Uriel.

Uriel simplemente dijo que si con la cabeza, y me tapó la boca con una de sus manos, teníamos que permanecer callados, porque mi YO del pasado se giró observando el armario pero no le dio importancia y siguió con lo que tenía que hacer.

-        ¿Estás listo sobrino para regresar a casa? – dijo Gabriel con su sonrisa de complicidad tan hermosa y brillante como él siempre ha sido.

-        Si tio Gabriel. – respondió Luzbel secándose las lágrimas mientras intentaba ponerse en pie.

-        Espera, Haia te curará las alas primero, para que puedas volver volando con nosotros.- decía Gabriel.

Haia es mi nombre espiritual (universal), en realidad es Haia Höe que significa Flor de Lys, esa fue la primera vez que volví a escuchar mi nombre en esta encarnación. Me emocioné un poquito, aunque la situación en sí era rara, me sentía como si fuese algo totalmente normal cuando una de las partes que forman parte de ti, pero que normalmente no te das cuenta, abandona su tiempo-espacio y acaba apareciendo en el mismo lugar y tiempo dónde estás tú. Pero cuando reconocí la sala antigua, me di cuenta de que quizás yo también había viajado en el tiempo, me moría de ganas de hacerle toda clase de preguntas a mi YO del pasado. Aunque toda la información que necesitaba en realidad la tengo dentro de mi corazón, sería surrealista pensar que quizás podría tener la chance de entrevistarme, aunque les suene una locura de Aries, viendo esto sería fácil saber quién fui en esa vida realmente.

Lástima que las leyes del tiempo y el espacio no permitan estas cosas, las paradojas que nos han contado en las películas son posibles solo a un 2% de los casos, pero el hecho de no poder hacer esto, es porque alteras las vibraciones del tiempo, es decir, no podía saber quién fui en esa vida, sin antes aceptarme tal y como soy en esta encarnación. Las bases del tiempo y el espacio para estar encarnación, le llamaremos número 87, no estaban aún definidas, por ende no podía construir mi propio castillo de naipes, ¿entienden?

Flor de Lys se agachó para tocar las alas de Luzbel y tan solo tocarlas y cantar una melodía, se le empezaron a sanar, era magia pura que salía de mis manos, me miré las mías y me pregunté ¿volveré a hacer algo así alguna vez en esta vida? Esas alas grises y agrietadas volvieron a ser lo que eran antes de la caída, blancas, radiantes con las puntas de color ocre, sin grietas y en perfecto estado. ¡Maravilloso!

Luzbel salió corriendo contento por la luz de la ventana, mientras que Flor de Lys y Gabriel se quedaron a dentro un momento uno enfrente del otro mirando a Luzbel cómo volvía a disfrutar de sus alas con felicidad. Se miraron a los ojos Gabriel le colocó el cabello detrás de la oreja y después se besaron. Uriel me tapó los ojos, me quise resistir pero cuando conseguí quitarme sus manos de los ojos, ya se habían ido de allí y la ventana volvía a estar como si nada.

-        ¡Vamos! – dijo Uriel agarrándome de la mano para salir del armario.

-        ¿Y ese beso entre Gabriel y mi YO del pasado, Dary que ha sido en realidad?- le pregunté muy asombrada.

-        Nada importante, mi amor…- Respondió Uriel mientras intentaba encontrar la puerta por la cual habíamos supuestamente entrado.

-        A mí no me lo pareció y más si me has tapado los ojos. ¿Qué significa eso Dary?- exigí.

-        De acuerdo… Gabriel y tú fueron pareja en esa vida… pero esto no debía pasar, no ahora. – respondió algo indignado Uriel.

Ahora todo me cuadraba, ese cariño especial era supuestamente por esa vida que estuve con él en una relación amorosa. Sorprendentemente eso me puso contenta, ¿quién puede decir que siendo humana en otra vida estuvo con uno de los arcángeles mejor solicitados en toda la historia de este planeta?

-        ¿Lo que acabamos de ver es el momento en que regresó al paraíso Luzbel?- le pregunté.

-        Así es, esto sucedió 250 años antes de tú actual encarnación. Luzbel dejó las sombras para volver a casa con Miguel y Fe – Respondió Uriel.

Uriel me agarró tan fuerte que me clavó la cara entre su pecho tan fuerte que me costaba moverme, pude ver como usaba sus alas para rodearnos.

-        Por favor, ¿puedes cerrar los ojos, lo que verás ahora puede dañarte la retina? – me aconsejó Uriel.

Obedecí, cuando ya me dijo que podía abrirlos, podía escuchar a la gente hacer ruido en otra habitación, me di cuenta de que estábamos en una sala con instrumentos de música, parecía la misma habitación vieja pero renovada y además con muebles. Salimos por la puerta y regresamos al pasillo para ir a buscar las escaleras, bajar a la planta baja y buscar la sala de baile, allí estaba Pep con más compañeros, esperando al resto para una reunión de bienvenida al lugar.


Nos sentamos en el piso haciendo un pequeño semicírculo, mientras que Pep y Maribel nos iban dando las normas del centro, las tenían escritas en un papel. Al terminar, nos decían cómo serían esos cuatro días allí, qué actividades haríamos y el juego de noche.

-        Esto es lo que haremos…- dijo la Maribel, entonces prosiguió – A las nueve de la mañana, el desayuno, después caminaremos por el bosque una hora para hacer la digestión, nos pondremos el traje de baño y pasaremos las mañanas en la piscina.- dijo.

Se me iluminó la cara, ¿toda la mañana en la piscina sin actividades? ¡Qué chollazo!

-        Los que les toque poner la mesa ese día, saldrán media hora antes de la piscina, después de almorzar, tiempo libre, si quieren jugar jueguen o si quieren un cuento de terror, Esther es la experta. Al terminar la digestión, regresaremos a la piscina hasta la hora de la cena. Una hora antes, será el tiempo para bañarse, tras la cena, se hará el juego de terror temático para estos cuatro días.- dijo Pep.

¡Maravilloso! Sin actividades molestas que no te dejen ni un tiempo libre para ti, piscina y cuentos de terror, ¡qué buena combinación para alguien que le tiene pánico a la oscuridad! Pero que divertido… al fin había encontrado mi Nirvana en 3D. Después de darnos la merienda, una napolitana de chocolate, además nos alimentaban muy bien, nos fuimos todos juntos a hacer una vuelta por las instalaciones porque el complejo era muy grande.

El juego de noche del Tripijoc no era moco de pavo, daba mucho miedo, tanto que a veces por las noches no podía dormir, sobre todo la primera noche, aunque estuviese muy cansada. Se las ingeniaban para ser una historia lo más real posible, por ejemplo, en ese año, se inventaron que hacía cien años, una niña de quince años se ahogó en el pantano, pero realmente la historia iba de una niña que había sido asesinada por su madre, dónde ella seguía viva entre nosotros y de noche se paseaba por las habitaciones del complejo, buscando otra niña para matarla. Ya se pueden imaginar, a mí haciendo guardia para que esa mujer no viniese a nuestra habitación y se llevase a nadie. ¡Miedo no lo siguiente!

-        ¡Laia, Laia, despierta! – escuché una voz.

Alguien que no sabía quién era, porque yo todavía mantenía los ojos cerrados, empezó a tocarme para que me despertara, pero como fue tan brusco y me entró el miedo, al abrir los ojos, vi unos cabellos dorados largos hasta los hombros, con rulos, que me asusté, al incorporarme le di una hostia con toda la mano abierta a la supuesta mujer que venía a secuestrarme.

-        ¡Ay!- gritaba pero no era una mujer, pues su grito era de hombre.

Cuando se giró para mirarme, con la otra mano en la mejilla, me quise morir…

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HR.

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El Espejo De Mí Vida - Capítulo 205 [3T]

  Sabía que me jugaba algo grave, nunca les había mentido a mis padres, ni les había hecho algo parecido jamás. Pero yo no podía volver a ...