Miré a Uriel y luego volví a ver a Luzbel, empecé a caminar despacio hacia Luzbel, aunque tenía la mano agarrada con fuerza con Uriel, con la otra le puse encima del hombro, Luzbel dejó de llorar y me miró, sus ojos color miel me llegaron hasta el fondo del corazón, pero no tenía miedo, más bien lo veía como era, un ángel arrepentido de todos sus actos y ansioso por volver a casa.
- Luzbel, tranquilo…- le dije.
Luzbel debido a la desesperación que sentía, se me enganchó en la cintura y me abrazó tan fuerte que tuve que soltar la mano de Uriel para abrazarlo a él.
- ¡Tía, te he echado mucho de menos! ¡Sabía que volverías a por mí! – dijo agradecido seguía llorando ahora de felicidad.
¿Tía? Me descolocó muchísimo, ¿por qué me llamaba así?
- ¿Puedo volver a casa ya?- me pedía Luzbel.
No sabía qué decir y le miré a Uriel, él decía que si con la cabeza.
- Claro, hemos venido a acompañarte en este momento. Dios sabe que tus sentimientos son claros y verdaderos. Puedes volver.- le dije, sentía en el corazón que esas palabras realmente no las dije yo, pero las sentía dentro de mí tan profundas que seguramente era mi espíritu.
Luzbel contento empezó a explicar ciertas cosas que se arrepentía mucho de haber hecho, fue así como descubrí un poco los planes de Gämael, cuando él confesó que había ayudado al asesinato del padre del Chico, pero admitió que Gämael tiene algo mucho peor planificado para hacer.
- ¿Qué más quiere hacer?- le pregunté me sentía tan preocupada que quería saberlo todo.
- Va a por tu madre. Ella es vulnerable ahora, quiere poseerla. – confesó Luzbel.
- ¿Estás seguro? – le preguntó Uriel.
Luzbel dijo que si con la cabeza, el corazón se me aceleró miré de nuevo a Uriel que me estaba mirando directamente a los ojos todo serio, eso no era nada bueno. Antes de que pudiera o hacer algo, desde la ventana pudimos ver a dos ángeles de la Cruz del Sur que gritaban el nombre de Luzbel, Uriel miró por la ventana discretamente y regresó a por mí.
- ¡Tenemos que escondernos! ¡Ya! ¡Luzbel quédate aquí y no digas que estamos, ¿ok?! – dijo Uriel.
- Vale.- respondió Luzbel al dejarme de abrazar.
Uriel abrió la puerta del armario y nos metimos los dos allí, ese armario tenía una rejilla dónde podías ver qué pasaba al otro lado. Tenía tanta curiosidad que parecía que el tiempo no iba como de costumbre. La ventana desapareció convirtiéndose en un rayo de luz dorada preciosa y divina, de allí pude identificar al arcángel San Gabriel de una forma tan brillante y hermoso que parecía un poco distinto a lo que solía verlo y recordarlo, me impresionó mucho. A su lado y de la mano, estaba una mujer también muy hermosa, que de alguna forma el corazón me avisó de que era alguien conocido, pero que no recordaba o reconocía. Fruncí el ceño, hasta que vi sus ojos y me di cuenta de que era YO misma, hacía mucho tiempo atrás, en el tiempo en que vivía en la Cruz del Sur (hace 150.000 años).
- ¿Soy yo?- le susurré a Uriel.
Uriel simplemente dijo que si con la cabeza, y me tapó la boca con una de sus manos, teníamos que permanecer callados, porque mi YO del pasado se giró observando el armario pero no le dio importancia y siguió con lo que tenía que hacer.
- ¿Estás listo sobrino para regresar a casa? – dijo Gabriel con su sonrisa de complicidad tan hermosa y brillante como él siempre ha sido.
- Si tio Gabriel. – respondió Luzbel secándose las lágrimas mientras intentaba ponerse en pie.
- Espera, Haia te curará las alas primero, para que puedas volver volando con nosotros.- decía Gabriel.
Haia es mi nombre espiritual (universal), en realidad es Haia Höe que significa Flor de Lys, esa fue la primera vez que volví a escuchar mi nombre en esta encarnación. Me emocioné un poquito, aunque la situación en sí era rara, me sentía como si fuese algo totalmente normal cuando una de las partes que forman parte de ti, pero que normalmente no te das cuenta, abandona su tiempo-espacio y acaba apareciendo en el mismo lugar y tiempo dónde estás tú. Pero cuando reconocí la sala antigua, me di cuenta de que quizás yo también había viajado en el tiempo, me moría de ganas de hacerle toda clase de preguntas a mi YO del pasado. Aunque toda la información que necesitaba en realidad la tengo dentro de mi corazón, sería surrealista pensar que quizás podría tener la chance de entrevistarme, aunque les suene una locura de Aries, viendo esto sería fácil saber quién fui en esa vida realmente.
Lástima que las leyes del tiempo y el espacio no permitan estas cosas, las paradojas que nos han contado en las películas son posibles solo a un 2% de los casos, pero el hecho de no poder hacer esto, es porque alteras las vibraciones del tiempo, es decir, no podía saber quién fui en esa vida, sin antes aceptarme tal y como soy en esta encarnación. Las bases del tiempo y el espacio para estar encarnación, le llamaremos número 87, no estaban aún definidas, por ende no podía construir mi propio castillo de naipes, ¿entienden?
Flor de Lys se agachó para tocar las alas de Luzbel y tan solo tocarlas y cantar una melodía, se le empezaron a sanar, era magia pura que salía de mis manos, me miré las mías y me pregunté ¿volveré a hacer algo así alguna vez en esta vida? Esas alas grises y agrietadas volvieron a ser lo que eran antes de la caída, blancas, radiantes con las puntas de color ocre, sin grietas y en perfecto estado. ¡Maravilloso!
Luzbel salió corriendo contento por la luz de la ventana, mientras que Flor de Lys y Gabriel se quedaron a dentro un momento uno enfrente del otro mirando a Luzbel cómo volvía a disfrutar de sus alas con felicidad. Se miraron a los ojos Gabriel le colocó el cabello detrás de la oreja y después se besaron. Uriel me tapó los ojos, me quise resistir pero cuando conseguí quitarme sus manos de los ojos, ya se habían ido de allí y la ventana volvía a estar como si nada.
- ¡Vamos! – dijo Uriel agarrándome de la mano para salir del armario.
- ¿Y ese beso entre Gabriel y mi YO del pasado, Dary que ha sido en realidad?- le pregunté muy asombrada.
- Nada importante, mi amor…- Respondió Uriel mientras intentaba encontrar la puerta por la cual habíamos supuestamente entrado.
- A mí no me lo pareció y más si me has tapado los ojos. ¿Qué significa eso Dary?- exigí.
- De acuerdo… Gabriel y tú fueron pareja en esa vida… pero esto no debía pasar, no ahora. – respondió algo indignado Uriel.
Ahora todo me cuadraba, ese cariño especial era supuestamente por esa vida que estuve con él en una relación amorosa. Sorprendentemente eso me puso contenta, ¿quién puede decir que siendo humana en otra vida estuvo con uno de los arcángeles mejor solicitados en toda la historia de este planeta?
- ¿Lo que acabamos de ver es el momento en que regresó al paraíso Luzbel?- le pregunté.
- Así es, esto sucedió 250 años antes de tú actual encarnación. Luzbel dejó las sombras para volver a casa con Miguel y Fe – Respondió Uriel.
Uriel me agarró tan fuerte que me clavó la cara entre su pecho tan fuerte que me costaba moverme, pude ver como usaba sus alas para rodearnos.
- Por favor, ¿puedes cerrar los ojos, lo que verás ahora puede dañarte la retina? – me aconsejó Uriel.
Obedecí, cuando ya me dijo que podía abrirlos, podía escuchar a la gente hacer ruido en otra habitación, me di cuenta de que estábamos en una sala con instrumentos de música, parecía la misma habitación vieja pero renovada y además con muebles. Salimos por la puerta y regresamos al pasillo para ir a buscar las escaleras, bajar a la planta baja y buscar la sala de baile, allí estaba Pep con más compañeros, esperando al resto para una reunión de bienvenida al lugar.
Nos sentamos en el piso haciendo un pequeño semicírculo, mientras que Pep y Maribel nos iban dando las normas del centro, las tenían escritas en un papel. Al terminar, nos decían cómo serían esos cuatro días allí, qué actividades haríamos y el juego de noche.
- Esto es lo que haremos…- dijo la Maribel, entonces prosiguió – A las nueve de la mañana, el desayuno, después caminaremos por el bosque una hora para hacer la digestión, nos pondremos el traje de baño y pasaremos las mañanas en la piscina.- dijo.
Se me iluminó la cara, ¿toda la mañana en la piscina sin actividades? ¡Qué chollazo!
- Los que les toque poner la mesa ese día, saldrán media hora antes de la piscina, después de almorzar, tiempo libre, si quieren jugar jueguen o si quieren un cuento de terror, Esther es la experta. Al terminar la digestión, regresaremos a la piscina hasta la hora de la cena. Una hora antes, será el tiempo para bañarse, tras la cena, se hará el juego de terror temático para estos cuatro días.- dijo Pep.
¡Maravilloso! Sin actividades molestas que no te dejen ni un tiempo libre para ti, piscina y cuentos de terror, ¡qué buena combinación para alguien que le tiene pánico a la oscuridad! Pero que divertido… al fin había encontrado mi Nirvana en 3D. Después de darnos la merienda, una napolitana de chocolate, además nos alimentaban muy bien, nos fuimos todos juntos a hacer una vuelta por las instalaciones porque el complejo era muy grande.
El juego de noche del Tripijoc no era moco de pavo, daba mucho miedo, tanto que a veces por las noches no podía dormir, sobre todo la primera noche, aunque estuviese muy cansada. Se las ingeniaban para ser una historia lo más real posible, por ejemplo, en ese año, se inventaron que hacía cien años, una niña de quince años se ahogó en el pantano, pero realmente la historia iba de una niña que había sido asesinada por su madre, dónde ella seguía viva entre nosotros y de noche se paseaba por las habitaciones del complejo, buscando otra niña para matarla. Ya se pueden imaginar, a mí haciendo guardia para que esa mujer no viniese a nuestra habitación y se llevase a nadie. ¡Miedo no lo siguiente!
- ¡Laia, Laia, despierta! – escuché una voz.
Alguien que no sabía quién era, porque yo todavía mantenía los ojos cerrados, empezó a tocarme para que me despertara, pero como fue tan brusco y me entró el miedo, al abrir los ojos, vi unos cabellos dorados largos hasta los hombros, con rulos, que me asusté, al incorporarme le di una hostia con toda la mano abierta a la supuesta mujer que venía a secuestrarme.
- ¡Ay!- gritaba pero no era una mujer, pues su grito era de hombre.
Cuando se giró para mirarme, con la otra mano en la mejilla, me quise morir…
Si te interesa comprar los capítulos de la telenovela Historia de la Humanidad, te dejo el link.
Recomendación: Desde mi ventana - Película en Netflix.
HR.
HERO&Corporation.
No hay comentarios:
Publicar un comentario