lunes, octubre 19, 2020

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 53

 

Miraba la copa de los árboles estaba a una altura de más de diez metros y poco más de altura, era impresionante. Caminaba cerca de la llanura, en silencio, escuchando los diferentes ruidos de animales que sobrevolaban las ramas de aquellos árboles, a lo lejos se escuchaba el viento como saludaba las hojas con alegría y al mismo tiempo sentí como a mí me daban la bienvenida, des del fondo de mí corazón, el latido empezó a ser más intenso.

Me sentía algo nerviosa, porque había leído en el manual que los árboles cuando conectas con ellos, te suelen contar historias del universo, su creación, guerras, las sembradas incluso historia de este planeta. ¿Qué historia me tocaría a mí escuchar? También me sentía así, porque era la primera vez que hacía algo así, seguí caminando en silencio, escuchando como mis pies se enterraban ligeramente en la tierra. Hasta que me quedé quieta delante de un árbol.

-          Ho-la…- dije algo asustada.

Ese árbol notaba en el corazón que tenía que tocarlo, así que alargué la mano y le toqué el tronco.

-          Si quieres escuchar mí historia, amada hermana, debes quitarte los zapatos y enterrar tus pies junto a mis raíces – escuchaba su voz dentro de mí corazón, era una voz de mujer.

-          De acuerdo, soy Laia.- dije mientras me quitaba los zapatos y los calcetines me acercaba a ella y enterraba mis pies en el frío tacto de la tierra húmeda.

-          Mi nombre es Arthlán, disfruta de mí historia. – dijo muy amablemente.

Coloqué mis manos en el tronco de ella, respiré profundamente por la nariz y esperé con los ojos cerrados, su historia.

Todo estaba oscuro, no había nada. Hasta que empecé a ver una estrella muy brillante en azul, era un planeta muy grande dónde los Seres de ese lugar tenían la piel algo azulada y una gigantes ojos cristalinos en verde o azul, vestían en túnicas de colores claros. Trabajaban la energía en sus manos y con el cuerpo, reconocí esos movimientos igual que lo que me enseñaba Gabriel en las clases de trabajador energético.


Las imágenes rebotaban a mí cabeza gracias a Arthlán. Ella terminó de enseñarme ese planeta y volvimos al presente, abrí los ojos y empecé a hacerle preguntas.

-          ¿Qué me acabas de mostrar?- le pregunté.

-          A los Arcturianos, una civilización que está a mucha distancia de aquí pero que tú les tienes un especial cariño, querida. – dijo ella con mucho amor.

-          No sé quiénes son. – le dije.

-          ¿Estás aprendiendo a bailar ancestralmente con la energía, cierto? – preguntó.

-          Si, Gabriel me está enseñando.- contesté.

-          El hombre que has visto, fue tú primer mentor en eso, Gabriel solo te está ayudando a que lo recuerdes. – informó.

-          ¿Por qué?- pregunté.

-          Este es un trabajo que algún día el mundo deberá aprender a realizar para aprender a SER como nosotros, Seres de Luz conscientes. – dijo ella.

Algo me decía que ella tenía razón, estaba recordando trabajos que nadie que conocía sabía de qué iban y que fuesen tan importantes, como aprender a canalizar la energía fluvial del planeta para fluir y convertirse en un Co-creador de realidades. <Un trabajo del futuro> así me lo presentaban la primera vez, y que algunos como nosotros, enseñarían al mundo a recordarles cómo funciona.

Me despedí del árbol dándole un beso y un abrazo, seguí caminando en silencio, hasta que de repente escuché unos gritos de lo que parecía una mujer, por el cual estaba sufriendo. Así que empecé a rastrear esos gritos, hasta que me escondí detrás de un árbol, para ver a dos Maestros uno enfrente del otro, hombre y mujer sin sus túnicas, completamente desnudos en medio de los Sistemas de Agartha. Los dos se miraban a los ojos, en silencio, mientras que el hombre que tapaba las exuberantes femeninas de ella que se encontraba de espaldas, le empezó a acariciar todo el centro de la columna, desde la nuca hasta las lumbares suavemente, la mujer empezó a suspirar pero parecía que era algo bueno. ¿Qué estaban haciendo? ¿Qué hacían desnudos?

Suavemente el hombre le besó en los labios con mucho amor, la mujer cerró los ojos, y se dejaron llevar por ese beso, que jamás había visto. No podía apartar la mirada de ellos, lo que hacían no lo había visto nunca. Así que me agaché y me escondí tras unos matorrales, para seguir espiándoles. El hombre lentamente se fue acercando a la mujer, sin dejar de besarla, hasta que ella se quedó sentada encima de él, encima de los matorrales que les tapaban hasta la altura de los pechos de ella. Parecía que se lo estaban pasando bien, pero no entendía nada. Escuché de nuevo esos gritos con la respiración entrecortada y ese baile que hacían arriba y abajo, que no entendía. Me quedé sin palabras, hasta que alguien me agarró del brazo y me giró.

-          ¿Qué haces aquí?- susurraba Tzorelle.- regresa al grupo de inmediato, ¿no ves que esos dos necesitan intimidad?- exigía.

Me avergoncé tanto que a cuatro patas salimos los dos de allí sin hacer nada de ruido, no queríamos interrumpirles. Mientras que caminábamos de vuelta al grupo, no me pude resistir preguntar.

-          ¿Qué estaban haciendo desnudos allí esos dos?- pregunté.

-          Se estaban conociendo de una forma más íntima.- dijo Tzorelle no se pudo aguantar y se le escapó una sonrisa silenciosa.

-          ¿Desnudos?- repetí.

-          ¿Te han hablado alguna vez del Tantra?- preguntó él.

Me detuve con las cejas arqueadas, él se giró y aceptó mi respuesta como un “ni puñetera idea”.

-          Es la conexión sexual del universo, que te conecta con la creación y se manifiesta en la relación entre dos personas que sean pareja.- contestó Tzorelle.

-          ¿Para hacer bebés?- dije.

-          No, es para conectarse con la divinidad de la creación del Todo. Si quieren tener un bebé, es algo un poco diferente.- contestó él.

-          Mis padres se piensan que los bebés vienen de la cigüeña pero últimamente mi madre me quiere enseñar el proceso del embarazo…- comenté riéndome, él se unió.

-          Para conectar con el Tantra, no necesitas al principio tener pareja o cumplir un mínimo de edad. Tiene diferentes etapas y puedes empezar cuando lo sientas.- informó.

A pesar de tener casi seis años, me picaba la curiosidad, así que Tzorelle al volver a IÓN me dejó un libro introductorio que te explicaban cómo funcionaba todo eso y porqué era importante aprenderlo antes de centrarte en que algún día, cuando sería mayor, me convertiré en madre. Sentía curiosidad, así que al volver ese día de IÓN le dejé el libro a Uriel para que me lo guardase.

-          ¿Qué haces con esto? – me preguntó Uriel.

-          Tzorelle me ha recomendado que lee este libro – le dije.

-          ¿Por qué? – preguntó Uriel, en este instante parecía más un padre que un arcángel guardián.

-          Siento curiosidad y sabes muy bien que en Agartha no existen los límites del saber, sea cual sea. – le recordé.

Su cara de “eres demasiado pequeña para hablar de sexo” se le quedó impregnada durante casi todo el día. En el recreo, mientras estaba cerca de las profesoras, él intentó sacarme el tema.

-          ¿Por qué de repente tienes curiosidad por el Tantra? Eres un poco pequeña para empezar esto, ¿no lo crees? – decía algo preocupado Uriel.

-          De hecho… te tengo que contar una cosa…- le dije y le conté lo que había pasado, flipó.

-          ¿Por eso te entró la curiosidad? – preguntó arqueando las cejas.

-          Si, ya sabes que soy muy curiosa.- le contesté.


Uriel me contó que no era muy normal que con casi seis años ya estuviese interesado en temas como este, en el 2000 no se hablaba de Tantra, ni tampoco de según qué cosas sobre las relaciones conyugales. No quería decir que quisiese crecer ya, sino que según el libro decía que el primer nivel de Tantra se podía empezar a cualquier edad, Tantra no quiere decir sexo, es una comunicación con la energía creadora sexual del universo, una relación que si en el futuro tengo que se mamá, debería empezar a relacionarme. Una vez más, nadie de mí edad estaba en el mismo nivel de vibración en el que me encontraba, así que tenía que leer el libro y hacer mis conexiones en horas en que no hubiese nadie cerca. El lugar fue mí habitación, ya empecé a encerrarme sin que mis padres estuviesen que controlar todo el tiempo, y según el libro, el primer nivel era una meditación.

-          Para meditar con la energía universal creadora, se necesitan dos cosas, la primera un objeto muy querido que te represente y la segunda mantener la calma y la consciencia en toda la conexión – decía el libro.

Uriel vigilaba que nadie me viniese a molestar, era un momento delicado, para vuestra información esto es sin quitarse nada de ropa, pero estar cómodos, como el pijama o ropa de casa.

-          Entonces usen una canción que les relaje y escuchen con atención el ritmo de la canción en su corazón – decía el libro.

Activé el radio casette y sonó la canción de Sarandonga una de mis favoritas. Respiraba profundamente y me dejé llevar sin perder la conciencia, hasta que perdí el sentido del espacio y el tiempo y empezaron a llegar imágenes a mí cabeza.

Un par de ojos de lobo que me miraban fijamente. La nieve derretirse en la frente. La brisa de la primavera anunciando un verano con esperanza. Las olas del mar en la orilla. Una carretera y una persona corriendo hasta el fin de la vida. Un par de ojos de lobo que me miraban fijamente.

La canción terminó y sin darme cuenta, había perdido el sentido tanto, que me sentía hiperventilando. Había tenido mi primera conexión con la creación universal. Ese lobo era mí amor, me reconocí en esos ojos. Me puse a leer.

-          Ver animales en las visiones, es una buena noticia de quién te representa en la energía universal de la creación. – decía el libro.

El Tantra tiene muchos niveles, nunca es tarde para empezar a ser sexualmente universal. Ya me entienden.

Ese nuevo curso en IÓN estaba siendo algo muy distinto al curso anterior, estaba a punto de cumplir un año allí y solo podía pensar en una cosa, en el primer día que pisé estas tierras y que además conocí al Señor Ojos Verdes. El día de mi santo fue algo nostálgico, porque cuando estaba en la hora libre, no pude evitar ir solita a ver el entrenamiento del juego de la Rata y regresar al lugar dónde todo empezó. Me llevé algo para tomar de la cafetería y me senté junto a un arbolito como si el Señor Ojos Verdes estuviese a mí lado.

-          Un año menos falta, para que volvamos a estar los dos en un mismo lugar…- susurré.

Algo me decía que quizás no era un simple amigo, aunque era chiquita para entender, quizás mi alma, ya entendía lo que es el amor. 

Recomendación: Paradise - Coldplay

HR.

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viernes, octubre 16, 2020

Trabajando Con La Jerarquía Angélica

 

Desde que nos des confinaron en Mayo, y tras volver al trabajo de las guardias de la orden de San Miguel Arcángel, que me dieron una misión nueva para trabajar, desde que empecé a trabajar para la conciencia planetaria, siempre he estado al lado de los Maestros Ascendidos, pero este año por lo que se ve, me toca trabajar con la Jerarquía Angélica. Para aquellos que todavía sean neófitos en esto, la jerarquía angélica en realidad son todos los grupos que hay dentro de la categoría o Ser de Luz conocidos con el nombre de ángeles.


Actualmente estoy trabajando junto a casi mil ángeles que pertenecen a diferentes categorías dentro de la jerarquía angélica. Sigo estando en Maestría, no se preocupen que todavía no me ordenaron Maestra Ascendida, pero a veces las misiones que nos proponen hacer no siempre será dentro del grupo de Maestros. En este caso, trabajo con los ángeles, arcángeles, Tronos, Querubines, Potestades, Divinidades y Seraphines para terminar el trabajo del YOSOY.

Durante este 2020 se nos ha prohibido seguir con nuestras vidas como estábamos acostumbrados, para obligarnos a hacer una pausa, mirar hacia atrás y limpiarnos emocionalmente y así poder continuar el camino que debemos seguir hacia la conciencia colectiva. Por eso estamos hoy aquí los emisarios, en mi caso, a mediados de Junio me dijeron que tendría que hacer y dónde tendría que ir para hacer las meditaciones diarias durante todo un año, por el YOSOY. En realidad quién me dijo todo lo que necesitaba hacer fue el Seraphin Hamiah, él me dijo que las meditaciones diarias serían en la Torre del Reloj que hay en mi ciudad llamada Manlleu, en la Iglesia de Santa María.

La Torre serviría como antena para anclar la energía del cielo a la tierra, y así ayudaría a que la energía espiritual, emocional y física se plasmase en nuestra sociedad, para dar así el comienzo al nuevo mundo. También me dijo que tendría compañeros de trabajo que se irían sumando a lo largo de las conexiones, en todo momento me dijo “no deberás hacerlas públicas las conexiones, solo una parte importante del mensaje, pues ya hay otro emisario que se ha ofrecido a hacerlo”. Para hacer este trabajo necesitaban a un emisario, pero no cualquier emisario, sino uno que estuviese en Maestría (yo curiosamente, cumplo los requisitos y por eso acepté), y Uriel simplemente aceptó tras pensar durante dos meses, este trabajo.

Es por eso que cada día, des del 4 de Agosto del 2020 vamos entre las 7 y las 9 de la tarde, a la Torre del Reloj para hacer la conexión del YOSOY que toque en ese día. Hoy hemos hecho la conexión número 73, pero en realidad empezamos el 30 de Julio, con los 5 sólidos platónicos (toda la información la tienen aquí), pero son los cinco días fuera del tiempo, por eso llevamos 73 días + 5 días fuera del tiempo. Esta es la base de las conexiones, y será así hasta el próximo 29 de Julio del 2021.

Actualmente todos los pilares de conciencia y emisarios de la conciencia planetaria, estamos trabajando en esto, cada uno en un lugar distinto del planeta, en un nodo de la red planetaria, siempre en una ciudad o pueblo, pues debemos bajar la energía para la sociedad no cambiar la naturaleza, esto es para la sociedad. Se está moviendo mucha energía a cualquier hora del día, por dos motivos, primera la vibración de las conexiones se mantiene firme, cuando uno deja de hacer la conexión, otra persona en otro lugar del mundo empieza sus 20 minutos de conexión, y así hasta terminar el día, es uno por día. El segundo motivo es porque tras la conexión, los Seres de luz siguen trabajando sea en Agartha recogiendo la energía o des del universo recaudando la energía para enviarla en la red.

Durante el primer mes, junto con el Arcángel Uriel, estuvimos haciendo las conexiones acompañados de los gatos, su ronroneo ayudaba a terminar de ajustar la vibración de la Torre con la sociedad. Por eso a la que cambió la vibración acorde con el YOSOY, mi vida personal tuvo que dar un giro de 365º tanto a nivel físico, emocional y espiritual (alergias, fin de una relación amorosa, inicio de nuevas amistades,…). En el segundo mes, llovió bastante y con ello llegaron los caracoles, no sé cómo ocurría pero al empezar la conexión no había nada, y al terminar, estábamos literalmente rodeados de caracoles que mientras terminábamos la conexión, tenían que subir a la torre hasta cierta altura.

Entonces a finales del segundo mes principio del tercer mes (dónde nos encontramos ahora), llegó sin previo aviso el Arcángel San Gabriel con la información siguiente: “cada día cuando conectemos, voy a acompañarles, además de que dentro de unos días vendrán más ángeles a acompañarnos. Yo simplemente les espero aquí en la Torre a la hora de conectar, yo me ocupo si vienen visitas, ustedes solo deben seguir haciendo su trabajo”. Me sorprendió bastante su llegada, pero la acepté, me alegré volver a trabajar con Gab después de todo, hacía más de año y medio que nos tuvimos que separar por problemas que ocurrieron entre nosotros, pero me alegré de que volviéramos.

Solo hace una semana, que a la hora de conectar vienen ángeles a acompañarnos, todos los días el Arcángel Uriel les cuenta un par de normas para seguir la conexión bien, mientras que yo les digo la vibración del día y la afirmación que vamos a trabajar. Estos ángeles, están atentos a mis indicaciones en todo momento, es raro, pero así lo puso Hamiah, que yo estaba al mando a lo largo de las conexiones. Sin tener ni idea de porqué, hacemos las conexiones, luego me doy cuenta de que no soy yo quien realmente está al mando, sino mi yo superior, que sabe qué tiene que decir y qué tiene que hacer en el momento adecuado.


La aparición de HAIA HÖE o como todos la conocen FLOR DE LYS, empezó a llegar con la primera conexión en la Torre, siempre llega, dice un mensaje, bueno su mensaje es cantado, y luego regresa a su lugar y se termina la conexión (unos 20 minutos). Una parte de su mensaje, me pide que se los comparta por Instagram en Historias (@laia_gali_hr) el resto es para la Torre y para mí, que a veces me dice cosas personales.

Tengo que reconocer que cuando estábamos a punto de empezar este trabajo, no tenía ni idea de que acabaría ocurriendo todo esto, pero la verdad es que tan solo llevamos tres meses, bueno en eso estamos, y los ángeles ya trabajan en cada conexión, cuando se termina, estos regresan a sus quehaceres y al día siguiente algunos de ellos regresan otros, quizás en otro momento, incluso alguno viaja a otro lugar del mundo dónde se esté haciendo lo mismo, para plasmar así su vibración en esa zona. En ningún  momento se les obliga a nadie a estar ahí obligatoriamente, todos vienen por propia voluntad, aceptando las condiciones para que la conexión sea lo mejor posible, pues algunos les gustaría poder hablar, pero mientras que estoy meditando, necesito toda la concentración posible para no desentonar, por eso no les permito hablarme solo antes o después de la conexión.

Lo divertido de esto es cuando abres los ojos tras una conexión y ves un chico de casi tres metros de altura a tan solo cinco pasos de ti, con las alas extendidas, empieza a volar y lo ves que vuela dando vueltas alrededor de la Torre como si fuese un pájaro gigante pero en versión humanoide. Quizás me acostumbre a eso pronto, aún me cuesta. Hace tres días, los Arcángeles se reunieron durante todo un día para hablar del trabajo que se viene en los próximos días y meses a partir de ayer, curiosamente, mi yo superior FLOR DE LYS, durante la conexión dijo algo nuevo… y es que hace semanas que se escucha al coro de los ángeles que mantienen la vibración pero no llegan a decir nada, solo se escuchan los chilofonos y alguna campanita floja (porque las de la Torre suenan muy fuerte y suelo estar en medio de la calle, que pasan muchos autos). El otro día FLOR DE LYS dio permiso al coro de ángeles para que empezasen a cantar la nota mientras que a nosotros nos pidió que nos callásemos, manteniendo la respiración dentro de la conexión.

En ese momento, que se escuchaba al coro de ángeles solo algunos de sus instrumentos, ese día había cinco ángeles más con nosotros conectando, callados, igual que nosotros tres, cuando de repente empezamos a escuchar al coro de los ángeles, unos 100 o 200 ángeles cantar a canon la palabra “Aleluya” hasta llegar a no escuchar los autos pasar y solo escuchar al coro cantar durante casi diez minutos (alargó la conexión a 30 minutos). Impresionante, aún no sé cómo describirlo, un ejemplo sería como escuchar a un coro de personas de más de 100 personas cantando a canon la misma palabra durante diez minutos.


Esto es lo que pasa ahora, el coro acaba cantando una palabra, por ejemplo hoy ha sido “Amén”. Para mí no es la primera vez que los escucho, ya les conté muchas veces en redes sociales que casi todas las noches los escucho, pero sí que es la primera vez que los escucho fuera de mi habitación. Además que en la Torre se escucha casi como si estuvieras dentro del coro, algo que en casa es difícil porque muchas veces escuchas un susurro de un susurro y otras veces solo es un susurro. En la Torre y junto a los ángeles que se suman, se escucha como si estuvieses en un concierto de música clásica en un auditorio en primera fila.

Hay muchas personas que en mi ciudad me preguntan “¿por qué haces estas meditaciones y además porqué en la Torre? Incluso algunos me preguntan “¿Por qué pierdes el tiempo de esta forma y no te anclas de una vez a la realidad?” entonces me viene a la cabeza esto “el trabajo que otros les da pavor, a ti te da la vida” esta es una frase que me dijo el maestro Jesús en una de nuestros viajes dimensionales de hace un par de años. Cuando intentaba comprender porque la sociedad tiene tanto miedo al cambio pero aún y así sigue deseando cambiar las cosas, con la única condición de que no tengan que hacer nada. Jesús lo dijo tan claro, este trabajo que elegimos ser como emisarios, a pesar de que lo hagas con buenas intenciones, tienes a muchos que están en contra, porque el miedo los domina y prefieren quedarse en su zona de confort pensando que la vida, no se puede cambiar y debo vivir este castigo divino, pero es que nadie les castigó, ustedes mismos pensaron eso.

La realidad es lo que tú sientas de corazón que debes hacer y hagas lo que haga falta para que se plasme en la materia, es decir, yo me ofrezco al universo a colaborar con él y me toca meditar cada día en la Torre, pues me voy al lugar a la hora que toca y voy, aceptando todas las responsabilidades que me tocan, Tal y como decía mí abuela “no todos nacimos para estudiar, tener un trabajo en una empresa, comprarnos una casa, adoptar un perro, irnos de vacaciones caras, y ser <adultos> cuando olvidamos nuestra esencia día a día”. Queremos jugar a ser adultos, pero una vez que lo conseguimos nos olvidamos que tan solo es un juego, porque debemos ser niños para tener la conexión entre cielo y tierra, y no olvidar la gran pregunta de la humanidad ¿Quiénes somos? ¿A dónde vamos? ¿Por qué estamos aquí? Si fuesen más niños y menos adultos, quizás recordarían las respuestas a estas preguntitas.

Recomendación: La maldición de Bly Manor – Serie en Netflix.

HR.

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domingo, octubre 11, 2020

El Espejo De Mí Vida - Capítulos 51 y 52

 Capítulo 51

No quería darle la razón a José y quedar como una idiota ilusa, porque si él tuviese razón, ese sería la primera vez en mi vida que el corazón se me rompería por pensar en ilusiones. Aunque si lo piensan mejor, prefiero el significado de los tres maestros que el hecho de que lleguen tres abuelos que no conoces de nada, a darle regalitos a los niños. Suena a pederastia eso. En ese momento, tenía una fe muy fuerte de que mi explicación era real, tan real que la sentía lógica y coherente.

A la 1pm mi madre me vino a buscar, intentando hacer las paces debido a aquel día de que me dejó allí durante mucho rato, y me llevó a casa. Por el camino me decía que había visto algo raro en el salón y le parecía ver un regalo escondido. Así que al llegar al salón, empecé a buscar y detrás de las cortinas, había un regalo más de ellos. Lo abrí y efectivamente eran los rotuladores. Me alegré mucho en el momento, pensando que no me habían roto el corazón. Pero cuando se me bajó la emoción, me quedé mirando el lugar dónde estaba… del que suponía que debía estar el árbol, que mi padre ya había quitado. No me cuadraba.

-          Dary, ¿Cómo es posible que este regalo estuviese escondido detrás de las cortinas, si el árbol estaba al otro lado de la sala?- le pregunté.

-          ¿Has visto que papel de regalo más bonito, mi amor? – decía Uriel ofreciéndome un trozo que acepté.

Automáticamente vi la verdad con tan solo tocar el papel de regalo.

Mamá se fue a la librería Marisa a buscar los rotuladores, y la misma dependienta lo envolvió y mamá lo escondió detrás de las cortinas.

Miré a Uriel con los ojos emocionados de tristeza, me abracé a él pero de repente toqué el suelo dónde estaba el árbol y seguí viendo.

Mamá y papá se escaparon de casa la iaia Victoria, para colocar todos los regalos debajo del árbol, las galletas se las comió Frodo y la leche regaron una planta de la terraza. Entonces, volvían al piso como si nada.

Empecé a llorar. Uriel me abrazó y se quedó así un buen rato, con la otra mano tenía los rotuladores, mamá llegó, me puse de pie y tiré los rotuladores al suelo.

-          ¡Todo es mentira!- grité enojada, rápidamente subí las escaleras y me fui a mi habitación, Uriel fue detrás de mí, me tumbé en la cama y él me consoló.


Me quité los zapatos nuevos tenía ganas de tirarlas por la ventana y no saber nada más de ellos, pero al final me reprimí. Todo era una mentira. José tenía razón, eran los padres.

-          Mi amor, no todo es mentira, ¿sabes? La mentira solo es una forma de ver las cosas y entenderlas, pero lo que te dice José no es cierto tampoco, solo es inconsciencia, nada más. Los maestros que tú has conocido, ellos son tan reales como sientes el latir de tú corazón. Solo que, en esta dimensión, la gente perdió el sentido a creer en algo y a sentir esa creencia en suya. Por eso inventan cosas de la verdad, inventan que hay tres hombres grandes que una vez al año, reparten regalo a los niños, porque en el fondo, siguen sintiendo a los Maestros. Con la diferencia de que no son regalos lo que reparten, sino deseos, tres deseos que cada uno pide y que a lo largo del año, te ayudan a que lo consigas realizar. – dijo Uriel con todo su amor de su corazón.

-          ¿Por qué ocurre esto entonces? ¿por qué nos mienten?- dije entre lágrimas.

-          Dicen que la ilusión de un niño es capaz de crear cualquier cosa. Pero al hacerse mayores, deben dejar de jugar y ponerse a trabajar, perder la ilusión es la forma de que el niño deje de tener ganas de jugar y se ponga una corbata, una camisa, agarre un maletín y se vaya a trabajar. Eso según los de esta dimensión es crecer. Pero para nosotros, crecer es muy diferente. Jamás se nos ocurriría jugar con las ilusiones de los niños, para hacerles entrar en razón de que ya es tiempo de dejar eso y preocuparse por otros problemas. – contestó Uriel, su sinceridad era demasiado cariñosa pero aceptable.

Aquella tarde regresé a clase, me puse delante de José y le di un abrazo que se quedó tan parado que no sabía qué estaba pasando.

-          ¿Qué haces?- dijo José.

-          Darte las gracias, tenías razón. Los padres son ellos. – me sentía contenta.

-          ¡Ves!- dijo agradecido.

-          Pero no simplemente estoy contenta para saber que me han mentido lo que llevo de vida, sino que estoy contenta porque gracias a eso, ahora he aprendido algo muy importante. – le dije, se me quedó mirando con cara de no entenderme.- ahora sé qué debo hacer el resto de mi vida. Gracias, José.- dije.

-          No entiendo.- contestó.

-          Al contrario de ustedes, yo no me puedo permitir perder la ilusión de seguir sintiendo la magia dentro de mí corazón. Pues si así lo hiciera, me desconectaría de la vida que me espera y sería solo… una persona sin  nada más.- dije, pensando que me entendería pero no era así. José me miraba con una cara de raro.

De hecho no me entendió y enseguida cambió de tema y empezamos a hablar de otras cosas. Como por ejemplo, que al día siguiente Gerard regresaría a clase. Estaba algo nerviosa para ver cómo reaccionaría al verme tan preocupada, siendo yo el motivo de porque casi se muere por mi culpa. Pero tenía ganas de verlo y pedirle perdón. No podía vivir con esa llama encendida dentro de mí. Esa noche me costó mucho dormir.

A las nueve de la mañana, apareció en la puerta de la clase, con una venda en el cuello, nada más verlo ya se me giró el estómago. Gerard entró a la clase bajo los aplausos de los compañeros, contentos de verlo, yo me sumé, pero me miró, curiosamente se sentaba a mi lado, dejó la mochila, fue a buscar una carpeta en la estantería se sentó, pero ni me observó ni me dirigió la palabra en todo el día.

-          ¿Estás bien, Gerard?- le dije.

Pero no me quería contestar, quería ignorarme, pues hablaba con todos los demás, pero conmigo no quiso. Era comprensible. Así que no le dije nada más y me concentré en el día.

Durante el patio le seguí, quería conseguir por lo menos pedirle perdón a la cara, como tenía la venda no podía jugar a futbol con la clase, y se tuvo que quedar cerca de los profesores, ideal para pedirle perdón. Me acerqué a las jardineras, la zona dónde me tenía que quedar yo, él estaba allí aburrido, observando como los demás jugaban y él no. Me senté a un par de metros de él.

-          ¡Que aburrido, cierto!- dije para empatizar, pero solo me miró con sus ojos color cafés y me ignoró.

No perdí la esperanza, al día siguiente, le regalé un cuaderno porque sabía que le faltaba uno, con la iaia Filo fuimos a la Marisa y compramos uno para Gerard. Le conté que quería pedirle perdón y ella me aconsejó que con un regalo es más fácil. Se lo dejé envuelto encima de su mesa. Pero ese día, la Ramona me cambió de lugar y me puso con otro compañero. Me llevé el regalo conmigo, cuando vi que a él también le cambiaban de lugar. Y pensé en dejarle el regalo en su sitio para el regreso del patio.

Lo intenté hablarle durante el patio, pero tampoco hubo suerte. Al regresar a clase, el regalo que había dejado en su mesa, firmado con mi letra, ya no estaba, me alegré, porque eso quería decir que lo había aceptado. Hasta que fui a la basura a sacarle punta al lápiz y vi el regalo en la basura. Sin que nadie lo viese, agarré el regalo que estaba todavía envuelto y me lo guardé en la mochila. Me puse triste. Esa tarde, con la iaia Filo le mostré y se puso triste también. Pasaron semanas y no había suerte, hasta que finalmente no quería salir al patio y me permitieron quedarme en clase, a solas.

-          He perdido a mi mejor amigo, Dary. Lo he perdido para siempre.- me sentía muy triste, me dolía el corazón.

-          Yo no lo veo así, mi amor. Siempre hay esperanza. – dijo para animarme.

Me senté en mi lugar, puse la cara encima la mesa, sin ganas de nada, hasta que noté que alguien estaba delante de mi mesa. Levanté la cara y era Gerard.

-          ¿Somos amigos?- dijo con una sonrisa.

-          Si.- dije sorprendida pero decidida.

-          Amigos.- dijo contentó me ofreció la mano se la di y acordamos.

Así de fácil se solucionó. Ni regalos, ni nada. Como había tiempo todavía del patio, bajamos juntos y jugamos al pilla-pilla mi juego favorito. Ese recreo fue de los mejores de mi vida.


Durante ese mediodía, nos quedamos hablando de cosas, mientras que no nos venían a recoger. Entonces vino la madre de Gerard y al vernos se enojó, le tiró del brazo y le separó de mí.

-          ¡Ya está bien de hacerle daño a mi niño!- decía la madre.

-          Somos amigos, no le hago daño.- le dije.

-          ¡A los amigos no les intentas matar, niña!- dijo la madre.

-          Eso fue un error que no volverá a ocurrir.- dije conscientemente de lo que decía.

Pero antes de decir nada más, la madre de Gerard se lo había llevado hacia las profesoras y le advertían de que yo debía mantenerme alejado de él. Eso me puse triste. Entonces vino el Titi, me lancé a sus brazos y me puse a llorar. No tenía ganas de hablar, así que Uriel le habló por mí. El Titi se acercó a la madre que seguía discutiendo con los profesores.

-          Escúcheme un momento, ¿usted le ha pedido a mi sobrina que no juegue más con su hijo?- dijo el Titi, yo estaba en sus brazos.

-          Si, su sobrina es un peligro para este colegio, la intenté denunciar pero la directora no me lo permitió.- dijo.

-          Mi sobrina es la persona más especial que jamás conocerá en su existencia siendo humana, ¿sabe? Lo que le pasó se le llama posesión, por lo tanto, no es nadie para juzgarla, ella no era quién hacía eso, sino el demonio llamado como Gämael. Ni se le ocurre dejar que su hijo y mi sobrina no jueguen, porque son mejores amigos.- dijo el Titi.

-          ¿Usted me va a decir lo que debo hacer?- dijo la madre.

-          Me crea o no, acuérdese de la cara de mi sobrina.- eso fue lo último que le dijo, entonces le chocó la mano a Gerard, le guiñó el ojo y nos fuimos para casa la iaia Victoria.

 

Capítulo 52:

Al día siguiente Gerard me invitó al cumpleaños de uno de sus primos, invitó a algunos compañeros de clase, pero él quería que estuviese también, así que con Uriel aceptamos la invitación. La fiesta sería el sábado por la tarde, mi padre se puso en contacto por teléfono, que la conocía porque en su trabajo llevaba los papeles del trabajo de la madre de Gerard para saber dónde tenía que llevarme y a qué hora. Yo me puse algo nerviosa, a pesar de llevar tantos años con estos compañeros de clase, era la primera vez que me invitaban a un cumpleaños, su primo también iba a la misma escuela, pero un curso menos, se llamaba Kevin.

Los niños de un curso anterior no conocía a muchos, solo a dos, en primer lugar a una niña llamada Paula que se cambió de colegio en P4, porque sus padres son amigos de mis tíos y mis padres, y ella quería ir conmigo, al final el tiempo tomó caminos separados. Y otra chica llamada Elisabet, que conocí yendo a la logopeda que tuve que ir por haber nacido sin paladar ni campanilla, la María Gleva que no me gustaba su forma de trabajar. Mientras que a mí me daba la sesión, la Elisabet junto a su madre María Rosa, esperaban su turno que era una hora después que yo. Pero en realidad ella no sentía que tenía que hacerme amiga, algo me llamaba la atención de que no era una buena idea, y hacía caso a mí corazón, de todos modos la Elisabet también iba al colegio y la veía en el patio algunas veces en el curso anterior, cuando salíamos a la misma hora, que le costaba mucho hacer amistades, siempre estaba cerca de los profesores.

De todos modos, me puse algo nerviosa y Uriel lo notaba horas antes de la fiesta, incluso le había comprado un regalito a Kevin y a Gerard, a pesar que a Gerard solo lo hacía de cortesía, su cumpleaños era en verano, fuera del curso escolar. Según lo que había dicho mi padre, me llevaría en auto porque el lugar dónde vivía era en un bloque de piso en medio de la carretera principal de Vic a Manlleu, en el barrio de Vista Alegre. En realidad no estaba lejos de casa, pero por garantizar mi seguridad, él quiso llevarme en auto y lo acepté, no me quedaba otra.

Llegué a las cuatro de la tarde con los dos regalos en las manos, mi padre aparcó como pudo y bajó del auto para acompañarme al número del bloque, subimos tres pisos y delante de la puerta había una gran pancarta que decía “fiesta de cumpleaños de Kevin” llamé al timbre y esperamos a que nos abriesen. Disimuladamente le agarré fuerte del anunciador de Uriel, mis nervios alcanzaron su nivel óptimo como para empezar a temblar, intentando pensar qué le diría a Gerard. Pocos segundos después, la madre de Gerard abrió la puerta y me echó la mirada más rara que jamás olvidé, no la supe identificar si era amabilidad, descontento o enojo, pero me dejó pasar, mi padre regresó al auto y no supe nada más de él, tras decirme que a las siete de la tarde vendría a buscarme.

La casa era muy chiquita, un piso realmente pequeño para tantas personas que vi que había, entre familiares y amigos de Kevin y de Gerard, los encontré en el salón comedor, la mesa había mucha comida, patatas, dulces, snacks, cosas que normalmente uno no come por salud, pero en ese momento parecía el festín del azúcar. Al otro lado de la mesa que ocupaba todo el comedor, encontré a Gerard y a su lado un chico rubio que hablaban, me acerqué a Gerard.

-          ¡Hola Gerard! Gracias por invitarme. He traído regalitos, para ti y… para el que cumple años…- dije.

-          ¡Hola Laia!- se alegró de verme, aceptó uno de los dos paquetitos.- te presento a mi primo Kevin.- era el niño con quién hablaba le saludé sin emitir ningún sonido pero sonreí.- gracias.- dijo Gerard, Kevin agarró su regalo y lo abrieron.

-          He pensado que les gustaría…- dije.

Les había regalado coches en miniatura para jugar todos, los tres, porque a mí también me encantaban. Se alegraron mucho y empezamos a jugar los tres, se nos fueron apuntando gente de un curso menor y de la clase, me acuerdo que la Rosalba nos miraba con su mirada penetrante que no sabías nunca si lo hacía por desconocimiento o era digno de un misterio, pero siempre me ha gustado sus ojos color cafés, que intriga más hermosa.

-          Se aburre…- escuché un susurro la voz era masculina igual pero no era de Uriel, miré a mi derecha y vi un hermoso ángel vestido de violeta que me sonreía, seguramente que ya sabía de mí condición.- se pregunta ¿si pueden jugar a otra cosa?- dijo el ángel.

-          Chicos, ¿jugamos a otra cosa?- les sugerí y aceptaron.

El ángel me dio las gracias al ver a Rosalba divertirse, y yo también me estaba divirtiendo. Me olvidé por completo de los complejos que había en la clase por el Bullying y me di cuenta enseguida que la Júlia no la habían invitado, en cambio había muchos compañeros de clase como Nil, un gran compañero.

-          ¿Dónde está la Júlia?- le pregunté a Gerard.

-          No la invité.- contestó él rápidamente.

Me sorprendió, pero lo entendí.

-          Si la invitaba a ella, no te podía invitar a ti.- dijo Gerard, me robó el corazón, esto es una amistad señores.

Por Dios. ¿Hasta este punto era capaz la Júlia? Me molestó, pero ella misma se lo buscó.

-          No me gusta tener miedo, y ella solo es miedo.- confesó.

-          ¿Y conmigo?- le pregunté.

-          Tú no das miedo, tú eres mi amiga.- dijo y nos dimos un pequeño abrazo.

En realidad me emocionó, pero decidí no llorar. Nadie después de lo ocurrido pensaba que diría esto de mí, y menos él. Fue en ese momento, cuando me di cuenta que nuestra amistad era fuerte, pasase lo que pasase, siempre seríamos amigos, y así deseaba que fuese siempre.


Tras probar la torta de cumpleaños de Kevin, nos pusimos a jugar en un trozo de la calle que no pasaban autos, mientras esperábamos a que nuestros padres nos viniesen a recoger. Decidimos jugar al escondite, al cabo de unos tres turnos, nos cansamos y teníamos hambre, así que volvimos a subir al bloque.

Yo iba delante, guiando a la gente, porque Gerard se quedó abajo con otros y subimos las chicas, algunas tenían que ir al baño, y yo tenía hambre. Subimos al bloque, pero ocurrió una cosa que me dejó del revés. Al llegar a la puerta del tercer piso, no había pancarta, era raro, llamamos al timbre y las personas que vivían allí eran otras.

-          ¿Gerard?- dije.

-          Niñas, se equivocaron, aquí no vive ningún niño.- una mujer nos cerró la puerta en las narices.

-          ¿Qué ha pasado?- preguntó una de las chicas.- ¿Dónde están?- dijo.

Pensé que nos habíamos equivocado de número, pues había ambas puertas, así que bajamos abajo y vi el número.

-          Gerard, ¿qué número es tú bloque?- le pregunté.

-          El 11.- contestó.

Fue el mismo que entramos, y había ocurrido eso.

-          ¿Tercer piso, puerta A?- repetí.

-          Sí.- contestó Gerard.

Misma puerta, misma escalera. Volvimos a subir las chicas, y al llegar, vimos la pancarta en la puerta, nos quedamos las niñas plantadas observando.

-          ¿Qué ha pasado?- preguntó Rosalba.

-          No tengo ni idea.- le dije.

-          Todo esto no estaba hace un rato…- dijo otra niña.

-          Lo sé… no sé qué ha pasado…- dije.

Entramos y todo estaba en su sitio, el piso, nuestras cosas… todo en su lugar. ¿Qué había sido eso? Sabía que la respuesta no podría venir de nadie más que de Uriel, que durante la fiesta le había dejado con su forma angelical, sin hacerle mucho caso. Aprovechando que esperaba en la puerta a mi padre y estábamos “relativamente” apartados de los demás, hablé con Uriel.

-          ¿Qué ha sido eso de antes, Dary?- le pregunté.

-          Las niñas y tú habéis viajado en el tiempo, hacia el futuro. Dentro de dos años, Gerard se va a cambiar de piso. – contestó Uriel.

-          ¿Cómo viajar en el tiempo? ¿Con ellas?- pregunté.

-          El tiempo no es tan fijo como la gente de esta dimensión piensa o cree. Para que comprendas cómo funciona el tiempo, es como si el mundo fuese una bola gigante de plastilina, y el tiempo fuese las capas superiores de la bola de plastilina, puedes manipularlo a tú antojo cuando quieras y a dónde quieras. Eso es lo que has hecho, junto a las niñas. Has sido tú, quién ha realizado ese salto al futuro. – explicó Uriel.

Me dejó sin palabras.

-          ¿Yo, en serio?- repetí asombrada y algo preocupada por las niñas.- ¿qué pensarán de mi ahora ellas? ¡Oh, no…!- dije susurrando.

-          ¿Por qué te preocupan tanto, si mañana ellas no te dirán nada, estarán de nuevo detrás de las espaldas de Júlia? – dijo Uriel con poco tacto, algo inusual pero tenía razón, ellas mañana volverían a clase ignorando lo ocurrido hoy.

-          Tienes razón, Dary. Es mejor que no comenten nada, porque no sé ni qué decir. Nunca me había pasado esto… si quería darles más motivos para que ni se acercasen, este viajecito al futuro ya ha sido demasiado para ellas, ¿no?- le pregunté a Uriel, no dijo nada solo confirmó con la cabeza, así que me agarré a su mano y esperamos.

Al día siguiente en el colegio, la Rosalba y una niña más que había venido a la fiesta, efectivamente no me dirigieron la palabra, pero me estuvieron observando como si fuese la rara de la clase, y de hecho algo de razón tenían. Me di cuenta de que tenía que apartarme de ellas y de los compañeros de clase, no hacer vínculo con ellos, no hasta que estuvieran listos para recibir todo esto. Aunque me dolía aún más el corazón, así empecé a auto marginarme siempre que tuviera opción, la única compañía que aceptaba era la de los Seres de Luz.

Solo me permití amigos en IÓN, pues ellos estaban pasando por lo mismo o casi lo mismo que yo, y era un alivio hablar con Rita o con el Señor Ojos Verdes de estas cosas, de camino a París en el metro.

Dos semanas después de las vacaciones de Navidad, volví a IÓN, al final se me retrasó porque hubo un problema en administración y no me dejaban regresar. Durante el segundo día Tzorelle nos llevó de excursión por las tres horas de clase habitual, para irnos a los bosques llamados Sistemas de Agartha alrededor de IÓN. Según él, llegaríamos para comer y luego podría asistir a la clase de entrenamientos con el Maestro Lonan. Era la primera excursión del nuevo curso, y estaba muy ilusionada porque después de estudiar muchas especies de animales y plantas, al final empezábamos a practicar tal y cómo se nos había dicho.

-          Hoy hablaremos con los árboles.- dijo Tzorelle cuando llegamos a una pequeña llanura rodeada de árboles milenarios hermosos.- busquen un árbol y empiecen a conversar tal y cómo les enseñé en el manual.- informó.- vayan solos, y dejen que el árbol les llame.- decía.

No me quise alejar mucho porque los sistemas de Agartha son bosques muy frondosos, pero para que se hagan una idea, es como cruzar el Amazonas en una temperatura estable de 26ºC en primavera. 

Recomendación: La Mitad - JPelirrojo.

HR.

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