domingo, junio 07, 2020

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 32

El tito Juan me llevó en brazos hasta el piso, como la escayola aún estaba algo húmeda, me dejaron en el sofá, en la parte de la pierna tenía una toalla, mientras que veía a mamá que llamaba por teléfono a papá y le contaba lo sucedido. De esta forma, mamá había decidido adelantar el viaje de regreso a Manlleu, así que papá al día siguiente tras trabajar solo por la mañana (y agarrarse libre la tarde) se vino al Prat de Llobregat, para venirnos a buscar. En ese momento, me di cuenta de que había arruinado todo el verano, a tomar viento las horas de piscina y playa…


En casa tuvimos que hacer algunos movimientos, en mi habitación pusieron un comunicador por radio-frecuencia que tenían mis padres en su habitación, por si por las noches tenía que levantarme a ir al baño. De esta forma, no podía valerme por mi misma, tanto en la ducha, como a la hora de hacer mis cositas. Por la calle, papá me compró unas muletas de colorines, pero apenas las sabía usar y no confiaba mucho en ellas, por eso, no las usé, cuando tenía que irme de casa para ir al bar con mis papis, pues me tenían que llevar en brazos, tanto del titi Hilario como de papá.

Pero enseguida aprendí a tener autonomía, en casa de la iaia Filo, que pasaba casi todo el verano con ella, por lo menos todas las mañanas de Agosto del 1999. Como ella no me podía agarrar en brazos por ser bastante mayor, tuve que volver al principio de cuando era un bebé de meses, tuve que gatear, por eso la escayola que era blanca impoluta, de repente era gris y con algunas firmas. En la cocina de su casa, después de hacerme una fotografía mi abuela…

-          Iaia, ¿quieres firmar mi escayola?- le pregunté.

-          Claro que si.- dijo con una sonrisa.

Su firma era muy importante para mí, al igual que ella, que durante ese mes tuvo que renunciar a salir con su mejor amiga Pepeta, para cuidar de mí. Cómo no podía salir a caminar, como mucho íbamos al parque con las muletas, pero solíamos ir a uno más cerca de su casa, me cansaba mucho usarlas. Así fue como la abuela y yo empezamos a hacer otros juegos…

-          Ahora que vas a empezar primaria, tendrás que aprender a sumar y restar, ¿te han enseñado ya?- me preguntó.

-          Si, pero solo con una cifra. En este cuaderno hay con dos cifras, ¿cómo se hace?- le pregunté.

Días antes de todo, me compró un cuaderno, porque quería que cada día hiciera una horita de problemas de matemáticas durante el verano, no me pareció mala idea, porque ella también se compró otro para ella. La verdad es que me encantaba como me explicaba ciertas cosas que ella nunca olvidó tras dejar el colegio a sus 13 añitos. Ella me enseñó a hacer las matemáticas más básicas y a resolver problemas de la vida en general.

Mientras que el tiet Josep me enseñó algo muy interesante, empezamos a hacer dibujos extraños en un bloc de notas blanco, que él traía de su antiguo trabajo, aunque él ya estaba jubilado, durante toda su vida, estuvo trabajando en una imprenta en Torelló. Ahora los dibujos eran muy diferentes a antes, porque él empezó a enseñarme cosas que debía tener en cuenta para la misión y el propósito de vida. A pesar de que parecía un miembro de la familia más de parte de Galí, el tiet Josep también mantenía contacto con los Maestros Ascendidos y él había aceptado enseñarme conceptos del universo desde su encarnación en 3D.

-          ¿Qué ves aquí?- me preguntó mientras que señalaba el bloc en blanco sin nada escrito ni dibujado.

-          Nada.- le dije, no entendía la pregunta.

-          ¡Exacto! Lo primero que existe en el universo es la NADA.- dijo su tono de voz parecía que me estuviera contando un cuento, pero que costaba de entender.- por el cual le llamaremos Vacío, es un lugar dónde no hay nada más que vacío, no existe nada más que el vacío.- dijo.

-          ¿Qué es el Vacío?- le pregunté.

-          Esto, es un lugar dónde no hay nada. Por ejemplo, este bloc no hay nada escrito ni dibujado, por ende está lleno de NADA.- explicó.

-          No entiendo.- le dije.

Se quedó pensativo un rato, como si intentase pensar alguna forma para que lo entendiera.

-          ¿Puedes ir a la cocina y decirle a la iaia que te de un vaso, por favor?- me pidió, sin decirle nada más me fui a buscar lo que me había pedido.

-          Aquí lo tienes, tiet.- le dije.

Apartó los periódicos que habían a la izquierda de la mesita, y el bloc que lo colocó todo encima del sofá dónde se encontraba él, yo me encontraba al otro lado de la mesita, sentada en un taburete para colocar los pies en alto, que la iaia lo usaba mucho debido a su problema de hinchazón de los pies.

-          ¿Qué hay ahora en la mesa, Laia?- me preguntó.

-          Nada.- contestó.

-          Y si…- colocó el vaso verde de cristal que había ido a buscar en medio de la mesa.- ¿ahora qué hay en la mesa?- preguntó.

-          ¿un vaso?- le dije.

-          Sí, pero el vaso ya es ALGO. En cambio si quito el vaso – realizó ese movimiento.- no hay NADA. ¿lo entiendes?- dijo.

Tenía razón, sino ponía el vaso, no había nada encima de la mesa, pero si lo colocaba ya era algo. Comprendí eso, pero no comprendía el significado que intentaba explicarme.

-          En el universo, hace miles de millones de años, cuando nada de lo que vemos aquí y ahora existía, cuando ningún planeta había sido creado, cuando ninguna estrella, ni constelación, ni galaxia, ni nebulosa, ni nada de lo que ahora existe en el universo estaba… solo existía una cosa, el VACÍO. Esa oscuridad que sin ser NADA, ya era ALGO.- dijo.


Su explicación lo entendí mejor, en realidad el tiet Josep no estaba bajo las reglas de ninguna religión, a pesar de haber sido bautizado y había hecho la comunión junto a su hermana gemela Cristina. No creía en ninguna religión, no iba a misa los domingos como la iaia, tampoco era de voto cristiano a pesar de haberse quedado “soltero”, su amor por la sabiduría le llenó tanto, que no necesitaba casarse, ni tener hijos. Sus intenciones era el conocimiento del universo (más tarde nombrado conocimiento del SER o Sabiduría) que lo expresaba en voluntad con el amor del gran conocimiento del SER. Casi todo su conocimiento lo compartió conmigo a lo largo de mi vida, hasta el fin de sus días (incluso después de eso), con él aprendía conceptos universales, información que él mismo había aprendido sobre las estrellas, los astros y las civilizaciones de otros planetas. Encontrarse a una persona que había nacido en el año 1929, durante el crack del 29 y no ser de ninguna religión, era muy extraño pero él me ayudaba a crecer interdimensionalmente, es decir a no dejarme limitar por una sola dimensión.

Él agarró de vuelta el bloc de notas y lo colocó en medio de la mesa, agarró la lapicera, me lo ofreció, yo lo acepté.

-          Imagina que el universo es todo este bloc de notas en blanco, pero si dibujas un punto en medio, ¿qué es lo que hay ahora en el universo?- dijo, obedecí en todo lo que decía que tenía que dibujar.

-          ¿Algo?- le dije.

-          Un punto de vista. Imagina que ahora el universo tiene un ojo dónde puede verlo absolutamente todo, porque en este punto de vista, todo lo que existe está concentrado en un único lugar.- dijo.

-          Horus…- susurré, se me escapó y no sabía muy bien porqué, pero me vino a la cabeza el tatuaje de aquel pariente en Egipto que llevaba una persona con una cara de pájaro.

-          Sí, es una forma de entenderlo. ¿sabes quién fue Horus?- me preguntó.

-          No, pero creo que en otra vida fui pariente de él.- le contesté.

Se me quedó mirando, por la forma de la cara le había sorprendido de que estuviera recordando cosas tan antiguas. Pero no quiso hacer ningún comentario al respecto, pues él quiso proseguir.

-          Pero si el universo está concentrado en un solo único punto, no puede verse, por lo tanto, tendría que mirarse al espejo.- me indicó para que hiciera un punto cerca del punto anterior.- pues el espejo sirve para reconocerse, para observarse, ¿comprendes?- terminó.

-          ¿Por qué tiene que observarse?- le pregunté.

El tiet Josep, agarró el vaso que había quedado a un lado de la mesita, y me lo dejó en las manos.

-          Si ves a través del cristal verde ¿qué puedes ver?- me preguntó.

Obedecí y lo único que veía era a él, con el color verde.

-          A ti, pero en verde.- le dije.

-          El universo necesita reflejarse, observar a través del cristal, para saber a quién está mirando. Si por este vaso, me observas a mí, y me reconoces como tu tío, estás aceptando en tú interior que yo formo parte de ti, ¿comprendes?- aclaró.

Un reflejo igual cuando cada uno de nosotros se mira en un espejo, lo que espera uno es poder reflejarse.

-          Este reflejo se llama dualidad, que con el primer punto, ahora el universo tiene dos puntos de vista dónde puede reconocerse.- dijo mientras que me agarró la lapicera y dibujó otro punto.- entonces, tenemos un tercer punto, que es el equilibrio entre los otros dos puntos, imagina que el primer punto es un plato de arroz, y el segundo punto es un plato de sopa, para que surja un equilibrio de ambos, el tercer punto tiene que ser la unión del primer y el segundo punto, es decir una sopa de arroz. – dijo mientras que dejaba tiempo para que asimilara esa información.

-          ¿por qué debe estar en equilibrio el tercer punto?- le pregunté.

-          Pues su punto de vista, tiene mucho que ver, con el cuarto punto, dónde se conforma el tiempo y el espacio, por lo tanto los cuatro puntos ahora tienen un lugar y un tiempo donde pueden existir. El tercer punto, es la materia, donde el trabajo del primer punto y del segundo, se plasman, pero no se pueden hacer realidad, sin el cuarto punto, sino tienen un lugar y un tiempo, ¿comprendes?- informó.

La iaia seguía encerrada en la cocina preparando la cena, aquella clase con él era muy interesante, quería saber más, pero de repente tuvimos que dejarlo para más tarde, porque había llegado el momento de poner la mesa. En casa no ayudaba con las tareas, pero en casa de la iaia era otra cosa, con cinco años me había puesto alguna responsabilidad, como por ejemplo, ayudar al tiet Josep a poner la mesa.

-          ¿Por qué has dibujado un cuadrado en el bloc, tiet?- le pregunté mientras que poníamos el primer mantel.

-          Así es como están puestos los diferentes puntos de vista por el cual el universo, quiere ser reflejado. Mira, observa esta mesa, ¿Cuántas esquinas tiene?- dijo.

-          Cuatro.- contesté.

-          Imagina si cada esquina es un punto de vista, dónde en el centro solo hay vacío. ¿Qué figura forma?- me preguntó.

-          ¿Figura?- pregunté.

-          Figura geométrica… ¿te lo han enseñado?- dijo.

-          Si, los… bueno ya sabes, no fue en el colegio…- comenté.

Me quedé un rato pensando en la respuesta a la pregunta, aún me costaba definir las figuras, pero al verlo me dejó claro que era un cuadrado, se lo dije de inmediato.

-          Así es. El cuadrado es la base del tiempo y del espacio. Los demás puntos tienen que estar o arriba o abajo, incluso alguno en el centro de la mesa. Por ejemplo el punto número cinco está aquí arriba- dijo mientras que aprovechando que me había pasado las puntas del mantel, lo elevamos formando así una gran parábola en el aire.- el punto más alto del mantel, es el número cinco, dónde aquí lo pueden ver todo lo que sucede en la base, formando así una pirámide, como las de Egipto.- dijo.

Luego explicó que el punto seis, se encuentra en la punta de la mesa pero por el lado contrario, es decir, debajo de la mesa. El siete se encuentra en el centro de la mesa, el ocho a un lado de la mesa en la base del tiempo, y el nueve al otro lado de la mesa. Concluyó al decir que todos los puntos en realidad son las nueve dimensiones que se conforma el universo (solo en un aspecto material).

Recomendación: Mi vida entera - Morat.

HR.

HERO&Corporation.

domingo, mayo 31, 2020

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 31

Después de todas las pruebas, el compañero de Hilaríon vino, se agachó al lado de la silla porque volvía a estar en el ventanal para hablar conmigo.

-          Hilaríon dice a ver si puedes entrar ahora a solas, sin ellos, ni si quiera Uriel. Quiere comunicarte algo importante, ¿puede ser? – dijo el compañero.

Miré a Uriel que estaba pendiente de la conversación, por la familia no me importaba, pero sin él, era algo especial.

-          ¿Te importa Dary? – le pregunté.

-          Cuidaré de tú familia mientras tanto, mi amor. – dijo Uriel con una sonrisa de complicidad y aceptación.

-          Ok.- contesté al compañero.

-          Señora Garcia, me tengo que llevar a su hija a ponerle la escayola. – le dijo a mamá.

-          Si, vamos…- dijo poniéndose de pie.

-          Mamá… prefiero ir sola. Por favor.- le dije.

-          ¿Por qué?- preguntó.

-          El doctor lo quiere así, no se preocupe, está en muy buenas manos. – contestó el compañero.

Mamá se sentó y el compañero me llevó de nuevo a dentro, me ayudó a colocarme en la camilla y empezamos la conversación, algo distinta a lo que quizás tenía que ser para los demás que no estén en esta vibración.

-          Si te necesitamos, te llamo. Gracias. – le dijo Hilaríon al compañero que se fue por la otra puerta en dirección opuesta a los demás, para quedarnos a solas completamente.


Mi atención se enfocó directamente en sus ojos, curiosamente también los llevaba verdes, el pelo de oro hasta las orejas con rulos, y una barba de varias semanas, a pesar de que me aterraban las barbas como ya les comenté, él era distinto, quizás el único en ese tiempo en que no me importaba que llevase barba, porque no tenía intención de retirar la mirada. Él era diferente, un Ser de Luz que se había molestado en aparecer en este inhóspito hospital para atender mi urgencia.

-          ¿Por qué has aparecido?- le pregunté.

-          Cuidamos de ti, querida. Este es nuestro trabajo. – contestó noté que no lo decía tan seriamente, que en su mirada había algo de ironía, que me provocó que soltara una pequeña sonrisa insonora y comprendiera de que sus palabras eran ciertas.

-          ¿Quieres decir que cuando me operaron en este hospital de chiquita, también fuiste tú? – le dije arqueando una ceja en señal de sorpresa pero dentro de mí sentía curiosidad y me divertía averiguar su respuesta.

-          Fue una colaboración, entre médicos de tú dimensión y nosotros. ¡Eras tan chiquita! Teníamos la responsabilidad de cuidarte, bien, tú misma me ordenaste ser uno de tus pilares de protección en sanación… y no sabes lo feliz que me hiciste, hacía tiempo que no tenía una responsabilidad así desde que ascendí.- comentó.

¿A él también? ¡Dios bendito! Sino recordaba quién era, el doctor Hilaríon… no me sonaba de nada, solo tenía el mismo nombre que mi tío, y no entendía ¿por qué?

Hilaríon agarró de un armario un vaso que lo llenó de agua del grifo, del dedo índice salió una bolita muy chiquita que cayó en el agua, convirtiendo el líquido transparente en verde por unos segundos, hasta que volvió a ser transparente. Llevó el vaso al lado de la camilla, metió el dedo índice y corazón, alcé la pierna derecha por la altura de sus rodillas, lo coloqué encima de sus piernas, mientras que él empezaba a untarme esa substancia por el tobillo.

-          ¿Qué es eso?- le dije.

-          Solo un recordatorio. Tus células del tobillo se han olvidado de la importancia que tiene su función, es por eso que hace semanas empezaron a debilitarse, y hoy te has hecho esto. Con este ungüento, solo le estoy haciéndoles recordar la importancia de su misión. – dijo.

-          ¿De veras?- le dije, me costó creerlo.

-          En realidad no necesitas la escayola, pero te la pondré porque pues tú mamá va a pensar que no soy buen “médico”, esto es lo que realmente te va a curar. Porque este ungüento va directo a tus células, al ADN y le dan el mensajito para ser fuertes, y sostenerte en el camino. ¿Comprendes, querida? – dijo yo simplemente lo confirmé con la cabeza y él prosiguió.- Mientras recuerden, no vas a volver a necesitarlo – terminó.

Hilaríon alzó una mano hacia a mí, y del dedo índice volvió a sacar otra bolita chiquita, no más grande que la cabeza de un alfiler. Me quedé contemplándolo, era verde brillante y no parecía tener cuerpo, solo energía.

-          ¿Cómo haces eso?- le pregunté.

-          Nosotros le llamamos Alquimia, pero en tú dimensión le llamarían magia – dijo fue tan chistoso que nos pusimos a reír.

-          Si, me suena. Alquimia, hace poco tiempo aprendí esa palabra en IÓN. Tengo entendido que para hacerlo hay que estudiar para ser Alquimista, pero que no hay muchos centros en Agartha qué lo hagan…- dije, quería omitir la parte de quién era el amigo, igualmente Hilaríon no le dio importancia al quién.

-          La mejor escuela es Ávalon, porque tiene al mejor Alquimista de 5D. Se hace llamar Merlín. – él prosiguió con el ungüento, mientras me contaba cosas de esa escuela.

Merlín… nunca había escuchado ese nombre, pero me parecía muy mágico y bonito. Sabía que el chico de Ojos Verdes ya le habían aceptado en Ávalon y que el 2 de septiembre empezaría a estudiar allí, pero tenía tan poca información, que no pude evitar hablar del tema ya que Hilaríon empezó.

-          ¿Podrías contarme más de… Ávalon, por favor? – le pregunté.

-          Fue la primera escuela construida para que vosotros, nuestros hermanos de 3D, pudieran venir a aprender los conceptos de la Sabiduría Universal del SER. Fue construida a finales del siglo X de la superficie, solo unos pocos al principio podían venir a compartir y aprender de esta sabiduría, pero en los tiempos que llegaron, después de que los Elementales tuvieron una gran crisis de fe y provocasen que los demás hermanos de la superficie empezasen a tener miedo de estos aprendizajes. Un grupo llamados salvadores de Dios, empezaron a atrapar a los alumnos y alumnas que poseían la sabiduría, fueron mal llamados Brujas y Brujos para ser mandados a quemarles vivos, por hacer <magia>, un derecho que según sus creencias, solo lo podía hacer Dios y nadie más. – explicó Hilaríon.

Él al terminar con el ungüento, se puso de pie, al lado del lavabo tenía varias tiras de yeso preparadas para el siguiente paso, ponerme la escayola, no le quise interrumpir y seguí escuchando la historia, que me resonaba mucho.

-          Esa lucha entre la brujería y los salvadores de Dios, duró varios siglos, todos aquellos alumnos que estuvieron en Ávalon perdieron la vida ante esa orden, algunos eran torturados y otros quemados o colgados de sus cuellos. La sangre se había convertido en un emblema de poder, cuantos más mandaban a la pira, más fuertes eran los salvadores de Dios, que en el nombre del universo mataban pensando que así estaban “purificando” la humanidad. – Hilaríon seguía contando pero no le pude escuchar…


De repente, las paredes de la consulta empezaron a tambalearse sin motivo alguno, tenía mucha calor y todo parecía derretirse a mi alrededor. Dejé de ver al maestro Hilaríon que seguía con su historia, y sin saber qué me estaba pasando, me dejé llevar…

Me encontraba atada de pies y manos en un mástil, a mis pies había trozos de leña y lana preparadas para hacer una gran fogata. Delante de mí estaban todos los ciudadanos de un pueblo, vestidos con ropajes antiguos como de la edad media, mientras que un hombre vestido con sotana negra, veía la imagen desde segunda fila, estaba llorando, aunque tenía que disimular. Sentí en mi corazón que se me rompía, porque aquel monje lo amaba con toda mi alma. Antes de que pudiera hacer nada, un segundo hombre que parecía Franciscano me estaba acusando de brujería, en una mano llevaba la sagrada Biblia y con la otra me señalaba diciéndome <bruja>. Entonces, un hombre que daba mucho miedo encapuchado, que tenía en sus manos una antorcha, cuando el Franciscano le dio la orden, tiró la antorcha a mis pies, dónde la leña y la lana empezaron a arder. Notaba la calor y el dolor de las llamas del fuego tocando mí piel, ardía y dolía mucho. Hasta que grité.

Sin darme cuenta volví a la consulta de aquel hospital, Hilaríon se quedó callado, cuando me había escuchado gritar.

-          ¿te duele? – preguntó Hilaríon aflojando de inmediato el yeso que seguía poniéndome.

-          He visto algo… fuego… pira… un cura…- empecé a divagar.

-          Espera…- dijo, dejó el yeso, y me abrazó. - ¿qué has visto?- me preguntó.

Le expliqué con lágrimas en los ojos. De nuevo había visto algo que no pertenecía a este tiempo.

-          No te preocupes, querida. Solo son recuerdos de una vida que tuviste. En algún momento podrás ver la historia completa de lo que te sucedió allí. – dijo mientras intentaba calmarme.

-          ¡Pero ha sido tan horrible! ¡Dolía mucho! – me quejé.

-          Recordar vidas no es algo bonito, querida. De la misma manera que en esta vida recordarás cosas que no te gusten recordar, cuando uno recuerda vidas pasadas, tiene que aceptar que tendrá que ver todo lo bueno y malo que le haya pasado. – de alguna manera no me asustó lo que dijo, más bien lo veía algo razonable.

-          No recuerdo mucho, porque Uriel y Anasiel dicen que debo olvidar para recordarlo más tarde. Nunca había visto, un final de una vida…- le comenté.

Hilaríon prosiguió con la escayola, mientras que intentábamos seguir un tema.

-          ¿Es posible que mientras recuerde encuentre a alguien que ame en esta vida? – le pregunté, me sentía preocupada no me podía quitar de la cabeza al monje llorando, curiosamente llevaba los ojos verdes, y sentía lo mismo que el chico de IÓN.

-          Por supuesto que si, todos reencarnamos. – contestó.

-          ¿por qué?- le pregunté.

-          La razón principal es para experimentar la materia, es en 3D dónde se puede hacer. Reencarnar no es algo horrible, es algo sagrado y muy importante, ¿comprendes? Cuando decides volver a nacer, te estás dando otra chance de poder seguir aprendiendo algo que es importante para ti, en un espacio y un tiempo diferente al que venías. – contestó Hilaríon.

De alguna manera, sabía que aquel monje que había visto era en realidad el chico de ojos verdes. ¿Era eso lo que él se refería con que me recordaba? ¿Podría ser la chica que también vi en Egipto? Aunque no entendía muy bien lo que eran las emociones en ese tiempo, tenía la corazonada de que eran la misma alma, con distintos cuerpos y en distintos tiempos.

Tras la escayola, Hilaríon permitió dejar entrar a mi mamá, durante el tiempo que había pasado más de una hora, la tita Mari tenía que irse a trabajar y en su lugar vino el primo Noel que nos vino a buscar en su auto para llevarnos de nuevo al piso de la Tita Mari, junto a Juanito y a Jordi.

PD. No te pierdes mañana el video especial de los 100 suscripciones en nuestro canal de Youtube, aquí.

Recomendación: Fix my eyes - King & Country.

HR.

HERO&Corporation.

jueves, mayo 28, 2020

Contactando

El tiempo nos ayuda a comprender mejor los aprendizajes, es por eso que cuando era adolescente todo lo que estuviera relacionado con los bosques, montañas y praderas, no me gustaban nada. Ir al campo a caminar, era algo que no hacía porque no me gustaba el hecho de estar en un lugar dónde el suelo no estuviese asfaltado, ni que hubiesen tiendas o edificios gigantes. No hace mucho tiempo que adoraba la torre Agbar de Barcelona sin ni siquiera haberla visto en persona nunca. Hace como diez años, soñaba con salir de Manlleu para irme a alguna ciudad grande como Madrid, Roma o mejor dicho Buenos Aires. No quería ver el campo, ¡nunca! Sobre todo en verano cuando los mosquitos arrasan mis piernas cómo si mi sangre estuviese de temporada… ¡horrible era pensar que me tenía que quedar en una ciudad de 20.000 habitantes!


Soñaba con Argentina por varias cuestiones, una de ellas era para salir de Manlleu y estar lo más lejos posible de mis padres o cualquiera que estuviese en contra del camino que había elegido, en ese tiempo solo era la escritura. Estaba harta de no conseguir el apoyo de los que a mí me importan y que solo me aceptan si cambio de profesión y me busco algo “serio”, por eso admití que el camino tendría que hacerlo sin ellos. Se te rompe el alma al pensarlo, pero sabes que si ellos no quieren, tendrá que ser así. La otra razón, en ese tiempo no sabía por qué pero siento un gran “impulso” en que debo estar allí muy pronto. Ahora sabemos que Argentina es el lugar dónde Gaia ha decidido que nazca su hijo Nueva Gaia, y que todos aquellos que hayamos decidido nacer en otros países, si sentimos este “llamado” es porque debemos y tenemos que estar en el momento en que deba ser. Por eso, a pesar del tiempo que hace que siento esto, sigo esperando el día, ahora sé que será pronto, pero de momento no hay fecha establecida.

Pero la relación con el campo y las montañas, empezaron a cambiar a partir del 2015, aunque les parezca chistoso, cuando uno se siente mal y está en una depresión por muchos meses, deja de tener en cuenta la importancia de aquello que es a fuera de él. Es decir, durante los primeros seis meses, no me quise comunicar con ninguna amistad, apenas decía ni quedaba con nadie porque no me apetecía, quería estar a solas, necesitaba estar a solas. En el primer mes, me quedé en casita sin apenas salir, igual que una cuarentena, pero con la diferencia de que no había peligro a fuera, pues las pesadillas residían dentro de mí corazón, muchas noches en vela intentando no tener pesadillas, llorar por cualquier cosa, programa de televisión, leyendo libros, escribiendo mis sentimientos en el diario personal… hasta que la salvación a mis penurias llegó de una forma inesperada, en el segundo mes decidí agarrar una mochila e irme al campo con la excusa de grabar planos para el canal de youtube.

Había perdido todas las ganas de hacer cosas, de crear y de sentirme viva. Por eso, salir al campo, por un camino que solo había hecho una vez en una caminata nocturna y sin mucha referencia, sin darme cuenta, abrí una puerta en mí corazón que no había abierto jamás llamada reino vegetal. Entonces, las praderas, las montañas y los bosques eran un lugar bellísimo que redescubría pero esta vez sintiendo los colores, sus sentimientos y sus conexiones. Fue cuando mis padres junto a dos tíos míos decidieron irse un domingo a la mañana a un bosque llamado la grabulosa que se encuentra en la comarca de Osona, me uní a ellos para conectar con el camino el elemento tierra, cuando uno de mis tíos le pillé abrazando a un árbol que él a su lado parecía una hormiga.

Me picó la curiosidad y le pregunté “¿por qué los abrazas?” y él me dijo “Así es como se comunican”. Y sin querer preguntarle más, caminé hacia el próximo árbol que tenía a tres metros, dejé a un lado un bolso que me había llevado para mis cosas, y lo abracé. La sorpresa me la llevé yo, cuando también planché una de mis orejas en el centro del árbol, la hormiguita escuchando al gran sabio, cuando el corazón empezó a latir con fuerza, no le presté mucha atención, solo cerré los ojos y susurré “perdón, no quería estar tan distante”, fue entonces cuando escuché como una especie de señora cantando muy bajo, abrí los ojos y empecé a mirar si había alguien cerca, pero no había nadie. De fondo podía escuchar el clic de la cámara, cuando papá me había pillado de esa forma, volví a cerrar los ojos y escuché esa voz femenina “te amamos, hormiguita”.

Me impactó tanto que tuve miedo, enseguida me separé y no volví a conectar más con ningún árbol, y así lo respeté durante los siguientes años. Aunque seguí caminando por el campo, contándoles a los árboles mis historias, que de algún modo, sentía que me escuchaban y que querían saber más, pero respetaban la decisión de no acercarme para conectar con ellos. Hasta que la vida me envió a alguien importante, el placer de poder reencontrarme con uno de mis hermanos de otra vida, que curiosamente vivía cerca. Y él dijo “si tanto deseas que te escuchen, debes aprender a escuchar también”, tenía razón, el reino vegetal seguramente que se alegraban de que podían contar conmigo, pero al negarme a conectar con ellos, pero ellos si que tenían que escucharme, me sentí muy mal durante varios días incluso semanas, ¡qué egoísta llegaba a ser!

De todos modos, no me sentí con ganas de volverlo a hacer, hasta el 3 de octubre del 2017 y más que un deseo fue una necesidad. Porque trasdós semanas y tres días duro trabajo a nivel de 3D entre España y Cataluña, dónde la guardia de la orden de San Miguel y muchos Seres de Luz de 5D que se ofrecieron como voluntarios, estuvimos a punto de evitar una gran hecatombe. Fueron dos semanas descansando muy poquito y trabajando muchas más horas de las permitidas, evitando que gente de poder tuviera la idea de ir más allá con una votación de derechos fundamentales del reino humano, por los cuales, los últimos tres días fueron del tirón, de Sol a Sol y lo más duro el día 1 de Octubre, nunca me había tenido que atrincherar en los diferentes colegios electorales para evitar que la policía nacional y la guardia civil matasen sin piedad a golpes a los civiles, por el simple hecho de votar nuestros derechos.

Evitamos las matanzas conformándonos amargamente con 893 heridos, por los cuales 2 personas perdieron uno de sus ojos, otros algunos miembros debido a las pistolas de pelotas que en Cataluña están prohibidas. Allí yo no iba con ninguno de los bandos, pero me mantuve firme junto a la guardia, mí unidad trabajamos con todos los mecanismos para evitar lo que fuese, en el campo neutral. Entre mossos de escuadra, policías locales, bomberos… del lado defendiendo las urnas, mientras que del otro lado, policías nacionales, guardia civiles que habían estado encerrado por dos semanas en un crucero en Tarragona para incitarles al odio aún más, con sus cachiporras preparadas para matarlos si era necesario. Y nosotros, en medio de todo eso, hablando y calmando a los violentos (de cualquier lado) para evitar tal masacre. En varias ocasiones tuvimos que defendernos, bloqueando golpes, arrancando las cachiporras de sus manos, entre otras cosas…


Aquel 3 de Octubre fuimos convocados todos los de Cataluña a una manifestación en cada ciudad grande de cada comarca, una manifestación de piedad y consciencia, dónde no se dijo ni se gritó nada, todos en silencio, con las manos arriba, saludando como los sordos, y de fondo una coral cantando la canción más triste que jamás había oído. La gente lloraba a moco tendido, igual como si hubiesen ido a un funeral de alguien importante, Cataluña había sido gravemente herida por su hermana España. La gran mayoría que podía ver a mi alrededor de más de millones y millones de personas convocadas a esa manifestación en las plazas de la ciudad, pude ver como la mayoría estaban heridos, los más leves ya tenían el alta pero fueron a la manifestación. Ese momento, se me cortó el alma porque todos estábamos sufriendo el mismo dolor. Total, la policía no pudo derrocar nada, Cataluña supo resistir, pero ¿a qué precio? Ni el de muertes ni heridos me quedé bien.

Al regresar a Manlleu, me fui directamente a dar una vuelta, el día se estaba acabando, el sol ya se había escondido y cuando vi el primer árbol que se me cruzó por delante en el paseo del Ter, ni me lo pensé, lo abracé y me quedé allí llorando durante un buen rato. Noté cómo los árboles desde sus ramas me observaban con pena, también lloraban aunque intentaban consolarme, noté como algo me tocaba la espalda, curiosamente se cayó una hoja que aún estaba verde en la espalda y empezaron a caer hojas verdes, dejando así las marrones en sus ramas, cómo si dijeran “estamos de luto, juntos”. Esas hojas cayendo, era la representación de la alegría siendo corrompidas por la violencia, porque cuando están secas, se caen por su propio peso, pero cuando están verdes, significa que están vivas y coleando.

Entonces, empecé a caminar hasta dónde los árboles querían que fuese, al Embarcador, mientras que caminaba, las hojas verdes caían con fuerza, cada árbol entendía qué estaba sucediendo y se arrancaban literalmente algunas de sus hojas, como si fueran sus lágrimas. Una vez llegué al Embarcador, un remolino de aire envió a un montón de hojas verdes al aire, dónde en forma de espiral empezaron a elevarse hasta desaparecer en medio del agua, dónde el aire dejó de tener fuerza y las hojas se las llevó el flujo del río. A pesar de su significado, era un espectáculo ver cómo me intentaban ayudar sin tener que pronunciar ninguna palabra. En el momento en que vi como las hojas desaparecían en el horizonte del río, interiormente me sentía mucho mejor, dónde poco a poco la neutralidad regresaba a mí corazón. Alcé la vista y observé a esos grandes sabios que llamamos árboles, y con la mano en el corazón les dije “gracias” les di un beso al aire, y me regresé a casa.

Desde entonces que conecto con ellos siempre que lo siento en el corazón, y durante estos tres años, he conocido a dos árboles muy especiales uno se llama Raiku que está custodiado por una hada, y otro árbol que se llama Arabella o Arela, custodiada por el guardián de las almas, ya que se encuentra en la zona del cementerio.

Recomendación: Babies – Serie documental (Netflix).

HR.

HERO&Corporation.

¿Un Demonio Siempre Ha Sido Malo?

  ¡Feliz año a todos! Dejamos atrás el año del infinito (2+0+2+4=8) y nos vamos centrando en el año de la divinidad (2+0+2+5=9). El año pa...