sábado, marzo 21, 2020

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 20


Mamá vino al salón a saludar a su madre, pero cuando le vio a los ojos, no la reconoció, le dio un beso y un abrazo y se le quedó mirando.

-          ¿Y tú quién eres, guapa?- le dijo la abuela.

-          Tu hija pequeña, mama.- contestó intentándose aguantar las lágrimas.

-          Ah,… ¿Cuántos años tienes?- le preguntó.

-          26 años…- susurró.

Mamá se apartó de la abuela y se dirigió hacia la cocina, para llorarle al hombro a uno de sus hermanos, era de las primeras veces en que ya no reconocía a nadie. Entonces, yo me senté en el sofá, la abuela se me quedó mirando.

-          Tú eres Laia, ¿verdad?- me preguntó.

-          Sí, abuela. Soy la hija de tú hija pequeña.- le contesté.

-          Eres una niña muy especial, ¡nunca lo olvides, cariño!- eso fue lo último que dijo.

La verdad es que no me gusta que me llamen cariño, pero por ser ella, se lo acepto, bueno mi madre y alguna tita mía me llama así, pero solo lo acepto a ellas y a nadie más. Uriel se vino conmigo en el sofá, se acercó lo suficiente como para decirme una cosa al oído.

-          Humiel quiere que vayas a su habitación, creo que tiene algo muy especial para ti.- dijo Uriel.

Lo confirmé con la cabeza, él me dejó pasar y me fui pasillo abajo hasta la entrada, para luego girar a la izquierda, para llegar a su cuarto que la puerta estaba abierta y el Titi Hilario estaba delante del armario, esperándome. Como ya me había visto, entré.

-          ¿Puedes cerrar la puerta, por favor? – dijo, mientras que abría la puerta del armario.- luego, puedes sentarte. Gracias. – su amabilidad era maravillosa, típica de ángel, pero al igual que sus amigos de otras vibraciones, el Titi era un misterio andante…

Tras hacer lo que me pidió, me quedé observando como entre las perchas de las camisas, detrás había un cajón, lo abrió y de allí sacó un paquete rectangular, estaba envuelto por una tela de cuero antiguo. Él se sentó con ese paquete en las manos.

-          Antes de que lo abras, debes prometerme que cuidarás de esto como si fuera tú vida ¿de acuerdo? – lo dijo mirándome a los ojos, su seriedad lo decía todo, tenía que ser algo importante para tantas promesas.

-          Lo prometo.- contesté con una sonrisa franca, lo haría igualmente.

-          Hace mucho tiempo, mucho más tiempo que hace que decidiste volver a nacer, tú y yo nos conocimos en Egipto, fuimos amigos como lo somos ahora. Antes de que murieras en esa vida, me entregaste esto, me pediste que lo cuidara con mi vida, hasta que volvieses a estar preparada para seguir lo que dejaste a medias en esa vida. – su historia resonaba en mi corazón, no recordé nada de eso, pero podía sentir la relación de amistad, era cierta.

-          ¿y porque te lo entregué y no se lo dejé a otra persona?- pregunté.

-          Insististe en que este objeto tenía que permanecer en otra dimensión para protegerlo. Supongo que no te fiabas del tiempo, porque ha pasado mucho más tiempo de lo que me esperaba… - él mostró una sonrisa por su comentario gracioso, le copié. – como ya te dije, volví a encarnar en esta vida, por tú mamá, pero también por ti. Uno de los motivos que entendí, fue porque había llegado el momento de devolverte esto. Ábrelo. – dijo.

Me entregó el paquete, con mucho cuidado retiré la tela para encontrarme con una caja de madera pintada en un marrón muy oscuro. Era como si fuera una caja de guardar las figuras del ajedrez pero muy estrecha. En la punta izquierda la madera tenía una ranura, metí el dedo y deslicé la madera hacia un lado, debajo apareció un tubo dorado con grabados de un idioma antiguo.

-          ¿Qué es esto?- pregunté curiosa.

-          El catalejo de Horus – dijo.

Con tan solo escuchar el nombre de Horus, el corazón latió con fuerza y una imagen sin explicación me vino a la cabeza…

Tenía el rostro tapado por la iluminación del Sol que estaba detrás de él pero me cegaba los ojos. Su pecho estaba desnudo con un tatuaje en el centro muy interesante de una cabeza de pájaro con un Sol en la coronilla de su cabeza. En sus manos tenía ese objeto que el Titi Hilario me estaba ofreciendo, me fije en sus muñecas, llevaba un brazalete metálico y muy ancho que tapaba parte del antebrazo. 

Volví al presente casi al segundo, de alguna forma eso formaba parte de mi pasado, pero no comprendía cuanto tiempo exactamente.

-          Cuando me lo entregaste, me dijiste que este objeto era un legado de tú familia en ese tiempo. Hace 13.000 años aproximadamente, Horus entregó este catalejo a un ancestro tuyo, por el cual llegó de generación en generación hasta a ti. – informaba.

Lo que había visto antes de las palabras del Titi, era justo el momento en que mi padre en Egipto me entregara este obsequio, por alguna razón que desconocía, siempre me he sentido muy respetada y unida a Horus, incluso cuando a esa edad, todavía no había estudiado nada sobre el antiguo Egipto. 

-          Y ahora vuelve a ser mío.- comenté.

-          No, todavía no. – dijo el Titi, le miré y prosiguió.- pero será tuyo, cuando yo regrese a mi estado natural, ¿de acuerdo? Lo he dejado por escrito, para que así sea. – dijo.

Quería agradecerle su trabajo de haberlo protegido durante tanto tiempo, pero en vez de eso, empecé a llorar cuando fui consciente de sus palabras. Volvería a tener este legado en mi poder, pero pagando el precio de que el Titi se tenga que volver a su casa. Dejé el catalejo dentro del estuche, que el Titi lo dejó un momento encima de la cama, y le abracé llorando, él me consoló.

-          Me va a costar no poder hablar de estas cosas cuando te vayas, titi. ¡Ojalá no tuvieras que irte nunca! – le dije.

-          Recuerda, no es un adiós, es un hasta pronto. Volveremos a vernos, te doy mi corazón. – dijo y nos quedamos abrazados en silencio.

Mi experiencia me decía que sus promesas se iban a cumplir, por eso nunca perdí la esperanza de que volvería a verlo pronto. 



-          Entonces, ¿para qué sirve este catalejo? – dije cuando me dispuse a mirar por la ranura y vi que solo se veían colores muy hermosos.

-          Solo sé que ayuda a ver el estado energético de las personas. En realidad no me dijiste nada al respecto, lo averigüé porque un día, quise mirar y vi colores. – contestó.

-          Todavía no entiendo porque soy tan misteriosa. – nos reímos. – Si, se ven colores muy bonitos, pero dentro hay piedrecitas. – dije pensando que quizás los colores eran de las piedras, pero cuando lo miré en un lugar sin luz, se veían que las piedras eran todas iguales, transparentes. – Pues no, no son las piedras…- dije.

La cena fue una gran celebración a pesar de ser un día entre semana, mis tíos contaban historias graciosas y todos estábamos riendo, esperaba con muchas ganas el pastel, porque quería soplar mis cinco velitas. Siempre me han gustado mucho, soplar las velas de las tortas, pero tengo la manía de que me gusta poner velas, no números con velas, o sea si cumples diez, pues diez velas, pero ya veía que con el paso de los años, la torta parecería más un incendio forestal que una celebración, así que sabía que en algún punto de mi vida, tendría que aceptar los números en forma de velitas. 

Papá también se le veía muy a gusto con la familia de mamá, me gustaban mucho estas reuniones porque la familia Garcia somos muy fiesteros y nos gusta reunirnos mucho. En el momento que llegó el pastel y cantaron el “cumpleaños feliz” vi que de nuevo la torta no me gustaría, no solía comer tortas de chiquita, me gusta mucho el dulce pero las tortas siempre me han costado comerlas siempre, porque detesto que la masa sea seca. Por mucho recubierto que estuviese de nata o caramelo, si dentro en la masa no había una capa de nata o frambuesa o algo en sí, la torta era muy seca para mi gusto. 

Mis tíos junto a mi abuela Victoria, me regalaron coches en miniatura, uno de mis juguetes favoritos, y piezas de lego. Enseguida me puse a jugar con los autos y el tiempo pasó volando cuando el Titi se apuntó conmigo a jugar. 

Al día siguiente, me fui al colegio como era habitual, pero me sentía algo nerviosa, solo faltarían unas pocas horas para ir a IÓN. Ese día me vino a buscar el Titi, pero en vez de llevarme a su casa, me llevó a la mía, porque mamá estaba allí y el taller de la empresa también, aunque había escuchado decir a los tíos que pronto se iban a mudar a una fábrica en condiciones dentro de Manlleu, en el polígono industrial la Coromina, el taller seguía abierto en casa, solo por unos días más, para la mudanza. Mamá les ayudó, y yo me quedé en el primer piso, acompañada del Titi, hasta que de repente apareció en la sala de estar el Arcángel San Gabriel.

-          ¿Preparada para nuestra clase de hoy? – Dijo Gab.

-          Si, claro que si. – contesté entusiasmada.

-          Humiel, ya me ocupo yo, puedes volver al trabajo si quieres o también te puedes quedar a ver la clase – Le dijo Gab al Titi.

-          Me quedaré aquí, su madre está abajo.- contestó el Titi.

Agarré el radio casette que tenía en mi habitación y lo puse en la salita, Gab se quedó mirando los distintos casette que tenía, para ver qué tipo de canciones practicaríamos.  No recuerdo cuál eligió pero enseguida que empezó a sonar la primera canción que tocaba por la cara B, empezamos la clase haciendo movimientos de relajación para preparar el cuerpo y la energía poco a poco. 

-          Recuerda la base de todo movimiento, querida. Esto lo practicamos el otro día. – dijo Gab mientras hacía unos movimientos con los brazos simulando una espiral que iba de la coronilla hasta los pies y volvía.

-          La espiral, es la forma del movimiento en que el universo se mueve.- contesté, porque mientras que hacíamos los movimientos con las manos conectando con cada chakra, me pedía que le recordara cuál era el nombre y el significado de cada movimiento.

-          Así es. ¿Y qué significa? – me preguntó.

-          Armonía. – contesté y él se puso a dar palmas porque había acertado.

-          Cuando nuestro cuerpo vibra en armonía es cuando la espiral del universo, vibra a la misma forma que nuestro cuerpo, pero ¿qué más? – dijo Gab.

-          Pues que existe una unión energética, y así el universo puede empezar a hablar, ¿no? – dije y él lo confirmó con la cabeza.

Tras esa pequeña explicación del movimiento, empezamos a saltar y a bailar, dejando que el cuerpo descargara toda energía sobrante de nosotros y así pudiésemos empezar a conectar de verdad. 

Recomendación: El Mejor Verano De Mí Vida - Película.

miércoles, marzo 18, 2020

Un Mensaje De Merh Del Virus - Corona


Son muchos los hermanos que cada día deciden terminar su encarnación y no seguir más en la evolución de Gaia, cada noche observo el recuento de cuantos hermanos ya nos han dejado en este plano y se han ido al otro lado. Cómo ya comenté en el último video en el canal de Youtube, no me da miedo este virus-corona, porque mientras que muchos tienen miedo de tenerla, otros que estamos hace tiempo preparándonos para el gran cambio de consciencia, vemos lo que significa. Pero pienso que es importante, dar este mensaje a aquellos hermanos que ya no están con nosotros, esto va para aquellos que han muerto por este virus-corona.

Amados hijos de mí gran corazón universal unido aquí y ahora,

Gracias por haber estado en Gaia viviendo una experiencia más en la tercera dimensión. Gracias por haber aprendido muchas cosas en tú encarnación. Gracias por haber hecho amistades nuevas, reforzar los lazos antiguos que tenías en otros tiempos y por amar y acompañar a los tuyos durante toda esta encarnación. Ahora vuelves a ser un espíritu con alma pero sin cuerpo, vuelas alto y vibras en planos que no podremos percibir algunos, pero aquellos que te han amado lo seguirán haciéndolo desde dónde te encuentres. Sabemos que es difícil lo que has tenido que aceptar, permitir dejar ir lo que amas para comprender que así era tú destino, es algo que solo aquellos valientes pueden comprender, si todavía no lo has hecho, tranquilo, pronto lo comprenderás. 



La mayoría de las almas ya desencarnadas ya se han reencontrado con sus viejas familias, otros siguen caminos hacia la luz, comprendiendo el gran mensaje de sus existencias, la gran luz les ilumina el corazón, el corazón del universo les recibe para seguir colaborando desde otras vibraciones. Gaia necesita de su colaboración para su evolución, sus mensajes estaban escritos en las estrellas de las esferas más altas, tenían que seguir desde este nuevo plano. Dónde si escuchan, podrán ver como Gaia junto a su gran acompañante cantan la canción eterna, pues un acontecimiento muy hermoso e importante está empezando. 

Los ríos y los mares se tiñen de rojo, por las algas, para darnos el mensaje de que el bebé que se está gestando desde hace milenios, ya está listo para nacer. Este virus-corona les recuerda que ustedes son los reyes de su terraza, no hay nadie por encima de nadie, todos y cada uno de ustedes, tiene el poder de recibir este nuevo bebé en sus manos, si las juntan con los demás reinos que les acompañan. Nuestra amada Gaia, ya ha roto aguas, y este virus-corona es la oxcitocina que empieza a recorrer por todo su cuerpo, avisándole de que el bebé está en camino y aquel que no quiera poner sus manos para agarrarlo, será invitado a colaborar des del otro lado, el de las almas, porque Nueva Gaia ya está aquí.

No tengan miedo, el gran corazón amado, les protege de cualquier miedo que les ofrezca el camino, acepten este magnífico regalo, de colaborar para transformar Gaia, para ayudar a Gaia a tener este bebé lleno de Amor. El tiempo llegó, queridos. Permanezcan en sus casas, y escuchen en el silencio el latido de sus corazones latir igual de intenso que el latido de Gaia y del nuevo bebé. Pregúntense ¿Estoy preparado/a para transformarme y agarrar este bebé con consciencia y amor, vibrando en la luz del universo? 

Sean luz en amor,

Mis queridos hijos,

Yo soy Merh, el gran Padre Celestial.

Si decides colaborar desde aquí, recuerda que la humanidad somos las neuronas de Gaia, por lo tanto, nos estamos preparando, nos estamos informando para aceptar que este nacimiento tenga lugar. Por eso, si estás leyendo esto, debes aceptar que la transformación aunque no sepas qué va a suceder, es inevitable y será lo que tendrás que ir haciendo, se te va a poner a prueba constantemente, para que puedas sostener esta nueva vida que está llegando.

Si ya has desencarnado, te va a tocar seguir a los guías para colaborar desde este nuevo plano, adáptate a este cambio y enseguida encontrarás lo que tienes que hacer. Hay algunos emisarios en el plano de tercera dimensión que escucharán tus mensajes, para que este nuevo acontecimiento ocurra, y también, si lo deseas, enviemos un mensaje a tus seres más queridos, para que sientan paz ante lo que desconocen por poco tiempo, en cuanto desees enviar un mensaje, contacta con un Pilar de Consciencia, ellos te ayudarán. 

Y para aquellos que siguen en 3D y se piensan porque estoy mandando un mensaje a los desencarnados, no se preocupen, ellos cuando sea su momento, también leerán este mensaje y sabrán que están listos para continuar su labor. Nos han enseñado desde hace demasiado tiempo que una vez mueres termina todo, pero aquí, cómo ya les hemos mostrado, la vida es mucho más que una simple encarnación, la luz y la oscuridad se juntan para formar la neutralidad, el reino de reinos es simplemente un planeta con una misión particular, llena de vida y vidas que comparten unas vivencias y realizan sus granitos de arena al gran camino de la vida universal. Saben que el universo es mucho más que planetas sin vida en 3D, pero la vida crece más allá de una simple dimensión y que todos somos parte de una gran labor que está aconteciendo en estos momentos. 

Recuerden que tras el 11:11 del año 2018 en Noviembre puse un video en youtube dónde advertía de que Gaia había empezado a entrar en trabajo de parto, dije en su momento de que había empezado a tener las primeras contracciones, ahora ha roto aguas (rompió bolsa) y en breve empezará a dilatar (la apertura de consciencia), cuando ocurre eso, una madre (si lo queremos ver a una perspectiva para que lo entiendan) empieza a sentir la oxcitocina recorrer por su cuerpo, la hormona del parto. Se estipula que el nacimiento puede ser en el año 2024, todavía se desconoce día y mes, pero en teoría en cuatro años, Nueva Gaia será recibida en este planeta, les guste o no. Aquel que no le guste, pues ya sabe desde que lado contribuirá sino quiere transformarse. 

Recalco que esto es un mensaje de amor, paz y luz, no queremos fomentar el miedo. El mundo no va a terminar, solo se está transformando. Fluyen y lo verán. Pues este es el mensaje de las energías que están aquí y ahora, no unas palabras sin sentido. 

Recomendación: Silent Night – André Rieu.

HR.

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sábado, marzo 14, 2020

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 19


A media tarde, mamá me llevó a casa la abuela Victoria, nos habían invitado a cenar allí y yo me alegré un montón, porque así vería al Titi Hilario que sabía que me habría preparado algo interesante. Mi padre iba a tardar mucho ese día, me acuerdo que antes de ir a casa de la abuela, fuimos a su despacho y lo vimos con una mesa llena de papeles que no sabía qué estaba haciendo. 

-          Me voy a casa de mi madre, me han invitado a mí y a la Laia a cenar allí. En cuanto termines, vente, que mi madre querrá verte… bueno, ya sabes…- dijo mi madre a mi padre.

-          Muy bien, pero tengo para mucho todavía. Seguro que buscaré un hueco, para terminar antes.- dijo papá casi sin levantar la cabeza del papel, mientras que sonó el teléfono y sin decir nada más contestó.

Nunca le había visto tan serio, creo que nunca había ido a su trabajo hasta ese día y fue algo caótico, porque muchos de sus compañeros de trabajo, no sé con qué derecho, intentaban hablarme pero yo no quería, porque de la forma en como lo hacían, me hacía sentir mal. Así que me aferré a la mano de Uriel y me intenté esconder detrás de sus largas piernas, algo inútil si los adultos no sienten a los ángeles, pero me sentía protegida. 

-          No temas, gran amor…- la voz era diferente, no parecía que fuese de Uriel, miré al lado del compañero de trabajo de mi padre que vestía con una túnica anaranjada hasta las rodillas, detrás de su espalda tenía una alas blancas muy hermosas, y una larga cabellera ondulada castaña, que me dejó atrapada por completo al verle a los ojos azules cristalinos. – él no entiende quién eres, pero algún día lo sabrá… - se agachó al lado del compañero humano y me ofreció una mano. – Yo Soy el Arcángel Jofiel, es un gusto poder conocerte en persona, gran amor…- dijo con una sonrisa llena de amor, pero sus ojos transmitían un conocimiento ilimitado, que parecía que con la mirada podía eliminar cualquier límite de ti mismo. 



Con la mano libre que tenía le di la mano, su tacto era distinto al de Uriel, no era tan fino como esperaba que fuesen todos los ángeles o arcángeles. 

-          Alguien que te ama muchísimo, me ha dicho que hoy cumples años…- dijo pero yo observé a Uriel. – Oh no, no me lo ha dicho él, ha sido Humiel.- me sorprendió que conociera a mi titi Hilario.

-          ¿Eres amigo del titi?- le pregunté. Mi madre seguía hablando con mi padre, sus compañeros estaban trabajando y uno de ellos, quiso hacerse cargo de mí mientras que mi madre estaba ocupada.

-          Si, soy un viejo amigo. Pero también soy hermano de Uriel. – miró hacia arriba, para que sus ojos se encontrasen con los de Uriel, les observé para ver si tenía que esconderme de nuevo o no había peligro.

-          Hermano, tú siempre cuentas más de lo que deberías, ¿eh? – le dijo Uriel como si se hubiese enfadado con él, pero luego sonrío y se abrazaron cuando Jofiel se volvió a poner de pie.

-          O sea que tú siempre estás aquí, cuidando de todos, ¿verdad? – le pregunté a Jofiel.

-          Algo así, yo soy como Uriel hace contigo, pero con uno de los compañeros de trabajo de tú papá. Pero también cuido de él, si es lo que andas preguntando, gran amor… - la sonrisa de Jofiel es encantadora, te alza el corazón y parece que todo problema tiene una solución.

Como nadie nos estaba viendo, me lancé a los brazos de Jofiel, ninguno de los dos arcángeles dijeron nada, se quedaron ambos pasmados ante mi revelación.

-          Me gustaría que no tuviese tanto trabajo y pudiera estar más en casa, ¿tú puedes hacer algo? Por favor…- le dije susurrándole en la oreja.

-          Haré lo que pueda. – contestó.

Mamá salió del despacho de papá, me ofreció la mano se la di y nos fuimos por la puerta falsa, hacia la calle. Durante el camino, no quiso decirme nada, le miré varias veces, pero parecía enfadada, pero no le quise decir nada, porque cuando mamá está así, es mejor no hablarle.

Cuando salí del ascensor y nos giramos hacia la derecha, la puerta del piso estaba abierta y al final del largo pasillo estaba el Titi Hilario.

-          ¡Titi!- grité y arranqué a correr hacia él.

El Titi Hilario se detuvo en medio del pasillo, se agachó para agarrarme y abrazarme mientras que me subía en brazos. De la cocina salió mi tío Alfonso, estaba muy gracioso se había puesto un delantal para no mancharse a la hora de hacer la cena.

-          ¡Llegó la cumpleañera! ¡Dame un beso, Laia!- me pedía mientras que quería que fuese a sus brazos.
-          Sonso…- no sabía llamarle de otra forma, pero me alegraba de verlo.

Desde las habitaciones de la entrada, llegó Rafalé, parecía que se hubiese quedado dormido en su cama escuchando música, que es lo que solía hacer en ese tiempo, se acercó, me puse en sus brazos y le di besos a todos mis tíos más cercanos, por lo menos ellos tres vivían a unas cuadras de mí casa, los otros muy lejos. 

-          Rafalé, ¿Por qué no me cantas huesos?- le pedí, la verdad es que tiene muy buena voz y canta muy bien, pero parece ser que él no lo ve igual.

Sin decir nada más, se puso a cantarla, mientras que bailábamos en el pasillo de camino hasta el salón, dónde en una butaca azul estaba mi abuela Victoria, mirando la televisión. Me acerqué a ella, en cuanto Rafalé dejó de cantar, Uriel se quedó charlando en el final del pasillo con el Titi Hilario. Cómo no sabía la situación de la abuela, me acerqué muy despacio, intentando no molestarla, pero le quería dar un abrazo. Como era de esperar, en sus manos tenía plástico de burbujas, le encantaba petar las burbujitas, de hecho a veces me dejaba petar algunas.

-          ¿Abuela?- susurré, no tenía miedo, pero esperaba poder verla a los ojos para saber si estaba en el presente o atrapada en algún punto del pasado.

En ese tiempo, nadie me decía qué le pasaba, era de esperar, porque una niña de cinco años no es muy normal que sepa la enfermedad que tenía, lo sorprendente fue que los Seres de luz tampoco quisieron decírmelo. Pero yo de todos modos, sabía que lo que sufría era un tumor en el celebro y que le había afectado en la zona de la memoria cognitiva, el lugar dónde se supone se guardan todos los recuerdos vividos en esta vida, impidiendo así poder enviarlos al alma para que no se bloquease ningún chakra. Mi abuela Victoria según los médicos tenía cáncer, lo sabía porque en realidad recordé que en una vida anterior fui médico.

Ella sufría lagunas de memoria en espacios muy largos, se podía pasar entre minutos o días viviendo en alguna parte de su pasado, normalmente momentos en que ella fue feliz. Se suele confundir al principio con la otra enfermedad que afecta la memoria y que todos tienen miedo el Alzheimer, porque esas lagunas de memoria son muy parecidas. El Alzheimer vas perdiendo la memoria y no recuperas nada, es como eliminar los archivos de un ordenador de la papelera de reciclaje, una vez lo eliminas todo, son irrecuperables. En cambio un tumor, no se eliminan, solo se bloquean y durante un tiempo, la persona empieza a pensar y es consciente de lo que le pasa, a pesar de que a veces, se comporte como si fuera una niña de la misma edad que yo. El tumor, solo bloquea recuerdos negros que hayan causado un trauma y no se hayan superado, eso es más grave que resetear tú memoria, porque aunque parezca una chorrada, los Chakras son canales de información dónde nuestros tres cuerpos espiritual, emocional y físico se comunican, si se bloquean estos canales, se pierde la conexión y algo en el sistema físico empieza a manifestarse en señal de advertencia de que debe cuidarse, y si no se hace, muere y esto quedará como un trauma más que deberá superar en su siguiente encarnación.



Cuando le vi la mirada perdida, mientras que petaba burbujitas de plástico, me acordé de todo eso que había estudiado entre la última vida y antes de volver a nacer (el período llamado entre vidas). Iba a tocarle la mano, igual que hace Uriel cuando me siento atrapada en algún lado fuera del presente, pero antes de hacerlo vi otra cosa…

Una tarde de verano en Guarroman, en el año 1931…

Tres niñas de diferentes edades jugaban al escondite en un solar abandonado cerca del centro del pueblo que era muy pequeño. La niña que aparentaba ser la mayor, estaba contando hasta veinte mientras que las demás se escondían, la segunda niña se escondió detrás de un árbol medio caído por la guerra, y la otra chica se escondió detrás de unas placas de metal que habían en una esquina, que eso parecía un techo de una caseta también abandonada.

Cuando la niña dejó de contar, se dispuso a buscar a las demás, le estaba costando un poco, hasta que escuchó un ruido cerca de un árbol medio caído.

-          ¡Vitorina, te he encontrado!- gritó la niña señalándola con el dedo. - ¡sal de allí!- dijo.

-          ¡No, no me has visto, Antonia!- dijo Vitorina que salía corriendo intentando evitar que le persiguiera la otra niña.

-          ¡Ven aquí!- decía Antonia mientras que reía a carcajadas y Vitorina también.

Al dar la vuelta al solar, la otra niña salió de su escondite, Antonia la vio.

-          ¡Rosita, te he visto! ¡Sal, tú también!- gritó Antonia.

Finalmente Antonia pudo atrapar a Vitorina, y en cuanto la puso a contar de fondo se escuchaban los nombres de ellas, que estaba gritando la voz de una mujer. Las tres se quedaron quietas, intentando escuchar la voz y mientras que se miraban ambas a la cara…

-          ¡Esa es mamá!- dijeron las tres.

Salieron corriendo hacia la casa que tenían dentro del centro del pueblo.

Los ojos de mi abuela se quedaron atrapados junto a los míos, sus ojos estaban llorosos aunque yo solo sentía felicidad porque esas imágenes eren muy lindas. A pesar de que desconocía porque había visto eso, ni sabía muy bien porque debía hacerlo, comprendí que era un recuerdo de su infancia, uno que a lo mejor no quería perder. Así que puse la mano encima la suya y le sonreí, ella también reaccionó de la misma forma.

-          Tenías razón, abuela. Antonia no te podía ver.- le dije.

Ella dejó de explotar burbujitas, me acerqué a ella su mano me acarició dulcemente la mejilla derecha hasta que me lancé a darle un abrazo y un beso en su mejilla.

Recomendación: Billie Eillish - Evereything i wanted

HR.

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¿Un Demonio Siempre Ha Sido Malo?

  ¡Feliz año a todos! Dejamos atrás el año del infinito (2+0+2+4=8) y nos vamos centrando en el año de la divinidad (2+0+2+5=9). El año pa...