martes, marzo 06, 2018

¡Recuérdame!



Suena el despertador a las 7:30 am, me levanto y escucho una voz en mi cabeza que me dice “Recuérdame” la voz era el Ojo de Horus (Seraphis Bey), primer día de mes, primera jornada de reflexión sobre el Ojo de Horus. Al llegar al trabajo y agarrar las cartas para irme a trabajar, esa voz vuelve a decirme “Recuérdame” y vuelve a ocurrir en medio de la ruta, en un momento en que se me caen las cartas al suelo y me dice “Recuerda, yo soy la voz de la consciencia, la consciencia del recuerdo”.

Un pergamino tengo delante de mí, agarro el tintero y empiezo a escribir, pero en vez de escribir en palabras escribo en jeroglíficos, lo siguiente… los antiguos quisieron construir tres pirámides que emergen con la energía de Orión, una esfinge y la plaza de los reyes, tres edificios que se han se han admirado y seguirán admirándose, la eterna juventud yace en ellos Flor de Lys, Orange y… (Mí marido atlante).

Cuando recupero el sentido, me encuentro en los brazos de Uriel, que me observan con sus ojos preocupados y yo le digo “¿Qué ha sido eso?” y él contesta “¿El qué? No he visto nada” y yo le digo “No importa” así que vuelvo a ponerme de pie, agarro las cartas que Uriel me ofrece y continuamos caminando sin hablar del tema…

Paseaba por el mercado delante del palacio dónde vivía con mi familia, había muchos mercaderes, la gente iba vestidos como en el antiguo egipcio, yo iba con una túnica hasta los pies y llevaba muchas joyas en el cuello y en la cabeza una especie de diadema dorada, era la hija de una persona importante amigo del faraón. Entre los mercaderes, me encontré con Orange, aún no lo conocía, pero estaba en un lado observando a la gente pasar, estaba solo y yo iba con mi hermana pequeña de ese tiempo, que hablábamos de comprarnos alguna joya, pero mi atención estaba en los ojos de Orange, que aunque no lo conocía, sabía que lo conocía de alguna parte.


Agarré el brazo de Uriel con fuerza, él estaba a mi izquierda como de costumbre, y se preocupó mucho, pero esas imágenes volvieron a desaparecer. “¿Te pasa algo?” y yo le dije “¿No lo ves?” él miro a nuestro alrededor, y dijo “¿Qué tengo que ver, estamos en la calle?”. No lo entendía qué me estaba ocurriendo, pero continué con el trabajo sin darle mucha importancia.

Me encontraba en un salón cerca de la sala del faraón, observaba las largas y bien dibujadas columnas que había en la sala, por lo menos había más de diez. Intentaba leer lo que ponía pero no lograba ver toda la historia completa. Era joven, cuando de repente, me encuentro con Orange que deambulaba también por esa sala, me quedé observándole a los ojos durante un largo tiempo, pero quería continuar leyendo los jeroglíficos, cuando de repente Orange me dice “siempre haces lo mismo” le observo con asombro, no sabía a lo que se refería y él prosiguió “siempre inclinas la cabeza unos grados y te tocas el cuello, cuando ves algo interesante y que te gusta”, jamás me había reflejado de tal forma, le miré y le dije “¿Me espías?” y él dijo “solo observo lo que me gusta”.

Volvía a estar en los brazos de Uriel, él ya preocupado quería una explicación, como estábamos cerca de un parque, le pedí que me acompañara a sentarme en un banco, él aceptó y me escuchó y le dije “Acabo de ver a Orange, pero no en este tiempo, sino en la época Egipcia, creo que estoy recordando” Uriel se puso a sonreír de alegría y dijo “¡Qué maravilla, amor! Ya me contarás, yo estaré pendiente de ti, no te preocupes”, que majo que es. 

Me encontraba en la sala del faraón, estaba llena de gente, mi padre era el escribano del faraón, en ese momento el hijo regresaba de sus hazañas subido a una carroza de caballos, que llegaba hasta el patio que había justo delante de la sala dónde nos encontrábamos, vestido con casco, un cinturón con su espada y sandalias, junto a su vestido de guerrero habitual, caminó por el pasillo central derecho a su padre. Una vez a sus pies, se quitó el casco y se inclinó y le dijo “Padre, es un placer volver a casa” el faraón le daba la bienvenida con un saludo seco y abrupto, antes de volverse a poner derecho, sus ojos color cafés me observaban, yo que me escondía entre las columnas, intentando que no me pillasen mirándolos, en teoría no tenía que estar allí, el muchacho era mi marido atlante. Me sonrió, y cuando pudo regresar a sus aposentos, se fue por un lateral, a paso liguero se fue hacia las columnas y antes de pasar hacia la sala de las columnas, me miró y me saludó en silencio con una reverencia. 


Casi llegando de nuevo a la oficina, le tuve que decir a Uriel “Agárrame fuerte ahora, porque cada vez es más y más duro y no quiero que nadie se dé cuenta de lo que me pasa, ¿de acuerdo?” y él contestó “No te preocupes, cuenta conmigo”. No quiero ser la atención del día, tengo que poder hacer lo de siempre, mientras que voy sobrellevando el hecho de recordar, la mayoría de las veces ocurre y no pasa nada, pero esa vida era muy dura. Cada minuto o menos de un minuto recordaba un fragmento de ella, es emocionante y peligroso al mismo tiempo, porque dejas de tener consciencia del tiempo actual y puede ser peligroso si conduces un auto, que no es mi caso, a veces cuando me preguntan por el carné de conducir, para que me lo saque, me gustaría hacerlo, pero pienso… y si algún día empiezo a recordar mientras conduzca, seguro que tengo un accidente, y por eso sigo usando los transportes públicos, por lo menos hasta que lo tenga controlado, que según declaraciones del marido atlante, llega un día en que esto, todo estos recuerdos, se aclaran, se ordenan y luego cuando ya no hay más qué recordar, paran. 

Volvía a estar sentada delante de un pergamino, pero esta vez en vez de explicar una historia o escribirla con jeroglíficos, observaba a través de las cortinas blancas que había en la sala, allí observándome estaba Orange, pero lo ignoraba porque mi padre me había encargado que escribiera una historia del faraón. Orange se paseaba por la sala para distraerme intentaba hablar conmigo hasta que al final vino a mi lado y me dijo “¿Porque vas a casarte con él, yo sería mejor que él?” se había enterado de que en unos días me iba a casar con el hijo del faraón (mi marido atlante) y yo le dije “no es una cuestión de ser mejor o no, hay otras cosas” y él contestó “¿Cuestiones políticas?” y yo le dije “No me interesan…” y él dijo “¿Por no defraudarlo?” y yo le dije que no con la cabeza hasta que al final comprendió y dijo “¿Amor?” le miré y le dije “Así es, lo amo”.


Salía del trabajo y tenía que ir a la residencia, tenía que ir como fuese, aunque la situación no era la adecuada le había prometido a mi abuela que la iría ver, como hago cuatro veces por semana. Aunque Uriel me decía que no era buena idea, yo le tuve que convencer y fuimos, pero de camino seguí recordando.

Me encontraba vestida con un vestido precioso tradicional en Egipto, mis manos agarraban las de mi marido atlante, ahora convertido en mi marido egipcio, mí faraón y eso me convertía a mí en faraona, pero lo más importante era que estaba con el amor que quería y quiero aún. Entre los invitados, estaba Orange que se miraba el evento con recelo, con el ceño fruncido, cómo si hubiese perdido una batalla por lo cual no vi que empezaba. 

Uriel me volvió agarrar y regresé al presente de nuevo, me encontraba en clase, había perdido la noción del tiempo, no recordaba haber ido a ver a mi abuela, ni haber almorzado, ni tampoco recordaba cómo había llegado hasta clase, ya que era más de la segunda hora y faltaba poco tiempo para la hora del patio. En ese momento me acordé que a primera hora tenía un examen y le dije “¿He estado todo este tiempo recordando?” y él dijo “Así es, amor” y yo le dije “¿Y el examen?” y él contestó “Te he ayudado a conectarte, pero seguramente que lo aprobarás” y yo le dije “¿Cómo?” y él dijo “Tú parte inconsciente ha agarrado el control y él ya sabía el temario” no había caído en eso, en la división de conocimientos que me enseñaron los seres de luz hace unos meses, es uno de los secretos de porque el curso me va bien sin apenas tener que esforzarme mucho, sobre todo en situaciones semejantes a esta.

Después de la muerte del anterior faraón, y de habernos convertido en faraones junto a mi nuevo marido, nos encontrábamos en la sala del trono, dónde aceptábamos ofrendas de nuestro pueblo, al anunciar públicamente que dentro de unos meses vendría al mundo el primer príncipe, el futuro faraón. Orange vino agradeciéndonos la noticia con un cuenco lleno de panecillos tradicionales y dijo “Mi señor, os felicito por el heredero, por favor, aceptad estos panecillos en señal de disculpa por todos los rocecillos que hemos tenido en los últimos meses y permitidme así, estar cerca del heredero para que le enseñe cómo ser un buen faraón, así seguir el trabajo que hizo con vos mi padre”. El padre de Orange fue un gran consejero del faraón, tenerlo cerca haría más fácil las cosas, mi marido le dijo “Acepto tus ofrendas, pero tú proposición la rechazo. Porque quiero que seas mí consejero” yo no sabía nada de eso, los demás invitados también era una sorpresa, y para Orange también, levantó la cabeza y me miró a los ojos, escondían felicidad, supuse para estar cerca de mí, y de alguna manera también sentía felicidad de tenerlos cerca. Y dijo “Acepto ser vuestro consejero, mi señor”.


Quedaba una hora para terminar las clases del día, cuando regresé, madre mía, ahora tocaba contabilidad y no estaba dispuesta a hacer clase, seguramente que me volvería a ir muy pronto. Recuerdo que en ese momento, a una compañera de clase que me veía que no estaba demasiado bien, me preguntó “¿Estás bien?” y yo le dije con esfuerzos de mantenerme estable, ya que le apreté la mano a Uriel para permitirme así no volver a viajar durante un par de minutos “Sí, no te preocupes. Lo que pasa que estoy recordando una vida pasada y estoy vulnerable, pero se me pasará” ella alucinó, solo hace dos años que sabe que me pasa eso, y me gusta que lo comprenda, seguía con la idea de no llamar la atención de nadie, porque no estaba dispuesta a responder preguntas, ese día no podía. 

Mama, ¿Voy a ser guerrero igual que papá para ganar la guerra?” decía mi hijo de seis años, ¡qué hermoso verlo así idolatrando a su padre! Había salido una copia de su padre, el pelo moreno, la mirada de él y la piel era un poco más blanquecina como la mía, ¡qué hermoso era! Solo esperaba que el segundo, que estaba en camino saliera igual y le dije “¡No hijo, tú vas a ser mejor que él! No permitas que ser guerrero sea solo lo único que puedes ser” le di un beso en la mejilla, mientras que se iba con la muchacha y nos dejaba solos a Orange y a mí. Él me agarró del brazo y me pegó de espaldas a la pared al lado de la ventana dónde se podía ver de fondo el pueblo egipcio que seguía con su día a día, lo tenía a muy poca distancia, me miraba con su mirada llena de misterio que siempre me intrigaba saber más de él, mientras él decía “¿Cuándo le vas a decir que yo formo parte de ti?” decía enojado y yo le decía “No es lo mejor, acaba de saber que vamos a volver a ser padres y la guerra está demasiado complicada, no es el momento” y él dijo “¡Nunca va a ser el momento! Ahora la guerra, luego tienes otro hijo con él, y yo ¿qué, eh? Sacrifiqué mi vida para estar cerca de ti, acepté que te casaste con él para complacerle, pero ¿a mí, quién me complace?” jamás lo había visto tan enamorado de mí desde que lo conocí, desde que me dijo “Yo observo lo que me gusta”, había sufrido mucho por aceptar un matrimonio que realmente es muy bueno, pero su compañía también es importante para mi y le dije “Estoy casada con el faraón, lo amo a él, pero a ti también te amo. Fuiste tú quién aceptó formar parte de esto yo no te obligué a que fueses su consejero ni mucho menos que te convirtieras en un tío para mi hijo, tú elegiste estar aquí, podías haberte ido de la ciudad, podías haberte marchado y no volver, pero decidiste quedarte. ¡No tienes derecho a exigirme que elige cuando le diga que tú también formas parte de eso, porque no lo voy a hacer!”. Orange me agarró con las dos manos, los brazos, estaba tan cerca que sus labios podía saborearlos sin apenas moverme, aunque finalmente sus labios se rozaron con los míos para fundirnos en un beso apasionante. Lo que no sabía es que tres días después, perdí ese niño y en esa vida no volví a quedarme embarazada.

Me encontraba cenando, había regresado cuando recibí la vocecita de nuevo y dijo “Ahora ya has visto cuál es el origen de este trino perfecto que creaste, la consciencia del pasado sigue abierta, y el ojo siempre lo ve todo de ti, de él y del otro”. Con estas palabras, dejé de recordar durante ese día, en los siguientes días, fueron días normales y no ha vuelto a pasar de momento. Lo que si que os diré, es que a partir de la siguiente vida, mi marido atlante dejé de rastrearle la pista ya que decidió encarnar en otros planetas, mientras tanto la relación de matrimonio desde la Atlántida había quedado en un largo tiempo de espera, cortando así la relación por un tiempo, eso quería decir que en teoría era libre y fue entonces cuando en la siguiente vida, empecé la relación de “novios” con Orange eso hace más de 8.000 años aproximadamente. 

Recomendación: Ancient egipt music.

HR.

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sábado, marzo 03, 2018

En Los Brazos Del Arcángel Uriel



Anoche cerré la luz y me preparé para ir a meditar, antes de cerrar la luz le dije al Arcángel Uriel que estaba a mi derecha “Buenas noches mi querido Uriel, si lo deseas, puedes meterte en la cama y estar conmigo esta noche, te amo”, no fue hasta que había cerrado la luz cuando noté su mano que me acariciaba suavemente la frente y el pelo, en señal de haber recibido esa petición, cerré los ojos y me dispuse a concentrarme en la respiración. 

Entre 30 o 40 minutos después, estaba consciente de dónde estaba, a la espera de alguna señal exterior, tras los síntomas típicos que ya os he compartido anteriormente, cuando llegas a este estado de 4D, es genial la espera, porque gracias a la visión periférica, lo ves todo sin tener apenas que moverte. La última vez que estuve así, fue durante la revisión de Chakras, que por cierto, quién no siguió el parte por redes sociales, ya me dieron el alta el miércoles de la semana pasada, al ver que las cicatrices ya se habían cerrado, aunque aún tengo que vigilar un poco qué posición hago en qué momentos con la espalda, todo lo demás está todo bien, incluso el fin de semana pasado pude conectarme los dos días, como si realmente esa intervención no hubiese ocurrido, pero gracias igualmente por preocuparos, os mando un beso de mi parte y de parte de los seres de luz de 4D y 5D.
Me encontraba de nuevo de cara a la pared, esperando, en silencio, observando, en silencio, como el arcángel Uriel se acercaba a la cama, retiraba un poco las mantas y se colocaba en la cama tal y como le había permitido hacer. El Arcángel Uriel se acercó y me abrazó de la misma manera que hace tan rica y tan hermoso al mismo tiempo, hasta quedar totalmente inmóvil pegado a él. Aunque esta vez prefirió no enroscar sus piernas con las mías, me apretó fuerte contra su pecho, yo le agarré sus bellas manos y las entrelace junto a mis dedos, mientras que él con la barbilla hacia correr un mechón de mi pelo para despejar la oreja izquierda, me besó en el cuello y luego me dijo “mi amor, cuando estés lista, nos iremos”. Qué curioso, pensaba que estaríamos los dos solos y ya, pero resultaba que teníamos que ir a la 5D juntitos, así que me relajé y le dije “¿Quién ha venido?” y él me respondió enseguida “No tiene que venir nadie hoy aquí, tenemos que ir nosotros a Agartha, pero tranquila, si quieres, yo te llevo” y yo le dije “De acuerdo”.

Me relajé aún más y permití subir de 4D a 5D, en el momento en que estaba a punto de llegar a la 5D, noto como el Arcángel Uriel se despega de mí y vuelve a estar de pie junto a la cama, y cuando ya él notó que estaba en la 5D, noté sus brazos, como el brazo derecho lo pasaba por el cuello y el otro brazo me agarraba de las piernas para llevarme en brazos hacia su pecho, noté como caminaba por la habitación y salíamos por la ventana, cruzándolo ya que la ventana se abrió de par en par y se cerró al pasar, y luego con sus alas gigantes extendidas, empezamos a volar hacia el cielo, estaba con los ojos abiertos y veía como nos íbamos alzando poco a poco, me giré para verle la cara y allí estaba el Arcángel Uriel, tan hermoso como siempre.

Volábamos tan alto, que podía ver las naves que se dirigen hacia la montaña para entrar a Agartha casi a unos metros, era fantástica, muy hermosa la sensación de libertad, de amor y de seguridad al mismo tiempo. Para poder entrar en Agartha hace tiempo que sé que hay diferentes entradas escondidas en distintas montañas, yo conozco una que está cerca de mi casa, y precisamente era hacia allí dónde nos dirigíamos. Me digné a disfrutar del viaje y a no preguntar, tenía preguntas pero me picaba más la curiosidad saber a quién íbamos a ver, de alguna forma me estaba enseñando a ir de otra manera a Agartha, ¡qué bello es Uriel, será así porque lo amo tanto y porque lleva conmigo desde hace tantas vidas! 

Amor, mira…” en ese momento lo estaba mirándolo a él, cuando veo que señala con el cuello hacia delante, miro hacia dónde él me estaba indicando y empiezo a sonreír, ya que delante de nosotros teníamos ni más ni menos que la nave del comando Ashtar, dónde desde la cabina del puente de mando, se podía ver a Ashtar Sheran y a Roxane que nos estaban saludando, yo les devolví el saludo por los dos, ya que Uriel tenía las manos ocupadas en ese momento. Nos pusimos detrás de ellos, para embarcarnos hacia el pequeño pero gran agujero que se abrió en lo alto de la montaña para pasar de la superficie hacia el mundo de Agartha. ¡Qué hermoso!

Sujétate fuerte, amor” me dijo, yo pasé mis brazos por su cintura y me agarré tan fuerte como pude a su cintura, él aprovechó y me contrajo con más fuerza hacia su pecho. Pocos segundos después, vimos como la nave del comando Ashtar entraba en picado hacia el agujero, nosotros nos detuvimos en el aire a esperar a que nos diesen el punto de salida, ya que el agujero es pequeño, se entra y se sale por turnos. Cuando estaba a punto de tocar-nos Uriel me dice “¿Confías en mí?” le miro a los ojos y le digo “¡Confío en ti!”, me agarro con fuerza y él guarda las alas y empezamos a caer en picado hacia el agujero por el efecto de la gravedad. 

El agujero nos atraía muy fuerte, como si estuviéramos subidos en la atracción de port aventura (Tarragona) llamada Shambala, la sensación era la misma que tiene la primera bajada de la atracción, pero con el triple de intensidad. ¡Wow! Pero suerte que tanto a Uriel como a mí, nos gustan montarnos en esos cacharros y sentir esa sensación fue increíble, así que nos pusimos a gritar de alegría y fascinación, mientras duraba la caída, que no duró tampoco mucho, quizás medio minuto, quién sabe. Pero fascinante, ver como ya en la bahía que es la entrada de Agartha dónde se ve el agua que rodea y alimenta las montañas con sus ríos y en el horizonte se veía el nacimiento del Sol, de repente en ese instante, el Arcángel Uriel desplegó sus alas y frenamos esa intensidad y dijo “¡Bienvenida de nuevo a Agartha, amor!”. 

A la derecha todas las naves procedentes de la superficie descendían en la zona de hangares, todos los seres de luz que venían de las estrellas a partir de ese momento, tienen que moverse por Agartha utilizando otros sistemas de transporte, como el metro (que es muy diferente al que conocemos en la superficie), caballos, u otras formas tecnológicas o naturales que están adaptados para el transporte por la región. Pero como nosotros íbamos por particular, podíamos seguir volando hasta nuestro destino, tuvimos que pasar toda la selva antes de encontrar una de las primeras ciudades, cruzamos por los aires la ciudad de luz dónde está la torre del conocimiento, que no he vuelto a ir allí desde que Anasiel me invitó a su proclamación de Maestro pronto hará un año.

Cruzamos tres grandes ciudades de luz más, cuando empecé a reconocer tras el mar que le rodea, la maravillosa ciudad de Posid, era la cara sur, la cara que jamás había visto de la ciudad más bella de todas, a la derecha tenía una pirámide y a la izquierda otra que ambas deslumbraban una luz brillante hacia el cielo, y en medio bastante a lo lejos, estaba la catedral de Posid. Esta catedral es distinta a las demás, tiene tres torres, dos a los lados y una central, que además es la más alta de las dos torres laterales, la central está llena de ventanales enormes que van hacia veinte pisos. Pero Uriel quiso poner los pies en la quinta planta de la torre central, acto seguido me ayudó a poner los pies en el suelo, no me di cuenta que iba sin zapatos, tampoco hacía frío para notar que los tenía desnudos.


Pasé el ventanal y entré en el salón que parecía un piso de viviendas, como si fuera un piso en la ciudad, el salón tenía un gran sofá en medio de la sala, y a la izquierda una cocina pequeña, y atrás un pasillo que travesaba de lado a lado el salón, dónde se veían distintas puertas, conté hasta diez. Detrás, me acompañaba en todo momento Uriel aproveché para decirle “¿Quién vive aquí?” y él me dijo “¿Por qué no lo averiguas tú misma? ¡Llama a alguien!”, le hice caso y empecé a gritar “¿Hola, hay alguien en casa?”. El silencio se presentó ante nosotros, empecé a caminar por la sala, esperando a alguien, hasta que se escuchó abrir una puerta, acto seguido escuchaba sus pasos que repicaban en el suelo hecho de cristal azulado mezclado con gotitas de violeta, brillaba, a pesar de ser de noche, la luz brillaba en el suelo, ¡maravilloso! Me quedé fascinada con el suelo, hasta que escuché una voz femenina que decía “Mamá…” miré hacia adelante y empecé a emocionarme de felicidad, porque esa voz era de mi hija Tauriel-Adana y le dije “Taurie…” sin pensármelo dos veces, fui hacia ella para quedar abrazadas, ¡qué hermoso fue estar con ella!

Mientras que me estaba abrazando con Tauriel, escuché otra voz esta vez masculina, que decía “¡Mamá, has venido!” miré y era Ávalon, mi hijo mediano que se unió al abrazo colectivo, ¡qué hermoso tenerlos a los dos juntitos! Uriel reía por detrás, le miré y le hice un gesto y se unió al abrazo colectivo. 

Nos quedamos sentados en el gran sofá, mientras que hablábamos de nuestras cosas, pero Ávalon tenía tanta curiosidad que él fue quien empezó a preguntar diciendo “¿Te has reencontrado ya con papá?” y le contesté “Aún no, pero falta muy poco. Hace unos cuantos días que ha vuelto de su viaje a Egipto y a Jordania, se supone que tiene dos meses libres y va a estar dando conferencias en distintos lugares pero estoy segura, que entre conferencia y conferencia el reencuentro será posible. Ocurrirá según sea la voluntad de Dios, hijos míos.”. Uriel añadió “Por lo menos, ambos viven a 77km de distancia, es decir que están en el mismo país y ya que él no tiene pensado aún regresar a Argentina, su país de origen”. Es cierto, mi marido Atlante solo sé que tiene que regresar en Noviembre a Argentina, sino tiene ningún viaje más, que en Junio se va a Escocia, se va a quedar en Barcelona.

Recuerdo este lugar, ¿he venido antes verdad?” les pregunto, Ávalon me contestó “Siempre que has querido vernos, has venido, mamá. Uriel ya sabe el camino, lo que pasa es que antes venías que creías que era un sueño, pero ahora sabes la verdad de que nosotros no somos un sueño, somos tus hijos atlantes”. Solo recuerdo que he venido a este piso exactamente, por las vistas de Posid maravillosas y por cómo está estructurado el piso, unas 30 veces en tan solo los últimos 8 años. Porque sé qué habitación es la de Ávalon, la de Taurie y la que era de Áxel, sé dónde está el baño, y si voy a la cocina, sé exactamente dónde tienen las cosas, pero normalmente comen en el comedor común que hay en la catedral rodeado de maestros y antiguos jefes de las 13 castas que había en la Atlántida antes del hundimiento. 

 “Recuerdo cada rincón de este piso, porque recuerdo haber vivido aquí ¿es posible?” Tauriel fue la que me quiso contestar con su gran sonrisa que lo sacó de mí de oreja a oreja y dijo “Antes de encarnar, y después de acompañar a Orange a su encarnación, estuviste dos años viviendo aquí con nosotros, mientras esperabas a poder irte a Nosso Lar (ciudad de almas) a encarnar. Dormías en la habitación del fondo, al igual que papá, mientras que Orange dormía en la habitación de al lado, antes de decidir encarnar los tres, en los tiempos de espera que decidisteis hacer, vivimos todos juntos aquí, en nuestro hogar ¿Lo recuerdas, mamá?”. Le miré francamente a los ojos y le dije “Así es, lo recuerdo. Trabajaba en la ciudad de los templos que no está demasiado lejos, y venía aquí a estar con vosotros. Dijiste la primera vez que vine aquí, que este piso es una representación de nuestro hogar, de cómo fue en la Atlántida, y así lo es”. Le apreté cariñosamente la mano a Tauriel seguido de una sonrisa de complicidad que ella aceptó con los ojos llorosos de felicidad, decidí cambiar de tema…



Miré a Uriel y le dije “Que yo recuerde, creo que hace unos días fue el cumpleaños de alguien, ¿verdad Uriel?” en ese instante, Ávalon nos miró con ojos gloriosos mientras que Uriel contestaba con una gran sonrisa siguiéndome la broma “Creo que sí, pero… ¿creo que no hay regalo?” Tauriel se puso a reír, comprendía el mensaje, mientras que Ávalon arrugaba la frente mirándonos a Uriel y a mí, y dijo “Sí, fue el mío con Áxel… ¿mamá, se te ha olvidado el regalo?” le miré a los ojos y le sonreí… mientras que captaba la atención de Ávalon, Uriel del bolsillo interior de su túnica (en la cintura) sacó un pequeño regalo envuelto y aprovechando que le quería dar un abrazo a mi hijo, le agarré el regalo de sus manos y le dije “Ah, pero mira qué… ¿qué tenemos aquí?” me separé de Ávalon y le di la caja de regalo que él aceptó con ojos hermosos azulados. 

Ávalon abrió el regalo en un abrir y cerrar de ojos, permitiendo así que saliera a la luz un collar muy especial, hecho de calcita dónde hay grabados una imagen de los tres hermanos, para que nunca se olviden de quienes son, también había uno para Tauriel, que no lo esperaba y lo aceptó de buena fe, yo le ayudé a Ávalon a colocarse el suyo mientras que Tauriel le pidió a Uriel que se lo pusiera y él aceptó hacerlo, ella tan bella como es, se agarró su larga melena morena y enrulada con una mano, permitiendo así que Uriel le colocase el collar. Ambos me dieron las gracias con un abrazo, pero también les dije “Uriel también colaboró en buscar las piezas y enviarlas a esculpirlas” le dieron un abrazo a Uriel. ¡Qué bonito!

Mientras que Tauriel se fue un momento a su habitación, aproveché para decirle a Ávalon “Quería que tuvieses un recuerdo de Áxel, ahora que está tan lejos. ¿Cómo lo llevas?” y él dijo “Muchas gracias, mamá. Es curioso no estar juntos, pero de momento puedo resistirlo, acepto su destino al igual que él aceptó el mío de no encarnar” y yo le dije “Podrías haberlo acompañado” y él dijo “Algún día, querré volver a encarnar, pero todavía no es ese tiempo” y yo le dije “De acuerdo”. 

Cuando vino Tauriel no me esperaba lo que tenían para mí, mis dos hijos hermosos me dijeron “Queríamos esperar a tú cumpleaños, pero es mejor que lo tengas ahora.” No entendía a qué se referían, hasta que Tauriel me entregó un pergamino doblado por la mitad con el sello de un León en una de las solapas y dijo “Áxel dejó esta carta para ti, antes de irse”. Agarré la carta y en ese momento lo quería abrir pero las manos de Uriel me impidieron hacerlas al interrumpir ese gesto, le miré a los ojos y me dijo “Tenemos que volver, ya es tarde”. Aunque no quería irme de allí, me despedí de ellos con un abrazo, me guardé la carta en el bolsillo y enseguida Uriel me agarró en brazos para irnos por el mismo lugar dónde habías llegado.


Una vez en la habitación, aún faltaba una hora y media para que sonase el despertador, pero no quería bajar a la 3D, antes necesitaba hacer una cosa y no lo quería hacer sola, necesitaba la compañía aunque fuese de Uriel, al dejarme encima de la cama tumbada, aproveché para sentarme y agarrarle del brazo, ya que Uriel se quería marchar, de hecho quería quedarse sentado en la silla del escritorio, pero al agarrarle del brazo le obligué a girarse y le dije “Espera, ¿puedes sentarte a mi lado un ratito? Quiero hacer una cosa, y quiero tenerte cerca, por favor”, le señalicé que se pusiera a mi izquierda y él sin decir nada y sin dejarme de mirar con sus ojos enamorados a mis ojos, se colocó de tal forma que podía apoyar mi espalda encima de su pecho y al mismo tiempo él podía contemplar lo que iba a hacer.

 
Le agarré de las manos y le obligué a rodear mi cintura, para así sentirme protegida entre sus brazos, la vida se ve diferente, entonces saqué del bolsillo la carta que Tauriel me había entregado, en ese instante los labios de Uriel se hundieron en mi pelo y cerca de mi oreja izquierda me susurró “No tienes por qué hacerlo ahora, sino quieres, puede esperar”, él esperaba una respuesta, pero le dije “quiero hacerlo” entonces él separó sus labios de mi oreja y me besó el cabello con amor. Respiré profundamente, y rompí el sello que aguardaba la carta, la abrí y empecé a leer, notaba como Uriel también leía la carta, eso me gustó, su compañía es muy tierna. La carta decía…

Querida Mamá,

No he tenido el placer de poder despedirme de ti en persona, o quizás aún consigas atraparme a tiempo, pero quiero que sepas que te amo mucho, que siempre te amaré y siempre te he amado. Siempre has sido mi madre y siempre lo serás, eres la mejor madre que un hijo puede desear, me has enseñado la historia que se esconde entre los infinitos puntos del cosmos, me has enseñado el respeto y la comprensión hacia los demás, me has enseñado a ser fuerte y al mismo tiempo a pedir cariño en las veces que hace falta, dónde siempre te he tenido, incluso cuando decidiste volver a encarnar y estar en la superficie dónde te encuentras ahora.

Pero en estas últimas palabras tengo que decirte una cosa más, quiero compartir contigo un secreto que he guardado en mi corazón todo este tiempo, ni siquiera mis hermanos saben de lo que hablo, lo he guardado hasta que fuese el momento de decírtelo, y este es una buena razón para hacerlo. 

La última noche antes de que Orange encarnase, me vino a visitar durante el viaje astral, quería decirme algo que sabía que podía guardar el secreto hasta el momento justo. Yo siempre he sabido que esta vida que habéis elegido vivir, no estáis juntos de forma física, porque te pidió un tiempo para pensar que durará hasta que tú corazón se decida si quieres seguir casada con papá o divorciarte y casarte con Orange. Pero también me dijo es decir su alma. 

Si buscas la respuesta de quién debe ser, la hallarás, porque eres inteligente y eres muy fuerte, la llave que tengo en mi poder y que ahora es tuya, es esta el tyet (nudo de Isis), Orange dijo que te ayudará a encontrar el camino, al recordar el inicio en que los tiempos de papá, Orange y Flor de Lys estaban en la misma línea.

Atentamente,

Tú querido hijo Áxel Irenko. 

Me quedé sin palabras, ¿cómo podía ser que él supiera todo eso? ¿Cómo es que Orange quiso compartirlo con su ahijado y escondérmelo por 28 años? ¿Por qué el nudo de Isis es la clave, si ya se lo he visto que lo llevó mi marido Atlante durante el viaje a antaño a Egipto? ¿Qué relación tiene todo esto con que yo elija divorciarme y empezar una nueva vida junto a Orange o dejarlo todo como está y seguir mi romance con el padre de mis cuatro hijos (uno muerto)? 

Recomendación: Sword and Cross – Fallen I – Mark Hisham. 

HR.

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martes, febrero 27, 2018

He Estado En El Futuro



Me gustaría compartir con todos vosotros dos situaciones que os gustarán mucho y quizás os descoloquen un poquito de lo que estáis acostumbrados a leer en este blog. Hace tiempo que quiero compartir con vosotros mis viajes en el tiempo, sí, habéis leído bien, el viaje en el tiempo es real y solo se consigue en la 4D. Si queréis saber más sobre las dimensiones físicas o completas, podéis ver este video de un viejo amigo (Khem Bassik) https://www.youtube.com/watch?v=q2Pt_FpU7yA .

Las dos situaciones ocurren en el futuro y en dos años distintos, curiosamente son años que están bastante lejos de nuestro alcance, también es importante saber que todos los viajes en el tiempo que he realizado y que normalmente es el método que yo uso, es viajar hacia el futuro y estar presente en la encarnación futura en un tiempo y un momento estipulado, puede sonar a delirio, pero no lo es. Para leer hoy esta reflexión os pido que tengáis el corazón todavía más abierto de lo que ya lo tenéis cuando os cuento las visitas de los seres de luz, porque no es fácil contar esto, para mí es muy normal, para Orange también, pero contarlo es lo difícil. 

 Año 2102
Cuando viajas en el tiempo al caer en tú encarnación, para la encarnación (actual) sufre un pequeño desmayo que solo dura unos segundos, como si alguien le diera un golpe en la espalda y el alma baja hacia los pies y se recupera en un par de segundos, a veces ni se nota y en otras ocasiones se nota bastante. 

Me encontraba en el pasillo de un hospital dónde el suelo, las paredes y el techo era blanco impoluto. Yo llevaba una bata blanca, era médico pero no me sentía que fuese médico física, es decir que era como una especie de psicóloga pero en el ámbito de consciencia del ser, notaba que había tecnología muy avanzada a mi alrededor, algunos robots paseaban por el pasillo, se supone que iban a ver a sus alumnos o sus pacientes de ese pasillo. Yo me dirigía hacia la segunda habitación a la izquierda, la puerta estaba abierta, entro sin llamar, y me encontré una habitación para una sola persona que se encontraba durmiendo plácidamente en la cama, las sábanas eran blancas pero el pijama era verde. La habitación tenía un gran ventanal, al mirarlo, me quedé totalmente fascinada así que me acerqué y supe realmente que estaba muy en el futuro, porque el hospital estaba orbitando alrededor de Gaia (La Tierra).


Gaia estaba muy hermosa, en el horizonte de Gaia estaba el Sol, eso quería decir que era de día, pero sentía que era por la mañana, pero curiosamente no vi simplemente la Tierra y ya, sino que había otra estación espacial dónde se encontraba una nave de Gaia (muy moderna con elevador, se parecía a las de las películas que se ven del futuro que nos espera), dónde salía del hangar y se iba de Gaia hacia el espacio, en tan solo segundos desaparecía, ¡wow! Me giré y quise volver hacia el pasillo, pero la pared del baño había una gran pantalla que decía la fecha, año 2102. Flipé. 

Volví a sentirme mareada sin motivo y cuando volví a estar bien, había regresado a casa, este viaje me ocurrió durante el mediodía, no estaba durmiendo en ningún momento, estaba haciendo tiempo hasta que fuese el momento para ir a clase.

Año 3017
Cuando viajas en el tiempo, siempre te unes en tú encarnación futura o del pasado, eso quiere decir, que entorno a mi experiencia siempre viajo hacia dónde en un futuro o en un pasado decida volver a encarnar, también existe el término en plan Doctor Who, pero eso de momento no lo he practicado, pero Orange si, de hecho es su modus operandi, si cambias la cabina azul, por un portal dimensional hacia la 4D y después viaje en el tiempo según la sensación del corazón que se tenga en ese momento, vas al futuro, al pasado o al presente en otro lugar.

Abrí los ojos y vi dónde me encontraba, en una habitación tumbada en la cama hecho de madera reciclada natural. La puerta que estaba a mis pies estaba abierta y daba a un pasillo dónde la gente andaba con muchas prisas arriba y abajo, presentía que algo no iba bien, la gente estaba demasiado alterada, llevando maletas en las manos, vaciando así sus camarotes, que eran todos iguales. Puse los pies desnudos en el suelo y caminé hacia el pasillo, paré a uno y le pregunté “¿Qué ocurre?” y el chico dijo “La plataforma, se está yendo a pique. Todo lo que ves, todo lo que tienes aquí arriba, en cuestión de 50 minutos, va a chocar contra el suelo.”. 

Regresé a la habitación, de un armario que había a mi derecha saqué una maleta y empecé a poner mis cosas en ella, me vestí y enseguida que pude, me fui de la habitación, dirección por el pasillo hacia la multitud, hacia el sur. En un momento dado, el suelo empezó a temblar con tanta fuerza, que la mayoría se quedaron en el suelo, la plataforma empezaba a bajar con el efecto de la gravedad, escuchaba los gritos de niños, mayores e incluso adultos, parecía que íbamos todos a morir, pero de repente, la plataforma volvió a recuperar la estabilidad y pudimos seguir con el plan de evacuación.

Después de formarse una gran cola en la primera salida de emergencia que encontré, nos dan los equipos de emergencia, una especie de chaleco de metal, acto seguido la gente saltaba de una altura de mil pies, hacia el vacio de la gravedad de Gaia (Tierra), yo salto y al cabo de poco se abre el paracaídas, no tardo demasiado tiempo en tocar los pies en el suelo, cuando la autoridad nos dice gritando “¡Corre, corre, vamos, por aquí!” dónde nos indicaba a seguir a la multitud correr durante muchos metros casi más de un kilómetros, para estar seguros. 

Cuando ya estaba a salvo, y la multitud seguía caminando por el desierto, hacia algun destino, hecho la vista atrás y veo como un objeto hecho de madera reciclada natural volaba a unos metros de distancia, dónde la parte de adelante se inclinaba casi para tocar el suelo, pero aún le faltaba mucho tiempo. “¡Dios mío!” se me escapa, no sabía lo que era pero sabía que estaba en el futuro, lo que tenía que saber era la fecha o una referencia en ese momento, a unos pasos más allá, atrapado en la rueda de una moto vieja, encuentro un trozo de un periódico, lo agarro y veo que estaba en el año 3017, no sabía ni mes ni día pero el año, me impactó bastante porque jamás había llegado tan lejos, al mirarme en el espejo retrovisor de esa moto vieja, vi mi rostro, eso me estremeció aún más.


Segundos después, se escuchó como el aparato de madera flotante ardía tras la explosión del sistema de elevación que había hecho un cortocircuito, por suerte consiguieron sacar a toda la multitud a tiempo, ya que el artefacto cayó al suelo en picado, en millones de trozos veinte minutos antes de lo previsto. Una lágrima me brotaba por mis mejillas, ante esa imagen atroz, esa fue la última imagen que vi, antes de volver a mi tiempo, que en ese momento era octubre del 2017, había viajado mil años en el futuro, incluso ahora que ha pasado un tiempo, jamás había llegado tan lejos.

Recomendación: Emotional mix –Pandora – Audiomachine.

HR.

HERO&Corporation.

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