Esa cara era muy difícil de olvidar, se me quedaron clavados sus ojos verdes en la retina, y cuando estaba en clase aburrida, verlos me hacía pasar un rato divertido, aunque en realidad pasaba de la explicación de la profesora. Deseaba que sonase el timbre de última hora para poder verlo, aunque fueran veinte minutos antes de ir a almorzar, pero claro los viernes era un día horrible, porque nosotros salíamos a las doce y ellos, los de la Salle a la una. Si la abuela no me estuviese esperando en Can Padrós, me hubiese quedado por el parque del Ter a esperarle… pero no lo podía hacer.
Un día cuando estábamos teniendo el cambio de clase, escuché una conversación que estaba teniendo Xevi con los chicos de la clase, es decir el Eloi, Nil, Aleix y aquellos, sin querer escuché, cuando le preguntaban algo sobre su hermano Quim.
- ¿Y tú hermano Quim en qué curso está?- le preguntó Nil.
- Termina tercero, en la Salle. Creo que yo iré también allí.- respondió Xevi.
Se me abrieron los ojos como si delante de mí se abriese una caja de helados de una heladería.
- Eh, Dary… están en tercero, eso significa que aún se quedará un año más…- susurré a mi izquierda.
- ¡genial! ¿Crees que se quedará un año o solo está por unas semanas? – preguntó Uriel que se agachó a mi izquierda para hablarme mejor.
- Espero que se quede el año entero… o por lo menos hasta que sepa que me voy a Ávalon.- dije preocupada.
- Tranquila, estoy contigo, mi amor. – Uriel me agarró la manito y me sonrió.
Parecía que el universo jugaba a nuestro favor, porque esa información nos vino de perlas. Por lo que iba pasando, se iba a quedar más tiempo que unas semanas.
Unos días antes de San Jordi, también ocurrió algo muy importante en la orden de San Miguel Arcángel, y es que en la Unidad 23 junto a la esfera azul y la Ministra Minerva, nos reunieron en la central (que se encuentra en Nueva York en 5D lo que ustedes llaman Central Park). Porque nos tenían que dar una información importante, así que con Gabriel nos fuimos para allá, también tuvo que venir Uriel porque en estas reuniones él debe venir, ya que cuando hacemos guardia, él es quién realmente me acompaña a mí lado andando, y Gabriel por las alturas vigilando el perímetro.
Al salir del metro en plena fuente de Central Park, caminamos un poquito hacia el sur, pero ya se veía el edificio, era uno muy alto de casi 30 plantas, oscuros y todo de cristal tintado, arriba del todo, tenía la insignia de los guardianes de la Orden de San Miguel Arcángel. Entramos, y nos subimos al ascensor, para terminar en la planta 15, luego giramos a la derecha y en el final del pasillo subimos cinco escalones y entramos en la sala de reuniones.
La sala parecía una clase, nos sentamos cada uno dónde pudimos y esperamos a que llegasen los superiores, miembros de la Esfera Azul, tenían que venir el Arcángel San Miguel, el Maestro Lonan y si todo iba bien Roxanne o Ashtar. Se abrió la puerta y todos nos pusimos en pie para saludar, en la Orden nos damos un fuerte golpe en el pecho en la altura del corazón y nos quedamos así, al decir “Häkan” que significa en arcturiano “estamos aquí tus guardianes protectores de la luz y enemigos de la oscuridad no armonizada”.
- ¡Descansen! – Dijo el Arcángel Miguel, mientras seguía caminando para quedarse de pie, detrás le siguió Lonan y la Ministra Minerva, Ashtar no acudió.
Nos sentamos y estuvimos escuchando lo que era el tema de la reunión, esa fue la primera vez que acudí a una tan importante en la central. A parte de que nos dijeron información en primicia sobre ciertos conflictos que estaban ocurriendo en Betelgause (Orión), lo importante llegó para el final de la reunión.
- Doy la palabra a la Ministra Minerva, que nos hablará de los voluntarios que quieran participar en la incursión de paz para Betelgause. Adelante, por favor. – dijo el Arcángel Miguel.
- ¡Gracias, jefe! – saludó con una sonrisa Minerva y luego nos miró a todos.- Hemos creado un nuevo comando para ayudar a poner paz en las guerras de Betelgause, pero para encontrar los voluntarios, solo pueden ser Capitanes de unidades o miembros de Ministerios de rango espada. Este comando se organiza también para el futuro de Orión, que tras la guerra que casi termina con nuestra extinción, necesitamos un nuevo trayecto de seguridad que permanecerá en órbita entre Orión y el Sistema de Rah (Sistema Solar). ¿Algún voluntario? – preguntó e informó Minerva.
Se hizo el silencio en la sala, nos miramos mutuamente, me gustaría participar pero mi rango no era ni de lejos el que necesitaban, además, dejar a mis padres sin que tengan una explicación de dónde estoy… no me resultaba algo bonito que hacer. Así que ya me descarté por completo, pero de repente levantó la mano nuestro Capitán.
- ¡Me ofrezco voluntario! – dijo el Capitán.
- ¡Perfecto!- respondió Minerva le hizo un gesto para que se acercara.
El Capitán caminó hacia a ella, le dio una pluma y se inscribió en el pergamino. Los miembros de la unidad nos quedamos sin palabras, mirándonos como tontos, ¿qué iba a ser de nosotros? Si el Capitán se iba, ¿quién sería el nuevo capitán?
- ¿De qué unidad eres? – Preguntó Lonan.
- Unidad 23, Maestro.- respondió firmemente el capitán.
- Oksham. ¿Tienes a alguien que ocupe tú lugar? – preguntó Lonan.
- Si, que de un paso al frente, Laia.- dijo el Capitán.
Todos me miraron, yo miré a Gabriel y a Uriel, Gabriel me empujó ligeramente por la espalda para que diese ese paso hacia adelante y me puse firme.
- ¡Häkan, capitán!- dije algo asustada.
- ¿Cuánto tiempo llevas de guardiana? – Preguntó Lonan.
- Dos años, Maestro.- respondí.
- Enhorabuena, eres la nueva Capitana de la Unidad 23 de la Orden de San Miguel Arcángel. – dijo el Arcángel Miguel seguido de aplausos que todos compartieron.
¿Cómo? ¿Capitana con 11 años? ¿Qué? No me parecía justo, porque había guardianes que llevaban más tiempo, pero al parecer la decisión ya estaba tomada, y la ceremonia de potestad se celebraría a finales de Abril del 2004 en el templo del Maestro Adama en Agartha 5D (Telos).
Gabriel me dio un abrazo feliz por lo que había conseguido pero yo seguía en shock y no le pude responder a ese abrazo. Suavemente él acarició mí mejilla derecha y me miró a los ojos.
- ¿Por qué no te alegras es algo maravilloso? – Preguntó Gabriel arqueando las cejas.
- Perdón. Es que… no me lo esperaba. ¿Qué va a pasar ahora con el capitán?- pregunté.
- Él ha decidido irse a trabajar a la Orden de Hércules en Orión. Por eso ha dejado el lugar a alguien que es capaz de llevarlo, y que seas tú, me parece fabuloso. ¡Sé que lo conseguirás y lo harás muy bien, Laia! – explicó Gabriel.
- Se me viene muchas cosas encima, no sé si seré capaz…- susurré.
Gabriel me dio un beso en la mejilla y me miró con una sonrisilla.
- Confío en ti. – dijo Gabriel.
Llegó San Jordi, el 23 de Abril, un día realmente muy especial en Cataluña como siempre les he contado es el día del libro y la rosa pero también es el día del amor para las parejas, nuestro San Valentín especial. En aquel curso en quinto, ya no íbamos de excursión a Llafrenca, sino que esta vez la ruta era diferente.
- Para San Jordi tendrán que llevar comida, porque haremos una caminata desde Manlleu a Rocapervera (Torelló), al volver será en Tren pero llegaremos a las 5:30pm en la estación de Tren de Manlleu, así que les tendrán que decir a sus padres que les vengan a recoger allá. – informó Ernesto, nuestro Tutor.
A las nueve de la mañana, fui al colegio como si fuera un día normal, pero media hora después los cursos quinto y sexto curso de Primaria, nos fuimos por orden de clases hacia el paseo del Ter, y a partir de allí la excursión empezaba. Nunca había hecho una caminata así, en ese tiempo caminar me gustaba mucho y hacer retos así era algo realmente especial, aunque lo más que había caminado eran 3km, cuando en realidad ir hasta Rocapervera son más de 7km.
El camino fue así: Paseo del Ter dirección al pabellón, puente del tren, detrás de la estación, pasando al lado de la Moreta, prado de los Caballos, Espadamala de arriba, Espadamala de Abajo, camino hasta Rocapervera. Llegamos allí a las 12:30 del mediodía, estaba agotada pero lo conseguimos fue tan bonito que cuando nos dejaron jugar por allí los compañeros del curso empezamos a correr por el parque dónde nos encontrábamos, para jugar a cosas.
Fue muy divertido, a mí me gustó mucho el reto, porque tuve que observar lo que decía mí mente todo el tiempo. No paré de pensar en mis cosas, lo que más se me repetía era la cara de Gabriel, en este curso al no ir a un centro convencional, pasé más tiempo con Gabriel y nuestra relación de “amigos” se profundizó más. Mi mente no paraba de repetirme “¿Qué pasa con Gabriel?” pero no encontraba una respuesta más completa, realmente me la pasaba bien con él, así de simple. Pero echaba de menos al Chico de Ojos Verdes, a pesar que ese día no me encontraría a la salida del colegio, ni en la plaza con las rosas, fue cuando me quedé en un rincón pensativa acompañada de Uriel, alejada de los demás bajo la copa de los árboles porque hacía mucha calor.
A pesar de lo qué había caminado, casi no comí, no tenía hambre porque echaba de menos al Chico de Ojos Verdes. Todo era extraño lo sentía muy profundo, hasta que de repente al levantar la vista me di cuenta de que tenía una visión o una conexión en directo con él.
Escuchaba la música que ponían en la plaza de fondo, la gente estaba debajo de las bóvedas paseando, buscando sus rosas, en las paradas que las distintas tiendas ofrecían a precios un poco caros, una rosa a 2€ (en ese tiempo era caro ahora están el doble). También algunos miraban libros, ¡qué hermosura! Entonces lo vi, al Chico de Ojos Verdes pasear por las bóvedas cerca de la tienda de Papers comprando una rosa azul que estaba a 3,50€ iba acompañado de sus dos amigos. El campanario sonaba en ese momento las 2pm.
Regresé dónde estaba, miré el reloj digital que tenía en la muñeca y marcaba las 2:02pm me quedé fascinada mirando a la gente comer y charlar de sus cosas, mientras estábamos todos en corro. ¿Qué había pasado? Hasta las 4:30pm no empezamos a ir a buscar el tren en Torelló, el tren llegó a las 5 algo pasadas, y llegamos cinco minutos más tarde de lo que habían dicho. Allí me esperaba la abuela Filo que ya habíamos quedado con ella que me tenía que venir a buscar allí, y al volver hacia la civilización, nos pasamos por la plaza a ver las paradas. Eran exactamente iguales a las que había visto en esa visión, me quedé sin palabras.
En ese momento mi abuela se quedó charlando con una de sus amigas, y yo me fui a dar una vuelta por las paradas solita. En ese momento me encontré al Chico de Ojos Verdes, iba con la rosa azul y la mochila, estaba completamente solo, nunca lo había visto así, se acercó a mí y se detuvo, me miró a los ojos me solía sacar una cabeza y algo.
- ¡Feliz San Jordi!- dijo.
- Gracias, igualmente.- respondí algo tartamuda.
- Te daría la rosa azul, pero… es para mí madre. Espero que sepas que en el fondo es para ti.- dijo.
Recomendación: Rocio Jurado - Como las alas al viento (Canción).
HR.
HERO&Corporation.
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