Llegó el fin de año, nos íbamos al año 2003, esperaba con
mucha esperanza que fuese un año mucho mejor, y para celebrarlo, invitamos a mi
abuela y mi tío a cenar y a tomar las uvas para luego terminar en una fiesta,
imagínense el desparrame hasta las tres de la mañana, bailando la conga por la
casa, porque mi abuela quería y yo le seguí, lo que fuese para mantener mi
mente en positivo. Me daba miedo volver a ser tan negativa, no lo era así
cuando era tan chiquita, pero los acontecimientos sirven para eso, para
aprender, y aprendí a sentir que de una idea se crea una vida, así que mejor
pensar en positivo.
Luego cuando vino el día de reyes, nos juntamos como todos
los años en casa de la abuela, que vinieron los primos y mi tío, aunque también
fue invitada la Flora por primera vez, seguía sin caerme bien. Intenté
divertirme, aunque era la única chiquita y todos los adultos hablaban y
hablaban, al terminar de almorzar, me fui a jugar con los juguetes nuevos que
me habían pasado los reyes.
Regresamos a clase, y todo iba bien… no había ninguna
novedad, de hecho cuarto curso fue un buen curso, no hubo incidentes. Así que
disculpen si voy rápido a explicar, pero si no recuerdo accidentes, significa
que no es importante, tampoco hubo nada importante en Agartha o con los Seres
de luz en 5D. Así que vamos a avanzar hasta mi cumpleaños, el 23 de Marzo del
2003, por primera vez, tuve mi primera cifra doble, ese día cumplí 10 años.
Ese año lo celebré en grande, porque pude convencer a mis
padres para hacer una pijamada party. Invité a la Saida, Salima, al Sergi y a
mi prima Sofía (me acabo de enterar que todos llevaban el nombre con S, ¡qué
bueno! Ahora puedo determinar qué es lo que tenía que aprender durante mi
infancia, a visualizar la serpiente portadora de la consciencia espiritual XD).
Las invité a pasar una noche en mi casa, pero al final la única persona que se
pudo quedar a dormir fue mí prima Sofia. La Saida no le dejaban estar más de
una hora en mi casa (creo que sus padres eran de una cultura musulmana muy
estricta), la mamá de la Salima (que supe que se llamaba Yamina mucho tiempo
después) le dejó venir pero su papá al final dijo que no y se quedó con las
ganas. El Sergi no estaba convencido si era buena idea estar rodeada de tantas
chicas en la noche, y literalmente dijo que era mejor venir a almorzar al día
siguiente.
Así que la Sofia vino por la tarde, su padre la trajo en
auto porque iba con maleta, se instaló, yo tuve que estar la parte del día
recogiendo mi pieza para que estuviera presentable (en ese tiempo era muy
desordenada, mejoré con el tiempo, aunque ahora no ordeno mucho por la falta de
tiempo, siempre tengo la mesa llena de libros que ni reviso… ¡ay madre que
difícil es atender a la humanidad y olvidarse de ordenar la mesa de la pieza!).
En mi habitación tenía una cama nido, perfecto para la Sofia, ella simplemente
se alegró y aceptó dormir en esa cama que casi nunca había dormido gente, le
dejé que se instalase mientras que yo revisaba que todo estuviese en su lugar.
-
Mira lo que traje.- dijo Sofía.
De la maleta trajo una bolsa llena de chucherías, me alegré
mucho y solo con eso, supe que iba a ser una noche muy divertida. Mi primera
pijamada party de mí vida y la primera en mi casa, estaba pletórica.
Nos fuimos al piso de abajo a jugar con el ordenador un
rato, a ella también le gustaban los juegos y en ese tiempo mi madre con la
ayuda de su amiga Mariluz se descargaron el juego de los Sims (el primero
cuando ese juego no era tan famoso como ahora es). Hacía poco que había a
empezado a jugar con la familia de los Lápida (una de mis favoritas por
cierto). La Sofía alucinó, nunca había visto un juego así de molón como este y
estuvimos mucho tiempo jugando, las dos, mientras se acercaba la hora de cenar,
unas dos o tres horas, en mi casa no miraban mucho eso de estar tanto tiempo en
la computadora, el internet tan solo había empezado a llegar a mi casa y por
aquel entonces, era un aparato que hacía una melodía extraña y cada minuto que
estabas conectado a internet gastabas 1€, era muy caro la tarifa plana todavía
no existía, estamos hablando de principios del 2003. Por eso el juego de los
Sims era offline, casi me gusta más así.
Cenamos con mis padres, no recuerdo qué era pero creo que
era hamburguesa con patatas fritas, kétchup i de postre helado de vainilla. Nos
pusimos a ver la película que echaban en la televisión, pero luego nos quedamos
un rato más a ver una película en video, creo que pusimos Harry Potter y la
piedra filosofal ella también era fan de la saga. Luego nos mandaron a la cama
pasadas las doce de la noche, pero sinceramente en una pijamada party lo de
dormir es lo de menos… de hecho no duermes, por lo menos en las mías no.
Empezamos a charlar de forma susurrada porque al final del
pasillo dormían mis padres, y aunque tenían un sueño muy pesado, tenemos
prohibido hacer ruido cuando uno se va a dormir. La Sofia y yo nos pusimos a
charlar y a comer las chuches, luego ella se trajo el discman con audífonos de
botón, y de vez en cuanto intentábamos chismorrear un poquito sobre chicos que
nos gustasen, fuesen del colegio, famosos, series, etc… Y a las cinco de la
madrugada, cuando veía que ella empezaba a bostezar, me levanté agarré un
rotulador y me puse a dibujar en la pared de la habitación.
-
¿Qué haces Laia?- dijo Sofía con las manos en la
cabeza.
-
¡Me he cansado de tener las paredes lisas! ¿Me
ayudas a dibujar?- le dije ofreciéndole otro rotulador.
-
¿Qué dirán tus padres?- preguntó asustada.
-
¡No te preocupes por eso… yo ya me las lidiaré!-
respondí.
La Sofia agarró el rotulador y se subió a mi cama para
dibujar algo, a ella se le daba muy bien eso, me dibujo un búho super bonito.
Yo simplemente escribía en runas Arcturianas la frase “Sé la fuente de inspiración que tú espíritu te ofrece día a día”,
siempre lo escuchaba en IÓN y me pareció bonito tenerlo en la pared de mí
habitación, aunque quizás solo lo entenderían quién supiera ese idioma, pero
para mí eso no era un problema.
-
¿Qué están haciendo?- escuché la voz de mi papá
detrás de nosotras.
Nos giramos mirando hacia la puerta, mi padre había entrado
sin llamar, la Sofia se quedó petrificada yo, un poquito por el susto.
-
¡Laia! ¿Otra vez?- dijo mi papá.
-
Ay… es que no me gustan las paredes de un solo
color y tan lisas… aburre, ¿no lo ves o qué pasa?- le respondí.
-
Laia, es que las paredes no se hacen cosas, se
plantan posters pero no se dibuja en ellos, para eso tienes el papel, sino se
estropean.- dijo mi papá.
-
¡Papá, es mi habitación y la decoro como deseo,
¿vale?!- le dije.
-
¡YA HABLAREMOS CON TU MADRE!- dijo enojado y
cerró la puerta.
La Sofia se quedó mirándome cagada de miedo, y yo le miré me
encogí de hombros y seguí escribiendo en la pared. Eso sí, luego nos entró un
ataque de risa que intentábamos tener sin despertar a nadie más.
-
Cómo se
nota que estuviste encarnada en el Egipto Antiguo, aún tienes secuelas de ello…-
comentó el arcángel Uriel sin dejarme de mirar a los ojos por el ataque de risa
que estábamos sufriendo los tres.
Las paredes de un hogar tienen mucha historia, a pesar que a
lo mejor no hayan sido testigos de una familia con tragedias muy conocidas, o
quizás si, pero cuando voy a una casa antigua me da por poner las manos en las
paredes y escuchar su historia. Aún no he tenido el placer de visitar Egipto,
no he podido volver a mi antiguo hogar de esa vida, pero Uriel tenía razón, el
hecho que tenía de pequeña eso de decorar las habitaciones con dibujos o
palabras importantes, me vienen de las tumbas de los faraones. Siempre me hago
esta pregunta ¿si se hubiesen encontrado las tumbas de los faraones pero sin
jeroglificos, sabríamos realmente sus nombres y lo que vivieron?
Lo sabemos gracias a que un rey o faraón dijo que se tenía
que dibujar su historia en las paredes de las tumbas, fuese en la cámara
funeraria principal o en los pasillos que llevasen a ella. De este modo tenemos
constancia de la inteligencia que tenían, de lo espirituales que eran y de lo
que vivieron, por eso ahora Egipto es un lugar tan importante para visitar y
conectar con la energía del lugar. Todos los visitantes, vienen a conectar con
la energía, porque allí se inició el año galáctico, allí se inició el invierno
galáctico por los cuales actualmente llegamos a la primavera.
¿Nunca se han preguntado porque un niño siempre dibuja en
las paredes? Si tú hijo lo ha hecho alguna vez, es probable que en alguna vida
anterior estuvo en Egipto, incluso te diría en cámaras funerarias de la época
Azteca o de China. Quizás solo sean garabatos, pero para tú hijo significan
algo importante, si le dices “no se puede pintar las paredes” entiendo que es
para que no lo haga en cualquier lado, pero antes de enseñarle que no se hace,
pregúntale “¿por qué pintas las paredes?” no le calles la voz a tú hijo, que tú
no entiendas lo que hace no significa que le debemos prohibir expresarse, él es
humano igual que todos, y tiene el mismo derecho que tú de expresarse, pero
siento que es mejor educar desde darle una explicación de porqué no se debe
pintar las paredes de garabatos, que decirle directamente que eso no se hace.
Porqué lo volverá a hacer.
Mis padres estaban en contra que yo hiciera eso, pero sentía
en el fondo del corazón que una pared verde sin nada más, queda sosa… mis
padres no lo entendieron y se avergonzaban cada vez que traía alguien a dormir
a mi cuarto. El qué dirán no fue un problema para mí, me daba igual si pensaran
que estaba loca, lo importante es que soy una buena persona. Pero menuda
fiesta… de hecho la Sofía se quedaba con una cara como si intentase no hacerlo,
pero yo le animaba diciéndole que no había nada de qué preocuparse. Hasta que
mi papá nos pilló, cuando fue al baño a medianoche a mear, nos pilló
infraganti, Sofía literalmente tiró el rotulador al suelo y le miró con cara de
victima que me dio la risa, yo también me asusté pero no tiré nada al suelo.
-
¡Qué susto papá!- le dije.
-
¿Qué están haciendo?- él dijo susurrando pero
enojado.
-
Decorar.- dije.
Me puse a seguir dibujando o escribiendo cosas.
-
Laia, ¡eso no se hace!- dijo papá.
-
No lo creo así… a ver papá, estas paredes piden
a gritos algo de arte, ¿entiendes?- le dije.
-
¡Ya hablaremos, vayan a dormir!- dijo, cerró la
puerta y se fue.
Sofía y yo nos miramos y nos echamos a reír, le di otro
rotulador pero ella se negó, se echó en su cama y seguimos charlando de
nuestras cositas. Al final yo también lo dejé, me tumbé en mi camita y nos
quedamos al final dormidas.
Algo me agarró el pie que tenía fuera del edredón, me
desperté sin hacer mucho ruido y miré. Allí estaba el arcángel Gabriel
mirándome haciéndome la señal de silencio con el dedo índice en sus manos. Me
incorporé, le agarré de la mano y tiré de él, para que entrase en la cama
conmigo, él al principio se resistió pero le miré con autoridad y se quitó los
zapatos y se colocó suavemente entre la pared y el trozo de la cama. Le ayudé a
abrigarse debajo del edredón, me abracé a su cintura y seguí durmiendo. Sofía
no se percató de nada.
-
¿Cómo les fue la noche, chichas?- dijo la Salima
cuando subía las escaleras después de haber tocado el timbre.
-
¡Qué sueño tengo!- dijo Sofía cuando le daba dos
besos a la Salima.
-
¡Si, nos quedamos hasta tarde charlando y
haciendo cosillas!- contesté.
-
Te perdiste una buena, Salima.- le dijo la Sofía
mostraba una sonrisa de felicidad, me alegré mucho que se lo pasara bien.
El Sergi vino más tarde, así que nos pusimos a jugar, un
ratito al ordenador… los regalos de cumpleaños alguno ya se había asomado, por
parte de mi mamá y su amiga, me bajaron pirata el juego de los Sims 1. Nos
pusimos a jugar en ello, con una de las familias que ya venían los Novato.
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HR.
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