¿Pierdes? ¡Te han ganado! Pero no sabes qué hacer ahora,
sientes que estás débil, que alguien más poderoso ha intentado aplastarte y
ahora se cree que lo ha conseguido. No tienes fuerzas, y caes de rodillas en el
campo de batalla, te van a cortar la cabeza, porque piensas que el final está
cerca, el final… el final está llegando. ¡No cierras los ojos! Porque quieres
ver como tus últimas esperanzas de vida siguen aferrándose al camino, aunque tú
fe hace minutos que ha desertado. ¡Sientes que ya está, que ya no tienes que
seguir luchando, que es mejor dejarlo y se acabó! ¡DESPIERTA Y MIRA EL CIELO!
¿Te rindes? ¡Yo creo que NO! Aunque tú fe empieza a
traicionarte, siempre hay algo que te impide dejar que te ganen, el poco
orgullo que te queda se revela ante ti y muestra lo que realmente quieres
HACER. En ese momento, ya dictando el final, tú corazón empieza a latir más
fuerte así es como notas que estás vivo, contando y sintiendo cada latido más y
más fuerte, el cielo azulado y despejado te está observando, y ¿quieres
encomendar tú alma a él? ¡Me temo que eso no va a ser posible, querido! Por mil
millones de batallas que tengas en tú camino y por cada una quedes alguna de
rodillas intentando apechugar la derrota y el final de la vida, siempre llega
ese momento en que los astros te rebelan realmente la fuerza que hacía apenas
unos segundos habías pensado que habían desertado, pero allí están, siempre han
estado allí.
Hay batallas que te acaban trastornando la mente, y batallas
que solo te dejan una cicatriz en el cuerpo, pero las batallas esotéricas son
las más difíciles de ganar. Por mí experiencia, tengo la suerte o la luz de que
empecé a brillar hace dos años y mí luz no ha dejado desde entonces abandonado
en la cuneta del camino, delinquiendo un poco de luz entre tanta sombra, los
que ahora veo que están mal, que parecen muertos en vida, unos zombis que
buscan luz, no teman, hay luz para todos, y todos tenemos en nuestro interior
ese diamante, esa luz diamantina que nos da la fuerza para poder, en momentos
como estos, levantarnos, empuñar nuestra arma metafísica y dejarle claro al
otro que no NOS DEJAMOS DERROTAR O MANIPULAR POR TI.
Soy consciente que algún día llegará esa batalla final cuando
tendré que enfrentarme con el último guerrero que es el más valiente de todo el
universo, la muerte. Pero para eso, aún tengo un largo camino y largas batallas
que ganar para llegar e intentar disuadirle para que mi muerte no sea ni lenta
ni dolorosa. Para que llegué ese momento, aún tengo esta luz diamantina que me
mantiene fuerte, y que no me debilita ni un resfriado, la energía que produce
es la más hermosa y la que más demanda hay en todo el universo, pero para
conseguirla hay que vencer el guerrero más fuerte de todos, la autoestima y sus
bajas densidades o sea la lucha interior entre el bien y el mal, que no se
tiene que derrotar, solo unificar, aceptando el bien y aceptando el mal, y
ambas partes amarlas de corazón para conseguir la UNIFICACIÓN que es la llave
para abrir la PUERTA DE LUZ DIAMANTINA.
Y cuando sientes esta luz, te sientes mejor que nunca, nada,
absolutamente nada se puede interponer en tú camino, todo lo que realmente
deseas de corazón lo podrás conseguir usando la co-creación, meditando,
cambiando la dieta, abrir el corazón para recibir las energías de los siete
rayos divinos e intentar curar con cada paso que das no simplemente a ti, sino
a la gente que llega a ti y que si ha llegado a ti es porque ellos y tú
necesitáis aprender algo del otro, uno te ayudará y tú le ayudarás con algo que
el otro en ese momento necesite, el intercambio de valores y energías
positivas, ayuda a que la humanidad avance su consciencia planetaria y así el
mundo sea cada vez un mundo de paz, amor y espiritualidad. Yo soy luz
diamantina.
Recomendación: I
am a Doctor – Doctor Who.
HR.
HERO&Corporation.
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