El tiempo nos hace crecer, tanto interiormente como
físicamente, y hoy ha llegado el final del tiempo que pedí cuando empezó el
verano, y aquí estamos al final. Tres meses más perdidos en este laberinto que
entramos y ninguno de los dos sabemos salir, de vez en cuando nos encontramos
desde que decidimos tomar caminos distintos, pero ahora comprendo que estamos
atrapados.
Me encuentro con cada callejón sin salida que a veces me
desespera encontrar la salida, este laberinto es tan gigante que no entiendo
porque no hice caso de aquellos que deciden no arriesgarse para no permitir que
ocurra esto. Pero si decidí entrar, aunque fuese para seguir una esperanza que
me ha acabado abandonando y no sé a dónde se fue, el destino se ríe cuando no
me ayuda a encontrarte… será que mis palabras y mis pensamientos son tan locos,
que a veces ni a la tercera va a la vencida, a veces ni a la quinta puede ser
el último, porque existen tantos números que son infinitos, que para qué
asegurarnos que a tal número ¿esto parará?
¡No estoy equivocada! Solo que ni a la quinta será la
vencida, eres muy escurridizo y no entiendo porque a veces te sonrío y me
alegra verte y otras desearía alejarme. La vida es loca y mis pensamientos no
son totalmente serenos, aunque viven en la serenidad, eso díselo a mí corazón,
que me dice que te odio y a veces dice todo lo contrario. ¡Esto no es culpa
mía! Toda la culpa es de la locura que me invade la cabeza y el corazón salta
de alegría en cada espacio de mí vida que sabe que va referido a ti.
Todos los días pasan como segundos de un reloj que no sabe
cuándo parará, es como si este fuego no tuviese el permiso para detenerse,
porque en mi interior parece el hermano gemelo del Sahara. Todo este tiempo he
andado sin saber a dónde iba, tres meses, equivocada, dejándome arrebatar por
alguien que no me merecía, los duendes no son de fiar, y yo me quise fiar y
terminé mal. Pero no me desanimé, sino que todo lo contrario, llegaron las
fiestas y verte, cambio de nuevo mí luz. Volvió a purificarse la única razón de
porque existimos, de porque nos encontramos en estas circunstancias, y de
porque nuestro juego parece un juego imposible, cuando lo imposible se está
haciendo posible, y no te dije nunca “ADIÓS”.
Ni a la quinta será y no será, eso depende del camino, si es
muy largo o no. La naranja gira tan veloz que sabe que su destino no será estar
tal como empezó, en solitario al caer del árbol, como cualquier historia, esto
puede dar un giro inesperado, solo depende de TI. Aunque estamos en el quinto,
sabes que hay un sexto, que se está formando y quién sabe, si será o no. ¡Solo
TÚ decides, si quieres que exista un SEXTO!
Recomendación: Que
llegue tú voz – Casi Ángeles.
HR.
HERO&Corporation.
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