sábado, agosto 07, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 98

 

Las primeras semanas fueron duras, ir a IÓN y en el camino no encontrarlo, me sentaba con el grupito pero sabía que me faltaba algo importante para mí, por otra parte, mi abuela Victoria seguía sin mejorar en su estado de salud. Me pasaba muchas tardes con ella, cuando mi otra abuela seguía viajando por el mundo, cumpliendo sus sueños. En casa todo seguía igual, y el colegio también. Pasó mi santo y me puse triste, pues hacía dos años que había encontrado al Chico y él no estaba conmigo, pero tenía que disimular. En el colegio como en la clase no tenía a nadie más que tuviese mi nombre, llegué a clase sin decirles que era mi santo. Todo parecía como siempre, hasta que de repente a mitad de la tercera clase antes del patio, me levanté y me fui con la Carmen.

-        ¿Necesitas algo, Laia?- me dijo super amable como ella siempre ha sido.

-        Solo quería decirle algo.- le dije.

-        Claro.- contestó interesada en lo que le decía.

-        Hoy es mi santo.- le dije con una sonrisa.

-        ¡Oh qué bueno!- dijo la Carmen, se levantó y llamó a la clase y dijo – ¡Feliciten a su compañera Laia, que hoy es su Santo!- dijo contenta.

-        ¡Felicitaciones!- dijeron los compañeros.

-        ¡Gracias!- eso me animó bastante, aunque no fuese idea mía, fue de Uriel, madre mía lo que hace para levantarme el ánimo en según qué momentos.

Pero funcionó.

A finales de Febrero, me encontraba sentada en la mesa de casa de la abuela Victoria y escuchaba a mis tíos hablar con mis padres, me aburría un poco el tema, así que me puse al lado de mi abuela, que la habían puesto en un extremo de la larga mesa ovalada, me abracé a ella, me miró y me dio su mano y nada más hacer eso, pude ver lo que estaba recordando…


El pueblo de Guarromán en la provincia de Jaén (Andalucía, España) a principios de los años treinta era muy hermoso. Esta vez, sus recuerdos era estar cerca de un pozo que había a un extremo del pueblo, ella iba allí todas las tardes cuando el sol ya no picaba tan fuerte, para verse con sus amigas. Tenía dos, Puri de nueve años y Josefina de cuatro años ambas eran hermanas, de una mujer que había sido viuda en la dictadura de Primo de Rivera, luego se volvió a casar y en ese tiempo estaba embarazada de lo que pensaban que sería un niño.

-        ¿Has visto a Hilario? Ha preguntado por ti Vitorina.- decía Puri.

-        ¿Jugamos?- dijo mi abuela ignorando la cuestión.

-        Hilario volverá.- dijo Puri.

-        No me gusta. Me da… miedo.- dijo mi abuela.

-        ¿Por qué si es guapísimo?- decía Puri.

Mi abuela se encogió de hombros y empezó a jugar con un palo que encontró a sus pies, luego empezaron a jugar al pilla-pilla. Hasta que un grupo de cinco niños de distintas edades, vinieron al pozo, entre ellos estaba Hilario que miraba a mi abuela con unos ojos raros como de psicópata.

-        ¿Podemos jugar con vosotras?- preguntaba Hilario que era el cabecilla del grupo de los varones.

-        No, ya nos íbamos.- decía Puri, agarro de la mano a mi abuela y a Josefina para empezar a caminar, pero Hilario les interceptó el paso.

-        ¡Yo decido si se van o no!- gritó.

Mi abuela intentaba no mirarle a los ojos a Hilario, realmente le daba miedo. Puri se volvió a poner en medio, pero un amigo de Hilario le empujó para caerse encima del barro que había alrededor del pozo, al verse así, empezó a llorar. El grupo de varones empezaron a salir corriendo.

Cuando volví a mi presente, le miré a los ojos a mi abuela, le volví a abrazar y le di un besito. Mi madre me vio y me vitoreó. Me tuve que ir con ella, pero quería hablarle a mi abuela, de todos modos en su mirada ya decía muchas cosas buenas. Comunicarme así con ella, era único y secreto, me hacía verme diferente pero al mismo tiempo vulnerable. Intentaba disimular bastante cuando me comunicaba de estas formas con ella, para que nadie más que no entendiese lo que pasaba, pudiera meterse a preguntar. Mi madre siempre me ha intentado echar a la cara de que no tuve el valor de conocer bien a mi abuela Victoria, pero nunca le he dicho que ella tenía razón, pues aquí tienen la prueba, ¿cómo querían que le contase a mi madre esta forma de comunicarme con mi abuela?

Un día en clase de gimnasia, me quedé recluida en el banquillo porque a mi madre se le olvidó ponerme el chándal, eso quería decir que tenía un punto negativo por incumplimiento de uniforme en clase de gimnasia. Así que me dispuse a observar a mis compañeros como hacían la carrera de obstáculos en el gimnasio, algo que a mí se me daba muy bien, sobre todo las volteretas. Uriel se sentó a mi izquierda a darme conversación, pero no le escuchaba, me quedé prendida observando a la Cristina.

-        ¿Me estás escuchando, mi amor? – me preguntó Uriel todo pasando sus manos por delante de mis ojos, regresé a la realidad mirándole con cara de idiota.

-        ¿Qué pasa?- le dije.

-        Eso me pregunto yo, ¿qué mirabas con tanta fijación? – dijo Uriel al mismo tiempo que miró hacia dónde miraba y se quedó sonriendo.- Ah, ya sé… ¡la estabas mirando, eh! Ay, es que empiezas tan joven, mi amor…- decía Uriel con una sonrisita de adolescente eufórico.

-        ¿Qué dices? ¡No te entiendo!- dije arrugando la frente.

-        Llevas semanas que no le quitas el ojo a la Cristina. Creo que es evidente, ¿no? – dijo Uriel, sus ojos brillaban de lo feliz que parecía.

Me lo quedé mirando intentando comprender sus palabras, pero no hubo forma.

-        Ella te gusta. Es normal, es tan guapa. – de repente y sin saber porque me vino una vergüenza, aunque sabía que nadie podía verle, empecé a dejar de mirarle y miraba al resto de la gente.- ¿Sabes que todos los humanos nacéis bisexuales hasta que estáis preparados para decidir por qué lado decantarse?- dijo Uriel.

-        ¿Bisexual? ¿Yo?... No… no lo creo.- dije.

-        No te lo tomes a lo personal, mi amor. Es algo biológico a estas edades. Espera a que tengas quince y luego sabrás si eres lesbiana o no. – informó Uriel de forma tan natural que no le entendí demasiado bien.

He nacido en el corazón de una familia abierta a las expresiones del amor, no me importaba saber si era lesbiana o no, pero dentro de mí corazón me decía que no, pero que Uriel tenía razón, sentía cosas por la Cristina. La chica más guapa de la clase y con la que parecía ser la chica diez, es decir, buena, carismática, rubia, perfecta, amable, ayudaba a las personas, siempre con una sonrisa de buena y resaltaba en sus ojos azules su bondad en ella. Era perfecta. Por eso sentía cosas, con el tiempo me di cuenta qué clases de cosas y me gustaba sentirlo.

En realidad la Cristina nunca fue mala conmigo, pero las situaciones ambientales hacían que ella, al igual que el resto de la clase, se comportase de tal forma que me dejaban de lado. Deseaba en mí interior entrar en el grupo de amigas de la Cristina, era la misma que el de la Júlia, pero nunca pude serlo. Siempre era la rarita y por ende no tenía billete para entrar en ese grupo… los perfectos. A mí la Júlia cada día me caía peor, aunque mi corazón me impedía sentir esas sensaciones horribles hacia ella, y también mi trabajo como trabajadora de luz también me lo impedía, pedía cada día al universo no verla más en clase. Pensaba que si ella se iba, la situación sería diferente.

-        ¿Por qué me miras?- escuché.

Mis pensamientos me hicieron evadirme tanto que no me di cuenta de que miraba a alguien bastante fijo, enseguida me dio vergüenza de nuevo y giré la cabeza. Guillem no quería que me quedase mirándole, ni a nadie de la clase, esa pregunta era muy frecuente en clase, pero no quería decirles qué pasaba por mí cabeza, a veces me ponía a pensar en mis cosas y sin querer me quedaba mirando a alguien sin motivo… intentaba disimularlo pero con el paso de los años, eso fue aumentando y me daba mucha vergüenza pedir perdón. Entonces, escuché a Guillem que se reía de mí junto a Nil y Aleix… así pasaban los tiempos libres en clase, cuando el profesor nos dejaba haciendo alguna tarea o no llegaba a clase.

El tiempo siguió pasando, llegó Marzo y casi a mi cumpleaños, nos tuvimos que ir después del colegio al hospital general de Vic, porque habían ingresado a la abuela Victoria. Su estado de salud emporaba tanto, que ya se estaba olvidando de cómo era caminar, se hacía encima y además ya dejaba casi de hablar, el médico dijo que mentalmente tenía la edad de tres años, su deterioro había avanzado muy rápido en sus últimos tres meses y que posiblemente no llegase al verano. En cualquier momento se le pararía el corazón, porque el tumor estaba tan grande que invadía ya la zona motora, por ende era el final de la vida de ella. Una abuela que no había podido conocer sin la enfermedad.


Papá agarró el tiquet del parquing y se lo dio a mi madre que estaba de copiloto, la barrera se alzó y mi papá pisó el acelerador. Estacionó el auto cerca de la puerta de entrada por la zona de visitas, por lo que me habían dicho, la abuela se había pasado la noche en urgencias, pero ya estaba en planta. Bajé del auto, me agarré a la mano de mi madre y cruzamos la calle, delante fumando se encontraba el Titi, cuando lo vi me fui corriendo hacia él, le abracé y me agarró en alto, siempre lo hacía.

Entramos a la recepción del Hospital, el Titi ya sabía la habitación, así que nos dirigimos hacia la derecha al fondo para agarrar el ascensor, el Titi les dijo a mis padres que estaba en la cuarta planta, pero como había tanta gente, decidió subir a pie, yo pedí permiso a mis padres para ir con él, y me fui con él.

-        ¿Qué le ha pasado a la abuela?- le pregunté sabía que él me diría la verdad.

-        Ha tenido un pequeño infarto de corazón, pero se ha recuperado. – informó el Titi.

Al llegar a la primera planta, empecé a caminar para seguir subiendo, pero la mano del Titi me frenó.

-        Sabes… - dijo mientras que caminábamos por el hall de la planta, rodeamos los ascensores del personal sanitario y me llevó delante de una puerta de color verde que tenía un cristal redondo a la altura de la vista de un adulto, señalizó la puerta con una sonrisa y dijo – detrás de esta puerta, tú llegaste al mundo hace casi siete años.- dijo contento.

Nunca había vuelto a ese hospital hasta entonces, me sentí rara porque la última vez que había visto esa puerta, lloraba o intentaba llorar, porque tenía minutos de vida y tenía problemas para respirar, y se me llevaban por uno de esos ascensores hasta urgencias, para agarrar la ambulancia hacia el Hospital San Juan De Dios de Barcelona. Tuve algunos recuerdos muy pequeños, aunque no tenía bien la vista por ser una recién nacida, recordé ese lugar.

-        Te di la mano por primera vez aquí. – dijo el Titi.

Lo recordaba. Me emocioné.

-        Fue la primera vez que supiste porque estaba en este mundo, ¿verdad?- le pregunté.

-        Así es. Al tocarte, te reconocí. – dijo el Titi contento.

Le di un abrazo, y luego volvimos a las escaleras. 

PD. La próxima semana será el fin de la temporada con DOBLE capítulo, entonces haremos dos semanas de vacaciones y volveremos con la emisión de la segunda temporada el próximo  3 de septiembre del 2021. Aún y así, la semana del 23 de Agosto, volveremos con las reflexiones para la activación de la KUNDALINI de la tercera fase de la misión del YOSOY.

Recomendación: Timeless - Seríe de Netflix.

HR.

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lunes, agosto 02, 2021

OVNIS en la TIERRA

 

Estamos en un momento crucial e histórico en la Historia de la Humanidad, todos nuestros vecinos que estén en la famosa Hermandad Blanca han decidido aparecerse ante nosotros en nuestros cielos. Esto no es un fake, es totalmente cierto, y si no resuenas con él, no te preocupes, observa el cielo y espera a que te quedes sin palabras, al ver una nave no identificada surcando el cielo de tú ciudad y no puedas decir que es un avión, un dron o lo que sea, porque lo que estés viendo, recuerda estas palabras “es de origen extraterrestre”.

Este tiempo tan importante, se llama Gran Rayo que empezó el pasado 8 de Julio y termina el próximo 26 de Agosto. De momento solo tienen autorizado la primera fase, todo lo que está pasando des del pasado 2 de Febrero del 2020 con el inicio de la activación del Chakra Corona. Tiene mucho que ver con lo que nos espera en el año 2024, ¿Se dan una idea de lo que puede ser? Ese año será super importante, desde que cumplí 5 años que los guías que viven en Agartha, me han ido preparando para este año tan mágico, sabiendo que su preparación empezaría en el año 2018, la primera fase empezaría en el año 2020 y el momento culminante ocurrirá en el año 2024.


Hace tiempo que les dijimos que Gaia está preparándose para ascender a 5D junto a sus hermanos (Saturno, Mercurio, Venus, Marte, Urano, Neptuno, Júpiter y finalmente Plutón). El 21 de Diciembre de 2012, empezaría un tiempo dónde la composición de Gaia cambiaría tanto para entrar en su proceso de ascensión, mientras que la humanidad pensaba que el mundo terminaría, porque los mayas curiosamente habían terminado de contar los días y meses y años por tantos siglos, resultó ser el fin de la 3D.

Este plan empezó a nivel atómico y lentamente va empezando a dar más forma hasta completar todos los reinos de este mundo dónde hemos decidido nacer y vivir. Para poder despertar la conciencia, siempre empieza desde lo más profundo de tu SER (espíritu, alma y cuerpo) hasta lo más grande que rodea tu mundo. ¿Recuerdas el momento en que te diste cuenta de que estabas despertando la conciencia? Pues en realidad todo empezó un par de años antes, pues para hacer este cambio tan importante, primero vino una vibración especial desde el interior de Gaia, para que tus átomos cambiasen su composición atómica y todo fuese evolucionando. De átomos a los genes del ADN, las células, órganos, sistemas,… profesionalmente lo llamamos de dentro a fuera.

Los protocolos que tiene la Hermandad Blanca para esta fase, es bastante sencillo, apareciendo surcando nuestros cielos, en algunas ocasiones unos pocos segundos, en otras quizás durante varios y largos minutos. Para que nos vayamos poniéndonos a la idea de que en realidad no estamos solos en el universo, también lo hacen para ver nuestra reacción, ellos se conectan a nuestra red de internet, para ver lo que se van publicando, tanto en redes sociales, blogs (ellos leen esto, así que les mando un saludo hermanos, los amamos)…

Básicamente lo hacen así, para que no se piensen que les están invadiendo, ellos están al día de las películas de ciencia ficción que hay rondando en internet y en los cines, sobre posibles “invasiones a la Tierra” que todas, incluso la serie los vigilantes (V) que parecían no hostiles, resultaron serlo. La Hermandad Blanca es como los políticos, con la diferencia de que no son corruptos ni mucho menos engañan a la gente, ellos cuidan de las relaciones públicas interestelares e intergalácticas. Eso no quiere decir que no existan razas hostiles en el universo, porque los Insectoides son los principales causantes de la guerra de Orión, por eso están en busca y captura, excepto de algunos que han cambiado el chip y ahora son buenos, puede que en la Hermandad Blanca nos encontremos con alguno, pero si están allí es que no son hostiles, no se preocupen que NO ES EL FIN DEL MUNDO, sino la EXPANSIÓN AL UNIVERSO.

Tampoco hay que olvidar que desde los principios de la historia de la humanidad, es decir que desde la existencia del continente de Atlántida, tenemos día a día rondando nuestros cielos al Comando Ashtar Sheeran, pero como ya les dije en un video de youtube, él forma parte de la orden de San Miguel Arcángel, no está dentro de la Hermandad Blanca pero se conocen y a veces colaboran. De la misma manera cuando en algunas ocasiones nos visitan la Orden del Elohim Hércules, que normalmente tiene la misión de proteger la constelación de Orión, pero en la Galaxia de Andrómeda, nos nombran la Via Lactea como la Galaxia de Orión, pues es la constelación más importante de nuestra Galaxia y a veces colabora con la Orden de San Miguel Arcángel, aunque actualmente Hércules volvió a encarnar en este planeta y se encuentra trabajando en todo esto actualmente.

Si han visto las películas y series de Star Trek, la Guerra de las Galaxias, The Orville… son canalizaciones de la Hermandad Blanca, es una forma de que nos vayamos poniendo la idea de que ellos están aquí. Si estás listo para el 2024, debes saber una cosa más, la Hermandad Blanca puede que te invite a subir sus naves un día, solo tú decides si quieres aceptar o no, no tengas miedo pues como ya dije no te van a abducir, solo será un viajecito para que empieces a sentirte parte de este universo.

Sigue nuestro canal de youtube para saber más sobre espiritualidad y despertar de consciencia, les dejamos nuestro último video subido,


 

Recomendación: pg web de la Hermandad Blanca.

HR.

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viernes, julio 30, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 97

 

Mi hija no tenía mucho tiempo de vida, parecía que hubiese parido hacía semanas, me miré un poco y aún tenía la barriga de embarazada y me dolía un poco. Me emocioné.

-        Espera, no llores ahora. Tengo otra buena noticia.- dijo Uriel mientras me secaba las lágrimas con las yemas de los dedos.

-        ¿Qué pasa?- le dije.

-        Tu esposo ya ha llegado de la guerra, y quiere verte en el salón de inmediato.- respondió Uriel contento.

Se me aceleró el corazón sin explicación, empecé a dar pequeños saltitos para calmar a mi hija porque seguía llorando, vi que se calmaba.

-        Dile que tardaré unos minutos. Tauriel tiene que dormirse.- le dije.

De hecho se lo dijo mi yo de esa vida, yo no tenía ni idea de que mi hija se llamase así. ¡Qué nombre tan bonito! Pero cuando quería saber más… regresé a mi vida actual.


Cuando sonó el timbre de la hora del patio, me quedé totalmente desconcertada, como si el tiempo se hubiese acelerado, pues la materia en la que nos encontrábamos ya era plástica, miré el dibujo que había hecho y me quedé un rato descifrando qué carajo había dibujado… un bebé en brazos de una niña. Me había dibujado a mí misma en esa vida.

-        Dary, ¿qué teníamos que dibujar?- le pregunté curiosa.

-        ¿Qué te gustaría ser de mayor? – respondió Uriel.

Volví a ver el dibujo, en él estaba también el pequeño estanque con una palmera, las bóvedas blancas y azules que entraban a los aposentos, y yo allí delante del estanque junto a un bebé en mis brazos, y detrás de la palmera el Chico de Ojos Verdes, pero en una sombra. La identidad de este Chico aún era todo un misterio, empezaba a pensar que quizás me lo había inventado, pero tras recordar algunas vidas juntas, se me pasaba y confié en el tiempo en que prontito sabría su nombre. Pero a quién quería engañar, si este juego me estaba apasionando, conociéndonos lentamente, como si fuésemos espías a través de algunas señales divinas, señales que nadie más puede identificar, como por ejemplo el número 23 que se me repetía muchísimo.

Me puse a llorar en silencio al recordar al Chico. Me agaché para agarrar el desayuno e irnos Uriel y yo al patio, fui la última en salir de clase. Uriel me pasó uno de sus brazos por encima de los hombros, notaba su apoyo, mientras que nos íbamos a las escaleras, en ese momento escuché un estruendo que me escapó de todos los pensamientos, y empecé a buscar de dónde venía mirando por las ventanas del pasillo.

-        ¿Qué están haciendo?- dije casi gritando, antes de que me contestara Uriel me puse a correr directamente a las escaleras de color negro, Uriel iba detrás de mí, le costaba alcanzarme.

-        ¡Espera, mi amor! – gritaba Uriel pero no le hacía ni puto caso.

En el patio seguí corriendo cruzando el patio sin mirar nada, sin esquivar pelotas ni nada, tan solo tenía los ojos fijados en la sorrera, pues allí en cuanto llegué vi a dos hombres de cincuenta años, que estaban con una motosierra cortando el tobogán y los hierros del parque. Alrededor de la sorrera había muchos niños, llorando mirando cómo se llevaban, lo que tanta diversión les había dado. Se me rompió el corazón a mí también y lloré.

Noté de nuevo el brazo encima de mis hombros de Uriel, se puso detrás de mí, notaba su respiración agitada intentando tranquilizarse. La Dolores, la profesora de P3 vino a rescatarnos para que fuésemos a otro lugar del patio, pero yo me acerqué a ella.

-        ¿Por qué lo están cortando?- le pregunté algo enojada.

-        Lo sacan porque ya no pueden jugar más allí.- dijo la Dolores.

-        ¿No podrán de nuevo algo?- pregunté.

-        ¡No, y no preguntes más!- dijo la Dolores.

-        ¿Por qué?- dije sin escucharla.

-        ¡Se acabó, estás castigada!- me agarró del brazo y me fue arrastrando hasta las jardineras, al otro lado del patio, la Dolores, pero me resistía.

Como me iba resistiendo, al final se detuvo a mitad del patio, me agarró el brazo con fuerza y con la otra mano me picó los dedos fuerte, me dolió y me quejé llorando.

-        ¡Deja de quejarte y anda!- gritó.

Dejé de resistirme y le acompañé a las jardineras.

-        ¡Aquí sentada te vas a quedar hoy!- dijo la Dolores, me sentó y ella se quedó allí con cuatro profesoras más.

Estuve todo el patio castigada, por haberme quejado de que no cortasen el parque que los demás tanto amaban. A los cinco minutos, me fui de allí en busca de un lugar mejor, la profesora se dio cuenta varios minutos después, así que las cuatro profesoras me estuvieron persiguiendo por todo el patio intentándome capturar. Me divertí mucho. Recuerdo a la Dolores gritarme que fuera con ella y yo diciéndole que no con el dedo y la cabeza, y ella al final intentando perseguirme pasando por el medio de los campos dónde los niños jugaban al futbol sin control. Pobrecita, se llevó varios pelotazos en la cabeza y en el cuerpo.

-        ¿No la vas a ayudar? – me preguntó Uriel.

-        No, ella está en oscuridad. ¿Por qué me tiene que castigar por preguntar? ¡No es normal!- le dije.

Uriel me miró con ojos de pilla, pero en el fondo él entendía que quién actuaba mal era la Dolores no yo. Así que me ayudó a jugar. La Ramona era una de ellas, cuando nos encontrábamos cerca de las fuentes para los mayores, la Ramona apareció por detrás por sorpresa.

-        ¡Ven aquí!- dijo.

-        ¿No te bastó en todo lo que hiciste el año pasado conmigo que ahora te unes con ella?- le dije mientras escapaba corriendo, ni me pudo alcanzar.

Parecía la fuga de Alcatraz eso, pero no lo entendía, el patio era un rectángulo en medio de tres edificios del colegio que hacían de muro y uno dónde había una casa habitada. No había escapatoria posible, pero no me alcanzaban. Era gracioso como lo hacían para capturarme. Si nosotros estábamos en la esquina del patio cubierto, ellas estaban delante de la pista de baloncesto, al otro lado del patio, luego con tan solo ir hacia la derecha o la izquierda, ellas hacían lo mismo pero lo contrario, como si intentasen atraparme pero imaginando que en medio hubiese una mesa y no había nada, solo niños jugando al futbol en plan cañero.

-        Estas cuatro en una salida de verdad, las acaban atrapando los malhechores… ¿Ves lo que hacen?- le comenté a Uriel, que se río descaradamente.

Solo faltaba que sonase una canción por megafonía avisando de que eso era una cámara oculta. Por qué la gente que se fue enterando de lo que pasaba, no entendía porqué me perseguían.

Sonó el timbre y no me atraparon, luego me fui a la fila y la Dolores me agarró del brazo.

-        ¡Ya está bien, hombre!- empezó a gritarme echándome la bronca del siglo, pero le corté.

-        ¡No, no voy a permitirle que me haga esto! ¿Sabe? ¿Se da cuenta de porque me está castigando usted? Por hacerle unas preguntas, que solo era porque los chicos están preguntando porque al ver que quitan esto, se asustaron. – no me di cuenta pero armé un numerito que todos los alumnos me estaban observando.

Miré un segundo a mi alrededor y vi que venía la Carmen se acercaba a nosotras.

-        ¿Qué pasa aquí?- dijo la Carmen.

Empezaron a contarle la versión de su historia, pero la Dolores se inventó cosas, se inventó de que yo estaba siendo agresiva, cuando no lo fui. La Carmen me miró un momento.

-        ¿Agresiva?- preguntó la Carmen.

-        Sí, y le he tenido que darle en la mano para que me dejara en paz.- inventó la Dolores.

-        ¿La pegó?- alzó la voz en señal de sorpresa la Carmen y la Dolores dijo que si con la cabeza.- ¡No, no… nunca se pega a un alumno! ¿Usted cree que ese es un motivo para castigarla? ¡Déjenla en paz, ella solo quería saldar sus dudas, su curiosidad es fantástica, no intenten hacer un drama porque ustedes le tienen miedo por todo lo que ocurrió en su pasado y que no hay forma de que lo superen! Laia, ve a la fila con tus compañeros.- dijo la Carmen.

-        Gracias.- le dije amablemente y con Uriel nos fuimos a la fila.

Cosas parecidas me iban pasando en los recreos y fuera de ellos, después de lo ocurrido en primero. Me di cuenta de que los profesores eran rencorosos y que no se olvidarían de ello aunque tuviese que estar cinco años más allí. Suerte que la Carmen era lo más parecido a un ángel caído del cielo, porque me defendió siempre, lo que me había dicho a principios del curso, empecé a creérmelo a partir de ese momento.


Durante el mediodía, estaba en la salita viendo dibujos, habían empezado hacía pocos días una serie llamada Gargolas que me encantaba, intentaba no perderme ningún capítulo, pues detrás venía Rugrats.

-        Dary, me siento igual de rara que estas Gargolas que protegen Gotham durante la oscuridad. Como si me viesen a mí, y sintiesen que soy de otro planeta o yo que sé… pero soy una extraña que a muchos temen. – dije me estaba quejando en realidad.

-        Eres un rayo muy potente que ha venido a iluminar los corazones de aquellas almas que están distorsionadas en sus mundos, mi amor. El camino que tomaste viniendo a nacer aquí y en este tiempo, será muy complejo. Pero siempre nos tienes a nosotros. – contestó Uriel.

-        Sinceramente, no me siento de 3D. No me siento una humana, aunque tenga un cuerpo igual. – dije.

Uriel no contestó solo se río y nos pusimos a escuchar el capítulo. Ya estábamos a uno de Febrero y eso quería decir que oficialmente el Chico ya no se encontraba en 3D, mientras que veía ese capítulo me entró la angustia y empecé a moverme por el sofá, me tapé la cara con una almohada intentando pensar por un segundo que nada de esto estaba pasando de verdad. Pero de nuevo vivir en 3D era demasiado duro, todos mis amigos y compañeros que no tenía que disimular, se estaban yendo de mí lado y cada vez me daba más miedo pasarme el resto de la vida sin ellos.

-        ¿Por qué duele tanto que te abandonen?- le dije a Uriel.

-        ¿Te sientes abandonada? – preguntó Uriel arqueando las cejas en señal de sorpresa.

-        Si, claro que si. Solo queda la mentira, tener que disimular. ¿Por cuánto tiempo más?- dije desesperada.

-        A mi no me vas a dejar, eh. Yo estoy aquí contigo. Conmigo no disimules. – respondió burlón Uriel.

-        Tu eres diferente, Dary. Ya sabes a qué me refiero. Me quedaré solita y me da miedo.- dije agobiada.

-        Yo siento que así te vas a centrar aún más en prepararte para el día de mañana. Los humanos son difíciles, pero tú eres especial, mi amor. Vas a poder, vamos a poder. – me animó Uriel, lo estaba consiguiendo.

Recomendación: Mantra Amma - Matías De Stefano.

HR.

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¿Un Demonio Siempre Ha Sido Malo?

  ¡Feliz año a todos! Dejamos atrás el año del infinito (2+0+2+4=8) y nos vamos centrando en el año de la divinidad (2+0+2+5=9). El año pa...