domingo, noviembre 22, 2020

El Espejo de Mí Vida - Capítulo 58

 

Esta fue la primera vez que supe lo que era morir en esta época, desgraciadamente recordaba cómo habían sido los velatorios en otras épocas de la historia de este planeta, porque seguía recordando vidas anteriores. En este caso fue distinto porque resulta que se había muerto un tio segundo, hermano de mi abuela Victoria que nunca había conocido, pero que teníamos que ir allí a darle las condolencias.

La calle estaba desértica y muy en silencio, papá consiguió aparcamiento cerca de la casa, era la única que se escuchaba hablar mucha gente en el garaje, las puertas eran blancas. Mamá llamó al timbre, nos abrieron enseguida, no tuvimos ni que subir ningún piso, todos estaban en reunión improvisada, sentados en un ovalado círculo hablando de la vida, la muerte, y del tiempo que hacía que no se veían las caras.

Me presentaron a un montón de gente que ni me acordé de sus nombres, conocí a la tita Antonia, la tita Rosita, el tito Pedro (esposo de Rosita) y algunas de las hijas de cada tita. Faltaban más titas y titos, pero no vivían en Cataluña, estaban repartidos entre Jaén y Madrid. Mi abuela Victoria era la cuarta de doce hermanos, por los cuales solo quedaban ocho con vida repartidos por España.


Quince minutos después de todas las presentaciones, llegaron más familiares, estos los conocía, llegó el Titi y Rafalé, Alfonso se quedó con la abuela para cuidarla, era muy tarde para ella. Como hacía dos días que no veía al Titi, él se acercó a nosotros, disimuló la presencia de Gab y de Uriel, pero le vi algo incómodo porque no paraba de observar a Gabriel, para que pensase en otra cosa, le di un fuerte abrazo al Titi, él me lazó por los aires en sus brazos hermosos, me puse a reír. Hasta que lo abracé.

-          ¿Qué hace Gabriel aquí?- me preguntó el Titi.

-          Estaba en clase y nos han interrumpido y le he pedido que viniera.- le dije.

El Titi me miró a los ojos, primero sorprendido pero luego parecía que le había venido una idea en la cabeza y automáticamente mostró su sonrisa más tierna, miró de reojo a Gabriel y le guiñó el ojo, Gabriel asintió mostrando sus blancos dientes. Yo no entendí absolutamente nada.

De nuevo en el suelo, nos dieron de comer, al final cenamos y todo. Me puse al lado del Titi, sentada en una de las sillas, mientras que los adultos hablaban de sus cosas, delante tenía a Gabriel sentado en el suelo, y detrás a Uriel de pie, mientras que comían algo que les había preparado el Titi, siempre iba precavido, llevaba más de lo que debía. Con platitos de plástico y vasos también igual de agua o jugo, empezamos a cenar.

-          Así que tú eres Laia…- dijo uno de mis primos segundos que acababa de conocer y parecía tener 25 años.- yo te fui a ver en el hospital en Barcelona cuando naciste… ¡qué grande estás!- dijo.

Me di cuenta de que era la única niña pequeña que había allí, faltaba otro por lo visto, pero se había quedado con otro familiar y no vino, el otro tenía un año menos que yo. Reconocí a su madre, porque muchas veces la había visto al recoger a su hijo al colegio, curiosamente ese primo tercero iba al mismo colegio que yo.

Me estaba aburriendo, los adultos hablaban de muchas cosas pero yo ya estaba cansada y quería moverme, así que me senté en el suelo, literalmente quise ponerme encima de las rodillas de Gabriel, pero al estar con tantas personas, me tuve que conformar con ponerme a su derecha.

-          Me aburro…- susurré.

-          ¿Y si retomamos la clase? – propuso Gabriel.

Me quedé mirándolo con los ojos tan abiertos que no sabía qué decir.

-          ¿En serio, hermano? – respondió Uriel.

-          Si, este es un buen lugar para practicar. Además, Uriel puedes decirle a alguien que nos pongan música de fondo y así será más fácil. – dijo Gabriel convencido.

-          ¿Aquí?- repetí algo avergonzada.

Gabriel dijo que si con la cabeza, me sentía rara, porque nunca habíamos tenido público, pero antes de que dijera nada, un ángel de un familiar aceptó el reto y le susurró a su protegido poner música.

-          ¡Voy a poner algo de música para animarnos un poquito!- dijo el familiar, parecía que había escuchado a su ángel.

-          ¡Bien! – susurró alegre Gabriel.

Al principio me dio algo de vergüenza, pero a la que se escuchó la música, me puse en medio del círculo y con Gabriel y Uriel, montamos un espectáculo con pequeñas acrobacias que había aprendido a hacer, todo al ritmo de la música, la gente nos estaba observando, más de cuarenta personas observándonos. Pensaba que nos cortarían enseguida, pero no fue así, resultaba que les gustaba lo que hacía y nos dejaron por una hora y media más o menos.

De repente se acabó el cassette y todo se quedó en silencio por unos segundos, yo regresé al aquí y ahora, cuando escuché como todos los familiares se pusieron a aplaudir. Me los quedé mirando, mientras me ponía de pie algo avergonzada, puesto que todos me estaban mirando y aclamaban todo el espectáculo que había dado, y que yo… no me acordaba de casi nada de lo que había hecho, me olvidé de dónde me encontraba y solo estaba ensayando.

Al final me fui con el Titi, él me subió encima de su regazo y lo abracé, me sentía muy avergonzado aunque fuese por algo bueno. Gabriel se acercó a mí para decirme algo.

-          Cuando estés preparada, tendrás que hacer todo lo que te estoy enseñando delante de la gente. Hoy ha sido poquita gente, pero llegarás a más de 500 personas en una sola sesión. Solo cuando estés completamente preparada y hayas aprendido todo lo que te estoy enseñando, querida. Aún falta para eso, pero se te da muy bien estar arriba de los escenarios…- dijo Gabriel, me quedé observándole y él luego dijo – ahora me voy, pero volveré pronto – le di un abrazo disimulado, el Titi nos ayudó a disimularlo y entonces Gabriel se esfumó delante de nuestras narices, una bolita de luz irradió el centro del círculo que nadie pudo ver y desapareció.

En realidad a mí también me gustó, pero sus palabras me dejaron bastante inquieta, este trabajo sería para estar encima de un escenario, como si fuese el circo. ¿Ese sería mi destino, la misión y el propósito de mí vida?

Pasaron tres días más, cuando me encontraba en la última prueba de entrenamientos en IÓN. Me puse la túnica azul que era obligatoria para esta ocasión, los zapatos y las muñequeras, la prueba de hoy sería la más difícil de todas, porque estaría sola y tenía que salir con éxito. Debajo de la túnica llevaba un corsé para proteger las caderas, y en la cabeza me coloqué una diadema especial, para proteger energéticamente la cabeza y todo el cuerpo. Como todavía no formaba parte de la guardia tenía que ir así de protegida, porque en algunas ocasiones recibiría golpes muy fuertes como para terminar internada en un hospital.


Estaba en una sala al lado del campo de entrenamientos, fui la última de ese día, no había podido ir a ninguna clase, porque tenía este examen muy importante. De fondo se escuchaban los golpes que recibían mis compañeros que salían uno a uno, presentados por el Maestro Lonan al público que nos acompañaba, curiosamente por lo que había escuchado, todas las gradas del campo estaban llenas de Seres de luz. Solo esperaba que entre ellos estuvieran Uriel y el Chico de Ojos Verdes, que se tomó el placer de no ir a Ávalon para venirme a apoyar. ¡Es único!

Escuché la trompeta, esa era la señal de que me tocaba salir a hacer el examen, así que me puse de pie y caminé hasta la puerta, antes de llegar se abrió sola, la oscuridad del pasillo me daba miedo, pero la incertidumbre de no saber qué me iba a tocar hacer en el examen, me mataba por dentro y en un riguroso silencio. Los demás exámenes habían sido complejos, pero eran en grupo, este sería completamente en solitario. Se me aceleró la respiración y consigo el latido del corazón, era lo único que podía escuchar, hasta que llegué a la siguiente puerta de madera, esperando así a que se abriera sola.

Al otro lado de la puerta, estaba el Maestro Lonan, vestía con su túnica y uniforme de gala, en sus manos llevaba un saco con algo que tenía que agarrar, me acerqué a él.

-          ¿Nerviosa, querida? – me dijo con una sonrisa, solo pude confirmarlo con la cabeza.- ¡Todo saldrá bien! En la prueba de hoy, debes meter la mano y dentro tendrás una figura dónde dentro dirá cuál es tu mayor miedo, y detrás de esta cortina, se plasmará. El objetivo será vencer el miedo, ¿de acuerdo? – dijo, pero antes de decir nada prosiguió.- recuerda, nada de armas de ningún tipo – concluyó Lonan.

-          Ok.- dije.

Metí la mano en la bolsa, noté un rombo lo saqué y dentro de ella salió un trozo de escama de lagarto. ¡Mierda!

Caminaba por uno de los pasillos de la casa de mi abuela, cuando al traspasar el umbral de una de las puertas del vestidor, vi al final delante de la puerta de la terraza, un ser gigante casi tocaba de cabeza en el techo, no tenía pelo, pero su piel era como un lagarto gigante, en plan mantis religiosa. El ser se giró y me miró con esos ojos negros tan horribles, me vi reflejada en ellos, me asusté. No sabía porque pero sentía que lo conocía pero no era algo bueno, era un miedo del pasado. Entonces vi que iba armado, con una especie de pistola con un componente que te desgarraba la piel hasta deshacerte. ¡Era horrible!

El Ser me apuntó con ella, no se le entendía al hablar, pero no alcé las manos, me asustaba tanto que me quedé paralizada varios segundos. Admitía que iba a morir, aunque me había olvidado de dónde realmente estaba, hasta que recordé las palabras de Lonan “es una prueba”. Entonces el Ser disparó, esquivé el líquido que derritió la silla con las patas de aluminio. Me quedé agachada en el suelo, mientras que con la mano derecha, tocaba la zona de las cuerdas vocales, y con la lengua intentaba buscar la vibración correcta para entender al Ser. No me costó mucho, hasta que le pude entender qué hablaba.

-          Yo maté a tú madre… en la invasión… - repetía con maldad.

No lo entendía, pero como iba armado y disparaba, tuve que esquivar todos sus disparos para no terminar mal. Hasta que pudo ver uno de sus puntos ciegos.

-          ¡La Galaxia de Orión será para la Corporación! – amenazaba.

Tenía que desarmarle antes de que pudiera detenerlo, eso conllevaría a un combate cuerpo a cuerpo, noquearlo sería difícil con alguien tan grande, por eso sus puntos ciegos, me servirían como comodines. Sin pensármelo mucho, me fui a uno de ellos, su arma cayó en el suelo y con el pie lo aparté de la sala y con una de las bolas de energía que había creado mediante esquivar sus tiros, lo envié al hiperespacio. Usar un truco de las clases con Gabriel, no era hacer trampa en la prueba, estaba permitido, mientras no fueses armado. Entonces empezó el combate cuerpo a cuerpo.

Recomendación: El Ojo que me mira - Fito y Fitipaldis

HR.

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viernes, noviembre 20, 2020

La Llegada

 

Los cambios que han pasado, seguirán durante el 2021, la razón de porque estamos pasando todo esto, es porque debemos cambiar nuestra forma de SER como humanos sociales y convertirnos en una civilización consciente de 5D. Es por esto que estamos trabajando tan duro, aunque nos duela y perdemos mucho, piensen que tras limpiar los espacios negativos, llegan cosas positivas a nuestra vida. Comprendo que cambiar nos asuste, yo soy la primera que le ocurre, pero es necesario, lo que nos espera después de dentro de 9 meses, es muy importante, no a nivel del reino humano, sino que aquí ya hablamos como familia universal.

El Sistema Solar está a punto de entrar por primera vez en su nueva vibración, los nueve planetas y todos sus satélites y asteroides, están dejando de vibrar en 3D para empezar su cambio dimensional hacia 5D. Es un proceso muy convulso pero necesario si queremos seguir vivos, debemos aceptar estos cambios y empezar a trabajarnos nosotros mismos. Es tiempo de despedirse vivir de forma segura, y empezar a aceptar que los cambios forman parte de este nuevo camino que iniciamos. Da miedo, lo sé, pero este es nuestro destino como humanidad, y si no quieres hacerlo, eres libre de decidir, pero si no lo quieres hacer vas a tener que dejar tú cuerpo y permitirte morir. En cambio si decides aceptar este destino, no vas a morir, solo como tarea principal obligatoria que tendrás será aceptar todos los cambios que se te presenten en tú día a día.


Dentro de nueve meses nos enfrentaremos a la gran prueba, y para hacerlo debemos “estudiar” por eso se habla de la llegada. Hace un año, todos los cargos superiores de Seres de Luz se reunieron durante tres meses consecutivos, para averiguar de qué manera nos ayudarían a “estudiar” para la gran prueba.

Llegaron a la conclusión que la mejor forma para conseguirlo, es enviarnos sus refuerzos aquí en la 3D. Decidieron que todos los voluntarios que se ofrecían a ayudarnos en esto, se dejarían ver en nuestra vibración, pues hasta hace poquito estaba prohibido la aparición directa en masa, solo con ciertas personas y una cantidad muy reducida, pero des del pasado 30 de octubre, que esa norma se cambió por otra que da permiso para la aparición en masa de la Jerarquía Angélica aquí en la Tierra. No simplemente a ciertas personas que ya están preparadas para ello, sino a las que no lo están también. Ya no se esconden tras un seudónimo, ahora ya pueden mostrarse sin problemas.

Durante los próximos 6 meses, van estar llegando oleadas de grupos de ángeles a todo el mundo, pero hay ciertas ciudades del mundo que en días específicos tendrán una oleada masiva de ellos. Todo esto ya empezó, el día 30 de Octubre en Utah (Estados Unidos) llegaron 30 ángeles, y unos días después Joe Biden ganó las elecciones (es el favorito de la Jerarquía Angélica). No se me permite decir dónde más van a venir, pero ya están aquí, no tengan miedo porque lleguen, los ángeles vienen a ayudarnos, es por eso que escuchar al Coro de Ángeles es cada vez más fácil. Recuerden, vienen a ayudarnos, no a salvarnos la vida, el trabajo lo tendremos que hacer nosotros, si un ángel ve que no estás dispuesto a colaborar, dejará de visitarte y tendrás que esperar a que regrese para seguir trabajando.

Más adelante recibirán más información, que ya les iré compartiendo cuando me dejen ellos, ya les dije que ahora estoy trabajando con la Jerarquía Angélica y soy uno de los canales de información de este trabajo de la llegada. Pero hay otros emisarios repartidos por latinoamerica que también trabajan de esto que yo hago, sino confían en mí, pueden esperar a que los guías les ayuden a escuchar a otros que ni conozco que dicen lo mismo que yo. Para que no se piensen que se me paró la cabeza a esta chica que dice que habla con ángeles. ¡A trabajar!

Recomendación: Humo – Jarabe de Palo.

 HR.

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domingo, noviembre 15, 2020

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 57

 

Me acerqué lo más lento que pude, no sabía porque pero quería estar a su lado, escucharla hablar con sus amigos, necesitaba estar a su lado, pero no sabía si me iba a aceptar. Sentía algo muy raro en mí interior, el corazón latía con fuerza y me decía que tenía que estar cerca de ella, y eso es lo que intenté hacer. Su grupo se quedaba en el banco, hablando de cosas que curiosamente entendía, aunque ya eran los mayores, nunca le pregunté el nombre pero yo le recordaba con el nombre de Silvina o Silvana.

Uriel se quedó junto a mí, esperando respuestas de lo que estaba haciendo, puesto que me quedé junto a uno de los árboles más cercanos al grupo, y él sabía que estaba poniendo la oreja a propósito.

-          ¿Qué estás haciendo? – preguntó Uriel.

-          Nada. Solo estoy junto al árbol…- le dije algo avergonzada.

-          Soy un detector de mentiras andante, mi amor. Así que mentirme no te va a servir de nada, solo que me enoje. ¿Qué pretendes, mi amor? – informó Uriel.

-          ¿Quién es ella?- le dije susurrando.

Uriel observó al grupo sentado en el banco, como era la única chica no le tuve que aclarar a quién me estaba refiriendo, se quedó un buen rato observándola hasta que Uriel pudo decirme algo.

-          La veo, ¿qué pasa con ella? – preguntó Uriel.

-          No lo sé, pero es como si la conociera de algún lado, pero jamás la he visto…- dije.

-          ¿Alguna referencia más? – preguntó él.

-          Em… creo que se llama Silvana…- dije frunciendo el ceño.

-          Uy… ya veo mi amor… La recuerdas de otra vida. – aclaró Uriel.


Cuando Uriel dijo eso, mi corazón latió tan fuerte que parecía estar casi al borde de la muerte, hasta que perdí la razón del tiempo y el espacio y empecé a recordar…

Montaba encima de un caballo blanco por la via Augusta de Barcino (Barcelona) mientras que regresábamos de las guerras. La armadura de general pesaba mucho, el escudo era difícil de transportar y mi caballo estaba cansado de tanto caminar sin descanso, en una pequeña plaza ordené a mis hombres que reposaran para alimentar a los caballos. Bajé del caballo y le entregué a mi camarada las riendas, entonces caminé por la pequeña plaza donde había algunas paradas de mercaderes de fruta y verdura.

Mi llegada a Barcino no hacía mucho tiempo en verdad, puesto que en Roma se me había ordenado vigilar las nuevas ciudades tras las conquistas con los Lucitanos y los Celtas. Siendo un hombre de casi 30 años y sin esposa, me había permitido conocer las conquistas de Roma más allá del Tíber, llegando a las nuevas tierras de Hispania. Me paré a comprar una fruta en la parada, por el cual le di media moneda de plata al comerciante, me giré y en el pozo vi a la mujer más hermosa que jamás había visto que sacaba agua. Me acerqué a ella, llevaba una túnica violeta hasta los tobillos, sandalias y un tocado en la cabeza, no parecía del pueblo, pero tenía un alto cargo social.

-          ¿Cuál es tú nombre, belleza?- le dije, mientras mordía la fruta y le miraba con asombro.

-          Silvana Farnese.- dijo mientras que tiraba el cubo al pozo con la cuerda y lo sacaba con fuerza tirando de la cuerda.

-          ¿La hija del médico Farnese?- le pregunté asombrado.

-          Así es, general.- dijo Silvana, pero no tenía mucha atención en mí.

Sus ojos cafés me observaron directamente tras ayudarle con la cuerda, que curioso pero me atraparon enseguida.

Uriel me tuvo que sostener, sin querer me estaba cayendo de lado, supongo que el recuerdo me hizo olvidar dónde me encontraba realmente.

-          Mi amor ¿todo bien? – preguntó Uriel preocupado.

-          Si, estaba recordando de dónde la conozco… ¿qué es Hispania?- le pregunté.

Uriel no me pudo contestar, puesto que nos avisaron que era la hora de estudio, nos enviaron los que estábamos en primaria a la biblioteca del colegio a leer o hacer deberes. Me puse a ver las estanterías de libros, hasta llegar la parte de historia y vi un libro que decía Hispania así que lo agarré pidiendo permiso a la profesora. Se me quedó mirando, cómo si dijese “esto es demasiado difícil para ti” pero en realidad no dijo nada, me fui a la mesa y empecé a hojear el libro.

¡No lo podía creer! Hispania se fundó tras las conquistas de los Lucitanos y los Celtas por parte de la república de Roma, mucho antes de que Roma fuese un imperio y después de su monarquía. Hispania era el nombre que tenía la península Ibérica antes de Cristo. Yo había estado en estas mismas tierras, hace mucho tiempo y Silvana también a pesar de que seguramente ni se acordaba ella de eso, ni siquiera de mí, yo también había cambiado mucho, ahora soy una niña.

Al día siguiente mis padres me dijeron que tenía que volver a quedarme a comer en el colegio, resultaba que el Titi no había terminado sus reuniones en Barcelona. Así que me alegré porque así conseguiría saber más de Silvana. En esa vida me pareció que fue mi mujer, era muy parecido a lo que siento cuando estoy con el Chico de Ojos Verdes. Todo fue como la otra vez, excepto que la espera que volver al estudio, uno de los chicos del banco se fijó en mí.

-          Hola, ¿Qué haces aquí?- dijo.

Me quedé mirándolo, llevaba el pelo ondulado moreno hasta los hombros, parecía mucho más mayor de lo que tenía que ser, aposté que era un repetidor, era demasiado alto y demasiado mayor, porque ya tenía barba.

-          Hola, solo les observo.- les dije.

Se quedaron mirándose entre todos en silencio con caras raras intentando comprenderme.

-          ¿Por qué?- dijo Silvana.

Me costó un poco hablarle a ella, me daba mucha vergüenza.

-          No lo sé…. ¿De qué curso son?- les pregunté.

-          De octavo.- dijo el chico.

No se lo inventaban, en realidad en ese tiempo era el último curso que aceptaban alumnos de séptimo y octavo, a partir del curso siguiente la primaria terminaría en sexto. La secundaria serían cuatro años, y luego vendría el bachillerato, pero eso sería en otro centro, puesto que El Carme Vedruna solo hace Primaria.

Mientras que los chicos del banco hablaban de otras cosas, Silvana se acercó a mí y empezamos a hablar.

-          ¿Sabes quién soy?- le pregunté.

-          No, ¿quién eres?- me dijo con unos ojos de sorpresa.

-          Quizás recuerdes esto…- me fui con ella a la fuente, agarré mis manos y las llené de agua.- ¿te acuerdas?- le dije.

Se quedó blanca, intentando entenderme pero comprendí que no lo había conseguido.

-          Yo tenía… un caballo blanco…- le dije, pero puso la misma cara.

-          Mi amor, la estás condicionando. – comentó Uriel.

-          Entonces, ¿cómo le digo yo que…?- le dije a Uriel, pero a la que me giré, vi que Silvana se volvía con los suyos y no quiso volver a saber de mí en varias semanas.

¿Cómo le cuentas a alguien que la conoces de hace más de 2.000 años? ¡Qué difícil era recordar vidas sino podías explicarte bien! Daños colaterales de ser siempre la niña rara del colegio… igual era positivo, pero tenía sus partes malas como todas las cosas.


Pasaron los días de Abril con esperanzas de que pronto llegara el verano, un curso más quedaría en el pasado y nuevas experiencias me esperaban para el mañana. Una tarde que esperaba en el salón de mi casa a que viniera papá del trabajo, mientras que mamá estaba en la cocina, esperando mirando algo interesante en la televisión. Aprendí a poner música con el reproductor de música del salón, así que agarré los primeros CD de música y con un volumen aceptable, empecé a bailar, hasta que apareció el Arcángel San Gabriel para una clase más de trabajador energético.

-          Hoy vamos a trabajar con los pies, pues son muy importantes para el desarrollo del trabajo que se haga cada vez que conectes en el puente dimensional – explicó Gabriel.

Le escuché atentamente, sus clases eran teóricas pero muy prácticas, me encantaban cada parte del cuerpo que se usaba para ser un trabajador energético tiene su función específica en la conexión, eran muchas cosas, pero explicadas y practicadas de forma lenta y con paciencia, al final entendías mejor este futuro trabajo.

-          Los pies tienen un chakra muy importante, que se encuentra en los tobillos. Con él le damos el aviso al corazón de que el ritmo que usamos es el adecuado para la música que se escucha a fuera en el reproductor de música. – dijo Gabriel.

-          No entiendo. ¿por qué los pies tienen el ritmo y el corazón no?- le pregunté.

-          En realidad ambos tienen el ritmo, solo que uno lo hace de forma automática, y el otro de forma voluntaria. Es decir, cuando uno sigue el ritmo con el pie, se está concentrando en que tiene que mover el pie al ritmo de la música, pero nadie le dice al corazón que debe latir, ¿cierto? – explicó Gabriel.

-          Así es, Gab.- contesté.

-          Cuando movemos el pie para seguir el ritmo, estamos avisándole al corazón de que tú mente no está en otra cosa, está por el trabajo y por eso el corazón puede enviar una señal emocional al espíritu para que pueda enviar su mensaje a través de los movimientos del cuerpo. – informó Gabriel.

Enseguida nos pusimos a hacer pruebas con canciones dónde el ritmo se agarraba con los pies y a veces con las manos, como si tocase un tambor. ¡Qué divertido! Pero perdí el ritmo en cuanto regresó mi madre de la cocina, para atender a una llamada, era extraño porque nadie llamaba a esa hora. Apagué la música y me quedé junto a Gabriel, intentando averiguar qué ocurría, porque por la cara que ponía mamá no eran buenas noticias. Veinte minutos después mamá terminó la llamada, me miró pero parecía que no tenía ganas de decirme qué pasaba, en ese instante papá apareció por la puerta.

-          ¿Qué pasa mamá?- le dije, pero me ignoró.

-          Una de mis tías, hermanas de mi madre, ha muerto. Nos han invitado en casa de la tita Antonia ahora a darle ánimos y estar con la familia.- decía mamá a mi padre.

-          ¿Quién es Antonia?- repetí curiosa.

-          Es tú tía segunda, la hermana mayor de tú abuela Victoria. Viven aquí en Manlleu, así que ponte los zapatos que nos vamos a su casa, ella nos necesita.- dijo mamá.

Mientras que me ponía los zapatos y Uriel regresaba a mi lado tras ese imprevisto, Gabriel se quería ir, pero le agarré de la mano, él se sorprendió.

-          ¡No te vayas, Gab! Quédate con nosotros un ratito más, por favor. Ven, acompáñame, por favor…- le pedí casi haciendo pucheros.

Gabriel miró a su hermano Uriel como si intentasen hablar de ello, pero Uriel le dijo que si con la cabeza.

-          De acuerdo. – dijo Gabriel, yo le agarré de la mano, no le solté en mucho tiempo.

Salimos de casa casi a las nueve de la noche, subimos al auto que estaba en el garaje y nos fuimos por las calles de Manlleu, estaban oscuras y mojadas, esa noche se presentaba con lluvia de aquella que parece no tener fin pero que al mismo tiempo es silenciosa. Me dio la sensación de que la lluvia sabía que alguien de mí familia había abandonado esta dimensión.

Recomendación: Tron Legacy - Solar Sailer.

HR.

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viernes, noviembre 13, 2020

Romperse

 

Una buena música de fondo, relajante que ayude a conectar y no me haga dormir, el ordenador está listo para que mis dedos empiecen a bailar suavemente entre las teclas del teclado y en el documento se marquen las pautas de esta reflexión. Mientras la mente la tengo llena de imágenes, recuerdos que no hace mucho parecían sueños que quizás no se harían nunca realidad, reflexiones que jamás pensé que compartiría y experiencias que me han ayudado a crecer junto a ustedes.


Empecé a redactar y a compartir mis pensamientos, cuando estaba pasando por un momento muy delicado, me encontraba dentro de una depresión que no tenía muchas esperanzas en ese momento, de saber si iba a superarla o terminaría en el fondo del puente de mi ciudad, ahogada y atrapada en las arenas movedizas del río. Durante ese tiempo, las noches parecían no tener fin, las musas desaparecieron y el tiempo solo era el triple de lento de lo que otros se quejan de que nunca les queda y a mí me sobraba… me pasé largos días y largas noches de incertidumbre, sentada en el piso, observando la puerta del armario, como si el color a madera neutro me hubiese enamorado, pero dentro de mí solo sentía el dolor como recorría mis venas y me repetía muchas veces, que estaba sufriendo porque vine a aprender algo que no se me daba bien en ese momento.

Lo que todo había empezado como un desamor, en realidad fue mucho más, no rompí con mi ex, pues yo rompí mi antigua relación que tenía yo ante la vida, y eso quería decir, quedarme yo sola ante la vida insólita sin saber qué me pasaría. La incertidumbre que uno siente cuando ve que ha roto con su pasado y que ahora se encuentra uno en un espacio que no reconoce, es muy duro tener una previsión de que esto en el futuro habrá sido una buena decisión.

Tuve que romper con mi yo anterior, porque no me reconocía como era. Me miraba en el espejo y parecía que viese a otra persona muy diferente a mí, pero físicamente igualita a mí. Mi antigua yo no sabía sonreír, no sabía lo que era agarrar un avión y cruzar medio mundo para ir a una montaña a meditar y conocer a gente maravillosa, tampoco sabía qué era enfrentarse a sí mismo constantemente para conocerse. Le daba miedo casi todo lo que le hacía feliz, por eso vivía acosta de lo que decían los demás, mi antigua yo nunca se hubiese atrevido subirse a un escenario y ponerse a bailar, y conectar convirtiéndose en trabajador energético, ni mucho menos se hubiese atrevido a crearse un canal de youtube y hablar de la conciencia del SER, ni si quiera este blog.

Quise romper con ella, para mostrarle que juntas podemos hacer todo lo que nos propongamos hacer, y que el miedo que sentimos a veces cuando las cosas se complican, es simplemente un aviso de que lo que nos espera es algo tan maravilloso, que si nos quedamos encerrados en lo de siempre, luego lamentaremos no haberlo hecho durante toda la encarnación. Rompí con ella, pero en realidad solo quise compartir el mandato, ella se hacía llamar YO y a mí me llamaba SOY y juntas somos el YOSOY.

Recomendación: On the nature of daylight – La Llegada (Película).

HR.

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¿Un Demonio Siempre Ha Sido Malo?

  ¡Feliz año a todos! Dejamos atrás el año del infinito (2+0+2+4=8) y nos vamos centrando en el año de la divinidad (2+0+2+5=9). El año pa...