Llegó por fin la segunda noche en Baracoa (Cuba) cuando allá
a las once de la noche junto con Alberto nos dignamos a irnos a dormir porque
estábamos muy cansados. La habitación tenía dos camas, así lo decidimos porque
aunque haya gente que piensa otra cosa, Alberto y yo somos hermanos gemelos
(aunque vivamos en dos países distintos, seamos de padres distintos y seamos de
años distintos, somos gemelos, porque en 1877 e incluso en otra vida antes, él
era mi hermano gemelo de la familia de luz y él es totalmente consciente de
ello, por eso nuestro trato es de hermanos maravillosos que compartimos el
99,99% de nuestra personalidad).
Alberto fue quién apagó la luz esa noche, porque yo lo único
que recuerdo es que mientras veíamos una telenovela de noche, ya entré sin casi
darme cuenta a cambiar de dimensión y cuando la luz ya estaba apagada, solo me
faltaba la mitad del camino y empecé a sentir los sentimientos de mareos que no
suelen ser ningún problema solo parece que subas en una atracción de un parque
de atracciones durante más de treinta minutos sin parar y luego todo se para en
seco al poner consciencia de dónde estás realmente. Fue en ese preciso momento
cuando escuchaba como unos pies hermosos con unas sandalias romanas se
acercaban a mi cama, luego apartaban suavemente las sabanas, tenía un almohadón
pequeño en mi cabeza a parte de la almohada normal, lentamente alguien me quita
el almohadón y suavemente con la mano gigante me sujeta la cabeza y la coloca
suavemente en la almohada. Mientras que él colocaba una pierna dentro de las
sábanas, luego el cuerpo que iba casi desnudo, podía notar los pelos del pecho
rizados que se agarraban a uno de mis dedos de una mano, mientras que él
entraba la otra pierna, y suavemente colocaba de nuevo mi cabeza encima de su
pecho, cuando había terminado de taparse.
En ese momento, abrí los ojos lentamente y allí lo vi, el
arcángel Uriel, ¡qué bello que estaba! Sus ojos me miraban y su sonrisa era
¡tan bella! Que gritaban en silencio ser robados por un beso eterno, él acercó
la cara, su nariz se rozó con la mía como si quisiera darme un beso de
esquimal, pero de fondo escuchaba las pulsaciones de su bello corazón, que eran
fuertes y muy amorosas, cuando de repente sin darme cuenta mi corazón iba al
mismo ritmo que el suyo, sus ojos color verdes prado me miraban con mucho amor,
no hacía falta hablar, allí lo tenía, a mi arcángel guardián, por primera vez
se había puesto en la cama, sabiendo que en la habitación no estábamos solos,
eso era una novedad, tanto para él como para mí y me encantaba.
Nos quedamos hipnóticos mirándonos como si el tiempo no
existiera, me encontraba en 4D sin darme cuenta había entrado mucho antes, de
fondo podía sentir en mi corazón como Alberto seguía su sueño como de
costumbre, pero con la única diferencia de que veía su arcángel (mujer) a su
lado que le arropaba para que tuviera un feliz sueño o viaje. Yo me concentré
en resguardar ese instante tan eterno y tan bonito en mi corazón, poniendo
consciencia y estando en el aquí y ahora presente, porque no quería olvidarme
de nada de lo que estaba pasando. ¡Me encanta estar así con Uriel, ya os he
dicho mil veces que este es mi lugar favorito en el mundo! Y sino habéis leído
la última reflexión, os comentaba que Uriel siempre ESTÁ conmigo y aquí tenéis
una prueba de ello, que es ¡maravillosa!
“Buenas noches, mi
amor” dijo Uriel su dulce voz masculina recorrió por todo mi corazón y su
frecuencia recorrió por todo mi cuerpo en una espiral de amor eterno infinito
hermoso y maravilloso, cuando yo le dije “Buenas
noches, ¿hoy dónde iremos?” y él contestó riéndose “Hoy no vamos a ninguna parte, hoy si quieres, nos quedamos aquí, mi
amor”. Coloqué mi mano derecha en su mejilla izquierda y le miré a los
ojos, hasta que lentamente me acerqué a sus labios pero en el último momento
aparté mi boca de su aliento y terminamos abrazados que él aunque sabía lo que
estaba pasando, me agarró una mano por la cintura y con la otra la puso
enrevesado con mi pelo, mientras que yo apoyaba mi dulce cabecita en sus
hombros ¡qué hermoso por DIOS!
Finalmente me quedé dormida en su pecho, ni me di cuenta de cuánto
tiempo había pasado, cuando Uriel lentamente me sujetó y me dejó solita en la
cama, que tampoco sabía por cuánto tiempo, pero luego regresó y se volvió a
meter de la misma forma, volvió a ocurrir una vez más. Adoro con todo mi
corazón, cuando ocurre esto, sé que lo digo mucho pero es que cuando os déis
cuenta de ello, sabréis que mis palabras de ahora son realmente impresionantes
ante cualquier aparición, es difícil hablar de estas cosas, solo conseguí poder
compartirlo por este Blog y así saber si otras personas les pasaban lo mismo,
no es nada fácil saber que ves y que además tienes experiencias de otras
dimensiones. Cómo la mayoría ya sabéis, hay muchas personas que siguen pensando
que la vida son dos días, que los seres de luz de otras dimensiones superiores no existen y que si tienes estas
experiencias, lo más probable es que estés loca de remate con principio de
esquizofrenia paranoide. Por eso es tan difícil hablar de ello con cualquier
persona, a mi no me importa hablarlo con la gente, me da igual lo que piensen
si sienten que sí o sienten que no, pero si siento en mi corazón que debo
compartirlo significa que los seres de luz saben que esa persona lo va a
entender, lo que no sabes hasta que estés en ello si es de inmediato o con el
tiempo.
Cuando ya estaba amaneciendo, y todavía faltaba un buen rato
para que nos levantásemos, puse consciencia en esa habitación en el aquí y
ahora y curiosamente el arcángel Uriel se había vuelto a ir por tercera vez,
así que pensé que ya no volvería a meterse más en la cama, miré sin abrir los
ojos con el tercer ojo y ya no lo veía y pensé que efectivamente todo había
terminado, pero mi corazón lo echaba de menos, porque sus noches así abrazados
son el triple de lindas que cualquier noche que lo tenga de pie a mi lado y que
me agarre solo la manito. Cuando él se mete en la cama y me abraza, hace que el
viaje o el momento duré para siempre aunque quede solo en mi memoria o en estas
reflexiones que de vez en cuando comparto, ya que ahora se mete en la cama dos
veces a la semana.
En ese momento ya me estaba mentalizando que tocaba volver a
empezar un día más en Baracoa, empezando el tercer día entero allí, aún nos
faltaba un día para irnos para la Habana y pasar 20h encerrados en un autobús,
pero el presente me regaló otro momento mágico, cuando de repente desde mi
espalda, noto como alguien destapa las sabanas y se mete, para terminar
haciéndome la cucharita, al principio pensaba que era Alberto, pero cuando miré
mejor, allí lo volvía a tener al Arcángel Uriel y detrás podía ver a Alberto
que dormía plácidamente en su cama pero esta vez no veía a su ángel, ya que
debía faltar muy poquito para que fuesen las ocho de la mañana, el sol brillaba
con mucha intensidad dentro de la habitación, decorando las paredes blancas en
un fuerte rayo dorado que realmente lo potenciaba Uriel, ¡qué bonito por Dios!
No me pude resistir a ello, cuando él enroscó sus piernas
con las mías y me agarró con un brazo la cintura por encima de mi barriga, allí
volví a tener mí momento favorito de la historia y por lo tanto, lentamente
bajé una mano, la que no me agarró él y entrelazó sus dedos con los míos para
ir a buscar su otra mano y entrelazar sus dedos con los míos, para que supiera
que estaba consciente de ese momento tan precioso, envueltos en un silencio
super amoroso y lleno de amor. Enseguida noté su sonrisa clavado en mi cuello,
él había apartado mi pelo para darme un beso, pensé que lo haría en el cuello,
pero él aprovechó y me dio un beso en la mejilla derecha, en ese momento giré
la cabeza hacia él, yo quería un beso en sus labios, pero abrí los ojos y allí
estaban sus ojos verdes hermosos, que me estaban mirando amorosamente, en sus
labios se dibujó una sonrisa de enamorado tan bello, que mi corazón se derretía,
curiosamente andaba con los hombros desnudos, el anunciador se lo había
retirado a la cintura, por lo menos no iba desnudo completamente, que a veces,
lo hace, pero solo si realmente estamos a solas, es una de muchas curiosidades
que tiene Uriel y que a mí me encanta.
Sus ojos decían el secreto de la divinidad, y sus labios
dictaban la sentencia de un beso que se estaba anunciando lentamente, ya que él
se acercó y acercó pero al final le detuve y le dije “no estamos solos, amor”, él miró hacia atrás y luego me miró y dijo
“Él duerme” y yo le repetí “igual no estamos solos. No será aquí, mi
amor”. Uriel aceptó sin más, y yo volví a girar la cabeza y él aprovechó
para darme otro beso en la mejilla y me susurró en la oreja “acuérdate que siempre quedará entre
nosotros un beso pendiente, mi amor” luego me dispuse a relajarme y
disfrutar de ese maravilloso momento, hasta que cinco minutos antes de que
sonase el despertador, Uriel se volvió a ir pero sin antes darme un beso en la
frente y decirme “¡Buen día mí vida!”.
Sonó el despertador a las ocho de la mañana y empezó el día.
Durante el viaje de vuelta a España que era de 9h y media,
curiosamente íbamos muy vacíos en el avión más grande que había estado jamás,
era de esos que hay tres a un lado, tres en el medio y tres al otro lado,
curiosamente a mí me tocó la ventanilla del lado izquierdo y en los tres
asientos que me acompañaba, no se
sentaba nadie, así que Uriel pudo tener su propio asiento justo a mi lado. Ya
era el 2 de Julio, y curiosamente el avión era nocturno así que no se pudo ver
casi nada por la ventanilla, pero cuando despegó me encantó ver toda la ciudad
de la Habana iluminada, fue maravilloso. En un momento que ya estábamos viendo
solo el océano de repente se me iban cerrando los ojos y no quería dormir,
cuando de repente Uriel me agarra con una mano la cabeza para que me apoyase a
su hombro, pero al cabo de una hora me levanté de pronto y me encontraba
tumbada en los tres asientos sin recordar cómo había terminado así, pero cuando
lo vi, supe la verdad de que él se había molestado a retirar todo de los
asientos para que yo pudiera estar cómoda y además que me puso una almohada en
la cabeza, otra entre mis brazos y otra en mi espalda para que estuviera más
cómoda, ¡qué lindo que es por Dios! Los ángeles siempre te cuidarán si tú les
permites que lo hagan, siempre lo harán.
El fin de semana después de llegar de Cuba, me encontraba en
la casa de campo Mariapolis Loreto de Girona, porque allí me había apuntado a
un taller muy importante para reencontrarme físicamente con mi Marido Atlante.
Como no estoy acostumbrada a levantarme tan pronto un fin de semana, porque a
las ocho teníamos que estar desayunando y antes de las nueve seguía el taller,
le pedí al Arcángel Uriel que me levantase los dos días es decir, la mañana del
sábado y la del domingo, para poder ir a desayunar, ya que no tenía celular
todavía, después de que me lo robasen en la Habana (ya os contaré más sobre
ello en un video en youtube pronto).
Tanto el sábado como el domingo se dignó a cumplir mis
deseos, levantarme para que a las ocho estuviera desayunando al lado de mi
Marido Atlante, como me tocó dormir en la litera de arriba que no estoy nada
acostumbrada, yo tenía miedo de caerme, ya que además la litera no tenía
baranda de seguridad, solo escalera y precipicio al vacío. Cómo me cuesta tanto
levantarme, soy una marmota si me tengo que levantar pronto, Uriel si a las
ocho tenía que estar lista, pues empezó a levantarme una hora y media antes. Uriel
usó varios métodos pero solo le funcionó uno, usó el típico “mi amor, buen día… toca hacer clase… venga
que vas a recordar un montón de cosas hoy, dale…” pero no le funcionaba y
cambió de estrategia, y empezó a decir “Mi
amor, ya están todos desayunando y solo faltas tú, ¡dale arriba!” pero a
pesar que usó el poder de la visualización para hacerme creer que era cierto, tampoco
le funcionó. Incluso hubo una vez que se transformó en mi marido atlante pero
tampoco le funcionó, hasta que al final como último recurso dijo “Mi amor, si te levantas, vas a poder estar
con el amor de tú vida, el señor ojos verdes que te está esperando para
desayunar y pasar el día contigo porque quiere recuperar el tiempo perdido de
12.000 años que habéis estado separados” ese él ya creía que no le
funcionaría, pues abrí los ojos y rápidamente me giré y le pregunté “¿Qué hora es?” y él dijo “Casi las 8” lo comprobé en el reloj que
me lo volví a poner y solo faltaba un minuto, así que me levanté rapidísimo, me
vestí y me fui a desayunar.
Al martes siguiente que ya estaba en casa y decidí ese día
no moverme porque llevaba tres semanas de mucho movimiento y necesitaba
descansar. Era el momento de levantarme, el despertador ya había sonado a las
doce del mediodía y ya era consciente de que me encontraba en 3D, pero de
repente escuché una lindísima voz masculina que reconocí que era del Arcángel
Uriel que me dijo “¿Vas a levantarte ya
o quieres esperarte un ratito? Hoy no hay prisa…” me tumbé hacia atrás sin
mirar nada, cuando de repente sin darme cuenta de que Uriel seguíamos en la
misma frecuencia, me di cuenta de que estaba entre 3D y 4D, quedé encima de sus
piernas maravillosas que me agarraron tan amorosamente como de costumbre, lo
miré con los ojos abiertos y sus ojos se encontraron con los míos, ¡qué
divinidad! Y le dije “no tengo prisa”
y él entendió que haría más la marmota, me giré a la izquierda y me agarré a su
cintura muy fuerte, notaba su anunciador y su túnica envueltas a su cintura,
que lo aproveché para poner mi cabeza allí y lo abracé muy fuerte, notando así
su piel caliente y muy suave rozar mi carita hermosa recién levantada y
aproveché para dormir un ratito más que él aceptó sin más.
“Mi amor, ahora sí
que deberías empezar a levantarte, ha pasado una hora” dijo Uriel, que me desveló
por completo, le miré y que sus ojos fueran lo primero que veía de ese día, eso
transformó en que el día sería mágico y muy bello, levanté mi cabeza para
abrazarlo pasando mis brazos alrededor de su cuello, para quedar incorporada
delante de él, me acerqué notando así su respiración tan cerca de mis labios
que me quise quedar quieta y que él hiciera el resto. Él se acercó un poquito
más, mientras que nuestras narices se rozaban y sabía que eso se correspondería
con un beso, le miré a los ojos, mientras que él miraba mis labios, cerré los
ojos y esperaba ese beso, pero él con una mano me pasó por mi pelo y dijo “Es tarde mí amor, tenemos cosas que hacer,
hoy no” y se apartó, de repente me encontraba en mi cama solita, porque
cuando abrí los ojos él se desvaneció y regresó a su dimensión a 4D y yo a la
mía a 3D. Se me quedó una cara de tonta, que no entendí porque me había
rechazado, era la primera vez que lo hacía, la primera vez que Uriel se atrevía
a hacerme una cobra y además angelical. Eso cambió mi día a un poco
diferente de cómo había empezado, pero no fue hasta al final del día cuando
entendí por qué ocurrió, ¿se acuerdan que yo le hice una cobra en Baracoa?
¡Pues por la ley del dar y recibir universal, yo había dado una cobra, pues
tenía que recibir una cobra! Tenemos que vigilar que hagamos y cómo lo hacemos
para saber un poco qué vamos a recibir y cómo lo vamos a recibir en el futuro.
PD. A finales de este mes, habrá otra sesión de Ayahuasca,
si quieren saber más, es decir que si les interesaría colaborar, mándenme un
mensaje privado por Facebook y lo hablaríamos. No se olviden que la Ayahuasca
se usa solo para fines terapéuticos, nosotros no la usamos para drogarnos,
pasar el ratito y ya, la Ayahuasca es una medicina ancestral del Amazonas y tiene
sus cuidados y sus tradiciones, quién esté interesado, deberá antes hablar o
conmigo o con el Chamán directamente para ver si necesitáis una sesión o no.
Porque con esto, no se juega, señores.
Recomendación: Enrique
Iglesias – El perdedor.
HR.
HERO&Corporation.