No es fácil saber AMAR, cuando la sociedad no te enseña a
hacerlo. Cuando eres un niño te cuentan que la vida es como un cuento de hadas,
dónde todas las mujeres somos princesas y todos los niños son príncipes de
cuento, nos dicen que todos tenemos derecho a ser felices encontrando el amor
en el otro, al buscar nuestro príncipe o princesa que nos quiera, nos ame y
quiera compartir con nosotros toda su vida para casarnos tener hijos y ser
felices para siempre para comer perdices. Pero ¿cómo sabes que te gustan las
perdices? ¿Cómo sabes si tú príncipe realmente es con quién compartirías toda
tú vida con él? Si hablamos de toda una vida, es un compromiso gigante dónde no
intervienen solo los años del noviazgo, sino que también los años que vengan
después del “sí quiero” y eso pueden ser hasta 50 años, si te casas joven y
llegáis juntos a los ochenta años.
Yo me creí el cuento de hadas, hasta pasados los 21 años,
cuando mi vida se torció más de lo que ya estaba. Sinceramente, antes yo era
una pobre chica que todo le salía mal, que no se reconocía tal como era y su
máximo parecido con la cenicienta era más que pura coincidencia llevada a la
ficción de la televisión. Hasta los 21 buscaba como una loca un hombre, un
príncipe que fuera el rey de mí vida, pero siempre todos los príncipes me
salían malvados o sin corona, y mi corazón que ya estaba roto, se rompía aún
más. Hasta que un día conocí a un príncipe, que tenía corona, y me enamoré de
él locamente…
No lo pedí, pero allí estaba a mi lado, preocupado por mí,
cuando una lágrima se me escapaba, me defendía cuando alguien me quería
lastimar y allí estaba siempre, el príncipe con corona que quería que fuese mí
REY. Le di voto de confianza, y todo lo que pedía mientras que yo lo
consideraba, pero un día me vi forzosa a abrir los ojos y ver, que el CUENTO
ERA UNA FARSA y el príncipe realmente era el ANTAGONISTA de todas mis
películas. Él se llevó mi inocencia y con ella, el cuento, dejándome con el
corazón ROTO con piezas que eran IMPOSIBLES de volver a UNIR, marcando el
minuto del último gol, y finalizar el partido de este Príncipe que se llevó su
corona y a mí me dejó sin REY.
Me hundí en las profundidades de mi SER, dejando todo lo que
ya no me quedaba por conservar, amistades que no merecían seguir, momentos que
se me repetían en la retina y que las lágrimas golpeaban con dolor el corazón
que ansiaba volver a ser lo que había sido en su infancia. Me seguí hundiendo
en las profundidades de mí SER, hasta que una noche, dejé de escuchar y empecé
a escuchar el silencio de mí SER y una voz sincera y llena de amor penetró esas
profundidades…
Aprende a Amarte y podrás AMAR a los que te rodean, querida. – Arcángel
Uriel.
No sabía que había sido eso, pero me hundí todavía más en
las profundidades de mi SER, dónde poco a poco se me fueron revelados, los
secretos de porque mi corazón andaba tan roto y porque no sentía el AMOR que
tanto ansiaba encontrar en otros…
Cuando buscas a fuera, no te das cuenta que realmente lo que buscas
siempre ha estado dentro de ti, el poder de AMAR, siempre ha estado dentro de
ti, mi querida. Solo que siempre lo has buscado a fuera y nunca has encontrado
lo que tú quieres y AMAS encontrar. – Arcángel Uriel.
¿Por qué no amaba a mis padres como ellos me han amado
siempre? Ante mí, se me revelaron las imágenes de un niño de once años en 1500
dónde su padre le pegaba y le había mostrado que el afecto era a través del
golpe, y luego cuando cumplió 22 años, fue capitán de la guardia real del
acorazado de Colón en las Indias, y batallando repartía amor a quienes por
naturaleza su padre le había enseñado que dañando era la forma de recibir amor.
Quién lucha con AMOR jamás recibirá un golpe que le dé dolor, solo el
AMOR sana y cura cualquier herida con AMOR – Arcángel Uriel.
¿Por qué jamás sentía el amor de amigo cuando podría ser
correspondido? Ante mí se me revelaron las imágenes de una mujer de 15 años,
que estaba en la corte de Fernando VI en España, dónde tenía una amiga que se
lo contaba todo, pero un día esa amiga, le traicionó, casándose con el chico
que a ella le interesaba y entonces la relación dejó de ser amor, para
convertirse en odio y traición.
Aquel que la traición le ha perforado el corazón, el agujero solo se
sanará con las palabras del perdón, y acto seguido el amor sanará cualquier
cicatriz abierta. –Arcángel Uriel.
¿Por qué no me amaba a mí misma para poder amar a mí amado?
Ante mí, se me revelaron las siguientes imágenes, en la Atlántida dí el “sí
quiero” ante toda una casta, estaba enamorada de mi marido. Una vida más tarde,
volví a dar el “sí quiero” con el mismo hombre pero en otra encarnación,
habíamos dejado atrás a nuestros hijos, cuatro hijos maravillosos en dos encarnaciones.
Pero en una pirámide, antes de morir él, decidimos emprender caminos separados
y mi corazón se partió en mil pedazos aunque seguía amándolo. Pasaron 26
encarnaciones que aunque no sabía dónde estaba, siempre terminaba casándome con
el mismo hombre, pero con distinto cuerpo, pero sin saber que era él realmente.
Entre esa búsqueda de encontrar a alguien que te pertenece por naturaleza
energética, y no encontrarlo y estar confusa, estar en oscuridad para entender
por qué, eso provocó que mi alma, empezara a no sentir el amor que le rodeaba
para seguir adelante y en muchas ocasiones no se sentía ella, sino alguien que
se parecía a ella.
El amor incondicional entre dos almas que están destinadas a
reencontrarse en cada vida, es aquel amor que no puede partirse aunque haya
sido decisión de uno de los dos o de los dos, ese amor sigue entre ellos,
porque no son almas gemelas, sino que son llamas gemelas, llamas que se aman,
se amaron y se amarán SIEMPRE que se reencuentren. Pero solo es decisión de
ellos dos si lo retoman o siguen amándose en silencio encarnación tras
encarnación. – Arcángel Uriel.
Cuando llegué a esta encarnación, no sabía amar, había
perdido el sentido de amar, poco a poco me acordé de todo y me di cuenta de que
el sentido de amar va más allá que cualquier sentido de amar que tengan las
demás personas. Pero cuando te reencuentras con el amor de tú vida, ese amor
que recuerdas que te has casado y que aunque no eras consciente de que era él,
siempre has terminado a su lado, enamorada, casada o incluso siendo pareja, sin
importar los sexos que nos componían. Ese es el verdadero aprendizaje de saber
Amar, queridos alumnos de mi corazón, yo sin estas encarnaciones separadas del
marido Atlante, si en cada encarnación me hubiese dado cuenta de que era él,
estoy completamente segura que no habría aprendido tanto de lo que es el AMOR
INCONDICIONAL que de la forma de cómo ha ocurrido todo, a ciegas es cuando más
crees y más encuentras lo que no sabes que vas a encontrarte, pero lo tienes
sin saber que lo tienes y aprendes a valorar lo que realmente vale la pena. Es
por eso que quienes hayan seguido la historia por Twitter sobre el reencuentro
del Marido Atlante, ha sido posible, porque sucedió hace dos semanas en Girona
y fue épico, porque lo que no sabéis es que él lo hizo público hace unos días
por su cuenta de Instagram de que efectivamente nos habíamos reencontrado y me
daba las gracias por haber permitido tanto la separación dura como el
reencuentro hermoso, y por lo que se ve, esta historia aún tiene capítulos por
contar y que quiero contarlas a su lado.
Recomendación: Ode to my Family – Radical Face.
HR.
HERO&Corporation.
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