Aún cuesta entender que las cosas que llegan algún día puedes desaparecer, y solo muy pocas cosas se quedan para siempre. Dejar ir sigue costando, tanto la primera vez, incluso cuando llevas más tiempo viviendo, dejar a ir a esas personas que ya han dejado de vibrar en la misma onda que vos, o simplemente tomaron caminos distintos, hay que aprender a aceptar que las relaciones libres son aquellas que respetas las decisiones del otro sin intención de hacerle cambiar e ir en contra de sus sentimientos.
Sigue costando hacerlo, pero desde hace un tiempo que aprendí a valorar la presencia del otro des del primer día en que apareció en mí camino, porque si en algún momento tengo que dejarlo ir, no será con una cara de tristeza, sino con el corazón agradecido por haberte permitido compartir trozos de su vida contigo, por haberse atrevido a confesar sus sentimientos cuando lo necesitaba, además de todas las experiencias vividas, bonitas y feas. Cuando valoras que la vida es un regalo y que la compañía vale la pena, a pesar de que la relación sea horrible, algo aprendiste en ti, ¿verdad?
El 28 de Abril del 2020, mi abuela partió hacia la quinta dimensión, a partir de ese momento me sentí muy sola, volví a sentirme así después de tanto tiempo, como si el tiempo del colegio en realidad no hubiese ocurrido. Mi abuela era como una segunda madre para mí, la relación que tenía con ella realmente era muy buena, le contaba mis cosas, me daba compañía y yo le ayudaba en lo que necesitaba, jugaba con ella al monopoly (su juego favorito). Cuando ella decidió irse hacía al otro lado, lo hizo sola porque yo estaba recluida en mí casa porque el Estado nos obligaban a estar en casa, apenas faltaban tres días para darnos un poco de libertad. A pesar de que no podía ir a más de 1km de mí casa, ingenié un plan para acercarme a la residencia y verla aunque fuese a través del cristal. Pero ella se fue antes.
Me sentí agradecida cuando ella se fue, no lloré de tristeza, a pesar de sentir esa soledad meses más tarde, en el momento de saber la noticia, me sentía feliz por todas las experiencias que ella había permitido compartir conmigo, las conversaciones, los consejos, las historias y las excursiones que hicimos, todo eso me lo llevé en el corazón y simplemente pude decir GRACIAS. Mientras que mi padre estaba mal, y mi madre lloraba (era su suegra, pero le tenía mucho cariño), la dejé ir y ella se fue feliz, con la gran noticia de que no se quedaría en la cuarta dimensión la zona no-encarnada (el lugar dónde van los espíritus), sino que consiguió seguir y esperarme en la quinta dimensión, junto a mí abuelo.
Meses más tarde, y tras un entierro tan pobre, solo cuatro familiares en el cementerio, sin misa (ella era creyente en la religión católica), fue cuando empecé a sentirme sola de nuevo, había perdido a mí confidente, tenía amistades que también eran confidentes, pero cada persona aconseja, escucha y ocurren distintas cosas. Me sentí sola, porque no era simplemente mí abuela, sino que era como una segunda madre, sentí ese sentimiento que tienen los huérfanos, una pérdida muy fuerte que te arranca el corazón sin anestesia.
Es duro dejar ir, pero más duro es pensar que si manipulas a la otra persona y le obligas a quedarse a tú lado, lo veas como lo veas, siempre será un sentimiento mezquino y muy egoísta. ¿Con qué poder te crees superior a los demás que puedas manipularlos? Cada persona tiene que ser libre de tomar sus propias decisiones, apoyarlas incluso cuando no estamos de acuerdo (sin mentir, pero estar ahí si nos necesitan), y si debes dejarles ir, es lo que debe suceder. Es duro, lo sé, pero quédate con lo que has vivido con esa persona, quizás así te sientas más reconfortada.
Ahora veo un mundo cada vez más herido por el sentimiento del miedo y el abandono, la gran mayoría de personas lastiman a otras por estas razones “no quiero que te hagan daño” los que te quieren son los primeros en lastimarte, eso hay que aceptarlo. Cada persona aprende a su ritmo y a su forma, unos aprenden más rápido pero otros no, y eso se debe respetar.
Si tus padres usan el chantaje para que hagas algo, te lastiman pero ellos tienen el corazón lleno de miedo, porque quieren lo mejor para ti aunque a veces no entiendan por dónde vas. Si alguien te utiliza, el miedo al abandono es mayor, significa que esa persona en algún momento se sintió tan solo que es capaz de manipular y engañar solo para que estés a su lado, y eso se le llama traición, Judas lo hizo con Jesús y él ya sabía que pasaría antes de que Judas aceptase. ¿Dejó de amar a Judas por ello? ¡Jamás! Pero comprendió porque se vendió, pero Judas siguió en el otro lado con Jesús.
¿Te da miedo estar solo? Pero recuerda esto… ¿Cómo viniste al mundo? Esta pregunta es para esas personas que no nacieron un hermanos gemelos o que la mamá tuvo un embarazo múltiple. Estuviste 9 meses viviendo solito en el vientre de tú mamá, algunos le llaman una zona de confort, pero antes de ser zona de confort, la matriz de tú mamá fue en algún momento un lugar inhóspito y húmedo, lleno de miedo, como la vida. La zona de confort es solo un cúmulo de decisiones constantes con el mismo resultado y que suelen repetirse a lo largo de un tiempo-espacio.
Si la casa dónde vives, ahora es tú zona de confort, cuando te mudaste era un lugar desconocido y lleno de miedo, ¿y dónde estás? ¡Aquí llamando hogar a este lugar! Dejar ir ha sido sinónimo de soledad, pero naciste solo, caminaste solo, pero aún así, dónde hayas ido siempre has acabado echando raíces, por ende recuerda esto “de la soledad emergen nuevas relaciones con el mundo interno y externo, que con el tiempo acaban construyendo una red por los cuales les llamas FAMILIA”.
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