viernes, agosto 16, 2024

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 196 [2T]

 

Con el inicio de las clases, también se inició mí último curso en el Tripijoc, me puse triste porque yo quería seguir más tiempo allí, pero como ya dije en otra ocasión, todo empieza y todo acaba algún día. Ese año, tuve una sorpresa muy agradable, resulta que Jesús y Aitor que tenían un año más y ya estaban en la secundaria, les permitieron estar un curso más. Pensé ¿a mí me dejarán también? Dejaremos el resultado para más adelante…

Comprendí porque les dieron esa chance, principalmente porque Jesús tenía muchos problemas cognitivos, y Aitor tenía muchos problemas de integración social. Por eso hicieron una excepción, porque en los seis años que llevaba allí, nunca había pasado, siempre sexto de primaria es el último curso allí. Al fin y al cabo, el Tripijoc era un centro social de integración, me di cuenta en ese momento que estaba metida en un grupo dónde cada uno teníamos nuestros problemas sociales o cognitivos, y por un momento me entró vergüenza. ¿Cómo no me había dado cuenta antes? ¿Eso significa que soy como ellos? ¿Cuál es mí problema realmente para que esté aquí? ¿Eso va a cambiar la forma en como me vean los demás a nivel cognitivo?

Lo digo porque ese año, pasó algo completamente diferente y que me puso en una situación muy complicada, que me hubiese cambiado la vida por completo. Fuera del Tripijoc, hablamos del colegio en sí, la tutora de ese año, había leído los comentarios de los demás tutores que me habían tenido en los cursos anteriores, y no sé cómo le picó, por así decirlo, que pensó que el hecho de que el informe psicológico de primero de primaria dijera “dificultad cognitiva para aprender y seguir el ritmo de la clase”, pensó que mandarme a un psicólogo del hospital general de Vic, resolvería ese pequeño problema de aprendizaje. Antes de explicarlo, quiero decir una cosa, todavía no he comprendido si a la Ana le preocupaba que yo tuviera un problema y quería resolverlo o simplemente quería putearme. Ustedes juzguen por sí mismos, y si quieren me lo comparten en los comentario, les leeremos.

Era un viernes a la mañana, cuando la Ana después del patio me mandó a llamar, me fui a su mesa y la escuché.

-        Laia, esta tarde tienes que ir a este sitio, que te estoy anotando en la agenda, con tus padres. Tienes que ir a un psicólogo para hacerte unas pruebas. Si terminas antes de las cuatro, puedes regresar a clase y sino, ya nos veremos el lunes, ¿de acuerdo?- dijo la Ana mientras me anotaba en la agenda un comunicado a mis padres.

-        ¿Psicólogo?- pregunté arrugando la frente.

-        Si, es una persona que te hará unas preguntas para ver cómo estás.- respondió la Ana.

-        ¡Ya sé lo que es! ¿Por qué?- dije.

-        No te preocupes, es completamente rutinario.- dijo como excusa la Ana.

No me gustó su intención, pero como ya les había llamado antes a mis padres, no pude zafar. Ese mediodía me fui a almorzar en casa del abue, y casi a las tres de la tarde me fui a casa, con mis padres agarramos el auto y nos fuimos a Vic. El hospital General de Vic, habían hecho una nueva hala de psiquiatría a cincuenta metros del Hospital, papá estacionó el auto en un parking y nos fuimos a esa nueva hala que había plantas, un parque y además muchos árboles, un lugar realmente hermoso. Todo el edificio estaba acristalado a lo moderno, en plan que lo había diseñado un arquitecto del siglo XXI.

Entramos y vi el cartel que decía “Psiquiatría” además que había otro cartel que decía el nombre Osona-ment. El miedo que ya sentía por mí venas aumentó y el corazón empezó a notarse fuerte dentro del pecho, agarré la manito fuerte del Arcángel Uriel y seguí a mis padres hasta el primer piso, nos sentamos en la sala de espera dentro de un silencio que parecía que estaba en el corredor de la muerte. Mis padres estaban muy preocupados, el arcángel Uriel también tenía la cara desencajada y yo no sabía qué estaba pasando y me preocupé aún más.

Salió la psicológa a saludarnos, pero primero quiso hablar a solas con mis padres, y nos dejaron a Uriel y a mí en la sala de espera.

-        Dary, ¡tengo miedo! ¿Qué es lo que está pasando?- le dije mirándole a los ojos.

-        Te van a hacer unas pruebas, dónde quieren ver si tienes autismo, ¿sabes lo que es? – explicó Uriel.

Dije que no con la cabeza.

-        Autismo son aquellas personas que les cuesta mucho mantener contacto físico con los demás, aparte de que les cuesta mucho todo el tema de socializar con otras personas. Hay diferentes niveles, pero sé que tú no tienes eso. – dijo Uriel mientras que me abrazaba por la espalda.

-        ¿Por qué crees que no?- le pregunté.

-        ¿Te molesta que te abrace?- dijo Uriel.

Dije que no con la cabeza.

-        Una persona con autismo no aceptaría el contacto físico sin excepciones. – dijo Uriel.

Problemas sociales, lo entendí, la Ana se estaba preguntando porque no hacía amigos más allá del Sergi i la Saida, porqué en clase teníamos esas diferencias tan grandes, porque tanto al Sergi como a la Saida también eran “marginados sociales” en la clase. Pero ¿hacía falta llegar a estos extremos y hacerme pasar este miedo?

-        ¿Y si dice que si?- pregunté muy asustada.

-        Te van a cambiar de colegio, y te llevarán a San Tomás. – respondió Uriel.

¡Mierda! San Tomás es un colegio para niños con Sindromes de Dawn y problemas cognitivos importantes, los autistas también van. Sabía que si iba allí, se iba a la mierda todo mí futuro, los guías veían que también era una situación compleja.

La psicóloga me dio paso a su despacho, en todo momento fui agarrado de la manito de Uriel, no quería que me dejase sola y él no lo hizo. Me senté en la silla y ella que se llamaba Montse, se sentó en su lugar.

-        ¿Cómo estás, Laia?- preguntó la psicóloga con una sonrisa.


Era bajita con el pelo corto rubia, siempre llevaba pendientes grandes y estrambóticos de colores muy vivos, su energía transmitía muy buena onda, pero la situación era compleja. Aunque quería contestar, no me salían las palabras, noté como Uriel me acariciaba la espalda para que me calmara, le miré de reojo, sonreía un poco pero me di cuenta que lo hacía forzado para calmarme, se avalanzó hacia a mí.

-        Simplemente se tú misma pero no le cuentes ni des por sentada de nuestra existencia, ¿de acuerdo? Confiamos en ti, mi amor. – me susurró en la oreja izquierda Uriel.

-        ¿Qué hago aquí?- le pregunté a la psicóloga.

-        Uy, veo que quieres ir al grano…- dijo mientras que encima de la mesa abrió un pequeño dosier y me empezó a mostrar las páginas.- solo queremos hacerte unas pruebas, pura rutina, nada grave.- dijo la psicóloga.

-        ¿Para qué?- pregunté.

-        Es pura rutina, no te preocupes. ¿ves estos ejercicios?- me dijo, dije que si con la cabeza, eran rompecabezas de lógica, y ella prosiguió.- ¿crees que podrás hacerlos con un cronometro?- me preguntó mientras se sacaba del bolsillo un cronómetro.

Le miré a los ojos cafés en silencio. Uriel volvió a acercarse.

-        Hazlos. – susurró Uriel.

-        ¿Cuánto tiempo tengo?- le dije.

-        Un minuto por cada ejercicio.- respondió la psicóloga.

-        De acuerdo. ¿Tiene un…?- dije y me entregó un lápiz y un bolígrafo, me dejó elegir, y elegí el bolígrafo.

La psicóloga preparó el cronometro y empezó a girarme el dosier para tenerlo de mi lado, pero le paré poniendo la mano encima del papel.

-        Así está bien.- dije.

-        ¿Del revés?- dijo la psicóloga sorprendida.

-        Si. ¿Acaso no sabe leer ni escribir al revés?- le dije mirándole a los ojos fijamente, ella no se lo podía creer.

Se aclaró la voz y puso en marcha el cronometro, y yo simplemente me dispuse a hacer el primer ejercicio. No me acuerdo bien qué eran pero todas relacionadas con lógica y números. Empecé a escribir las respuestas al revés y en menos de quince segundos ya tenía el ejercicio hecho. Dejó el bolígrafo encima de la hoja y le miré a los ojos, flipaba. Revisó el ejercicio y me miró con los ojos como dos platos.

-        Correcto.- dijo haciendo una pausa.- Es la primera vez que veo que alguien sepa escribir incluso al revés. ¿Sabes hacerlo normal?- me preguntó.

-        Claro, pero he pensado que quería un poco más de emoción, ¿no?- le dije mirándole a los ojos, y proseguí.- al fin y al cabo, sabemos porqué estoy aquí.- le dije.

Ella tragó saliva y seguimos por los demás ejercicios, al final hice algunos más del revés y luego del derecho. Las diferentes pruebas también incluían buscar palabras en un texto y sobretodo operaciones matemáticas y de geometría que todavía no había dado en clase. Incluso había juegos de tangram, memory y de operaciones matemáticas complejas.

Tuve que regresar todos los lunes a la tarde hasta principios de diciembre, esas pruebas eran duras y me las repitieron varias veces por si acaso había sido suerte o para descartar cualquier cosa que me pudiera ayudar. En ningún momento me ayudó Uriel, él simplemente era testigo de lo que se hacía pero se quedaba callado y muy quieto para no darme ninguna pista. Con cada semana que pasaba, me di cuenta de que descartaban el autismo y problemas de cognición, más bien la Montse quería averiguar que inteligencia tenia, y por eso un lunes me quiso hacer un test de inteligencia.

-        Ya tengo los resultados de tu test de inteligencia.- explicó la psicóloga.

-        ¿Cómo ha ido?- le pregunté.

-        Estoy muy sorprendida, porque has sacado la puntuación más alta, ¡nunca había tenido un paciente así!- dijo sorprendida ella.

-        ¡Esa es mi querida Laia! ¡Sí señora! – vitoreó Uriel agarrándome por la cintura, yo sin querer sonreí pero le tuve que mirar a la psicóloga para no darle indicios de que había alguien más con nosotros, sabía que no era bueno explicarle la existencia de Uriel, eso no me sacaría de allí jamás.

-        ¿Le puedo hacer una pregunta?- le dije.

-        Claro.- respondió.

-        ¿Cuál es su número favorito?- le pregunté.

-        Em… no lo sé, nunca me he planteado tener uno…- respondió.

-        ¿Cómo? ¡Eso es imposible! Debe haber un número que le llame especialmente la atención.- le exigí.

-        No, me gustan todos… no sé. ¿por qué es imposible?- preguntó intrigada.

-        Todos tenemos un número que nos representa, que nos dice exactamente como nos sentimos y nos expresamos. Si todavía no lo sabe, déjeme que le diga cuál, ¿puedo?- le pregunté.

-        Si, claro.- dijo.

Le miré a la cara, pero luego desvié la mirada a su izquierda y vi a su ángel de la guarda.

-        Es el 5 – dijo su ángel de la guardia.

-        El 5. ¿Le dice algo?- le pregunté.

-        Si, nací en Mayo.- dijo.

-        Ese número es muy importante, religiosamente significa las cinco voluntades del hombre: voluntad de sentir, voluntad de hacer, voluntad de pensar, voluntad de decir y la voluntad de saber. Pero en la historia de los números el 5 representa enfrentar esas barreras que se interponen en su camino. Y espiritualmente significa una alabanza a sus deseos más escondidos, como un punto de sujeción ante las adversidades de la propia desdicha.- le expliqué.

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lunes, agosto 05, 2024

Hace Tanto Tiempo Que Sigue Presente

 

No puedes soltar el pasado e intentar volver sin que nada haya ocurrido. A pesar de tener la “excusa” de vivir otra vida, de haber nacido de nuevo, el pasado está contigo vayas dónde vayas. Aunque no te acuerdes, tendrás algo que te va a conectar con él y quizás vuelvan a suceder situaciones parecidas, pero cuando algo presente se vuelve pasado, nunca te abandona, porque forma parte del libro de tus vidas.

¿Un amor que ya no tienes? Quedan los recuerdos, y cuando reencarnas, esa persona vuelve a ti, con otro nombre, otra familia y otro tiempo. Ambos sin recordar quienes fueron, intentando despertar el corazón para comprender la magnitud de SER. Recuerda que el cuerpo tiene fecha de caducidad, pero ni tú alma ni tú espíritu la tienen, ellos son eternos y partes de los engranajes de la propia eternidad.


Por ejemplo, les voy a compartir una experiencia que tuve con mi llama Gemela hace unos 190.300 años aproximadamente en el planeta Cruz del Sur

¾     ¿No es así?- pregunté curiosa.

¾     Esa no es la definición de hogar, mi amor. El hecho de que tú y yo estemos juntos, no significa que somos un “hogar”, solo significa que hay amor entre nosotros y lo compartimos. ¿Sabes lo que nos hace unirnos tú y yo y crear un hogar?- preguntó Gabriel amablemente y emocional.

¾     ¿El amor?- pregunté sorpresiva.

¾     Exacto. ¿Y sabes de dónde surge el amor?- preguntó.

 

Dije que no con la cabeza, y él suspiró, agarró aire y siguió.



¾     Las energías que encienden el amor, son dos, luz y oscuridad. No puedes decir que sientes amor, cuando solo te centres en la luz. Esa luz sería mi presencia, es como si dijeras, me amas porque nos besamos, hacemos el amor, te doy de la mano y paseamos juntos. Pero realmente estar juntos, es aceptar al otro tal y como es. Sus virtudes y sus defectos, esos defectos son propicias de la oscuridad, y al mezclarlas en un infinito ying yang, provocan esta fusión tan hermosa, por los cuales, tu y yo somos una pareja, y por eso lo que siento por ti es amor, porque te amo.- aclaró y confesó Gabriel.

 

Muchos me preguntan ¿por qué el arcángel Gabriel es mi llama gemela? No tengo una respuesta a eso, pero lo somos. Actualmente no se llama así, tiene otro nombre, otro cuerpo y una época totalmente diferente a esa, pero seguimos adelante con nuestra historia de amor. Incluso cuando en algunas vidas, uno de los dos no recordaba todo el libro de encarnaciones completo, ha seguido pasando.

Este fragmento lo he sacado del libro que estoy canalizando que de momento tiene un título muy interesante (puede que lo cambie cuando lo termine) y se llama El Universo De Los Dioses.

Gabriel, Mandiel, Gael, Frederick, Diego… diferentes nombres pero el mismo espíritu y misma alma, en sus distintas vidas, en las estrellas, en Atlántida, Egipto antiguo, Noruega o Irlanda… el amor ha seguido pasando miles de vidas y sigue tan presente. La peor vida fue cuando fui general de Cristobal Colón y cuando llegué al Morro de San Pedro de las Rocas (Cuba), después de estar encarcelado por casi un mes, salimos matando a los indígenas (en el segundo viaje de Colón 1509), cuando era el alba me enfrenté a un indígena a espada y él a flecha… le miré a los ojos y era él (si, siendo hombre también he tenido vidas homosexuales) y no lo maté. Mis fuerzas me decían que no y él no me mató, podía hacerlo pero tampoco lo hizo. Al final de ese día, vi su cadáver en las costas de lo que sería Cuba y eso me destrozó por dentro, sin saber ni su nombre ni nada, algo en mí me desgarró y después una flecha envenenada me atravesó el abdomen y caí al océano boca abajo, me ahogué.

A partir de esa vida, empecé a encarnar en la gran mujer, america más en latinoamerica, fuimos aztecas y luego encarnamos en muchas ciudades de las actuales Colombia, Guatemala, Bolivia, Chile y Argentina, cuando todavía esos países ni eran una idea. En la mayoría acabamos juntos, en otras algo nos lo prohibía y eso si que era sufrir. Siempre me preguntan ¿Cuántos años tienes en total con todas tus vidas pasadas? La respuesta a esta pregunta se puede hacer de la siguiente manera, en realidad tengo un año más que el arcángel Gabriel y él tiene 2 mil millones y medio de años aproximadamente, uno de mis primeros recuerdos con un año de vida (como un angelito de aspecto de 14 años) era ver la creación del arcángel Gabriel, en lo que ahora conocemos que es el Universo Paralelo nº VII (todavía no existía ni este universo, ni los otros seis que le acompañan).

Recordar tantas cosas es bastante costoso, porque tienes que aceptar todo lo que hiciste, aunque ahora veas que es algo malo, cuando lo hiciste era bueno para ti. Integrar toda esta información y darte cuenta de que realmente tienes la prueba que andabas buscando, la eternidad existe y la muerte en realidad no existe. ¿No te has planteado nunca <qué hay después de morir>?

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jueves, agosto 01, 2024

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 195 [2T]

 

¿Se acuerdan que con tan solos siete años aprendí a hacer punta de lápiz solo con arena y unas gotas de agua? Pues la clase de Ecuación de la vida, te enseñaban a crear vida, por eso era lo más importante, un Alquimista cuida de la vida y la crea a merced del flujo universal. Esto se explica con esta pregunta ¿quién creó a las mariposas? Sé que las religiones dicen que fue Dios, pero no fue así, cuando este mundo se creó, no existían las mariposas, fueron creados por Alquimistas durante la primera Era Del Tiempo (antes de los Mayas).

¿Y por qué mariposas? Básicamente es un alegato a la transformación que la vida da, des del nacimiento hasta la muerte, la transformación es lo que nos ayuda a integrar nuestra historia, sabemos que nacemos y que algún día vamos a morir, pero el tiempo en que estemos aquí, es un tiempo dónde podemos transformar nuestro mundo y nuestra alma. Porque nunca vas a morir de la misma forma en como naciste, porque a pesar de que la causa de la muerte sea parecida, habrá pasado el tiempo en ti y tú cuerpo, alma y espíritu habrá crecido de alguna forma, por ende, nunca te morirás con lo mismo de cuando naciste. Un Alquimista está enamorado del tiempo, es decir que para él, el tiempo no es algo que le esté quitando oportunidades, sino que le da oportunidades para crecer y ser mejor cada día y cada segundo.

La ventaja de estudiar en Ávalon, es que salía una hora y media antes que cuando estaba en IÓN, eso quería decir que al llegar a casa podía descansar una hora más, y eso mejoró bastante la atención en el colegio de la tercera dimensión. Aún me costaba adaptarme los primeros días de clase en Ávalon, saber que luego a las ocho de la mañana me tenía que levantar para ir a las nueve al colegio, y hacer como una niña más de once años, aprender conceptos humanos. Al poder descansar una hora más, iba un poco más despejada a clase.

El primer día de clase en sexto de primaria fue un día bastante emotivo la verdad. Como cada año, salí de mí casa con la bata puesta, ya mi padre le pedí que no me llevase al colegio porque ya era grande, así que me iba solita, agarré la mochila y ¡ala, para el colegio! Estaba emocionada porque era mí último año en el Carmen Vedruna, sabía que me tenía que sacar como fuese el título de primaria, así que iba concentrada de que se había terminado ya hacer el loco y ese año tocaba darle un poquito más a la tarea en casa, aunque eso violase un poco mis principios… pero tenía que aprobar como fuera.

La Salima ya no iba a ese colegio, empezó primero de la secundaria en la Salle, así que ya la amistad se quebró un poquito, porque hacían otro horario que cambiaba un poco nuestras quedadas. Era le pena de que ella había nacido un año antes que yo, en el año 1992. La Sandra seguía en el instituto, también en primero de la secundaria, pero ella ya tenía casi 16 años… había repetido tantas veces que quedaba en duda si iba a ser capaz de sacarse la secundaria a tiempo. En cambio en clase la Saida estaba encantada de verme cada año en el patio y en clase, el Sergi como de costumbre la primera semana estaba de vacaciones en Linares (Andalucía).

Ese año no fue tan bonito como pensaba que sería, porque la tutora sería la Ana, es decir la profesora de música que además ya le había causado muchos problemas en años anteriores, o sea que el curso empezaba torcido con ella. Nada más llegar a la clase de 6ºB que estaba en el tercer piso, subiendo por las escaleras negras, hacia la derecha al fondo, la última clase antes de llegar a las escaleras de los profesores, y después de pasar por los baños. Éramos los más grandes del colegio, y eso aunque no era importante a mí me subió un poco el EGO, pensaba “Los que vienen en primero de primaria son bebés”, pero luego Uriel me recordaba “hace como dos semanas tú eras un bebé” y se me pasaba, aunque me echaba a reír y él también.


Ana nos dejó sentarnos como queríamos, así que la Saida ya me miró y simplemente me fui con ella, como las filas eran de tres, pues guardamos un lugar para Sergi para cuando regresase. Entonces, nos empezó a explicar la Ana como sería el curso, las materias que íbamos a hacer y quién las haría… la primera mala noticia era que la clase de español lo impartiría la famosa Tina.

-        Mierda, toda la primaria evitándola, y en el último curso la tengo como profesora… ¿por qué? – susurré.

Luego la Ana nos recordó que también iba a ser la profesora de informática. ¡A Dios!

-        ¿Pero ella sabe de computación?- susurré.

-        La verdad es que vas más avanzada tú, mi amor- dijo el Arcángel Uriel que estaba sentado en la silla que sobraba.

-        Bueno… ¿hay algún profesor de este centro que sepa computación?- le pregunté medio riéndome.

-        Esto es justo lo que debes entender, mi amor.- respondió Uriel mirándome a los ojos.

Levanté las manos a la altura de los codos y le miré.

-        Tendrás que ayudarla- respondió Uriel.

-        ¿A quién? ¿A Tina? ¿Por qué?- le dije.

-        Ya lo descubrirás. – respondió Uriel tan misterioso como se ponía a veces.

Me encantan los retos, ¿se ve no? Luego la Ana nos dijo que la directora del centro nos haría catalán, y además también la materia de comprensión lectora.

-        Dary, ¿quién ha hecho esto?- dije.

-        ¿Algún problema? – preguntó Uriel.

-        Claro. ¿Por qué tengo que aguantar a la Assumpta incluso de profesora en el último curso? ¡Voy a suspender! ¡Me veo con treinta años intentando sacarme la primaria!- le dije.

Uriel se puso a reír.

-        ¿Te piensas que lo ha hecho para joderte? Mi amor, no estás entendiendo nada. – dijo Uriel.

-        Luego en el patio, hablaremos.- le dije.

Menudo panorama, la cosa acabó con que Jacinto ese año iba a ser nuestro profesor de religión y de gimnasia. No tengo nada en contra de Jacinto, pero es que era un profesor que se le veía que sufría mucho por sus huesos, tenía una enfermedad, no sé el nombre, pero que se le veía cada día mucho peor, y yo le veía y me dolía el corazón. Le veía sufrir, además que tenía un problema al hablar, no se le entendía bien, a pesar de eso sacaba la fortaleza para seguir su sueño, ser profesor. (Lo digo ahora, pero murió cuando yo tenía 16 años, dejando huérfano a Carlos, ese compañero de curso que tiene también mí edad).

Al día siguiente empezaron las clases, no estuvieron nada mal, sobretodo porque el profesor de teatro y de naturales era Toti, que seguía un año más con nosotros. La clase de comprensión lectora la partíamos con la clase de teatro, eso quería decir que cada dos semanas íbamos a la biblioteca a leer, y la otra a hacer teatro en la sala de actos. Pero me sorprendió mucho la clase de Naturales, su forma de impartir la clase era espectacular, no era el típico que te da la chapa y luego mil ejercicios en casa, sino que nos contaba las cosas, un poco haciendo teatro, pero luego nos ponía a hacer trabajos en grupo e individuales para que investigásemos por nuestra cuenta más sobre los conceptos del temario. Básicamente el libro casi no lo usamos, pero lo hacía con tanto amor que se veía que tenía vocación.

Aunque tenía su lado oscuro, porque al Sergi, la Saida y yo no nos dejaba hacer el trabajo juntos, siempre nos tenían que separar y repartirnos con los demás grupos de la clase. Hasta que un día haciendo un trabajo sobre la célula y la vida, exigimos estar los tres juntos, y no tuvo más remedio que aceptar aunque vi como ponía los ojos en blanco. Nos pusimos manos a la obra e hicimos un trabajo que NI SE LO ESPERÓ, a parte de usar una cartulina dibujada una célula, hicimos un pequeño video (que en ese tiempo había pocas cámaras en las casas) e hicimos uno sobre la vida, enseñando como una hormiga o una abeja hacía su trabajo y detrás había una explicación al mismo tiempo en que se grababa (no habían programas de edición). Toti nos puso un diez, a partir de ese momento no nos separó más.

Hubo un trabajo que me gustó mucho de ese año, y fue las partes del corazón. La disfruté mucho la verdad, y otro trabajo que era conocimiento del medio, que también nos lo hacía él, que era sobre la electricidad. Teníamos que hacer un circuito cerrado con dos bombillas que cambiasen de color. Se nos ocurrió a nosotros, agarrar una tabla de madera que mi padre nos ayudó a tallar, pintarle un mural de una calle, y hacer dos semáforos con circuito eléctrico, aunque no tuvimos más tiempo, lo tuvimos que dejar a la mitad, porque no nos dio una prorroga de una semana, queríamos poner los autos de fórmula uno que tenía yo de juguete de Hot Wheels, de forma en como el escalestric, pero no nos lo dejó hacer. Es decir nos hubiese quedado algo tan bonito.

La idea era, que cuando un lado el semáforo estuviese en rojo, los autos de ese lado se paraban, mientras que los otros que estaban en verde, siguieran circulando. Pero nos puso un ocho y lo agradecimos mucho. Como daba tanta rienda suelta, eso nos motivaba a hacer cosas increíbles, yo me informé por internet las ecuaciones de la electricidad y tal, que al haber estudiado en IÓN, pues entendía más esas matemáticas y lo basé principalmente en eso. Porque además pusimos un botón, dónde cambiaba el color de los semáforos, Toti flipó y los compañeros también, mi padre nos ayudó en alguna ocasión, por ejemplo al tallar la tabla y a empalmar los cables, pero lo demás lo hicimos nosotros en mí casa.

Tengo que reconocer que un profesor como Toti desgraciadamente no lo he vuelto a tener, todos los demás solían dar chapas y eso aburría mucho los temas. Era muy buen profesor de teatro pero de ciencias era increíble, espero que haya llegado lejos, porque tenía mucho talento y vocación, aunque el tono de voz era algo alto que cuando terminabas la clase te dolía un poco los oídos, pero un profesor increíblemente buenísimo. (Ese fue el último año que estuvo en el Carmen, luego regresó a Torelló y después simplemente le perdí el rastro).

Me alegra mucho de haberlo tenido, porque aprendí a tener esa curiosidad por aprender cosas nuevas, algo que nunca se me había planteado hasta entonces. Siempre me han tirado mucho las ciencias, y mientras que estudiaba con él, pensaba en hacerme médico, era una profesión que me llamaba mucho la atención, porque descubrí que la anatomía humana se me da de perlas. ¿Mí vida estaba destinada a ser del lado de Ciencias?

Por ejemplo, en clase de inglés ese año, la Nieves tenía una ayudante llamada Gema, ella venía de Cardiff pero hablaba catalán y español perfecto, porque se había pasado toda la carrera estudiando en Barcelona. Otro año más dónde era buena alumna de inglés, ese año nos partimos la clase entre ampliación y refuerzo, curiosamente iba a ampliación con la Nieves. El inglés despertaba en mí recuerdos de vidas anteriores, supongo porque en 1905 estaba en París, pero yo había nacido en Irlanda o sea que hablaba inglés muy bien. Pues esta profesora me motivaba de tal forma que abría mis registros Akashicos y simplemente podía hablar en inglés como si nada.

Creo que la base de aprender, no son los conceptos, sino la motivación de como explicas los conceptos, si tienes a los alumnos medio muertos, ¿cómo quieres que te aprueben la materia si siempre dirán que es un embole? 

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Ser Sociable Por Naturaleza...

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