jueves, agosto 01, 2024

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 195 [2T]

 

¿Se acuerdan que con tan solos siete años aprendí a hacer punta de lápiz solo con arena y unas gotas de agua? Pues la clase de Ecuación de la vida, te enseñaban a crear vida, por eso era lo más importante, un Alquimista cuida de la vida y la crea a merced del flujo universal. Esto se explica con esta pregunta ¿quién creó a las mariposas? Sé que las religiones dicen que fue Dios, pero no fue así, cuando este mundo se creó, no existían las mariposas, fueron creados por Alquimistas durante la primera Era Del Tiempo (antes de los Mayas).

¿Y por qué mariposas? Básicamente es un alegato a la transformación que la vida da, des del nacimiento hasta la muerte, la transformación es lo que nos ayuda a integrar nuestra historia, sabemos que nacemos y que algún día vamos a morir, pero el tiempo en que estemos aquí, es un tiempo dónde podemos transformar nuestro mundo y nuestra alma. Porque nunca vas a morir de la misma forma en como naciste, porque a pesar de que la causa de la muerte sea parecida, habrá pasado el tiempo en ti y tú cuerpo, alma y espíritu habrá crecido de alguna forma, por ende, nunca te morirás con lo mismo de cuando naciste. Un Alquimista está enamorado del tiempo, es decir que para él, el tiempo no es algo que le esté quitando oportunidades, sino que le da oportunidades para crecer y ser mejor cada día y cada segundo.

La ventaja de estudiar en Ávalon, es que salía una hora y media antes que cuando estaba en IÓN, eso quería decir que al llegar a casa podía descansar una hora más, y eso mejoró bastante la atención en el colegio de la tercera dimensión. Aún me costaba adaptarme los primeros días de clase en Ávalon, saber que luego a las ocho de la mañana me tenía que levantar para ir a las nueve al colegio, y hacer como una niña más de once años, aprender conceptos humanos. Al poder descansar una hora más, iba un poco más despejada a clase.

El primer día de clase en sexto de primaria fue un día bastante emotivo la verdad. Como cada año, salí de mí casa con la bata puesta, ya mi padre le pedí que no me llevase al colegio porque ya era grande, así que me iba solita, agarré la mochila y ¡ala, para el colegio! Estaba emocionada porque era mí último año en el Carmen Vedruna, sabía que me tenía que sacar como fuese el título de primaria, así que iba concentrada de que se había terminado ya hacer el loco y ese año tocaba darle un poquito más a la tarea en casa, aunque eso violase un poco mis principios… pero tenía que aprobar como fuera.

La Salima ya no iba a ese colegio, empezó primero de la secundaria en la Salle, así que ya la amistad se quebró un poquito, porque hacían otro horario que cambiaba un poco nuestras quedadas. Era le pena de que ella había nacido un año antes que yo, en el año 1992. La Sandra seguía en el instituto, también en primero de la secundaria, pero ella ya tenía casi 16 años… había repetido tantas veces que quedaba en duda si iba a ser capaz de sacarse la secundaria a tiempo. En cambio en clase la Saida estaba encantada de verme cada año en el patio y en clase, el Sergi como de costumbre la primera semana estaba de vacaciones en Linares (Andalucía).

Ese año no fue tan bonito como pensaba que sería, porque la tutora sería la Ana, es decir la profesora de música que además ya le había causado muchos problemas en años anteriores, o sea que el curso empezaba torcido con ella. Nada más llegar a la clase de 6ºB que estaba en el tercer piso, subiendo por las escaleras negras, hacia la derecha al fondo, la última clase antes de llegar a las escaleras de los profesores, y después de pasar por los baños. Éramos los más grandes del colegio, y eso aunque no era importante a mí me subió un poco el EGO, pensaba “Los que vienen en primero de primaria son bebés”, pero luego Uriel me recordaba “hace como dos semanas tú eras un bebé” y se me pasaba, aunque me echaba a reír y él también.


Ana nos dejó sentarnos como queríamos, así que la Saida ya me miró y simplemente me fui con ella, como las filas eran de tres, pues guardamos un lugar para Sergi para cuando regresase. Entonces, nos empezó a explicar la Ana como sería el curso, las materias que íbamos a hacer y quién las haría… la primera mala noticia era que la clase de español lo impartiría la famosa Tina.

-        Mierda, toda la primaria evitándola, y en el último curso la tengo como profesora… ¿por qué? – susurré.

Luego la Ana nos recordó que también iba a ser la profesora de informática. ¡A Dios!

-        ¿Pero ella sabe de computación?- susurré.

-        La verdad es que vas más avanzada tú, mi amor- dijo el Arcángel Uriel que estaba sentado en la silla que sobraba.

-        Bueno… ¿hay algún profesor de este centro que sepa computación?- le pregunté medio riéndome.

-        Esto es justo lo que debes entender, mi amor.- respondió Uriel mirándome a los ojos.

Levanté las manos a la altura de los codos y le miré.

-        Tendrás que ayudarla- respondió Uriel.

-        ¿A quién? ¿A Tina? ¿Por qué?- le dije.

-        Ya lo descubrirás. – respondió Uriel tan misterioso como se ponía a veces.

Me encantan los retos, ¿se ve no? Luego la Ana nos dijo que la directora del centro nos haría catalán, y además también la materia de comprensión lectora.

-        Dary, ¿quién ha hecho esto?- dije.

-        ¿Algún problema? – preguntó Uriel.

-        Claro. ¿Por qué tengo que aguantar a la Assumpta incluso de profesora en el último curso? ¡Voy a suspender! ¡Me veo con treinta años intentando sacarme la primaria!- le dije.

Uriel se puso a reír.

-        ¿Te piensas que lo ha hecho para joderte? Mi amor, no estás entendiendo nada. – dijo Uriel.

-        Luego en el patio, hablaremos.- le dije.

Menudo panorama, la cosa acabó con que Jacinto ese año iba a ser nuestro profesor de religión y de gimnasia. No tengo nada en contra de Jacinto, pero es que era un profesor que se le veía que sufría mucho por sus huesos, tenía una enfermedad, no sé el nombre, pero que se le veía cada día mucho peor, y yo le veía y me dolía el corazón. Le veía sufrir, además que tenía un problema al hablar, no se le entendía bien, a pesar de eso sacaba la fortaleza para seguir su sueño, ser profesor. (Lo digo ahora, pero murió cuando yo tenía 16 años, dejando huérfano a Carlos, ese compañero de curso que tiene también mí edad).

Al día siguiente empezaron las clases, no estuvieron nada mal, sobretodo porque el profesor de teatro y de naturales era Toti, que seguía un año más con nosotros. La clase de comprensión lectora la partíamos con la clase de teatro, eso quería decir que cada dos semanas íbamos a la biblioteca a leer, y la otra a hacer teatro en la sala de actos. Pero me sorprendió mucho la clase de Naturales, su forma de impartir la clase era espectacular, no era el típico que te da la chapa y luego mil ejercicios en casa, sino que nos contaba las cosas, un poco haciendo teatro, pero luego nos ponía a hacer trabajos en grupo e individuales para que investigásemos por nuestra cuenta más sobre los conceptos del temario. Básicamente el libro casi no lo usamos, pero lo hacía con tanto amor que se veía que tenía vocación.

Aunque tenía su lado oscuro, porque al Sergi, la Saida y yo no nos dejaba hacer el trabajo juntos, siempre nos tenían que separar y repartirnos con los demás grupos de la clase. Hasta que un día haciendo un trabajo sobre la célula y la vida, exigimos estar los tres juntos, y no tuvo más remedio que aceptar aunque vi como ponía los ojos en blanco. Nos pusimos manos a la obra e hicimos un trabajo que NI SE LO ESPERÓ, a parte de usar una cartulina dibujada una célula, hicimos un pequeño video (que en ese tiempo había pocas cámaras en las casas) e hicimos uno sobre la vida, enseñando como una hormiga o una abeja hacía su trabajo y detrás había una explicación al mismo tiempo en que se grababa (no habían programas de edición). Toti nos puso un diez, a partir de ese momento no nos separó más.

Hubo un trabajo que me gustó mucho de ese año, y fue las partes del corazón. La disfruté mucho la verdad, y otro trabajo que era conocimiento del medio, que también nos lo hacía él, que era sobre la electricidad. Teníamos que hacer un circuito cerrado con dos bombillas que cambiasen de color. Se nos ocurrió a nosotros, agarrar una tabla de madera que mi padre nos ayudó a tallar, pintarle un mural de una calle, y hacer dos semáforos con circuito eléctrico, aunque no tuvimos más tiempo, lo tuvimos que dejar a la mitad, porque no nos dio una prorroga de una semana, queríamos poner los autos de fórmula uno que tenía yo de juguete de Hot Wheels, de forma en como el escalestric, pero no nos lo dejó hacer. Es decir nos hubiese quedado algo tan bonito.

La idea era, que cuando un lado el semáforo estuviese en rojo, los autos de ese lado se paraban, mientras que los otros que estaban en verde, siguieran circulando. Pero nos puso un ocho y lo agradecimos mucho. Como daba tanta rienda suelta, eso nos motivaba a hacer cosas increíbles, yo me informé por internet las ecuaciones de la electricidad y tal, que al haber estudiado en IÓN, pues entendía más esas matemáticas y lo basé principalmente en eso. Porque además pusimos un botón, dónde cambiaba el color de los semáforos, Toti flipó y los compañeros también, mi padre nos ayudó en alguna ocasión, por ejemplo al tallar la tabla y a empalmar los cables, pero lo demás lo hicimos nosotros en mí casa.

Tengo que reconocer que un profesor como Toti desgraciadamente no lo he vuelto a tener, todos los demás solían dar chapas y eso aburría mucho los temas. Era muy buen profesor de teatro pero de ciencias era increíble, espero que haya llegado lejos, porque tenía mucho talento y vocación, aunque el tono de voz era algo alto que cuando terminabas la clase te dolía un poco los oídos, pero un profesor increíblemente buenísimo. (Ese fue el último año que estuvo en el Carmen, luego regresó a Torelló y después simplemente le perdí el rastro).

Me alegra mucho de haberlo tenido, porque aprendí a tener esa curiosidad por aprender cosas nuevas, algo que nunca se me había planteado hasta entonces. Siempre me han tirado mucho las ciencias, y mientras que estudiaba con él, pensaba en hacerme médico, era una profesión que me llamaba mucho la atención, porque descubrí que la anatomía humana se me da de perlas. ¿Mí vida estaba destinada a ser del lado de Ciencias?

Por ejemplo, en clase de inglés ese año, la Nieves tenía una ayudante llamada Gema, ella venía de Cardiff pero hablaba catalán y español perfecto, porque se había pasado toda la carrera estudiando en Barcelona. Otro año más dónde era buena alumna de inglés, ese año nos partimos la clase entre ampliación y refuerzo, curiosamente iba a ampliación con la Nieves. El inglés despertaba en mí recuerdos de vidas anteriores, supongo porque en 1905 estaba en París, pero yo había nacido en Irlanda o sea que hablaba inglés muy bien. Pues esta profesora me motivaba de tal forma que abría mis registros Akashicos y simplemente podía hablar en inglés como si nada.

Creo que la base de aprender, no son los conceptos, sino la motivación de como explicas los conceptos, si tienes a los alumnos medio muertos, ¿cómo quieres que te aprueben la materia si siempre dirán que es un embole? 

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 HR.

HEro&Corpoation.


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