Finalmente los tochos blancos han podido conmigo, y la
madera del puente se acaba de desprender y ahora mismo voy cayendo lentamente,
por el desfiladero. Al mismo tiempo que la cabeza se vuelve loca recordando por
qué…. He perdido la batalla y ahora voy en busca de un camino diferente, pero
siento el aire que llena mi ropaje, como si fuera un pájaro que ha olvidado
volar y se hunde en las profundidades de este desfiladero.
Veo como se acerca el agua, y se aleja los sueños que se
destruyen entre las paredes, algunas pesadillas cobran vida, y se ríen de mí
diciéndome “¡Te lo advertí!”, y ahora me toca caer y caer y caer hasta que
llegue en lo más profundo, allí donde la lógica ya no tiene protagonismo, y
hacer locuras es peor que intentar escapar escalando miles de quilómetros. Ya
nada importa en este camino, he perdido y aquí lo dejo todo, mis pasos quedan
gravados pero mis lágrimas me perforan los recuerdos y el corazón se va
quebrando, poco a poco hasta que no quede ninguno de tus recuerdos.
Volando conmigo está la última margarita que me da voz a lo
que nunca tendría que haber ocurrido así, la velocidad es la perdición del
destiempo. Huelo la flor, cerrando los ojos, y me vuelven a la mente
confusamente me siento por cosas que realmente me están matando sin dejar de
estar viva. Abro los ojos y la flor desaparece de mi mano y la veo como se
queda allí arriba, y cuando le toca el Sol se muere y se transforma en cenizas
que se caen encima de mi cabeza. Sigo cayendo, esto parece que no tenga un
final, pero lo tiene y aún estoy lejos de conseguirlo, entre los agujeros del desfiladero,
apareces tú, con tus ojos dulces, que desapareces, al otro lado, apareces
nombrándome y al otro lado apareces que me besas, pero te desvaneces
lentamente, cuando cierro los ojos y siento por última vez tus labios tocar los
míos, y nos acompañan mis lágrimas que bajan dulcemente por mis mejillas, abro
los ojos y ya no estás.
Tú te quedas allí arriba y te desvaneces antes de que pueda
aferrarme de nuevo a tú mano, la veo, me acerco pero eres un fantasma del
pasado, que no puedo tocarte, y sigo cayendo, mirándote fijamente a los ojos, recordando
quién fuiste para mí, y ahora te dejo ir de mí vida. Suena en mí cabeza una
melodía que me ayuda a decirte adiós, pero este adiós quizás sea para siempre o
quién sabe qué puede ocurrir, pero encontraré un camino diferente, cuando
llegue al final de esta caída, y encontraré el modo de subir de nuevo a mi
puesto.
Recomendación: Europe it’s the final countdown.
HR.
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