martes, julio 26, 2022

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 148 [2T]

 

La comida con la familia de mi padre fue un desastre, casi ni comí el filete de ternera con salsa, no tenía hambre y se enojó bastante mi abuela, sabiendo que siempre tengo hambre. Mi padre competía con su hermano por los logros de sus hijos, mi primo Guillermo el que estaba en Estado Unidos, había regresado a casa pero solo temporalmente, él esperaba la respuesta de otra universidad de otra ciudad para poder seguir sus estudios universitarios de ingeniería industrial, de mientras estaría en casa de sus padres esperando la carta de admisión. Esta vez, él esperaba ir a Chicago.

Al terminar de comer y ver que los adultos estaban hablando de sus cosas, me fui al sofá a no hacer nada, no me apetecía ni jugar con ningún juguete que me habían pasado los Reyes Magos en esa casa. Solo quería quedarme quieta mirando la pared y desear que el tiempo diera un pequeño salto. Pero llegó el primo Líon y empezó una pelea de almohadas que finalmente yo no quise entrar, así que me fui al cuarto de coser de mi abuela para que me dejase en paz, quería estar sola, pero Líon vino detrás, volví a correr y me escondí debajo de la mesa de la cocina. Lo vi pasar hacia el comedor y me calmé, entonces noté una mano, miré era Uriel le agarré fuerte y me aferré a su cintura, él me abrazó.

Líon estuvo buscándome durante un buen rato, hasta que me harté y me fui de nuevo al comedor y volví a sentarme en la silla de la mesa, Líon no paraba de observarme, así que se sentó en su silla que estaba a mi derecha, empezó hacerme cosquillas, pero yo le di un golpe en el estomago y paró.

-        ¡No quiero nada contigo hoy!- le dije susurrándole pero enojada.

-        ¿Qué te pasa?- preguntaba Líon.

Le ignoré no quería hablar del tema, entonces me agarró para llevarme aupa encima de sus piernas, no le impedí nada.

Finalmente me quedé dormida encima de sus hombros, estaba agotada por tantas emociones juntas. Lo último que recuerdo era como alguien me arrancaba de los hombros de Líon y me metían en el auto para irnos a Vic a ver al Titi, me desperté cuando estábamos aparcando en el párking del Hospital.


Cuando nos íbamos hacia el final del pasillo, vi al arcángel Azrael salir de la misma habitación dónde se suponía que estaba el Titi, así que me apresuré y corrí hacia la puerta, que estaba abierta, lo vi dormir, me fui con él y lo desperté, él abrió los ojos y le di un abrazo.

-        ¡Laia!- susurró alegre el Titi, llevaba puesto la mascarilla de oxígeno y casi no se le entendía por el ruido que hacía eso.

-        ¡Titi, te quiero mucho!- le dije mientras que colocaba mi cabeza en su pecho.

Mi madre miró la cama del al lado vacía y miró al Titi, señalizó la otra cama, él se bajó la mascarilla.

-        Ha muerto hace unas horas…- susurró.

Por eso vi al arcángel de la muerte salir de la habitación, eso quería pensar y no pensar que le iban a visitar a él. Mi madre se acercó al Titi y le dio un beso en la frente, yo le agarré la mano en todo momento y no me quise separar de él, el resto de la familia se quedaron a los pies de la cama, muy típico cuando no quieres afrontar la realidad y tienes que estar por obligación en un lugar que si fuese por ti, echarías a correr y te olvidarías de ello cuanto antes.

-        ¿Ya ha venido… ya sabes quién?- le susurré.

El Titi aprovechando que nadie nos estaba viendo dijo que si con la cabeza.

-        ¿Se lo has dicho?- le susurré.

Entonces el Titi giró la cabeza hacia al otro lado, se quitó la mascarilla un momento.

-        Uriel.- susurró.

Uriel fue hacia él, el Titi le hizo un gesto con la mano para que se agachara porque Uriel tenía que escuchar sus susurros secretos. Mientras que hablaba con él, miré a la familia, estaban hablando de sus cosas, mi madre alardeaba del libro que estaba leyendo que había empezado hacía unas horas y ya se había engullido casi la mitad, era un libro de más de 600 páginas. Solía leer mucho, cada semana leía dos o tres libros grandes, era impresionante con la pasión que lo hacía.

En cuanto Uriel se separó del Titi, rodeó la cama y se vino a mi lado, me tuve que alejar un poco del Titi, me senté en una silla para escuchar lo que Uriel tenía que decirme.

-        Le ha dicho a Metatrón que pasarás tú la prueba, no te presiones si esto no sale bien, dice que entenderá cuál sea el destino que sea. Apruebes o no, dice que entenderá su destino y seguirá hacia adelante. También dice que no te sientas responsable de lo que suceda, pase lo que pase, ya te lo agradece de corazón. – dijo Uriel.

-        ¿Y si sale mal? ¡Será culpa mía!- le susurré.

-        No, no será nunca culpa tuya, ¿entiendes? Solo es una chance, que está en manos del universo. No sabemos qué prueba te harán, pero pasarás por ello y el resultado será el que el universo vea que tenga que ser. ¡No es culpa tuya! – respondió e insistió Uriel.

Le agarré de la mano con fuerza en señal de agradecimiento. Me confirmaron que la prueba sería pronto, de hecho el universo dijo que sería a la próxima visita al hospital.

Dos días después, regresaron las clases del colegio, mientras que en IÓN seguíamos de vacaciones hasta el día 13 de Enero, los días sagrados eran muy importantes en Agartha por eso no se hacían clases. El colegio parecía que las cosas iban normales, la Laura volvió de las Navidades algo relajada, por lo menos no quiso meterse conmigo hasta que pasasen unos días, con la excusa de no hacer la tarea en clase, se inventó una forma de humillarnos a aquellos que se unían a mi causa. Colocó una tabla con la lista de clase y si no había hecho la tarea, tenías que levantarte y con la lapicera hacerte una cruz al lado del nombre. Se suponía que cada cinco cruces te quedabas sin recreo un día y te quedabas de cinco a seis castigada.

Acumulé en ese curso más de veinte cruces, de hecho gasté el papel y la Laura no quiso reponerlo, de hecho ella vio que la argucia no le salió como pensaba y pensó en otra cosa. Conmigo se unieron casi la mitad de la clase, fue bastante sorprendente porque no lo esperaba, mi revolución era la de siempre, ¿Por qué tantos deberes después de pasarnos siete horas de clase cada día? Ese curso se acostumbraron a darnos más tarea para casa y eso quería decir, menos tiempo para ser niños y disfrutar de la vida, que es lo que deberíamos hacer cuando terminamos de trabajar.

La gente de la clase se había unido a mi campaña pero sin entenderla, pero se agradecía mucho, Sergi quería unirse pero después de repetir un curso, le daba miedo ir con los que estuviesen dos años menos, básicamente porque su padre le había dado un escarmiento importante y no quería recibir otro, por eso empezó a hacer la tarea y prestar atención en clase. Se lo acepté, aunque se moría de ganas de estar en ella, no me sentí en ningún momento aislado por él ni por eso.

Entonces la Laura se le ocurrió castigarnos a los dignificados diez minutos después de clase, para ser controlados. Ese era el primer año que controlaríamos todo el tema de la agenda, como ya les compartí, pues la Laura pensó que quizás no hacíamos la tarea, porque al final de clase no agarrábamos el material para hacerla en casa. Así que nos empezaron a mirar las agendas, a ver si habíamos anotado bien la tarea y qué teníamos que hacer en ese momento, que era agarrar los libros necesarios para realizar la tarea en casa. Para hacerlo posible, escribió una nota de comunicados a los tutores o padres para que supervisasen la tarea mientras que la hiciéramos.


A pesar de que yo seguía yendo al Tripijoc y allí era dónde hacía la “tarea”. No abría la agenda en ningún momento y decía que no tenía tarea y me ponían a hacer cosas de otros cursos más divertidos durante la media hora de tarea del centro. Al día siguiente, la profe pedía la tarea y siempre hacía la pregunta de quién no lo había hecho, y yo levantaba la mano, entonces se lo apuntaba y se lo decía a la Laura. ¡Ay que divertido era ver la cara de la Laura cuando todos los que estaban diez minutos después de clase no habían hecho la tare ni habían devuelto firmado el comunicado!

En un día de tutoría, la Laura echaba la bronca a la clase.

-        ¿Saben que sino hacen la tarea irán más lentos que sus compañeros que sí la hacen?- preguntaba en plan acusándonos de que iríamos peor en todo y al crecer seríamos tontos la Laura.

-        ¡Eso no es cierto, seño!- le decía levantando la mano.

-        ¿Ah no? ¿Cómo puedes estar tan segura de ello si no has hecho ninguna tarea desde que empezamos el curso?- me preguntó la Laura.

-        Porque si usted pone la misma tarea pero para hacerla en clase, la hacemos y además lo hacemos bien.- le respondí.

Colocó las manos en cruz delante de su pecho junto a su mirada desafiante arqueando una ceja pintada, ella siempre iba maquillada como una puerta.

-        También participamos en clase y nadie se ha dado cuenta de que nos sucediese algo, de que seamos tontos, ¿no? ¿Alguna profe lo dice?- le preguntó.

Dijo que no con la cabeza pero puso los ojos en blanco.

-        ¿Por qué no hacen la tarea, entonces?- preguntó algo desesperada.

-        No entiende el motivo de esta “revolución”. Nos quejamos de que cuando estamos en casa a las cinco de la tarde, tenemos que vivir, jugar, ir a extraescolares,… ser nosotros, niños. Si además nos ponen tarea… ¿qué significa realmente ser niños?- le dije.

-        ¡Pero cuando sean mayores y trabajen, lo tendrán que hacer diez horas al día y sin rechistar!- gritó la Laura.

-        También está mal. Si esto es ser adulto, renuncio.- dije.

Me quedé callada el resto de tutoría, la Laura cambió de tema y nos pusimos a jugar algún juego, sentía que no estaba escuchando, algo me decía en el corazón que era inútil y que en algún momento llegaría alguien que sí lo haría.

La siguiente visita al hospital fue muy diferente, porque durante esos tres días de clase, al Titi le habían cambiado de hospital, ahora estaba en el hospital de Santa Cruz, un lugar dónde solo tratan pacientes con cáncer y se encuentra en el viejo hospital de la ciudad de Vic. Era un edificio antiguo muy bonito, construido en 1825 o por allí, pero modernizado a partir de los años ochenta, con un jardín pequeño con un puente con agua artificial simulando un pequeño laguito con fuentes de agua.

Entramos dentro de la recepción del hospital, mi madre nos dijo que solo teníamos que subir un piso y lo podíamos a hacer a pie o en ascensor, mi padre y yo lo hicimos a pie, en cambio mi madre y el Rafalé en el ascensor. Por los nervios que tenía, les propuse una carrera, subí las escaleras en el momento en que mi madre y Rafalé entraban en el ascensor para saber quién tardaba menos, obviamente gané yo. Cuando esperaba a que llegase el ascensor en la primera planta, ya vi a Metatrón de pie delante de la habitación 111, aún no me habían dicho la habitación, pero cuando mi madre salió del ascensor dijo el número y caminé hacia la puerta, me quedé quieta viendo a Metatrón.

Los demás entraron, yo me quedé la última, me giré para hablar con Metatrón.

-        Estoy lista.- le dije.

Recomendación: Pasión de Gavilanes 2T - Netflix.

HR.

HERO&Corporation.

 

martes, julio 19, 2022

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 147 [2T]

 

La virgen María me enseñó mediante imágenes superpuestas en la cabeza, distintos momentos importantes que el mundo estaría a punto de suceder, entre ellas estaba una crisis que conllevaría mucha pobreza y que además dijo textualmente “es el fin del velo y el comienzo de una nueva mirada”. Interpreté el mensaje como un cambio que estaba totalmente relacionado a toda la humanidad y en las misiones que todos mis amigos y compañeros de Agartha se estaban preparando para que en el momento que tenga que ser, podamos trabajar ayudando a la humanidad a encarar este cambio e intentar que el mayor número posible de personas puedan hacer el salto dimensional a 5D y no tener tantos hermanos y hermanas dejadas por el camino, porque hayan elegido no seguir y hayan tenido que desencarnar.


Antes de irse, se quedó parada delante de una fotografía dónde había un retrato mío de la boda de mis primos José y Heidi, la tocó y me miró.

-        Ellos serán los primeros- dijo la virgen María.

Dejó la foto y una luz hermosa emanó desde su interior y se convirtió en un haz de luz verde clarito para desaparecer atravesando el cristal de la ventana. Entonces el tiempo regresó a su ritmo normal, y seguí cenando aunque me dejó con muchas dudas.

-        Laia, ¿quieres abrir el vino?- preguntó mi padre.

-        Si.- me levanté y me fui con él.

Agarré la botella y el sacacorchos y me dispuse a abrir el vino, a esa edad no se me permitía beber nada de alcohol ni coca cola por la cafeína, mi madre me decía que hasta la mayoría de edad no podría decidir si tomar o no. Ahora que tengo casi 30 años, sigo sin tomar nada de alcohol, ni drogas, ni fumo, ni tampoco bebo bebidas con cafeína, ni bebidas con gas (porque no me gustan), lo otro porque debo mantener mi estado consciente en plena uso de mis facultades mentales, porque en este trabajo del universo hay que estar sereno para poder cumplir con todo el trabajo y se trabajan muchas horas al día.

Pero aún y así, adoro abrir las botellas de vino y de cava, y me gusta brindar aunque yo lo haga con agua o a veces con Trina de manzana. En la cultura española y creo que también europea, cuando se trata de hacer la cuenta atrás para que pasen las doce de la noche, nosotros lo que hacemos es comernos las doce uvas de fin de año. Quince minutos antes de la medianoche, se prepara en un platito pequeño, doce uvas por persona, la uva tiene que ser del género moscatel (que es la que hay en esa temporada). Nosotros, ponemos la televisión sea en TVE o TV3 depende mucho del año en el que nos encontremos, para prepararnos para tomar las uvas. Por cada campanada que haga en la medianoche, se come una uva hasta completar las doce en total y finalmente se puede empezar a felicitar el nuevo año, se abre el cotillón de fin de año y empieza el baile hasta altas horas de la madrugada.

Aquellas navidades, Papá Noel me pasó unos patines de línea azul marino, terminé empezando el 2002 con los patines puestos y bailando la conga con mi abuela, el tiet Josep, mis padres y el Bilbo. ¡Fue muy divertido! Me acuerdo que esa noche mi madre se empeñó en que me pusiera la falda de pana, cuando yo siempre he odiado llevar falda porque son muy incómodas, pues con los patines era raro ir en falda pero como estábamos en familia, realmente no me importaba. Estaba claro que la forma de vestir de mi mamá era muy distinta a la que a mi realmente me gusta y me sienta más cómoda, porque además llevaba leotardos (eso si que me gustaba), pero jersei de manga larga, eso no me gusta llevarlos NUNCA, sufro de calor en los brazos cuando estamos en invierno, por eso siempre llevo manga corta verano e inverno.

Tengo que confesar que con cinco años, mi madre me compró un jersey muy bonito pero que era de lana que pica, y por eso tuve malas experiencias con los jersey y actualmente solo tengo uno, que lo uso en Noviembre cuando hace esas bajadas de temperatura de -6ºC y lo uso como si fuera una sudadera más, es decir me pongo manga corta o sin mangas, el jersey, la sudadera y luego la chaqueta de invierno, debajo de los pantalones, leggins, calcetines altos y gruesos.

Al día siguiente, teníamos que ir a comprar la comida preparada para el primer almuerzo del año 2002, como oficialmente las pesetas ya eran historia, acompañé a mi madre al banco a buscar nuestros primeros euros. Me hacía mucha ilusión que a mis padres, así que bajé al cajero con ella mientras que mi padre esperaba en el auto, el banco sacó el primer billete que pude ver el de 50€ y con eso nos fuimos a una rostería a buscar comiada preparada, como ensaladilla de pasta, pollo al ast y canelones. Nos fuimos a comer a casa de los titos, tradicionalmente pasábamos el fin de año con mi abuela y la primera comida con los titos.

No éramos muchos como estábamos acostumbrados a ser, al parecer ese año la familia vendría por los Reyes Magos. Me senté al lado del Titi, quería aprovechar cada minuto que la vida me ponía en la misma habitación que él, aunque empecé a sentirme algo nerviosa cuando me daba cuenta de que en tan solo unos seis días, Metatrón volvería para decirnos qué prueba me tendría que enfrentar para poder ayudar al Titi a no regresar tan pronto a 7D. Durante la comida, tenía a mi derecha la moneda de cinco duros que cada vez que no estuviera comiendo, agarraba la moneda y la hacía girar, entonces le miraba y sonreía contenta, porque él estaba allí todavía.

En la cavalgata de los Reyes Magos, ese año pedí mi gran deseo “ayudar al titi a quedarse” pero Gabriel descendió de los cielos, me abrazó y me miró a los ojos.

-        Eres fuerte y muy valiente, pero este deseo no puedes mandarlo, porque no está en nuestras manos. Pide lo que quieras, menos eso, mi amor. – dijo Gabriel muy amablemente.

-        ¡Por qué tú lo digas!- le grité y le di un empujón que quedó sentado en el suelo.

-        ¿Me acabas de… empujar?- repitió.

Me puse de brazos cruzados e intenté ignorarle mientras veía pasar la carroza de Baltasar. Gabriel se levantó y se puso de rodillas delante de mi, colocó sus manos encima de mis hombros.

-        ¡No vuelvas a empujarme! ¿De acuerdo? – insistió.

Le ignoré, él pasó una mano por mi mejilla y me obligó a mirarle a los ojos.

-        Entiendo que estés enojada, pero debes pedir tus deseos. ¿Qué quieres? – insistía Gabriel.

-        ¡Sino puedo pedir eso, no pediré nada!- grité.

-        ¡Venga ya, Laia! ¿Puedes entrar en razón aunque sea un triste minuto, por favor? ¿Qué deseas para este año?- se veía que empezaba a quedarse sin paciencia Gabriel.

No le respondí. Cuando pasaron los caballos del final de la cavalgata, Gabriel se alejó sin dejarme de mirar directamente a los ojos, con una mueca de tristeza y molestia.

-        Muy  bien… deseo concedido. – dijo.

Gabriel se giró y preparó sus alas, pero en cuando iba a dar el salto, le agarré de la mano y tiré de él. Me miró a los ojos.

-        ¿Vas a cumplir con mi deseo?- le pregunté sorprendida.

-        No, si no quieres pedir nada, les diré a los Maestros que no necesitas nada este año. – respondió.

Le solté y Gabriel voló, sin quererlo le seguí con la mirada mientras que me quedaba allí como un faro esperando volverlo a ver.

La cena de los Reyes Magos fue magnifica, con todos los primos riéndonos sin parar, jugando y pasándola super bien, como si el tiempo se pueda detener en ese preciso momento. Luego cuando volví a casa, los Reyes Magos ya habían pasado y pude desenvolver los regalitos, y me fui a dormir, me levanté a las ocho de la mañana con una angustia grande, mi padre ya estaba levantado y esperábamos a que mamá se levantara que tardaría un poco porque a la hora de almorzar teníamos que ir a casa de la abuela Filomena.

-        Mama, ¿sigue durmiendo?- le pregunté a papá.

-        No, está en el hospital, anoche tu tio Hilario empeoró y está ingresado de nuevo en el hospital.- me informó papá.

-        ¿Cómo que el titi está ingresado?- repetí con cara de sorpresa.


Resultó que a media noche empezó a respirar raro y se desmayó cuando fue a avisar a Rafalé, entonces, vino una ambulancia a reanimarlo y se lo llevaron al hospital de Vic. Mi padre había pactado con el Alfonsito, de que antes de ir a almorzar, iría a buscar a mi madre porque tenía que asistir al almuerzo sí o sí y el Alfonsito se quedaría con el Titi. Antes de eso, me fui al cuarto, cerré la puerta y la persiana de mi habitación, me tapé con el edredón, cerré la luz grande para quedarme con la lamparita, me enrosqué con el edredón y me puse a llorar. Esa fue la primera vez que lloré por el Titi después de saber la situación.

En mi habitación había mucha actividad angelical, entre ellos estaba Gabriel y Uriel, de fondo el coro de ángeles cantando para ayudar a animarme.

-        Sé que no debería llorar pero… ¡no puedo parar!- les dije.

Gabriel se acercó a la cama y se sentó, pasó una de sus manos por mi espalda para empezar a hacer caricias, no le veía directamente solo de reojo, pero sus caricias me ayudaban mucho.

-        Nosotros no te vamos a impedir que expreses tus sentimientos, si sientes que tienes que llorar, hazlo. Retenerlo solo te provocará más problemas a la larga. Los ángeles estamos acostumbrados a ver a las personas sentirse tristes, pero vemos muy pocas expresar libremente sus sentimientos sin miedo. ¡Nunca te sientas bloqueada por no poder expresarte, mi amor! Nosotros te ayudaremos a que siempre estés bien. – dijo Gabriel, su dulce voz se asentó en mis orejas como si fuera el canto de una nana, tan dulce y llena de amor, que por el peso de mis párpados por haber llorado, empezaron a cerrarse, pero para llorar más.

-        Deja que las lágrimas fluyan, pues la fuente de sabiduría también debe alimentarse igual que la planta sagrada que alimenta tú lindo e hermoso corazón. – dijo Uriel ya sentado en la silla del escritorio.

¡Son tan dulces! Con la mano derecha, empecé a buscar la mano de Gabriel que seguía acariciándome la espalda, cuando la encontré tiré de ella, él inevitablemente se tuvo que incorporar hacia adelante, casi cayendo encima de mí, pero ni se inmutó, se quedó allí mientras que entrelazaba mis dedos con los suyos y le daba un besito en el reverso de la mano. Le escuché su pequeña sonrisa, pensé que se había sonrojado, así que noté como se acercaba un poquito más y se tumbaba conmigo. Con la otra mano, me acariciaba el pelo lentamente.

-        ¿por qué tengo que sufrir esto?- le susurré solo lo pudo escuchar Gabriel por lo cercano que estaba.

-        Esto muestra claramente lo que te importa Humiel, solo aquel que es capaz de llorar la pérdida de alguien, es capaz de decir que lo amaba, puesto que el amor duele cuando perdemos y el amor sana cuando ganamos. Pero aunque se pierda o se gane, expresarás amor porque todo lo que hay en la vida ha sido un fruto hecho con amor. – dijo Gabriel.

Le miré a los ojos arrugando la frente, él se quedó inmóvil intentando averiguar lo que pensaba.

-        El Titi sigue con nosotros, él todavía no se ha ido…- dije.

Gabriel mostró su sonrisa y me dio un beso en la frente para quedarse mirándome con esos ojos verdes dilatados y muy hermosos.

-        ¡Lo sé!- respondió Gabriel.

Recomendación: Abducción- Película Prime Video.

HR.

HERO&Corporation. 

 

viernes, julio 15, 2022

Tiempo De Espera

 

Lo duro que es para una persona es saber esperar, desde que trabajo en el universo y desde que tengo conocimiento de ellos, ya desde mi nacimiento en esta actual encarnación. Esperar es lo más difícil, cuando has pedido alguna cosa o cuando sabes que los Seres de Luz solo aparecen cuando debe ser, ni antes ni después. Esto parece que sea fácil, pero todos sabemos que a la práctica es lo más difícil, porque sin que te des cuenta pierdes un poco el norte y haces locuras que te muestran la imagen de desesperado pegado en la frente. Y si no te das cuenta a tiempo, pierdes las chances que los mismos Seres de Luz te han mandado pero como estabas en otra vibración, no lo has recibido y por eso sigues desesperado.

Personalmente durante mi adolescencia, estuve varias veces desesperada, sobretodo cuando llegó a mi vida el permiso para empezar a conocer más a fondo a mi Señor de Ojos Verdes. Fue un tiempo confuso y muy extraño, lo recuerdo con mucho cansancio como si todo fuese la aventura perfecta sin prestar atención a las deficiencias que tenía la situación. Cuando me di cuenta de ello, ya era demasiado tarde, y entré en unos meses de incertidumbre, intentando ver las señales para volver al camino aunque tuve que caminar un poquito porque resultaba que me había desviado bastante, pero finalmente volví e intenté no ponerme así respetando los tiempos y espacios que el universo nos deja expresamente para entender las cosas.

¿Se han preguntado alguna vez porque debemos esperar las cosas a qué pasen? Para poder entenderlo, debemos hablar sobre la energía solo así lo entenderemos mejor. Estamos acostumbrados a ver el mundo con aspectos materiales, es decir, si queremos un ordenador, ahorramos un poquito y nos vamos a la tienda y lo compramos, pero si nos vamos a la esencia de los bienes materiales, sabemos que todo lo que vemos y todo lo que nos constituye internamente (es decir, todo lo que vemos en el mundo y como está hecho nuestro cuerpo) está compuesto de energía.


La energía en un principio no tiene una misión específica, son como las células madre, se determinan así porque son células que todavía no saben qué trabajo van a desempeñar. Con la energía, al principio no tiene un destino definido, según la magnitud de energía que haya, puede convertirse en cualquier cosa, desde un billete de 50€ de forma física hasta un dragón guardián de la dimensión doce. Todo depende de la cantidad de energía que se junte, usando la ley de atracción, acabará convirtiéndose en una cosa u otra.

La propia energía debe trabajar en grupo, porque solo un neutrino necesita una mínima cantidad de energía para convertirse en un neutrino, partiendo de la base que hasta la fecha es lo que tenemos como unidad de medida más pequeña y por los cuales se basa la creación del universo en los estudios actuales de la propia física cuántica. La Tierra todavía está en la prehistoria entorno a este aspecto, por eso en 2024 se va a producir el famoso gran salto cuántico, dónde todo lo que conocemos va a cambiar por completo, para subir un escalón más en la escalera evolutiva como planeta que somos. Muchas de las teorías ya creadas hasta el momento, en cuanto ocurra el gran santo cuántico, tendrán una explicación razonable, mientras que ahora parecen operaciones matemáticas sin un orden o sin sentido, siempre llega aquel momento en que todo cobra el sentido que debía tener.

Es por eso, que debemos aprender a esperar, la energía tiene muchos aspectos que todavía no conocemos de ella (incluso en las esferas superiores dimensionales tampoco lo sabemos todo de ella, pero como también se va renovando y va evolucionando, pues se van creando cosas más increíbles que antes no se podían hacer ni por asomo). Cuando hablamos de energía, nos referimos a toda esa energía que recolectamos durante la noche, cuando dormimos (o viajamos a otras dimensiones de forma astral o física), y esa energía se usa a lo largo del día para hacer nuestras tareas y cundir el día que se nos presenta por delante.

Por energía podemos identificarla como las capacidades de hablar, pensar, hacer y sentir. Todo eso necesita grandes cantidades de energía para hacer mover al cuerpo y hacer tal acción. Cada palabra que decimos, tiene su energía como ya saben “la energía no se destruye, se transforma”, del aire que respiramos, podemos transformarla en palabras que determinen cuales son nuestros pensamientos respecto a lo que nos sucede alrededor nuestro. Las neuronas transmiten sus mensajes, a través de pulsos eléctricos llamados neurotransmisiores (hormonas y otros tipos de energía que use el cerebro para comunicarse en la RED de neuronas que tenemos en nuestro cuerpo), así que la base de nuestro cuerpo es electricidad (casi podríamos ser nuestra propia central eólica con la cantidad de energía que tenemos dentro de nosotros día a día, incluso podríamos calentarnos la leche en el microondas con tan solo usar la mente).


El alma es eléctrico porque las emociones son un 90% electricidad y el resto hormonas. Las hormonas son sustancias que sin electricidad solo estarían esparcidos en un lugar sin moverse, por eso a las emociones se les llama así porque su significado es “energía en movimiento [ E= energía + MOCIÓN= movimiento]”. El espíritu está compuesto de dos tipos de energía diferentes:

1.      Energía de la ESENCIA: son todas las memorias de energía que el espíritu recuerda de tus vidas en las que ya has vivido. En el caso que sea la primera o acabes de salir de la fábrica (por así decirlo) son pequeños vestigios de energía que se emiten desde los mini fragmentos de otros espíritus dónde tú espíritu antes fue creado.

2.      Desde la Fuente Divina De Creación: se le llama también la fábrica, es el lugar dónde todos los espíritus viejos deciden “morir”. En verdad solo se transforman las energías, por ejemplo, un espíritu que ya haya terminado su viaje eterno y quiere llegar al fin de su viaje, regresa a la fuente divina para dividirse en mil millones de pedacitos de bolitas de energía super chiquititos, para que tan solo un 1% de ese espíritu viejo forma parte tú nuevo espíritu, que se compondrá del 1% de millones de espíritus viejos que hayan pasado por el mismo proceso de división. Esta energía cuando el espíritu nuevo sale de la fábrica, es lo que le mantiene con vida y empieza su nuevo viaje en este universo hasta que se canse y regrese para volver a transformarse.

Cuando estas dos energías se unen entre sí, el espíritu funciona como guía en las futuras encarnaciones que quiera experimentar y aprender sobre ella misma.

PD. Gran parte de la información de esta reflexión de hoy, provienen de mis recuerdos de vidas anteriores, llega un momento en que te acuerda desde qué fuente divina de creación saliste, la mía procede del universo número 7, es decir de otro universo muy cercano a este.

Sigue los videos de nuestro canal de youtube, aquí:


 

Recomendación: El Tricicle (Entre tres)- Youtube.

HR.

HERO&Corporation.

¿Un Demonio Siempre Ha Sido Malo?

  ¡Feliz año a todos! Dejamos atrás el año del infinito (2+0+2+4=8) y nos vamos centrando en el año de la divinidad (2+0+2+5=9). El año pa...