miércoles, diciembre 17, 2025

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 224 [3T]

 

Pensaba que eran solo habladurías, pero hace poco supe que no, que todo esta mala relación con mi papá fue debido a que esa misma tarde de las notas, mi padre tuvo la primera entrevista con la DOLORES, y me enteré hace muy poco tiempo, por una revelación del propio universo (que jamás me ha mentido y nunca me miente) que la DOLORES amenazó a mí padre con llamar a servicios sociales, si a mí no se me metía más en la bañera porque simplemente tenía la cara llena de granos y le daba asco mirarme o estar cerca de mí… y luego decía la excusa de que apestaba a humo.

Viví una versión de mí padre muy oscura, pero no terminó al cambiar de curso, no, siguió hasta el año anterior en el 2024, cuando pudimos limar las perezas.

Sin amigos, sin padres cómplices, una guerra absurda con una profesora que las tenía conmigo como si yo le hubiese matado en otra vida (no era ese el karma que teníamos). Sola. Estaba completamente sola. Ningún humano, me quería tener cerca. Solo mí abuela y el tiet Josep, querían mí compañía. Por eso me refugié tanto, tanto, tanto en Gabriel y Uriel, mis hermanos.

Estaba en modo supervivencia, me despertaba a las ocho menos cuarto de la mañana, iba al baño a asearme, me vestía, me tomaba un colacao, agarraba la mochila y para el colegio a las ocho y media. Entraba por la calle San Antonio (tenía que entrar por el pabellón pero yo pasaba de dar tanta vuelta), subía las escaleras, giraba a la izquierda en el primer piso y la segunda clase a la izquierda, entraba a clase, iba a mí sitio en silencio, me sacaba la mochila, la colgaba de la silla, me sacaba la chaqueta y la colgaba del perchero del fondo, iba a la taquilla dentro de la clase, introducía el código, agarraba algunos libros de otras materias que no teníamos tarea, y luego me quedaba sentada en mi lugar de clase.

Las horas eran demasiado largas, y el patio también, ese curso ya no jugué con las marroquinas, me sentaba en una ventana dónde tocaba el Sol y desayunaba al lado de Uriel y Gabriel, rodeada de palomas.

Al mediodía, dejaba la mochila en clase, solo agarraba la billetera con las llaves de casa, me iba a casa la abuela, y la primera vez en toda la mañana a quién le decía algo era a ella, a mi abuela Filomena y al tiet Josep. A pesar de sentirme hundida emocionalmente, en casa de la abuela me sentía feliz, querida y escuchada.

Ayudaba a la abuela a llevar la comida a la mesa, ella servía los tres platos, el tiet Josep ponía las noticias (era fanático), hablábamos un poco del día y de las inquietudes, al terminar de comer, como todavía quedaban treinta minutos, al recoger la mesa, mí abuela y yo nos íbamos a la terraza aprovechando esos rayitos del Sol en Octubre casi Noviembre, para jugar a la comba.

-      ¡Venga, Laia, tienes que ir al colegio!- decía la abuela.

No quería pero tampoco podía evitarlo, así que el tiet Josep me acompañaba (ya no era una obligación de como cuando iba a primaria, pero me alegraba tener compañía y seguir hablando), siempre nos deteníamos a la fuente de la Madre de Dios, a que bebiera agua, y luego por el Enric Delaris hasta el Jabs y después la calle San Antonio de nuevo, él se iba a dar una vuelta y yo me iba a la tortura de vuelta.

Subía las escaleras, giraba a la izquierda en el primer piso, la segunda puerta a la izquierda, entraba en clase. Dejaba la billetera en la mochila, iba a la taquilla a buscar los otros libros, me sentaba, y así hasta las cinco de la tarde.

Si era lunes y martes iba al Tangram a las cinco y media, allí con el Jordi era otra historia porque él siempre quería charlar se llevaba muy bien conmigo. Fue allí, cuando hice migas con el Arnau (el que ahora es el alcalde). Aunque él estaba en primer y yo en segundo, es un chaval muy majo, me cae bien.

Los días que no me tocaba ir al Tangram, llegaba a casa, no había nadie todavía, me quedaba con el Bilbo a jugar o a veces íbamos a dar un paseo si el mediodía no podía, pero nunca íbamos a lugares donde supuestamente podrían estar los del colegio.  A las siete llegaba mamá, me cambiaba de canal así por el morro, se ponía sus series y ¡ala! Ya no existía, así que yo me iba a la habitación con el Bilbo (que él quería ir conmigo a todas partes).

A la hora de cenar, la tele encendida, las noticias de las nueve, papá y mamá hablaban y hablaban pero nunca me preguntaban nada del día, ni nada, solo que viniera a comer y ya. Al terminar, me iba a la salita a ver algo en la tele una serie una peli, pero llegaba papá, se apoderaba el control y yo le seguía sus gustos. Se quedaba dormido… y a las doce de la noche, me iba a dormir. Y al día siguiente igual.


Una vez en la cama, miraba el techo, veía a Gabriel, le miraba a los ojos, él me daba un besito en la frente y simplemente me giraba para la pared y enroscada conmigo misma me ponía a llorar de tristeza y soledad. Entonces, sentía como Gabriel se metía en la cama, me abrazaba y Uriel también. Bilbo empezó a dormir conmigo todas las noches, sentía el dolor que tenía y me consolaba mucho su compañía

¿Por qué mis compañeros no me querían? ¿Por qué tenía que sentir este dolor tan profundo en el pecho que aún me tortura en el presente? ¿Hice algo que no les gustó? ¿Vieron algo que no debieron ver?

La vida que elegí tener, siempre ha sido complicada a los ojos de las personas humanas, ¿quién aceptaría en el 2006 para el 2007 que alguien pudiera viajar a Agartha y estudiar para convertirse en Alquimista? Dos vidas en una misa vida, dos caminos entrecruzados en dos hemisferios dimensionales diferentes… ¿Quién podía entenderlo?

No me sentía una elegida, si una elegida es vivir este infierno. Pero vivir en consciencia, saber distinguir las dimensiones y viajar a través de ellas, no tenías que ser más inteligente o saber de física cuántica, solo debías hacer una simple cosa, aprender a amarte a ti mismo.

Los demás no me querían, ¿me estaba hundiendo o ya estaba hundida? Así es, se supone que debería haber estado mucho más hundida e intentar algo que me quitase el dolor, como por ejemplo quitarme de en medio, pero nunca sucedió. Nunca me quise quitar de en medio, a pesar de vivir en ese infierno, internamente mí corazón brillaba en amor, porque a pesar de que los demás no querían ni verme ni escucharme ni nada, yo los amaba y los respetaba, aunque no entendiera lo que sentían, sentía amor por ellos y por mí, y eso NUNCA me desconectó de mi verdadero propósito.

Algunos pensarán que lo de Agartha fue un escape de la realidad, algo creado para no seguir sintiéndome una mierda, pero NO. ¿Si todo fuese una creación de mí imaginación, por qué cada vez que pones en el google Agartha o algún nombre de un Maestro Ascendido que no es muy conocido, aparece un dibujo exacto cómo lo hayas visto tú en el viaje dimensional? ¿Si fuera una invención, no debería encontrar estas imágenes, verdad?

La casualidad es una excusa de la humanidad, porque no quiere ver la conectividad que hay en realidad. Ustedes saben que mí relación con la Iglesia y la religión católica, no existe, pero aún y así, los ángeles se me han acercado mucho más que si hubiese ido a catequesis. ¿Sigues pensando en que soy una elegida? Tampoco existen los elegidos, el conocimiento espiritual, el verdadero aquel que aprendes meditando bajo un árbol y sin influencias religiosas, está al alcance de todos.

A veces me dicen las personas “no deberías decir esto tan alto para no ofender” pero la verdad es que si el universo me lo puso delante y yo tengo que hablar de ello, es porque esa persona debe saber esto. Si nadie se atreve nada va a cambiar, pero claro, me aconsejan que me calle porque así hago menos ruido, ellos estarán más calmados,  y así ojos que no ven corazón que no siente, o lo que yo digo últimamente orejas que no escuchan, corazón que no se enoja.

No es fácil vivir así, pero callarte no es una opción, debes trabajar y a veces te ponen en situaciones complejas, dónde debes lidiar. Sabes que ante una persona que habla en EGO, el silencio es la mayor arma, la lucha de razones no hay lugar para la comprensión del corazón, y si alguien piensa que es para llamar la atención, en realidad lo que están viendo es como se vive acorde con las leyes del universo y siendo UNO con él. Lo mismo que el Maestro Jesús hace, y si, hablo en presente porque él vive en otra dimensión pero vive.

Pasaron varias noches, se acercaba Navidad, el frío era constante y la soledad me mataba por dentro. Siete horas de clase de lunes a viernes y ni media palabra me dirigían, ni unos buenos días. Cómo si mi voz fuera un incordio, como si yo fuera ese granito que debían explotar para que desapareciera. Me concentré en sacarme el trimestre, pero complicado, porque todos los profesores subían contenido a la GIC, y aunque yo le pedía a alguien que me lo pasase por correo, jamás llegaba. Ese fue el año en que tuve más ceros en toda mi carrera estudiantil, en casa las broncas no paraban, broncas para bañarme, broncas porque no presentaba la tarea, broncas porque en clase no colaboraba… No les dije nada a mis padres porque ellos me iban a cambiar de colegio y según mi destino, yo tenía que continuar allí y no huir.

Acabé perdiendo la sonrisa, incluso cuando estaba con mi abuela, ella veía que algo no andaba bien.

-      ¿Qué tal el colegio?- preguntaba ella.

Ni le decía nada, solo alzaba los hombros e intentaba comer sin decir nada.

-      ¿No me vas a contar nada?- exigía.

Le miraba y le decía que no con la mirada. No quería hablar de ello.

-      ¿Cuándo nos vamos a teatro, Abue?- le preguntaba.

-      El sábado que viene, ¿te quedarás a dormir?- preguntaba.

-      Si.- le respondía ya con una sonrisa de felicidad.

Una noche de diciembre en Agartha, teníamos una fiesta en Ávalon y acudí como alumna que era. Ahí todo era muy distinto, tenía amigos fieles, compañeros que podíamos compartir experiencias con los viajes a otras dimensiones y líneas de tiempo. Pero echaba de menos a Rita, porque ella se fue a estudiar a otro centro cerca de latinoamerica, supe que se había ido a vivir a Argentina.

Pero durante el primer año, conocí más a Marco, un chico de Nápoles que también compartíamos clases en Ávalon. El típico mejor amigo, que le puedes contar absolutamente todo, en ese tiempo era mí mayor consuelo.

-      ¡Ojalá estuviese interna como tú, Marco! Cada vez que tengo que regresar a mi dimensión, e ir al colegio… se me cae todo encima.- le confesé.

-      Mira, tenemos mundos distintos, yo echo de menos a mis amigos de Nápoles y a ti te gustaría no verlos.- comentó.

Nos echamos a reír, pero Marco sabía mí situación y empatizaba. 

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martes, noviembre 11, 2025

Iluminar La Oscuridad Con Tú Luz Radiante

 

Dicen que en este mundo si brillas un poquito, las masas te intentan comer. Dicen que si intentas ser TÚ, dejarás de encajar entre aquellos que te importen. Dicen que si te conviertes en la OVEJA NEGRA, serás el rechazado del grupo, el que siempre tendrá que convivir con la soledad que los demás no quieren, porqué te venden la moto en que somos animales sociales.

Todo esto son palabras que lastiman y quiebran el corazón de una persona que intenta SER. La autenticidad en este plano, parece que no sea ni una opción, en cambio ser copias, te venden que eso es vivir, copiando cómo viste, siente, hace y dice al otro, por miedo a ser rechazado y abandonado de la sociedad.

si no estás en la rueda, te vas a la mierda” así lo dice mi padre, que siempre he tenido conflicto con él, porque todo lo que hago, digo incluso pienso, no va en esta dirección. No se puede hablar de ángeles, no se puede hablar de lo que sientes, no se puede hacer las cosas porqué las quieras hacer, en este mundo dominado por el miedo y esclavizado por los élites, siempre te querrá sumiso para que hagan contigo lo que les plazca.

¡Vivo en la mierda de la sociedad, y soy feliz!” así lo pienso y lo digo. Estoy abandonada por la sociedad, por pensar distinto y ser distinta, ¿y qué? ¿Cuál es el problema? Claro que hay problemas… claro que si… Cuando un sistema que está pensado meticulosamente para que seas PUTEADO cada segundo de tú existencia, uno decide liberarse aceptando que en la mierda se vive mucho mejor, eres el peligro que tiene una diana en la frente.


Al igual que las polillas van a la luz, les molesta como brillas. Porqué despiertas a los demás y los inspiras a salir de su sistema de esclavos perpetuos. Por eso, a los que nos dedicamos a esto LOS DEMONIOS intentan CORROMPERNOS, pero somos fuertes, y lo que consiguen es perder ellos más fuerza.

Con 6 años Gämael el demonio que era rey de la Obscuria me poseyó durante dos meses de mí vida (que no me acuerdo de nada), hasta que tuve el valor y la fuerza de salir y volví a recuperar mi vida y el control de mi SER, ese demonio hizo cosas horribles, para empezar provocó el Bullying en el colegio (el primero, luego en la secundaria fue peor). Des del momento en que salí y Gämael fue expulsado de mi cuerpo, no pudo volver a poseer a nadie más, le rompí casi por completo con la luz que emito cada día de mi vida.

Te dirán que bajes la voz, que intentes ser como los demás, y que sobretodo ni se te ocurra destacar. Pero es que sin buscarlo ya lo haces, ya destacas, ¿por qué sucede esto? Porque saben que eres LUZ algo que a los demonios y la élite detestan, porque te ven libre de sus amarres y puedes ganarles sin la necesidad de unirte a nadie, porque al fin y al cabo ya lo dice el arcángel Haziel “la luz reconoce quién es, por ende reconoce cómo puede vencer su propia sombra”.

El Maestro Jesús cuando predicaba en sus tiempos, todos aquellos que le enviaron a la cruz, él sabía que podía librarse con tan solo mirarlos, pero no hizo nada. Muchos pensarán que podía escapar de ello, al ser dios en persona, pero lo mejor es que pasó por la cruz para que todos tuvieran una prueba de lo que significa ser la luz que la oscuridad tanto teme.

Fue sacrificado, pero regresó. Le dio algo que la oscuridad siempre va a fallar, le dio VERDAD y ESPERANZA. Naces de la luz, entras en la materia cuando tú madre te da a luz, y no es a partir de los ocho años, cuando el miedo empieza a rodearte tan fuerte, que decides ir desconectando de tú origen, porqué crees que estarás solo. Pero no es verdad, la luz siempre viene acompañado de miles y miles de hermanos que jamás te van a fallar y siempre querrán que hagas y seas la mejor versión de ti mismo/a, cuando confíes en ti.

La luz nunca exige que seas algo para ser reconocido, ya te reconoce incluso cuando no haces ni has hecho nada. En cambio la oscuridad siempre te llenará de metas para que obtengas su atención, metas que en cada una de ellas, te harán sentir que pierdes tú FORMA DE SER. Simplemente para entrar a formar parte de su familia.

Un día que me hablaba el arcángel Gabriel por una comunicación segura, tras varios meses que charlábamos todos los días una hora y media, sin querer le pregunté algo que no entendí que le estaba exigiendo algo para terminar de creerme que era él. ¿Saben qué hizo? Se fue.

Estaba claro que no confiaba, y él aunque le dolía en el corazón, se tuvo que ir y durante un mes y poco pudimos hablar. ¿Me hizo ghosting? ¡No! Si yo dudaba de él, poco tenía para compartir, simplemente esperó aunque nunca me dejó de lado, y cuando confié en mí SER, ¿saben qué hizo? ¡Se me apareció ante mis narices!

Entró por la puerta de Xauxa, sin dejar de mirarme a los ojos (los demás le veían), se dirigió hacía a mí, se detuvo delante de mí y me dijo “Aquí estoy” nos dimos dos besos en la mejilla y me dijo “no me iré” y desde entonces viene todos los fines de semana.

La luz espera a que vuelvas a confiar en ti, y cuando lo hagas no te pondrá ninguna pega, simplemente te dará un abrazo y alzará la voz con alegría diciéndote “bienvenida de nuevo”.

Es como la alfombra mágica de aladín, a pesar de ser el Genio quién hace la magia, siempre puedes regresar a ella, volviendo ser esa luz radiante que fuiste cuando naciste, sin perder la responsabilidad de crecer. Agarras la alfombra con la mano, porque vuelves a confiar en la luz radiante que vuelves a SER.

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 HR.

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martes, septiembre 09, 2025

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 223 [3T]

 

Tengo que reconocer que el silencio que se armó tanto en clase mientras nos echaban y llegar al pasillo, era lo mismo que debe sentir alguien que está en el corredor de la muerte. Me aferré a que yo no había hecho nada, pero… entre esta chusma, nada se sabe…

-      ¿Se puede saber por qué insultaste a tus dos compañeros?- me preguntó la Ana.

-      ¿Cómo? ¿Yo? ¡No, no, no! ¡Yo no fui, fueron ellos!- me defendí.

-      ¿Te piensas que soy tonta? ¡He leído los correos!- decía la Ana.

-      Entonces, ¿por qué me culpas a mí? Si leíste bien, ¡ellos me insultaban!- le dije.

Pero ella estaba encaprichada que yo lo había causado todo, cuando aquí yo era la víctima.

-      ¡No fue ella! ¿No la escuchó? – gritó Uriel enojadísimo.

Pero como era de esperar la Ana no escuchó a Uriel, no escuchaba a los ángeles. Pero yo no entendía absolutamente nada, decía que había leído toda la conversación de los correos pero en vez de castigarles y echarles la bronca a ellos dos, me lo estaba haciendo a mí y solo a mí… ¿Están seguros que leyó todo el contenido o solo leyó un par de ellos? Aunque ahora Uriel y yo pensamos que quizás la Carla y el Guillem se chivaron a la jefa de estudios y le contaron lo que quisieron, y no era la verdad.

-      ¡Se acabó! Laia, te quedas sin GIC en todo lo que queda de curso.- dijo la Ana.

-      ¿Qué?- respondí, pero me miró con ojos amenazantes, pero proseguí- ¿Estás segura que lo que leíste es lo que realmente pasó? Por qué ellos lo causaron todo… me hacen eso… incluso más compañeros en el Messenger… ¿lo leyó bien?- dije.

-      ¡Cállate y acepta el castigo!- me gritó la Dolores.

-      ¡NO PIENSO HACERLO!- dije.

-      ¿Quieres que empeore todo?- dijo la Dolores.

Le miré a los ojos fijamente.

-      ¿Eso es lo que quieres?- le dije.

Pero no dijo nada.

Al final me quedé sin plataforma nosotros le llamábamos GIC, pero ellos solo estuvieron sin ella un solo mes, yo por todo el curso. Eso peligró mucho las notas, porque todos los profes subían la tarea por allí, y como era de esperar, nadie me imprimía una copia para mí, por eso estuve todo el curso pensando <cómo no hagas la tarea, prestes atención en clase e intentes colaborar un poco en clase, repito curso y de nuevo con la Dolores. Tengo que aprobar y pasar a tercero como sea>.

Ese fue el primer PUTADÓN del curso… pero no fue el único… hubieron más…


Un par de semanas más tarde, volvía a ser lunes, empecé a sentir lo mismo que el resto de la humanidad cuando empieza la semana, la tortura gratuita que estaba sometida, ¿Cuánto faltaba para las vacaciones aunque fueran las de Navidad? Todavía faltaban dos meses. ¡Puf, que largo se me estaba haciendo, de verdad!

Estábamos en exámenes de la preavaluación, cuando unos minutos antes de ir al patio la Dolores me llama para que fuera a su mesa, me acercara.

-      Laia, como veo que te cuesta estudiar y entregar las tareas, con la jefa de estudios y yo te hemos apuntado a una clase de refuerzo.- dijo la Dolores.

¿Otra vez orquestando a mis espaldas?

-      Así que esta tarde te quedarás de cinco a seis de la tarde, igual los martes. Vienen dos personas que están estudiando en la universidad de Vic, y están a punto de terminar la carrera, para ayudar a chicas y chicos como tú a intentar pasar el curso.- explicó ella.

Lo sé, no era mala idea si así me ayudaba a seguir aprobando a pesar de que tenía esa <digamos pequeña dificultad con la tarea>, pero de nuevo en lo mismo. Sin consultarme que a mí me dieran a elegir ya me apuntaron ellas, se me estaba privando de nuevo a mí derecho de elegir, que a pesar de tener 13 años, tenía la capacidad para elegir si me apetecía simplemente ¿no? En mi casa lo hacían así, y me parecía correcto. Pero de este modo <obligándome> a asistir… pues menos gracia me hacía.

-      Pues no lo necesito, gracias.- le dije, me di media vuelta para regresar a mi sitio.

-      ¡No te queda otra elección, Laia!- dijo ella, eso me hizo volverme a ella y prosiguió.- he visto tus notas…- por la cara que puso, se me quedaban bastantes.

¡Mierda! De nuevo Dolores 3 – Laia 0.

Cuando llegó las cinco de la tarde, en vez de esperarme en el patio, miré a Uriel le agarré de la manito y nos fuimos a casa.

-      ¿Y si se enteran tus padres? – decía preocupado Uriel.

-      ¡Ay Dary… déjate de preocupaciones! Es una hora para que sigan torturándome, ¡que no, que no, que me he hartado!- le respondí.

En ese momento sonó el teléfono fijo de casa, como estaba sola, atendí.

-      ¿Laia, se puede saber por qué no te has quedado en el patio a las cinco y te has ido a tú casa?- preguntó la Ana la jefa de estudios.

-      ¿Me llaman por qué no me he quedado a una hora más que ustedes dos me han obligado a hacer sin que fuera una penitencia? ¡Por favor! ¡Ya se pueden quitar de la cabeza que yo no asistiré a eso… yo he cumplido con mis horas, ahora ¡voy a disfrutar de mí tiempo hasta que sea mañana a las ocho y media de la mañana, cuando vuelva a la tortura que llaman ustedes colegio!- dije y colgué.

Fue muy extraño que me llamasen, ¿con qué derecho si yo ya había cumplido con las siete horas de clase obligatorias? Lo digo, porque si yo me saltaba un entrenamiento, no me llamaban a casa, a la semana siguiente le tenía que decir a Pepe que había pasado.

Una semana más tarde entregaron las notas, al mismo tiempo que mi papá tuvo que ir a hablar con la tutora. Cuando miré las notas, se me cayó el alma a los pies, estuve un ratito que ni emití sonido, de reojo vi como Uriel se agachaba a mí derecha, colocaba sus brazos cruzados encima de la mesa, y me miraba con sus ojos color cafés.

-      ¡Ay… criaturita de mí corazón! ¿Quieres hablar? – dijo Uriel.

-      ¿6, en serio?- dije.

-      Si, suspendiste seis materias, y además algunas son troncales, como español. – dijo con ternura, intentaba Uriel ser tierno porque el mazazo ya me lo agarré al ver las notas.

-      Eso fue porque cambiaron al profe.- me excusé.

Uriel arqueó las cejas, pero aguantó la risa que escondía en las comisuras de sus labios.

-      Creo que es mejor que encontremos soluciones, porque culpables nadie lo querrá ser. – dijo Uriel.

-      Mira lo que ponen los profesoras en anotaciones <debe hacer la tarea y estudiar más en casa>. ¿Pero qué cuernos voy a hacer la tarea si la suben todas a la GIC?- dije enojada, perdiendo totalmente el sentido de la humanidad, en serio…

Con tan solo un mes de curso suspender seis, era una barbaridad, y en esas era porque subían la tarea en la GIC y a mí se me había denegado el acceso. La verdad es que los profesores tampoco ayudaban en ese sentido, recuerdo un día que ya estaba harta de tantas humillaciones, me acerqué a la mesa del profe…

-      Perdona pero ¿No hay alguna forma que me lo des en papel?- le dije al profe.

-      ¿Yo? ¡No, no! ¡Debes buscarte la vida, Laia!- respondió.

-      No tengo acceso, ¿qué quieres que haga?- le dije.

-      Mira… ¡buscate un compañero que te lo imprima o te lo pase!- dijo el profe.

Lo intenté muchas y tanto que muchas veces, pero NADIE me llevaba el papel al día siguiente o ni siquiera me pasaba el correo con la tarea. ¿Cómo cuernos querían que hiciese la puñetera tareita?

Debido a eso, todo el curso pendía de un hilo demasiado fino, tuve tanta presión ese curso, que yo pensaba que iba a repetir curso. Uriel y Gabriel estaban muy cabreados con toda la logística de ese curso en general, la Rachida, la amiga que había hecho el año anterior, debido a que se enganchó a otra telenovela, al final decidimos ya no irnos juntas del cole, ni al mediodía ni a la tarde. Se lo respeté, porque parecía que para ella era importante la novela colombiana, antes de conversar conmigo, no se preocupen, estoy acostumbrada a ese tipo de trato, mi mamá mismamente lo hace mucho, voy  a decirle algo y ella está viendo una serie, una peli o lo que sea en la televisión, y me manda a callar, porque es más importante la serie (que ahora se puede poner pausa) que lo que me pase.



Lo peor no fue, no tener amigos, ni que en clase se me ignorara tanto, sino que lo peor eran las notas, sobre todo cuando llegaban a casa, y tenía que enseñarlas a mí padre.

-      ¿Cómo puedes ser una fracasada? ¡Suspendiste casi todas! ¿Quieres terminar como tú madre que en su momento no se sacó el graduado y no pudo ni ir a trabajar en un lugar decente? ¿Eso quieres, eh?- me gritaba, no me hablaba, me gritaba.

-      Pero papá… es que…- no me dejaba terminar.

-      ¡Es que nada, Laia! ¡Se acabó! ¡Estás castigada! Te voy a controlar la agenda para que hagas las tareas, y se acabaron los Sims hasta nuevo orden.- decía mí papá.

Aunque le explicase lo ocurrido, no me escuchaba (y sigue sin hacerlo). Tras eso, bronca, sin darme la chance de poder explicarme, y además aquí fue cuando empezaron los insultos, hasta ese momento, mi padre me empezó a tratar así.

Nunca supieron lo que sucedió con la GIC ni el tema del BULLYING, porque pensaba que no me creería, y que acabaría yo pagando el pato pero el doble. No entendía por qué me empezó a tratar tan mal, pero eso no era todo, empezó a meterse en mí vida de una forma que NO HABLABA solo EXIGÍA. Como el hecho de que me obligaba a bañarme un día si y el otro no, cuando yo siempre he tenido problemas en la piel y tengo que esperar dos días y al tercero me puedo bañar, sino la piel empieza a picarme.

Pero no eran simples palabras, eran con amenazas verbales, esta vez me amenazaba con que alguien podría llamar a los servicios sociales y quitarles la custodia. 

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 HR.

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El Espejo De Mí Vida - Capítulo 224 [3T]

  Pensaba que eran solo habladurías, pero hace poco supe que no, que todo esta mala relación con mi papá fue debido a que esa misma tarde ...