Le di un mordisco al bocata, cuando vi unos pies delante de
mí, miré hacia arriba y allí estaba él sonriéndome.
-
¡Hola,
Laia! ¿Cómo estás? – preguntó el Chico de Ojos Verdes.
Empecé a toser, no me lo esperaba y por poco no me muero con
un trozo de mortadela con aceitunas.
-
¿Podemos
hablar? ¿Un ratito? – dijo el Chico.
Le giré la cara. Él se sentó a mi derecha y me miró
directamente a los ojos.
-
¡No hay
tiempo, amor! – dijo pero le interrumpí.
-
¿Tienes más secretos guardados o qué? ¿Ahora me
vas a decir que… quizás en otra vida te liaste con Cleopatra? ¡Por qué saber
que me engañas… no lo acepto!- le dije enojada.
-
¿Qué? –
susurró se quedó pensando y flipando por lo qué le había dicho…- ¡yo jamás te pondría los cuernos, Lady! –
se defendió.
-
No decirme que eres profesor de Ávalon es como
ponerme los cuernos. Esconder una información… no es de ser buenos… bueno, lo
que sea esto…- le dije.
-
¿pareja? –
preguntó.
Le miré.
-
Pensé que
ya lo sabías. – dijo el Chico.
Se presentó un silencio, mientras que yo terminaba de
desayunar y él terminaba de tomarse su batido de leche con yogur.
-
Disculpa
por no habértelo dicho. Pero es la forma que he encontrado para estar cerca de
ti, eso es lo único que quiero. ¿Por qué no disfrutamos del día de hoy juntitos
aquí? – se explicó.
-
Espera… pensaba que… la cara, no es igual que el
año pasado… ¿qué te has hecho? – le dije.
-
Pensaba
que no te darías cuenta, pero… aquel chico que tenías hace un año, está en
Japón estudiando. Hasta que no tenga una encarnación fija, me irás
identificando así… dentro del alma de hombres que comparten un vínculo con la
energía que YOSOY. – dijo.
-
¿Posees a gente?- le dije casi gritando, pero él
me puso su mano en mí boca y me mandó a callar.
-
¡No, claro
que no! Ellos son conscientes de lo que pasa, solo que… hablas con su guía en
vez de con ellos. – explicó.
Esta clase de conexión espiritual se le llama canalización
pero en esta en concreto se le llama versiones
de un mismo SER o ESPÍRITU. Porque el Espíritu tiene a su merced una
cantidad de cuerpos, por los cuales cada uno tiene un tanto por ciento de
conexión con el espíritu, y de alguna forma es una representación del espíritu
de luz en nuestra dimensión. A mayor conexión, una vida llena de magia
universal tienes a tú alcance.
Para qué lo entiendan un poquito más, cada vez que el Chico
de Ojos Verdes se dejaba ver por nuestra dimensión, era como una carrera
obstáculos, dónde tenía que conocerlos a cada una de las versiones, hasta que
por fin, encontrase al Chico con su verdadero aspecto en esta dimensión dónde
se encuentran leyendo esto. Con la condición, que cuando yo viajaba a otra
dimensión, siempre veía el mismo rostro, solo que a veces, algunas facciones de
la cara estaban como difuminadas, por la falta de nitidez a la hora de viajar
entre dimensiones. Lo sé era raro, pero divertido y mágico al mismo tiempo… de
este modo el enamoramiento es más mucho más profundo, de lo que están
acostumbrados a conocer a una persona.
El rostro que veía en la quinta dimensión, era el espíritu,
aunque tenía cuerpo físico, solo una versión que no es ninguna versión sino el
mismo espíritu, en el momento adecuado bajaría a la cuarta dimensión (dónde
estamos ahora) y simplemente se dejaría ver, pero para que eso ocurriera, tenía
que conocerlo tal y cómo se hace según las reglas del universo. (Sino lo
entienden, vean el video de youtube de mí canal LAIA GALÍ HR titulado Así se
sale de la Matrix).
-
¿Por qué tanto misterio en saber quién eres,
chico?- le dije, llevaba mucho tiempo ya con este juego y con lo que me había
ocurrido hacía poco en clase, ganitas no tenía de jugar, la verdad…- ¿No
estarás haciendo esto para hacerme perder el tiempo?- terminé.
-
¡Jamás te
haría daño, Lady! Además, si te dijera todo de golpe, ¿dónde estaría la magia? –
dijo guiñándome un ojo.
Sonreí.
-
Entonces… ¿qué pretendes?- le dije.
Se levantó y me ofreció su mano.
-
¿Por qué
no empezamos con pasar un día lindo tú y yo, con estos amigos? – preguntó.
Acepté la mano y me fui con él.
La verdad es que fue un día maravilloso, al principio un
poco vergonzoso, pero poco a poco nos fuimos soltando, conocí a las chicas que
estaban en cuarto de la secundaria, eran majísimas… ¡Ojalá me hubiese tocado
ellas en clase! Volví a tener fe, me lo pasé muy bien, me sentí una más en el
grupo, algo que hacía mucho tiempo ansiaba tener y nunca había experimentado.
El programa del encuentro
de la amistad era hacer amigos, haciendo actividades con más personas de
diferentes edades pero de los hermanos La Salle. Jugamos al juego del pañuelo,
a futbol, al escondite, incluso hicimos una representación de una canción
encima de un escenario cantando y bailando, nos enseñaron el pueblo y como era
de esperar… nos obligaron a ir a misa en una pequeña Iglesia en una calle que
no recuerdo el nombre (no he vuelvo a visitar el pueblo desde aquel entonces).
No había asientos para todos, y nos tuvimos que sentar en el piso, recuerdo que
yo no quería sentarme y me quedé en un rincón… me da grima los suelos de las
Iglesias, siempre hay señores muertos y noto su energía… recuerdo que en un
momento dato de la misa le miré a él que estaba con los demás, curiosamente me
miraba, me sonrió y yo a él, realmente tenía razón, me la pasé de gusto…
Eran las siete de la tarde, estábamos en el patio, esperando
a que nos avisasen por megafonía para poder cruzar el túnel e ir al bus de
vuelta a Manlleu. Charlie estaba sentada delante de mí, jugaba a juegos de
palmadas con el Chico, hablando de cosas… estaba escuchando la conversación,
porque me interesaba lo qué decían.
-
¿Ya has besado a alguien?- preguntó Charlie.
-
Si… hace
unos meses…- dijo el Chico algo tímido.
Arrugué la frente, ¿con quién? Pensé que sería su primer
beso… ¡por ahí en el 2010! Francamente si mi vida social apestaba, no pensaba
que tendría mi primer beso antes de esa fecha.
-
¿Te gustó?- preguntó Charlie.
-
Claro.
Para besar a alguien te tiene que gustar la persona antes. – respondió el
Chico.
-
¿Es tú novia ahora?- preguntó Charlie.
Pregunta clave. Me puse tan tensa que nuestras miradas se
cruzaron.
-
Es que… a
mi… me… gustan… los chicos… - respondió el Chico.
¡¿QUÉ?!
Le miré y él me miró, no nos dijimos nada, porque en ese
preciso momento nos avisaron y tuvimos que ir, antes de pasar por el túnel nos
invitaron a merendar un trozo de coca (recuerden que es una receta de
repostería típico catalán) y un zumito de naranja (uish… tengo alergia a la
naranja, así que no acepté el zumo). Volvimos al lugar de inicio, ese pequeño
patio dónde todo había empezado, pero con un final demasiado amargo… ¿jugó
conmigo? ¿El amor de mi vida es gay? ¿Qué?
Subí al bus, pero con Uriel nos sentamos un poquito más
atrás de lo que estábamos, pero no quise sentarme con el Chico que me había
reservado sitio atrás del todo. Vio mí cara y vi que se preocupaba, me pasé
todo el viaje de vuelta mirando por la ventana, recordando en bucle <a mí me
gustan los hombres>. ¡Me usó!
Entonces, cayó delante de mis narices un trozo de papel de
libreta arrugado y doblado en muchos trocitos. Miré hacia atrás, y vi como el
Chico guardaba su lapicera en el bolsillo. Miré la nota y decía “No te pongas triste, volveremos a vernos.
En cuanto bajes del bus, no volverás a verme con este aspecto. Pero volveremos
a vernos. Te lo prometo. C.”. Volví a girarme y le miré, me guiñó un ojo,
sonreí. Efectivamente, fue bajar del bus y él desapareció, intenté quedarme con
lo bonito de la experiencia, la pasé muy bien, aprendí que el Chico se apunta a
cualquier sarao que le propongan y eso es importante.
El Arcángel Gabriel no sé que hizo pero alguna cosa cambió
en clase, a finales de noviembre, tres alumnos que estaban en NEES volvieron al
grupo clase normal, excepto para catalán, mates y español que iban a refuerzo.
Y esas personas fueron la Rachida, el Sergi i el Ahmed. Por los cuales solo la
Rachida iba a mí clase, como ella no tenía amigas, nos hicimos íntimas, tanto
que quedábamos después de clase… aunque ella fue quién me enganchó a ver pasión
de gavilanes la primera temporada, nunca había visto una telenovela, y pasión
de gavilanes fue la primera que vi, me enganché por varias razones… la trama no
estaba mal y además, porque la Rachida quería hacer el comentario en la hora
del patio, así que tenía que verlo sí o sí.
Faltaban pocos días para Navidad, cuando un día en mí casa,
sin querer, abrí el MSN con la cuenta de mi prima Sofía, que había venido el
finde pasado a conectarse un poco. No me di cuenta hasta que vi que la foto de
perfil y el estado eran diferentes, al verlo, ya me iba a desconectar cuando
empezaron a abrirme muchas conversaciones… ¡Vaya, si que es popu! Las cerré
todas sin leer nada, excepto una vez que sin querer se me fueron los ojos… La
Eva le había abierto a la Sofía simplemente la saludaba, pero lo que leí fue la
último que se dijeron el día anterior… era una frase con mi nombre que decía “¡qué asco que Laia Galí sea parte de tú
familia!” decía la Eva, pero lo peor fue lo que contestó la Sofía “Si, yo tampoco la aguanto. Es como un
virus.”.
Me quedé helada completamente. No cerré la cuenta, porque la
Eva seguía hablando, quejándose de mí todo el rato. Joder con la tía, ¿no? A la
cara nada, pero en el chat… ¡Madre de dios! No lo pude evitar y leí la
conversación anterior, tanto mi prima como ella, se burlaban de mi, la Eva le
contaba el trato que tenía en clase y la Sofía se reía como si mereciera eso,
¿saben?... Se me cayó el alma a los pies…
Cerré el MSN, luego abrí el mío y vi a la Eva conectada.
Rota del dolor… hice una locura, que ahora se pagaría con cinco años de cárcel.
Cerré mi MSN y volví a conectarme con el de la Sofía, me hice pasar por ella,
hablé con la Eva y alguna amiga más que sabían la historia y no iban ni a mi
colegio. Nadie se percató de que no era ella, utilizaba las mismas formas de
chatear (en ese tiempo se hacían muchas faltas de ortografía), quería saber
todo lo que opinaban, y porque se alegraban de que me hicieran tanto daño si yo
no les había hecho nada.
Cuando la Sofía me pilló o se dio cuenta de que era alguien
que le entraba en la cuenta, ya habían pasado casi un mes. Después supo que
había sido yo y no me habló en un mes. En Febrero, a principios, una llamada a
la tarde, nos traumó mucho en casa, resulta que el Tiet Salvador había muerto
de un infarto fulminante en la escalera de su casa, cuando bajaba de su casa
para ir al médico. Solo se pudo despedir de su hijo pequeño Josep, que era el
Padre de la Sofía. Para mi prima su abuelo era muy importante, en vez de hacer
un velatorio en el tanatorio, se hizo en la casa, en una de las habitaciones de
la primera planta… ¡que grima por dios! La casa estaba llena de gente a las
ocho de la tarde, entre ellos estaba la Sofía, con los ojos hinchados de tanto
llorar.
La María Carmen, la madre de la Sofía nos obligó a ir juntas
a la cocina y sentarnos en una pequeña barra de desayuno que tenían. Mientras
preparaban la cena, ¿a las ocho? Estaba cara a cara, con la persona que hacía
pocos meses pensaba que era mi mejor amiga, traicionada por unos insultos que
realmente me partieron el alma en cinco partes. Allí estaba, destrozada porque
le concomía la culpa de no haber pasado más tiempo con su abuelo enfermo del
corazón… ¿Tenía que vengarme? ¿Era así cómo el universo me daba la chance para
tenerla delante? ¿Tenía que ser maquiavélica con ella?...
HR.
HERO&Corporation.