EL BLOG DE LOS SERES DE LUZ CAMINANDO JUNTOS HACIA LA 5D. Mensaje del àngel (5€), Terapia emocional (10€), Canalización en directo (17€) si quieres un servicio envía un correo a laiafgali@gmail.com
Necesidad… ¿qué es lo que realmente significa tener
necesidad? Toda petición de ayuda siempre va detrás de esta palabra, la
necesidad de que alguien te ayude, la necesidad de que algo cambie, la
necesidad de que consigas algo que quieres. Pero energéticamente esta palabra
es muy ambigua, ¿dónde la podríamos colocar en la parte de luz o la parte de
oscuridad? Por experiencia, la luz y la oscuridad mantienen sus posiciones
firmemente, solo hay una pequeña parte que logran juntarse para luego formarse
oficialmente la materia. Pero cuando ocurre, en ese espacio no existe ninguna
emoción que tenga su lugar permanente allí, es como una pequeña puerta, cuando
elegimos ¿qué queremos? Detrás vienen las emociones tanto del lado de la luz o
de la oscuridad a socorrer nuestra “necesidad”.
Por ende, esta palabra no está en ningún engranaje de los
lados que componen el infinito, es solo el hilo conductor del engranaje que une
a las emociones. Cuando decimos “necesito
estar en paz con mi mente” el infinito del DAR y RECIBIR se activa, esa necesidad
es el hilo que une al infinito, recorre ambos lados luz y oscuridad, en busca
de la paz, cuando la encuentra la invita a unirse al hilo conductor y la
transporta al portal dónde ambos lados se unen, para que así, se materialice
esa PAZ que tanto necesita la persona, y después solo esta información es
transportada a todo el cuerpo energético, Chakra por Chakra, intentando calmar
las partes que no lo estén, dando claridad a aquellas dudas que le atormentan.
Es lo que decimos que nos pasa que es un soplo
divino de claridad, que no sabemos de dónde viene pero la aceptamos, aunque
dure por poco tiempo y puedas actuar en consecuencia a tus decisiones.
El sistema social que tenemos está llena de necesidades,
algunos no tienen para comer, otros no tienen un futuro, y muy pocos lo tenemos
todo. Hay que tener en cuenta, que durante los últimos 500 años, se ha estado
usando la palabra “necesidad” de muy malas formas, provocando más deficiencias
y convirtiendo a la humanidad en una sociedad que es capaz de abandonar al
hermano o al hijo simplemente por su bienestar. La manipulación está en el
orden del día, se ocupa del lado oscuro, dónde emergen las emociones
materiales, una parte que para que exista en el mundo físico, debe pasar por
ese círculo emocional. La materia nos ayuda a entender nuestra parte más
espiritual, es algo que no podemos rechazar, porque para comprender QUÉ ES SER
DIOS, hay que entender la parte más separada de ti, y allí es dónde la luz no
puede llegar, dónde se realiza la materia, dónde tú como humano, aprendes a
valorarte.
Cuando una persona asesina a otra persona, la sociedad lo
tacha de mala persona, pero si partimos de la elección de que la realidad solo
es un espejo que refleja el alma de todos los humanos. Cuando dices asesino a
alguien, hay una parte de ti, oscura y escondida que siente igual que un
asesino, quizás no llegarás a matar a nadie, ni manipularás a nadie, pero si
que serás capaz de traicionarte a ti mismo, solo por miedo a decir la verdad. En
el gran espejo de la vida, todos somos uno, y eso quiere decir, cuando odio a
alguien, me estoy odiando una parte importante pero pequeña de mí mismo.
Con esto quiero decir, que si alguien necesita ayuda, no
pienses que como tú ahora no necesitas eso, no debes tener la fuerza de
voluntad de ayudar a alguien que lo necesita, porque una parte de ti, que se
esconde, necesita y será necesitado en algún momento. No pases de largo, si en
la calle ves a un sin techo, quizás darle dinero no es lo que necesita, porque
no sabe administrarse, pero le puedes dar comida, compañía, confianza… no por
vivir en la calle, ha perdido ningún derecho a ser humano, él más que nunca
necesita ser necesitado, te necesita a ti, tú que estás leyendo esto y que
tienes un lugar dónde dormir.
Entiendo que dirás “si quiere dinero pues que trabaje”, eso
no le ayudas, ¿te has parado a pensar porqué llegó a estar así? ¿Cuál fue la
emoción que tuvo que aprender para saber cómo autodestruirse y quedarse así?
Entonces, ¿qué haces que no estás ayudándole? Tampoco culpes a los corruptos
por mandar a la mierda nuestro mundo, todos tenemos nuestra parte de culpa, por
confiar en personas que a la que han visto muchos billetes juntos, han perdido
el verdadero motivo de ejercer la voluntad de ayudar al necesitado. Somos
muchas personas viviendo en esta esfera, y todas necesitamos lo mismo, agua,
aire, fuego, tierra y éter. No eres tan distinto a los demás como piensas, solo
por tener millones en el banco, a veces los que tienen menos son los más afortunados,
no lo olvides, el dinero solo es energía, no es todo lo que debería importarte
si eres capaz de pensar en dinero y no de ayudar a los demás.
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¿Sabes cuál es la cosa más poderosa que existe en el
universo y que aunque a veces no se deje ver directamente, sigue siéndolo? Es
un elemento que sin él, no existiríamos y que gracias a él, estamos vivos,
porque lo cubre absolutamente todo. No hace falta buscarlo simplemente en
nuestro planeta, porque su origen está en el universo, porque todos los
planetas también lo tienen, ¿sabes a qué me refiero? Todavía no, ¡tranquilo! Es
normal que no acabes de hallar a qué me refiero, porque no solemos hablar mucho
de él, pero entre líneas, sigue existiendo.
Este elemento que me refiero es la energía, es lo
principal para que exista algo o no exista nada, porque en el vacío también hay
energía, lo que pasa que esa energía no tiene función todavía y por eso se ve
oscuro. Para mantenernos vivos necesitamos aire en los pulmones, agua en
nuestro organismo, el Sol para iluminarnos y la tierra para darnos un hogar o
un camino por el cual seguir adelante, pero nuestra esencia está hecho de
energía, el espíritu es energía y el alma es la energía en movimiento que lo
llamamos e-moción. Todo esto, no
existiría si la energía existiera, es la base del vacío y del Todo, de la
primera ley de creación: matriz.
Nuestro segundo peldaño en el camino de los 33, usaremos la
energía en movimiento llamados sentimientos,
para ayudarnos a darnos cuenta de la importancia que son, porque a través de
ellos, aprendemos a saber qué es bueno y qué es malo para cada uno de nosotros
mismos.
Un sentimiento es
un cúmulo de tres o cuatro emociones, que han establecido contacto y se han
expresado de tal forma, que su reacción han creado un sentimiento (es lo mismo que decir AKASHA). Todos estos sentimientos guardan en la memoria algo
importante que has aprendido durante ese día, algo que jamás vas a poder
olvidar, porque no olvides que somos energía en movimiento anclado en un
cuerpo físico. Necesitamos estos AKASHA
para establecer la memoria tanto de nuestra mente en esta vida, como el
registro de todo lo importante que has vivido en otras vidas.
Estas emociones establecen contacto dentro de un
espacio y un tiempo por los cuales lo llamamos conflicto emocional. Cada emoción
tiene vida y pensamiento propio, aunque la energía por lo cual está compuesto
vibre de una forma, otra emoción al vibrar distinto, acaban vibrando de una
forma en que al final provocan descargas eléctricas que provocan el conflicto emocional.
Reconocer cada sentimiento y aceptarlo tal como fue creado,
es una tarea que deberías poner en práctica cuanto antes. El AKASHA necesita estar en orden y la
única forma posible para estarlo es reconociendo lo que cada uno siente,
al hacerlo cada sentimiento se
ordena y no provocan caos y confusión, tras esto viene la paz y la felicidad.
EJERCICIO
Nº1:
Cada vez que tengas un conflicto emocional y reconozcas cada
sentimiento, levanta la mano y di en voz alta “SOY EL FUEGO, SOY EL AGUA, SOY
EL AIRE, SOY LA TIERRA, AMBOS NECESITAN ENERGÍA PARA VIVIR, POR ENDE YOSOY LA
ESSENCIA QUE ESTÁ CREADA POR ENERGÍA”. Lo repites tantas veces como sea
necesario, hasta que comprendas la energía que fluye en ti.
EJERCICIO
Nº2:
En un cuaderno divide la página en cuatro secciones y por
este orden escribe como título: EXPRESIÓN
/ EXPERIMENTACIÓN / INTEGRACIÓN / TRASCENDENCIA. Ahora, piensa en un
sentimiento que hayas vivido recientemente, ¿en qué lugar lo pondrías? Al
final, fíjate cuantos sentimientos se encuentran en la sección TRASCENDENCIA,
si tienes algunos, felicidades, has superado algunos conflictos emocionales.
*Intenta no mentir, yo no veré lo que hagas en los
ejercicios, ni los guías, solo lo verás tú, por ende si te mientes, te estás
mintiéndote a ti mismo. Si lo deseas lo enseñas a alguien de confianza, sino,
eres libre de guardarlo en secreto.
*Para pasar al siguiente peldaño, es obligatorio hacer los
ejercicios, sino de qué sirve que leas pero no practiques, si la intención es
que llegues al final habiendo aprendido más de ti.
Recomendación: Chicago
Fire – Temporada 1 (Prime Video).
-Oye, ¿esto va ser así todo el rato o… harás algo
distinto después?- preguntó la Xenia.
Quería responderla, pero los compañeros empezaron a
contestarse a si mismos sin dejarme la oportunidad de hacerlo, allí estaban,
opinando de lo que había en mi dibujo, intentando comprender qué cuernos hacía,
sin apenas dejarme expresarme dentro del dibujo. Esos comentarios empezaron a
ser un problema, para que pudiera continuar mi dibujo que ellos consideraban
que era de carácter abstracto.
-¿Por qué haces cuadraditos tan pequeños?- preguntó
Guillem.
-Yo creo que lo hace porque lo quiere hace
geométrico, ¿no?- respondió Eloi.
-No, no creo… lo hace así porque es uno de esos
dibujos que no acabas encontrándole el sentido.- dijo la Cris.
-Algo de sentido tiene que ver- dijo Carmencita.
-Pero eso si, para dentro de dos semanas no sé si
lo tendrás…- comentó la Cris.
-Laia, tendrás que trabajarlo en casa.- dijo
Carmencita.
Sonó el timbre y lo agradecí, mientras comentaban, yo
intentaba continuar pero era imposible, mis orejas no podían ignorarlos y permitir
escuchar a mi corazón. La clase terminó y empezamos la siguiente, ellos se
fueron a sus sitios algo malhumorados porque querían seguir comentando,
mientras que yo guardaba el dibujo en la carpeta y sacaba los libros de
español, vi al arcángel Uriel agachado con sus brazos encima de la mesa
suspirando agobiado poniendo los ojos en blanco.
-Por fin… -
dijo.
-No sabía cómo podía pararlos, Dary. No me
dejaban dibujar.- le confesé susurrando.
-Lo siento,
mi amor. De repente estabas rodeada y no he podido hacer mucho. – respondió
Uriel.
-La próxima vez, pide refuerzos. Te doy mi
permiso. Necesito poder dibujar.- dije.
-Ok,
hablando de ello. ¿estabas canalizando, verdad? – preguntó curioso e
interesado.
-No lo sé… solo estoy tratando de escuchar a mi
corazón, que me va indicando qué debo dibujar. Como dices tú, el arte no se
entiende con la mente, sino con el corazón. – le expliqué.
No dijo nada más y empezó la clase de español.
Estaba realmente preocupada cómo sería Navidad en casa
después de tantos cambios, las primeras navidades sin el Titi, además con el
piso de la abuela Vitorina vendido, ¿cómo serían? Me daba bastante apuro
aceptar ese cambio, pero no quedaba otra. Cuando entregué el álbum de dibujo a
casa, mis padres ni se inmutaron a revisarlo, pero la abuela si, el dibujo
final quedó peor de lo que esperaba, con tanta gente opinando, no escuché a mi
corazón y finalmente terminé pintando el fondo con un color amarillo
difuminado, sabía que eso no era lo que quería expresar, pero Carmencita
carecía de paciencia y la clase, tenía demasiada curiosidad, me presioné solita
y al final quedó como quedó.
A partir del mediodía del día de la lotería de Navidad, ya
estaba oficialmente de vacaciones de Navidad. Ese año nos dio buena suerte,
porque en la Lotería tocaron como máximo 1.000€, algo inesperado pero muy
agradecido que se repartió entre tres hermanos de mi madre, solo los que habían
participado. No éramos millonarios pero ayudó un poquito.
En nochebuena, las cosas habían cambiado, ya no nos
reuniríamos los Garcia para cantar villancicos o hacer el bobo para sacarnos
unas risas, sino que ahora, el Tiet Josep vendría a cenar a casa para celebrar
la Navidad. Me gustaba la idea de que viniera, pero lo que no me gustaba eran
los gritos que mi padre y mi madre hacían por tener la salita en orden, para
poder recibir esa visita, era un estrés complicado que me creó un patrón
negativo que me impedía ser ordenada o limpiar cualquier cosa por propia
voluntad, sino que si lo tenía que hacer, siempre era una montaña por los cuales
no quería ni subir.
Tenía que estar todo listo, la cena, la mesa decorada de
Navidad, el picoteo del primer plato, el belén con todas las figuritas bien
puestas, la casa dónde vivíamos era pequeña para recibir visitas, porque no
tenía comedor propio, nosotros normalmente solíamos comer y cenar en la cocina,
pero con las visitas, teníamos que usar la pequeña salita para poder recibir
comensales a cenar. Era agobiante, porque teníamos que entrar la mesa de la
terraza, que era la típica de plástico, con las sillas de la cocina (todo
decorado al estilo de los 90).
A las 9:30pm el Tiet Josep llamó al timbre y la nochebuena
empezó, él llegó con una sorpresa, una bolsa de Chuches y 5€ en monedas de 1€.
Nada más llegar me lo dio tras decir “¡Feliz
Navidad, Laia!”, lo agradecí con una sonrisa muy agradable, pero lo tuve
que guardar para el postre. Nos sentamos en la mesa y empezó la celebridad, a
pesar de este cambio fue muy divertido, con el Tiet Josep se podía hablar de
cualquier cosa y echarte unas risas, él como ya les había compartido en otras
ocasiones, era un curioso innato aunque ya estuviese jubilado, nunca dejó de
aprender cosas que le interesaban de la propia vida, observaba a las personas,
como seres llenos de amor y curiosidad que se merecían seguir adelante y
aprender mucho de la vida, que era como él ya estaba acostumbrado, un gran
maestro de vida.
Nunca le escuché al Tiet Josep dar alabanzas a Dios por sus
creaciones, algo que la abuela solía repetir cuando la situación no lo
comprendía. Él siempre buscaba la razón de porque ocurría eso, algo que sin
querer yo también hago, aunque yo si que doy gracias al universo y a Dios por
todo lo que se puede aprender en tan solo un día de vida. En ese sentido, él me
comprendía mejor por todo lo que me sucedía, en un momento en que mis padres
estaban en la cocina preparando para servir el segundo plato, me quedé a solas
con él, de fondo había música pero nos invadió la melodía, hasta que vi como la
pared del fondo empezó a brillar muy fuerte, hasta que desapareció, me quedé
inmóvil curiosa viendo eso. De allí entró un Maestro tan hermoso que no había
visto jamás, tenía el pelo rubio hasta los hombros, llevaba una túnica
anaranjada y era muy alto, saltó del sofá y se quedó con nosotros, me miró
porque sus ojos color miel me dejaron hipnotizada.
-¡Gracias
por invitarme! – dijo el Maestro, le puso la mano encima de los hombros del
Tiet Josep me di cuenta de que él también lo veía. Flipé.
-¡Bienvenido Melchizinek!- dijo contento.
Nunca había invitado un Maestro Ascendido a pasar las
Navidades con nosotros, aunque cuando mis padres regresaron de la cocina, ellos
no lo podían ver, y me quedé arrugando la frente, pensando un motivo de porque
no lo veían, si era hermoso.
Uriel le entregó una silla al Maestro, se quedó sentado
entre el Tiet Josep y yo, se me cortó un poco el hambre pero lo agradecí que
viniese, hizo que la Navidad fuese más agradable.
-¡Laia, creo que he escuchado un ruido a arriba!
¿Puedes ir a ver qué pasa? Podría ser… papá Noel- dijo mi padre.
-¡Si voy!- dije.
Me fui al segundo piso, buscando si encontraba a Papá Noel,
sabía que no era real, pero así lo hacíamos en casa. Pensaba que me acompañaba
Uriel como de costumbre, pero fue el Maestro, así que nos quedamos en el
pasillo del segundo piso en silencio para que papá me diese permiso para volver
a bajar.
-¿Por qué mis padres no te ven?- le susurré.
-Para
vernos no necesitamos los ojos, sino el corazón, cuanto más puro sea, más nos
pueden ver. Tú corazón es muy puro, Laia, espero que lo conservas mientras
vayas creciendo en esta encarnación que has elegido volver. No sabes lo felices
que estamos los Maestros y los Ángeles de que tengas casi diez años y sigues a
nuestro lado.- susurró el Maestro con una sonrisa de todo corazón.
-Me gusta la compañía.- bromeé.
Nos pusimos los dos a reír disimuladamente.
-En
realidad hoy yo no debería estar aquí, esta noche mi presencia tenía que estar
junto con mis hermanos, pero tu tío me explicó como te sentías, y decidí venir.
Dijo el Maestro, aprovechó para hacer una pausa para respirar, me miró a
los ojos, puso cara de compasión, y prosiguió diciendo - ¿lo echas de menos? – preguntó.
No pude contestar, pero le dije que si con la cabeza con los
ojos vidriosos. Me enctraron ganas de llorar, siempre lo había hecho solo ante
la presencia del arcángel Uriel o de Gabriel. Mis dos angelitos que tengo mucha
confianza y que puedo expresarme libremente, más de lo que puedo hacer con mis
amigas.
El Maestro dio un paso hacia a mí, y pasó uno de sus brazos
por encima de mis hombros y se agachó, automáticamente me abracé a él y lloré,
mientras que él acariciaba mi espalda.
-Tranquila,
Laia. No eres la única que esperamos su regreso. – añadió.
-Va a pasar un año, ¿cuánto más tendré que
hacerlo?- pregunté entre sollozos.
-Lo que
haga falta, para un ángel es más complicado, y más si eres de un rango menor. –
respondió.
-¿Por qué?- pregunté.
-Hay normas
que se deben respetar. Ten fe, es simple. – respondió.
Entonces papá me llamó, me dirigí hacia las escaleras, pero
me quedé quieta un momento, me giré y le ofrecí mi mano al Maestro.
-Si debemos esperar a que se cumplan las normas,
¿puedes enviarle un mensaje?- le pregunté.
-Claro
– dijo el Maestro curioso y atento.
Él se agachó y le susurré en la oreja.
Al día siguiente, el tiet Josep regresó a almorzar para
celebrar la Navidad, habían cambiado las cosas, pero de alguna forma me mostré
positiva, me dije a mí misma “regresará,
y cuando lo haga, quiero que vea que no me he dejado vencer por la tristeza, el
mundo ha seguido como si nada, y yo, ya no voy a lamentar más su pérdida, hay
un amanecer que no me quiero perder”. A partir de ese momento, no lamenté
más la muerte del Titi, miré al futuro y empecé a hacer lo que tenía que hacer
en el corazón.
El día de san esteban, junto con mi padre, nos fuimos a
patinar en la pista de hielo, hacía muy poco tiempo que había aprendido a
patinar, pero sobre hielo era muy distinto, el hielo resbala, y daba un poco de
miedo, pero con este regalo que había aprendido en Navidad, nada de negatismos,
solo positiva, pues acepté. Me pasé casi todo el tiempo agarrado de la
barandilla pero fue muy divertido.