miércoles, abril 26, 2023

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 172 [2T]:

 

Tenía una sensación extraña, según mis recuerdos, era la primera vez que estaba allí, pero reconocía las calles y los edificios importantes, algo me decía que en otra vida ya había estado allí, pero aún no lo recordaba. Le agarré la mano a Gabriel y simplemente me dejé llevar, él tenía prisa en llegar a la cúpula de los ancianos, al parecer alguien nos estaba esperando para hablarnos de algo importante.

-        ¿A quién tenemos que ver?- le pregunté cuando subíamos las escaleras de caracol hacia la cúpula principal.

-        Ya lo vas a ver, mi amor. Ten paciencia. – respondió Gabriel mientras que me compartía su mirada de complicidad seguido de su media sonrisa tan bonita que solía tener cuando me miraba.


Al llegar a la cúpula principal, pudimos ver que encima de unos escalones que parecían un altar, había cuatro asientos separados con bastante distancia ente sí, pero en cada uno había una escritura en caracteres arcturianos que decían: Sanat Kumara; Lady Venus; Cohán; Sananda. Los reconocía a todos, pero ellos todavía no estaban allí, en la sala estábamos junto a seis personas más, entre ellos algunos ángeles aparte de Gabriel. Se escuchó una trompeta y la puerta principal que era gigante, se abrió y se escuchaban a los Ancianos caminar hacia el altar, todo pasando por el pasillo central de la sala dónde nos encontrábamos. Subieron y se quedaron de pie los cuatro delante de cada uno de sus asientos, y después sonó otra trompeta y se sentaron.

Gabriel y yo nos quedamos de pie a esperar nuestro turno, al parecer éramos los últimos, los demás fueron atendidos por ellos por parejas. Mientras esperaba, no podía parar de observar a Sananda, fue cuando quise decirle algo a Gabriel susurrándole en la oreja, ya que él se había agachado.

-        ¿Él es el Maestro Jesús, cierto?- le pregunté.

-        Así es, Laia. Pero no hablarás con él, hoy no toca. – respondió.

-        ¿Con quién entonces? – le pregunté sorprendida.

-        Sanat Kumara, ha pedido verte. – Respondió.

Me quedé sin palabras y sin querer arqueé las cejas, me lo quedé mirando pero no recordaba haberlo visto antes, así que fruncí el ceño y crucé los brazos encima de mi pecho. Gabriel pasó sus manos por encima de mis brazos y me apretó fuerte contra su pecho, después me dio un beso en la mejilla.

-        ¡Relájate que no te van a comer, ellos no comen carne! – espetó haciéndose el gracioso.

Se me escapó una sonrisa y él me acompañó con ella.

-        ¡Acércate Florcita! – pedía Lady Venus.

Se me bloquearon las piernas, hasta que Gabriel me conducía colocando sus manos encima de mis hombros y nos adelantábamos hasta llegar a los pies del pequeño altar. Lady Venus me sonrió pero yo estaba tan nerviosa que me cagué un poquito.

-        Si me disculpan, debo irme. Les dejaré a solas con ella. – decía Sananda.

-        Claro hermano. – respondió el Cohán dándole permiso.

Sananda se levantó, bajó las escaleras sin dejar de mirarme y en el último escalón me guiñó el ojo, después se fue por la puerta principal. Tenía razón Gabriel, hoy no era ese día, pero fue la primera vez que lo tuve tan cerca y me dio como un sentimiento extraño, como de mucha familiaridad.


Aunque me encontraba con los altos mandos de la Maestría, me sentía como si fueran mí familia, aunque los nervios seguían dominando mi cuerpo con gran fuerza. Pero no saben lo que muchos darían por estar allí y yo, sin esfuerzo alguno, me encontraba delante de ellos, incluso Rita y los amigos de IÓN pagarían lo que fuese por estar allí, no había caído que quizás no estaba allí simplemente por llamarme Laia, sino que era algo derivado por mi espíritu que aún era un misterio para mí.

-        ¿Cuántos años tienes? – me preguntó Lady Venus.

-        Nueve años y medio. – respondí con diligencia.

-        ¡Oh Florcita! Así que a lo mejor no nos recuerdas, ¿cierto? Pactamos vernos hoy, pero cuando tú todavía no habías ni decidido volver a nacer. – explicó Lady Venus.

-        Lady Venus, no te preocupes, ella recuerda sus vidas pasadas, aunque todavía no en su totalidad. Es posible que no recuerde el motivo de la reunión, pero por eso estoy aquí. Ella me pidió antes de nacer de nuevo, en que estuviera hoy aquí con ella, sigo siendo su… ya sabes. – respondió Gabriel.

-        Comprendo, Gabriel. – Lady Venus miró a los ojos al arcángel, sus ojos azules me dejaban perplejos.- Proseguimos la reunión. – terminó.

Lady Venus y Sanat Kumara se quedaron un momento a hablar susurrando, no pude entender qué se decían, pero Gabriel empezó a rebuscar en su saco algo, me lo quedé mirando.

-        ¡Muestra la palma de la mano derecha, por favor! – pidió Gabriel.

Hice lo que me pedí, se lo mostré a él, pero él me agarró la mano y se la mostró a los Ancianos.

-        ¡Adelante! – dijo el Cohán.

-        Pedimos la solicitud para que Florcita continué con su Maestría. Tal y como se pactó en el nacimiento de esta última encarnación, al cumplirse cinco años, si ella decidía empezar a estudiar en Agartha, podría solicitar años después un permiso para retomar sus enseñanzas de Maestría. – explicó Gabriel.

-        ¿Supongo que tendrás la documentación necesaria que lo muestre, no?- dijo Sanat Kumara.

-        ¡Claro que si! Aquí están los informes que ha estado estudiando en los últimos cuatro años en IÓN. – dijo Gabriel, mostrando un pergamino enrollado.

El Cohán dio permiso para que Gabriel subiese al altar y se lo entregase.

-        No dejen que pase de esta oportunidad, ella se lo merece. Está cumpliendo con todo lo que había pactado en su contrato de encarnación, y desde que estudia en Agartha, ha ido mejorando en todos los ámbitos necesarios, para que le acepten. – seguía Gabriel.

Hablaban de mí como si yo no estuviera presente, todo me sonaba demasiado a nuevo, pero ya me había acostumbrado a este tipo de cosas. La confianza que tengo en Gabriel es muy buena, pero en esos momentos, tan solo empezaba para mí.

-        Volver a las clases de maestría no será fácil para ella, ¿qué pasa con su encarnación? Aquí dice que su residencia es la 3D. ¿Cómo sabremos que estará a la altura de lo que significa retomar sus estudios cuanto antes? – Preguntó el Cohán.

-        No se preocupen, mientras que ella viva en 3D, mantiene en secreto cualquier información sobre nosotros. Hace tres años tuvimos que emplear el pacto de silencio hasta que sea más idóneo por compartirlo. ¿No sé si están al tanto de lo que le ocurrió a Aros? – decía Gabriel.

Sanat Kumara alzó las cejas y miró al Cohán.

-        Si, le perdimos a él. Pero eso no nos da confianza que le suceda a Florcita. – respondió Sanat Kumara.

-        A ella no le va a pasar. – respondió Gabriel.

-        ¿Cómo puedes estar tan seguro “mensajero”?- le preguntó Sanat Kumara.

-        ¡No voy a decirle a nadie de vuestra existencia hasta que Gabriel y Uriel vean que sea buen momento!- interrumpí.

Les miré directamente a los ojos, esperando a que confiaran en mí.

-        No nos preocupa eso de ti. Lo que nos preocupa es que te vean haciendo cosas que para la 3D no es apto todavía. – dijo Lady Venus.

-        Tengo siempre mucho cuidado con eso, ante ellos, intento ser una persona humana, como una más. Aunque en la clase me hayan etiquetado como la rara o la marginada, pero intento aparentar normalidad.- respondí.

-        Aquí dice que ya has tenido viajes en el tiempo, ¿Me puedes explicar eso? – preguntó el Cohán.

Iba a responder pero Gabriel me interrumpió.

-        ¡Eso fue un fallo que no va a volver a ocurrir hasta que tenga los conocimientos adecuados! – dijo Gabriel.

-        Te podríamos expulsar por ello, ¿eres consciente que los menores de 11 años no pueden viajar en el tiempo? – preguntó el Cohán.

Dije que no con la cabeza y miré a Gabriel.

-        No lo sabía. – dije.

-        Fue un accidente, Uriel y yo nos hacemos responsables de ello. – dijo Gabriel me miró estaba preocupado.

-        ¿Cuál es el veredicto, hermanos? – Dijo Lady Venus a sus chelas.


El silencio me concomía por dentro, así que le agarré la mano a Gabriel debido a los nervios que tenía.

-        Denegado. – dijo el Cohán.

-        ¡Mierda!- susurró Gabriel.

-        ¡Propongo que a final del curso se presente a las pruebas de ingreso a uno de nuestros centros! – dijo Lady Venus.

Se quedaron mirándose unos segundos en silencio, hasta que aceptaron. Por la emoción abracé a Gabriel que él me agarró al vuelo, y nos fuimos de allí felices.

Cuando regresamos al punto de partida, antes de que se fuera y el tiempo en el hotel no hubiese apenas pasado, le detuve agarrándole del antebrazo. Él se medio giró y me miró.

-        Gracias por defenderme tanto. Desde hace tiempo que eres un ángel maravilloso, me gusta que seamos amigos, Gab. Pero prométeme una cosa…- le dije.

-        ¿El qué?- dijo perplejo por lo que iba a decir.

-        Que estés siempre conmigo, a mi lado, apoyándome y ayudándome en lo que necesite. ¿Me lo prometes?- le pregunté.

Gabriel se agachó, colocó sus manos encima de mis hombros.

-        Siempre voy a estar allí. – respondió con una sonrisa, finalmente él me abrazó tan fuerte como pudo.

Salí del baño, en realidad todo parecía igual, para mi abuela solo habían pasado diez minutos, pero para mí, habían sido como unas cuatro horas muy intensas. Agarré la ropa y me vestí, mientras que mi abuela fue al baño a terminar de arreglarse, se peinó y se pasó los dientes postizos por debajo del grifo. Entonces bajamos a desayunar junto a mis padres que nos encontramos en el hall, después con el autobús de la agencia nos acercaron hasta el Lovre.

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