Y
tras la tempestad, llega la serenidad y con ella la calma, dónde todas las
aguas vuelven a su cauce y todo aquello que estaba fuera de lugar, vuelven a su
lugar, pero con la diferencia de que su visión ahora tiene otra perspectiva de
lo que fue la historia inicial. Se le llama de muchas formas, pero yo la
conozco como el Aquí y Ahora, es decir sentir lo que eres sin preocuparte ni
por lo que ya sentiste en plan melancólico, y sin preocuparte por lo que
sentirás en plan neurótico, es simple, así es, lo único que siento es el AHORA,
lo que soy y agradezco todo lo que he pasado para estar HOY así, y agradezco
todo lo que me tenga que pasar, por permitirme simplemente SER Y ESTAR.
No
recuerdo haber experimentado esta sensación durante el tiempo de esta encarnación
dónde me encuentro, pero recuerdo que es así como un espíritu siente, cuando
deja a su cuerpo y se queda con el alma, mientras que hace una reflexión de lo
que fue su vida. Yo todavía no he desencarnado (y espero tardar mucho en
hacerlo), pero uno de los objetivos que me había marcado en esta vida, fue
volver a este punto, conseguir esta serenidad y esta paz que mi espíritu
simplemente ES. Aunque muchos lo confunden con lo que siente un bebé dentro del
vientre o recién nacido, hay que desmentir que un bebé que acaba de nacer, deja
de sentir esto y empieza a estresarse, porque no entiende porque tiene que
nacer y de repente tiene que enfrentarse a unas ciertas cosas que no tenía
dentro del vientre de la madre, de repente tiene virus que combatir, ruidos que
escuchar, cambios de temperatura, alimentación, respirar, el latido del
corazón… y mucho más ¿creen que un bebé duerme plácidamente? Puede que le
acompañen sus ángeles, pero sus angustias empiezan ya desde el minuto cero de
su vida, y de noche, solo se enfrenta a sus pesadillas, y a sus recuerdos de la
última vida antes de la que acaba de empezar, porque en cierto modo, sigue
habiendo una especie de conexión y que va a tener siempre, pero si tiene
“suerte” a los 8 años ya ni se acordará, pero si decide seguir, tendrá que
enfrentarse a ello y a mucho más.
Pero
nosotros cuando vemos a nuestro hijo dormir plácidamente, decimos “¡Qué angelito más divino!” y así es,
pero allí empieza su tempestad, y es la madre la responsable de enseñarle su
estado emocional, es decir, de enseñarle a que el niño con el paso del tiempo
aprenda a gestionar sus emociones, para que cuando le toque a los 7 años
cambiar al estado emocional del padre, aprenda a gestionar cada emoción y así
cuando llegue a la adolescencia, su formación hormonal, no será tan disparatada
como lo está siendo. Se han preguntado… ¿Por qué los adolescentes de repente
viven in extremis cada emoción? Muchas de esas respuestas las veremos en
nuestra infancia, porque hasta los 7 años, estamos unidos a la emociones de la
madre y luego hasta los 11 años al del padre (si es que hemos tenido un padre y
sino será aquel que nos haga de padre, porque la unión emocional no tiene que
ser precisamente también una unión genética).
Actualmente
la sociedad se ha dado cuenta de ello y está remediando eso, y por eso ahora
los colegios abordan mucho el tema de la inteligencia emocional, a enseñar a
los niños a comprender cada emoción que sienten y darles un motivo a la
situación que están viviendo, así aprenden a equilibrar sus emociones ya desde
chiquitos y cuando lleguen a la adolescencia, su estado hormonal se altera
(porque es inevitable), pero no será in extremis. Aprender a equilibrar las
emociones es uno de los trabajos que debemos hacer cada uno, para no llevarnos
por una emoción en si hacia un extremo y luego sentir que después de algo
extremo en positivo, luego tiene que venir el extremo en negativo, mantener el
equilibrio no quiere decir estar siempre bien y que no ocurra nada,
equilibrarse significa que se siente en positivo y en negativo todas las
situaciones que nos afecten, pero están controlados y no te irás a los
extremos.
La
función del equilibrio nos ayuda a comprender que en el universo todo es
equilibrio, hay situaciones en negativo (como la materia oscura) y situaciones
en positivo (toda la vida que aborda en cada planeta, sistema, galaxia…). Si
consigues hacerlo, el camino que sigues en esta vida, te llevará a experimentar
el Aquí y Ahora, que es una emoción mezclada entre paz, amor, armonía,
serenidad, calma, comprensión y compasión, todo junto en una sola emoción,
dónde principalmente te sentirás conectado
con tu espíritu, tu alma y tu cuerpo. Y aunque a tú alrededor haya una
situación negativa, a ti desde lo más profundo de tu espíritu te van a entrar
unas ganas de sonreír, que por mucha
tristeza que se tenga en el exterior, tu vas a querer y no vas a parar de
sonreír, y no será una sonrisa falsa para evitar situaciones, sino que es una
sonrisa franca y de corazón. Aunque si vas a un entierro, va ser algo raro, que
todos estén llorando y tu sonriendo, como diciendo “se me murió un familiar… pero ¡da igual! yo estoy feliz y sonrío…”
lo van a ver raro tu familia…
Hace
unos días el Maestro Jesús me preguntó “¿A
ti te parece que después de todo lo que has sufrido para llegar dónde te
encuentras, el hecho de sufrir es algo malo?” me quedé pensando en esa
pregunta y no sabía qué contestar, ya que atribuimos el sufrimiento a algo
malo, algo que no queremos que nos pase, pero si lo vemos de esta forma… si un
niño quiere ser jugador de fútbol profesional, ¿creen que lo va a conseguir sin
sangre sudor y lágrimas? Si el niño consigue ser jugador sin sufrir, no
aprenderá todo lo necesario para comprender ¿qué significa ser jugador de
fútbol profesional? En cambio, si para llegar dónde quiere llegar, va
entrenando, va subiendo categoría por categoría, se enfrenta a sus miedos, a
sus pesadillas y va caminando en este camino, al final, con todo lo que haya
sufrido, al final llegará a comprender lo que significa este trabajo que ha
elegido tener, y cuando llegue dónde quiera llegar, va a estar allí hasta que
sus fuerzas le digan que es suficiente o hasta que su corazón le diga que ya
tuvo suficiente, y será en el momento del Júbilo cuando integrará todo lo que
le pasó para poder transmutarlo y así simplemente SER y ESTAR.
Le
puedes llamar sufrimiento o sacrificio, pero la cuestión es que ambas
significan lo mismo, es aceptar que el camino que elegiste no va a ser tan
fácil, porque lo elegiste para aprender algo importante que va ser de necesidad
en tu libro de la vida (akasha), por lo tanto tampoco es que todo el
sufrimiento que realices tiene que ser algo malo. A nadie le gusta que le
pongan palos a las ruedas, ¿cierto? En mi caso, con lo de guionista, me he
tenido que cruzar con personas que pensaba que iban a la misma dirección, pero
lo que me hacían era volver atrás y decirme “tú no sirves para esto, así que da la vuelta y dedícate a otra cosa”
pero yo sigo aquí, y quienes han tenido que rectificar han sido los demás. En la
sociedad le llamamos competencia
pero la verdad es que lo que hacemos es buscar nuestro trabajo a realizar en
esta vida, competir es como decirle a un pulpo y a un calamar que uno de los
dos sino llegar a la cúspide no podrá vivir más en el mar, sabiendo que ambos
necesitan el mar para vivir. Por eso yo no compito, yo simplemente camino en mi
camino y aprendo todo lo que deba aprender y llegaré donde deba llegar,
sinceramente me preocupa muy poco si será guionista reconocida ganando Oscars o
si simplemente me dedicaré a colaborar con otros guionistas y de alguna forma
mi forma de escribir llegará a quién deba llegar y no a todos, porque tampoco
es mi objetivo ser el único… ni el mejor… solo comparto lo que soy.
Encarnamos
con tres objetivos principales que tenemos que cumplir en esta vida y son…
- Ser feliz
- Amar.
- Aprender.
Estas
tres cualidades, aunque les parezca mentira, nacemos con ellas, solo debemos
descubrir cómo reflejarlas al exterior. Caminamos por el sendero, para aprender situaciones que nos permitan
crecer como persona, si seguimos nuestro corazón aprendemos a amar y ser amados por lo que somos, y
si seguimos el corazón para cumplir con aquello que deseamos, la felicidad reside en cada uno de
nosotros y no está afuera, ni en los bienes materiales, la felicidad no es una
necesidad, es una emoción que calma al alma, de permitirle al espíritu tener su
momento de lucidez y dejar que el cuerpo se quede sin hacer nada y sienta de
corazón quién soy en realidad.
Para
experimentar el Aquí y Ahora…. acepto
todo lo que he aprendido, tanto en positivo como en negativo, por lo tanto amo
todo lo que SOY y he HECHO en positivo y en negativo, y así AQUÍ Y AHORA soy
FELIZ y mi espíritu, alma y cuerpo están en paz, armonía y serenidad. Así
me siento esta semana, ¿y tú?
Recomendación: Serenity Now - Mona Chu.
HR.
HERO&Corporation.