Hay días en que dejarías todo lo que haces y volverías a
empezar en un lugar muy lejos de aquí, porque todo lo que haces ya te sobrepasa
y no sabes cómo seguir adelante, cuando las esperanzas empiezan a desaparecer.
Este fin de semana pensaba en dejarlo todo y marcharme a cualquier sitio donde
nadie me conociera, para empezar de nuevo, una nueva vida, una nueva
experiencia, pero lo cierto es que la misión que tengo aquí me ancla más fuerte
de lo que esperaba, y el miedo o el mal deseo de pensar que no es posible me
invadía la mente y el corazón se quejaba cada segundo que me lo preguntaba, si
era lo correcto o no seguir adelante o irme de aquí.
Son muchas cosas que decidí hacer y algunas no las decidí yo
y las tuve que aceptar si quiero seguir aquí, por el momento. Me siento como si
estuviera obligada a hacer cosas que no quiero hacer, estudiar algo que no
quiero estudiar, pero aquí sigo, esperando a que la vida me dé la oportunidad
de oro para salir de aquí. A pesar de todo esto, sigo siendo feliz, por suerte
solo es una pequeña parte que prefiero mejor no hablar.
El sábado no me quedaban ganas de hacer como siempre, subir
al podio y bailar como si todos los problemas desaparecieran, pero allí están,
esperando a que baje del podio. Por eso hay veces que me aferro allí arriba,
porque el miedo de enfrentarme a ellos, me enloquece, ya que no puedo dejarlo
todo y hacer lo que quiero… de momento no, pero pronto acabará este tormento.
Desde aquí me disculpo si el sábado había gente que esperaba lo de siempre, lo
siento por no haber subido ni haber bailado, pero no estaba en condiciones de
hacerlo, y cuando a mí me pasa eso, es que tengo un problema bastante grave, porque
para mí bailar es mi vida. Solo me apetecía sentarme a tomarme algo e irme a
casa prontito.
Esto que me sucede no tiene nada que ver con Orange, sino
que es un problema mío personal. Cuando llegó el domingo por la tarde, ya no
aguantaba más y desaparecí de la civilización por un tiempo bastante largo, lo
tenía que hacer, tenía que pensar varias cosas y además quería respirar aire
fresco, la civilización puede asfixiar sino te cuidas bien. Sin tener un
destino fijo, salí de la civilización (Manlleu), crucé el puente de Can Molas y
llegué a Vista Alegre, seguidamente me escapé por Vía Ausetania… me giré,
dejando atrás la civilización sin que se me escapase ninguna lágrima me volví a
girar y empecé a caminar.
Pasé por el Fugurull, mientras que reflexionaba sobre el día
a día que tengo, dándome cuenta de que casi no tengo tiempo para mí, siempre lo
doy todo por los demás, me sacrifico incluso para estudiar algo que no quiero
estudiar, pero tampoco lo puedo dejar así sin más, sino quiero que estalle la tercera
guerra mundial en mi casa. Cuando te sientes ATRAPADO y no sabes cómo puedes
sentir la libertad que tenías, yo he luchado por mis derechos toda la vida, y
ahora veo que voy perdiendo esa libertad que tanto me costó tener, y eso me
pone de muy mal humor. Si de Lunes a jueves voy a clase, y aquí y allá, sin
parar, los viernes hasta el domingo es también de aquí y allá sin parar,
¿cuándo tengo tiempo para mis cosas más personales? Ya no digo una relación
amorosa con Orange, porque no sé dónde lo podría poner, pero para él cambio mi
vida porque yo lo amo, solo cambiaría algunas cosas que no me gustan.
Los causantes de este cautiverio tienen nombres y apellidos,
viven en mi casa. Lo que me molesta es que yo que sacrifico toda mi vida por
todos, cuando busco un rincón un trozo de felicidad para mí, parece que se
avecinan tsunamis y huracanes en mi día a día. Cuando busco el trocito siempre
son más tarde de la una de la madrugada, lo siento pero estoy todo el puto día
haciendo cosas, ¿no puedo estar ni un segundo para mí? ¡LA HUMANIDAD ASÍ
APESTA, SABEN!
Me ENOJO, cuando veo que la HUMANIDAD confunde entre
NECESIDAD y QUERER. Si he reencarnado para ayudar, no porque piensen que tienen
lo que NECESITAN deben tener MÁS, porque yo sinceramente NO OS LO VOY A OFRECER.
Cuando ayudo a una persona solo le doy eso que necesita o mejor dicho, le ayudo
a conseguir eso que necesita, pero JAMÁS LE DARÉ MÁS DE LO QUE NECESITA, porque
no estoy “autorizada” a dárselo, ya que no es único en el mundo, y cuando
consigo ayudar a esa persona, me vienen otras que necesitan otras cosas. Este
sistema funciona así, queridos humanos míos…
Después me fui a reencontrarme con mi caballo favorito
Kabbho, que hacía mucho tiempo que no lo veía, y de verás que se le echa de
menos. A partir de ese momento empecé a ver que hay luz al final del túnel,
entiendo porque vine aquí, entiendo porque estoy aquí, entiendo cuál es mi
misión aquí, y entiendo perfectamente porque acepté esto porque en estos mismos
caminos fue cuando acepté sacrificarme y estudiar Administración. A veces pisar
por dónde ya has pisado, es recordar el motivo de porque ahora estás haciendo
esto, y yo lo recordé.
Yo no confío en eso de que los artistas no podemos hacer eso
que tanto nos gusta sin tener un trabajo fijo en algo que no nos interesa, yo
confió en que si trabajas muy duro todos los días y sigues así, esa oportunidad
de ORO vendrá a ti y no tendrás que ser, ni camarero, ni despachar en una
tienda, ni mucho menos hacer algo que no quieres hacer, sino que podrás
trabajar de lo que realmente eres un crack. Yo trabajo cada día con mi
escritura, y como mucho puedo acceder a volver a cuidar perros como trabajo
pero pronto todo cambiará, porque ya está cambiando, chicos.
Seguidamente llegué a Palau, la ermita que sale en la introducción
de uno de mis videos del canal, tan hermosa y pequeña que es. Allí es cuando el
destino me dio una sorpresa tan bonita que no pude rechazar, me encontré con
una gata hermosa que me vino a buscar para que le ayudase a volver a su casa,
seguí mi camino aun sin destino, mientras que el gato me iba guiando hacia
dónde era su casa, cuando llegamos se me llenó el corazón de esperanzas, ¡no lo
pude creer! La gata vivía en la Protectora de Animales, cuando vi la entrada mi
corazón hizo un boom de los suyos, había encontrado como la otra vez, el
destino que andaba buscando sin saber. No lo dudé y volví a entrar después de 7
meses a ese magnífico lugar.
Sino han visto el video que publiqué hace un mes sobre mi
experiencia como voluntaria en la Protectora de Animales del verano 2016, os lo
dejo aquí abajo, es importante que lo veáis, porque si no entenderéis lo
siguiente.
Entré y caminé hasta que vi al perro guardián llamado Noah,
cuando le grité por su nombre y me miró, se le iluminó la cara, aún estábamos
en una distancia bastante larga, cuando vi como Noah empezaba a correr muy
contento hacia a mí, se acordaba de mí, ¡ay que hermoso! Se puso tan feliz que
yo no me pude contener las lágrimas, fue muy bonito, seguí caminando y encontré
a Cora que estaba comiendo, cuando la llamé giro la cabeza y cuando me vio
también se le iluminó la cara, y la Cora a la hora de tocarla si eres un
extraño no te deja pero a mí me dejó. ¡Qué hermoso! Luego, seguí entrando y
saludé a mis compañeros que se alegraron de verme, incluso vi a una de mis
jefas que me dio mucho gusto volver a verla. Les pedí a ver si podía ir a ver a
mis amores, y me dejaron, cuando vi a mi amor mayor a BONES, allí sí que me
morí de felicidad, él también se alegró muchísimo de verme, fue inolvidable.
Cuando volvía a casa otra vez, ya cuando el Sol estaba
cayendo en las montañas, los sentimientos que tenía al empezar este camino, se
habían borrado y me había acordado de lo bonito que es la vida, de lo bonito
que es todo lo que tengo y que aquí estoy, he vuelto con las pilas recargadas.
¡Mi trozo de felicidad no es un trozo, solo es la vida entera!
Recomendación: La
película – Mi primera vez.
HR.
HERO&Corporation.
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