martes, julio 08, 2025

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 221 [3T]

 

En segundo de la secundaria, algunos profesores cambiaban de materia y otras simplemente repetían. En Catalán nos lo hacía Jaime, mientras que durante ese año español sería la Carolina, matemáticas y biología lo impartió Pepe el tutor del curso anterior. Melchor seguiría siendo el profesor de Sociales, el Ángel el de plástica y tecnología, la de inglés la Elisabet, en religión sería la Marta, y la Eva seguiría siendo la profesora de gimnasia.

El inicio de curso fue bien, no tuve ningún problema con los profesores, de hecho Pepe se había vuelto más <bueno> cuando vio que en matemáticas era buena, se quedó sin palabras cuando nos enseñaron las ecuaciones de segundo grado y en el examen empecé a bordar la materia. Además se quedó más asombrado cuando vio que tenía amigos en clase de refuerzo y que además aparte de sacar mis notas, también ayudaba a mis compañeros a aprobar. El curso anterior no me había podido ver así, pero me alegré porque empezó a tratarme mejor, con respeto y yo simplemente hice lo mismo (aunque para mí nunca le falté al respeto).

En la preavaluación saqué mejores notas, aunque se me quedaron dos materias suspendidas pero con un 4,30… solo tenía que darle una vueltilla más de tuerca y ya… pero claro, en tecnología cuando tocaba teoría no tenía ningún problema, pero en práctica… ese año teníamos que hacer una casita para pájaros. Sé que si me esforzaba podía hacerla sin problemas, si a veces ayudaba a mí padre con los pesebres que él solía hacer a mano y desde cero (según el chico de ojos verdes… <hacía maquetas> como el castillo de Carcassone, una copia exacta pero en miniatura). Pero la verdad es que el taller era una mierda… no me sentía a gusto con los compañeros, así que me pasaba todo el tiempo simulando que hacía algo con la madera.


A la hora del recreo, me harté de estar sola, así que vi que los compañeros se reunían al Sol a charlar, y pensé <quizás si hago un esfuerzo me acepten y tenga su amistad>. Me fui con ellos, a escuchar las historias (que había cada culebrón… que vaya…), pensé que funcionaría pero tampoco tenía ganas de compartir cosas, porque me daba miedo lo que pensaban de mí, igual ¿Qué les podía ofrecer sin hablar de viajes en el tiempo, ángeles, maestros y Agartha? Fue cuando me enganché aún más a los Sims 2.

Me di cuenta que ellos dejaron de hacerme Bullying si me acercaba en los recreos y estaba allí, y en alguna ocasión compartía algún pensamiento. Lo agradecí mucho, porque eso de que me perseguían por la calle, dejó de pasar por lo menos en los primeros meses, incluso pensé que solo había sido un mal año el anterior y ahora tan amigos. De nuevo estaba dándole esperanza demasiado deprisa.

La cosa empezó a ir mal cuando en Octubre, me había apuntado a Aerobic de nuevo como extraescolar en clase, y curiosamente ese año nadie se había apuntado. ¡Mierda!

-      Gracias por avisar…- les dije a la Dolores y a la jefa de estudios de Ciclo inicial llamada Anna.

-      Pero no te preocupes, te hemos apuntado a Voleyball aprovechando que tus compañeras de clase se han apuntado también, para que hagas amigas.- dijo la Anna.

-      ¿Qué hiciste qué?- dije pero nadie contestó, entonces añadí- ¿Sin consultarme?- dije.

-      ¿Consultarte? ¡Hemos pensado que era lo mejor para ti.- dijo la Dolores.

-      ¿Perdona? En mi casa todas las veces que me he apuntado a una extraescolar, siempre me han dejado elegir qué quería hacer, y ustedes ¿qué derecho tienen de hacerlo sin consultarme?- les dije molesta.

-      Soy tú tutora y pienso que esto es lo mejor para ti.- respondió la Dolores.

Le miré a los ojos fijamente, ella me miraba aguantando la mirada.

-      ¿Y si no quiero?- les dije.

-      Mira… pruébalo y luego veremos.- dijo la Dolores.

-      ¿Qué? ¡Ya estás apuntada y punto, esta tarde a las cinco y media tienes tú primer entrenamiento!- exigió la Anna.

-      Hablaré con mis padres.- dije.

Se terminó la conversación ahí, pero no soportaba (y sino sin soportarlo) que alguien tome decisiones por mí, es mi vida y yo elijo. Además, ¿amigas mis compañeras de clase? Si apenas las podía aguantar en clase… pasar los recreos con ellos era duro, muy duro para mí, pero es que ya la soledad me hartaba tanto, que me vendí y me sentí peor.

Cuando lo hablé con mis padres, pensaban que estarían conmigo pero ambos dijeron “pruébalo, sino te gusta, no pasa nada, lo dejas y ya”. Al final tuve que probarlo.

Me daba terror tener que compartir una hora más con las compañeras de clase, durante las dos horas de clase de la tarde, no estuve nada atenta, solo me preocupaba lo que sucedería a partir de las cinco y media de la tarde. Finalmente sonó el timbre y me fui al campo de Voleyball, esperé merendando un croasan que me compré en Can Gaja ya que me daba tiempo.

Al final no fue una mala experiencia, cuando vi quienes eran las niñas, aunque habían de primero y segundo (nadie de tercero o cuarto, qué raro), eran el grupo de la Cris, Ariadna,… las que iba en primaria y eso fue todo diferente, porque ellas no tenía ningún problema. La pasé tan bien que les dije a mis padres que continuaría. Eso sí cuando empecé que curiosamente el entrenador era el Pepe, nada más empezar me dijo “Galí, espero que entiendas el juego rápido porqué mañana a las cinco tenemos el primer partido de la liga copa Cataluña”.

Ese entrenamiento era para que Pepe pudiera elegir a su equipo titular del partido, yo simplemente fui a pasarla bien, así que los ejercicios que estuvimos haciendo, en parejas toques, allí conocí a la Marta una chica de mí edad de procedencia de Polonia, pero en algún momento repitió curso así que iba a primero. Una chica encantadora que nos hicimos amigas enseguida, en cada entrenamiento nos poníamos juntas a hacer toques, ¡qué divertido!

Rondaba el buen rollo en los entrenamientos de hecho nos divertíamos mucho porque alguien siempre contaba algo gracioso y todos nos reíamos, incluso algún chiste.

Después entrenamos los saques, así que en dos equipos uno en cada campo, en la linia de fondo, practicábamos los saques por abajo (antes la competición los permitía ahora no). Después teníamos que armar una fila para hacer un pase y rematar, y después empezábamos a estirar y finalmente armábamos dos grupos y simulábamos un partido, intentando aprender técnicas y estrategias para los partidos de la liga.

Al terminar, Pepe nombró a sus titulares, y entre las siete estaba yo. ¿En serio? Le había gustado, de hecho se me da muy bien todo tipo de deporte, es algo innato, en gimnasia solía sacar notazas. Esa fue la primera vez que estuve en un equipo jugando a un deporte que quizás podría plantearme para algo más serio… o quizás simplemente para desahogarme un poco de todo.

-      Pepe, ¿con quién jugamos mañana?- le pregunté.

-      Con el Instituto Antonio Pous, tienes que venir con camiseta blanca. Aún no tenemos los equipos listos.- dijo.

-      Ok.- respondí ilusionada.

Llegué a casa feliz de la vida.

-      Papá, soy titular en voleyball para el partido de mañana contra el Instituto Antonio Pous.- le dije.

-      ¡Anda! ¿Así que vas a jugar contra tú prima Sofía?- dijo.

-      ¿Qué? ¡Pero si le quitaron las extraescolares!- le dije.

-      Solo el tenis, el Voley tenía que seguir para no perder la ficha de la liga.- dijo papá.

<No jodas que será contra ella…> pensé.

-      ¿Dónde juegan?- preguntó.

-      En casa.- dije.

-      ¿A qué hora?- preguntó.

-      A las cinco y media.- dije.

-      Intentaré ir.- dijo papá.

-      ¿Qué? No gracias…- dije.

-      ¿Por qué?- preguntó asombrado.

-      Por qué no va ningún padre…- le dije (le mentí).

-      Ok.- dijo triste.

Uriel me dijo que quizás podrían haber entidades negativas que vinieran del equipo invitado o del mismo colegio, así que preferí mejor poner a salvo a mis padres.

Cuando vi a la prima Sofía, por un lado me alegré que por fin estuviera en mí colegio, pero enseguida se me nubló la mirada al recordar lo que le había pasado recién. Cada día reconocía menos a la Sofía, se estaba volviendo de una forma que no me estaba gustando nada, por eso empecé a preocuparme, además si sus padres solo me aceptaban a mí como su compañía, es que por lo menos veían que mí comportamiento quizás le hiciera reflexionar.

Tenía algunas amigas en su equipo, ellas iban con una camiseta muy ancha azul y roja, con los números de la equipación, no recuerdo el número que llevaba ella. Pero en cuanto llegó Pepe, nos pusimos a calentar, primero dimos un par de vueltas por el patio corriendo, después estiramos y acto seguido nos pusimos a practicar los remates. En cuanto le pasé la pelota a una de las chicas del otro equipo que se había puesto a colocarlas, lancé con todas mis fuerzas al ver que la Sofía tenía un bicho enganchado en la espalda, un bicho del bajo astral que le iba susurrando cosas y al mismo tiempo le chupaba la energía.

Lancé la pelota dentro del remate con tanta fuerza, que acabó rebotando en el campo de baloncesto que había al fondo. Recuerdo como todos se quedaron pasmados y en silencio viendo la velocidad que iba la pelota, entonces, me agaché para pasar debajo de la red para ir a buscar la pelota, en el momento en que la Sofía me vio que había sido yo, le miré fijamente, ella hizo lo mismo. Me acerqué a ella sin dejar de mirarle a los ojos, decidida.

-      ¡Buena suerte en este partido, amiga!- le susurré.

Ella no respondió, me detuve un momento, puse la mirada encima de su hombro izquierdo, y fui para tocarle el hombro pero ella dio un paso atrás. Fue el tiempo necesario para que yo le pudiera arrancar ese bicho al mismo tiempo que reaccionó como si algo le hubiese quemado en el hombro. 

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El Espejo De Mí Vida - Capítulo 221 [3T]

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