Nos saltamos la hora, porque los profesores nos hicieron un
rastreator, es decir, nos obligaron a revisar las maletas, los estuches, los
cajones, las taquillas y los bolsillos, porque querían encontrar el arma del
crimen. Pero no lo consiguieron, sin arma del crimen no hay delito. Incluso nos
interrogaron por separado a todos los del curso, y nadie dijo nada, yo
simplemente fui yo misma, en ningún momento me tembló el pulso porque por
dentro me decía <tres, y acción>.
Al no encontrar de nuevo el culpable y para evitar una
tercera vez (aunque tenía muchas ganas, nunca volví a hacer nada), tomaron
medidas, las clases cerradas cuando no hubiese nadie dentro, fue cuando al
curso siguiente pusieron algunas cámaras en los pasillos. Nunca pillaron al
culpable, pero tampoco culparon ni al Guillem ni a la Carla, al haber ocurrido
una segunda vez y tan solo a una semana y media de diferencia, de alguna forma
les salvé. Así que la reparación de la taquilla que fue un coste de 80€ se lo
comió el AMPA y el castigo nunca se pudo impartir.
Ahora viene la pregunta del millón de euros, ¿aprendieron
algo el Guillem y la Carla? Pues si. Estaban algo cagados, se les veía, porque
la gente de la clase empezaban a desconfiar sobretodo de Guillem por ser un
boca-chancla, aprendió que si alguien te cuenta su vida, no deberías contarla
por ahí, la confianza es importante. La Carla, empezó a entender que tenía que
ser clara con sus sentimientos y empezó a ser ella misma independientemente de
los comentarios de los demás. Al fin y al cabo, yo me quería vengar, pero me
salió a darles una lección de forma sutil pero fuerte. En esto, ni Uriel ni Gabriel
ayudaron a hacer el plan, todo fue obra mía.
En una clase de informática, el tutor se me quedó sentado a
mí lado en su ordenador, y allí me di cuenta de que se había maquillado,
llevaba rímel, colorete e incluso sombras de ojos muy sutil, como si pareciera
que lo llevase al natural. No debería hablar de esto, porque a mí no es que me
resultase raro, pero como estamos en los tiempos que estamos y todo el mundo
quiere saber mí opinión al respecto, lo voy a comentar.
Yo no me maquillo, pero respeto a la gente que sí y respeto
igual de qué género sea. Si el tutor se sentía mejor así, ¿qué tengo que decir
que está mal por ser un chico? ¡Qué va! Ya sabía que era gay, pero tampoco
quiero decir que por ser gay, ya, ya se tiene que maquillar… no, porque seguro
que habrá chicos sin ser homosexuales que se maquillen (no me refiero a los
góticos que esos ya se les ve). ¿Por qué hemos asociado el maquillaje solo a
las mujeres codificando así algo que fue en realidad creado por hombres? El
tiempo en el cual nos encontramos estamos intentando igualar todo al máximo
posible, así que no sé qué estoy comentando por ustedes que leen esto.
Cuando ya se estaba llegando al final del curso, en la Salle
se celebraron las Jornadas deportivas de La Salle, aprovechando que era el
aniversario del colegio, durante cuatro días no haríamos clase, solo
actividades tanto deportivas como talleres especiales e únicos. Aunque yo
solamente estuve tres días, porque al tercer día tuve que irme a la tarde de
boda, una compañera de trabajo de mí padre nos invitó a su boda.

Me lo pasé tan bien… para las jornadas deportivas, tuve que
apuntarme a un equipo de voleyball con las chicas de clase (el profe lo
organizó todo), ya lo he comentado muchas veces, a mí el deporte se me da de
fábula. Nos pusimos de acuerdo, y fuimos todos de un color de camiseta, creo
que fue azul, no lo recuerdo bien. Las amigas que me habían tocado, en realidad
no eran las de clase de la secundaria sino las de primaria, iba con la cristina,
la Ariadna y más… ellas a pesar de todo siempre me habían querido un poco… al
igual que íbamos juntas a aerobic (ahora se llama Zumba) durante ese año, el
extraescolar que hice fue aerobic todos los jueves de cinco a seis de la tarde
en el gimnasio del colegio.
Empecé a pensar que si me hubiesen puesto en el C en vez del
B la situación sería algo muy diferente, pero por alguna razón que desconocía
completamente (y sigo sin saberlo) alguien o algo me puso en el B, junto con
todos los pijos de Manlleu, gente que al parecer tenían la compasión ni en el
agujero del culo. Porque durante esas jornadas, volví a pasármelo bien con los
compañeros, con los que llevaba desde tan pequeños juntitos, era simplemente
hablar del B y ya me picaba la piel.
Nuestro equipo ganó una medalla porque quedamos primeras en
las jornadas, ¡qué alegría! Luego asistí en un taller de música étnica
africana, que terminamos tocando los tambores todos juntos y también se
juntaron las árabes, ¡qué divertido fue! Asistí en un taller de cerámica y en
un taller de informática avanzada, me lo pasé en grande. Volví a sonreír en el
colegio y por tan solo unos días, me sentía bien entre esos muros, pero cuando
regresaron las clases, todo regresó a la normalidad.
En la boda, aunque me salté cosas de las jornadas, me aburrí
bastante. Se casaba la compañera del trabajo de mí padre que se llamaba Silvia,
la ceremonia fue religiosa en la iglesia de Tavertet, y luego el resto fue en
una casa de campo creo que era la masia Pi-guillem, pero no recuerdo el nombre.
Otra compañera que era la nuera del jefe de mí padre, estaba embarazada de
siete meses del futuro de la empresa, iba a ser un niño llamado Martín como el
abuelo (el jefe de mí padre). No conocía a nadie y a mí me tocó estar en la
mesa de los niños, comimos pollo con patatas, me aburrí bastante la verdad. Me
parecía muy vergonzoso que con 13 años tuviera que ir a la mesa de los niños…
ya era mayor para eso, ¿no?
Fue la boda más aburrida en la cual asistí, recuerdo que
estuve todo el tiempo sentada, sin hablar con nadie, acompañada de Uriel,
hacían música y no me apetecía bailar, solo quería irme a casa y hacer como si
este día no hubiese existido, mientras que para los novios era el mejor día de
sus vidas, para mí era un día aburrido y sin sentido. Yo soy muy fan de las
bodas, las adoro, pero… en serio, me aburrí mucho.
Cuando quedaban dos semanas para terminar el curso, teníamos
que hacer un trabajo en grupo que se llamaba CREDIT DE SÍNTESIS, era como poner
a prueba todo el curso en un trabajo que tenía un solo tema, por ejemplo cuando
te ibas de viaje a algún lado, pues este trabajo iba sobre el lugar del viaje a
dónde ibas, y tenías que hacer cálculos matemáticos, cosas de plástica,
traducir textos del inglés al catalán, era poner todos los conocimientos del
curso en un trabajo que si lo suspendías podrías repetir curso, porque te
jugabas el 30% de la nota final del curso.
Este trabajo se hacía en grupos de cuatro, en primero de la
secundaria, hice grupo con la Rachida, la Saida, la Soumia y yo. No me
importaba ser la única de otra cultura, de hecho lo agradecí porque con ellas
me llevaba super bien. Pero también tenía un plus de responsabilidad, y era que
quizás la mayoría de actividades las tendría que repasar cuando las hiciera la
Saida o la Soumia porque ellas iban a NEES, y por lo qué me dijeron, hacían un
temario más fácil. Allí me metieron como la capitana y líder, fue automático el
Josep insistía en que cada grupo tenía que tener un capitán y las chicas me
eligieron a mí al dedo.
Te daban un dosier con más de 150 actividades diferentes y
tenías 2 semanas para hacer las actividades, pasarlas al ordenador, imprimirlas
y luego preparar la exposición. De esas dos semanas, la primera sería con el
horario normal de clase, y la segunda solo iríamos a la mañana y por la tarde
libres. Allí la organización era crucial, porque había actividades grupales un
90% y el resto eran individuales. Realmente era divertido, pero también tenía
su riesgo, si alguien del grupo fallaba mucho en las actividades, bajaban
puntos y yo con el horrible curso que tuve, apenas sabía si iba a pasar de
curso, por eso era muy importante aprobar ese trabajo.
Era todo un reto pero valía mucho la pena, sobre todo cuando
tuve un grupo dónde mi opinión siempre había contado lo que vale, por eso fue
todo bien. No quiero entrar mucho en detalles, porque la verdad es que nos
salió redondo y además que tampoco me acuerdo de todo lo que sucedió durante
ese trabajo, solo tengo un sentimiento de satisfacción no simplemente por el
resultado sino por el grupo, me sentía parte de algo importante y por ende me
regresó la sonrisa poco a poco. Cuando llegó el momento de la exposición, las
otras chicas se prepararon un guion, pero yo no quise, había experimentado todo
lo que tenía que experimentar sobre el trabajo, solo tenía que explicar eso
importante que a mí me había parecido que lo era. Así que en vez de hacerme un
guion escrito, me lo hice mental, ya directamente en la mente, porque pensé
¿qué hacen en la televisión, miran un papel o miran a cámara? Lo sé tienen el
telepronter, pero normalmente miran a cámara, así que yo hice igual, en vez de
mirar el papel o tener esa tentación de inseguridad que tengo que mirar el
papel, me puse a mirar al jurado, a los cinco profesores y simplemente cuando me
tocaba hacer mí parte, lo decía sin presiones, alto para que se me escuchara
bien y sin atascarme que a veces en público era tartamuda.
Cuando me tocaba hablar, siempre veía la reacción del jurado
como sorprendidos, buscaban el papel pero al no tenerlo se me quedaban mirando,
mientras explicaba mi parte de la presentación. Lo había repasado varias veces
en la calle en voz alta, antes de entrar en el colegio e ir directamente a la
presentación, y siempre lo bordaba. Las compañeras del grupo también se quedaban
flipando, porque se ponían algo nerviosas al verme que tampoco me vieron ni
repasar… supongo que aquí es cuando empezó a surgir ese sentimiento de
seguridad que tengo a la hora de grabar video para youtube, porque aunque no se
lo crean, todos los videos se graban sin editar y además a toma única, lo que
dura el video es lo que Uriel y yo nos hemos puesto a grabar, luego se sube a
youtube y la gente lo puede ver lo natural que se nos ve explicando los
conceptos del despertar de consciencia.
Una de las excursiones que más me divertí a parte de ir a
visitar el Aquarium de Barcelona durante el primer año de la secundaria, fue
que al fin pude cumplir con mi deseo más esperado de mi infancia, la última
excursión con el colegio de ese curso ya a principios de Junio, fue ir a Port
Aventura por primera vez. Mis padres me habían prometido cuando era pequeña,
que cuando tuviera la altura de 1,40 metros iríamos a Port Aventura porque así
me podía subir al Dragón Khan, pero como mamá todavía no tenía trabajo y el dinero
en casa era difícil de conservar, se fue posponiendo poco a poco…

Nunca pensé que la primera vez sería con los compañeros del
colegio, me había imaginado subir a las atracciones más potentes al lado de mí
madre o mí padre, no con gente que ni me querían. Como nunca había ido allí y
no me sabía cómo era el parque, pensé que sería buena idea ir en grupo, pero
era complicado porque si nadie me quería ¿porqué querían aceptarme para ir con
ellos sino me soportan? Daba miedo ir a ese parque sola, pero no estaba
preparada ni quería estar sola ahí, ¿y si me pierdo? ¿Y si sin querer me
equivoco de hora para volver y me quedo allí atrapada? No estaba dispuesta a
que pasara eso, así que al final decidí preguntarles a las niñas de clase si
podía ir con ellos, no tuvieron más remedio que aceptarme.
La ventaja era que si la atracción era solo para parejas, yo
iba sola o con Uriel, pero tenía que ser rápida para no perderlos de vista,
porque sabía de antemano que intentarían deshacerse de mí, porque en el
Maremágnum lo hicieron y en otras partes también lo intentaron. ¡Era una mierda
ser marginada!
HR.
HERO&Corporation.