Noche Ardiente

Estar sola es épico,
nadie se fija en mí,
y solo existes por ti,
única te sientes
y especial actuas
ante ellos, los solteros.

Siempre he querido arrasar,
así poder abrazar ese juego
de azar, dónde ganar
significa amar sin control
ni uso del alcohol,
para sentir la noche ardiente.

Bailar de noche
y seguir de día,
recordando el boliche
y la música que invadió
mis oidos y ahora oigo
un pitido, como si
anunciacen el fin
de un partido abatido.

Llebo algo apagado desde hace tiempo,
y no creo que vuelva ni que pienso
que deba llegar ese instante abrasador,
en las espurnas de fuego en hinvierno
incluso sentir lo que dicen prohibir,
porque ya he perdido el estúpido
que sobrellevaba ese corazón,
abatido por la gran tormenta
trasformando en menta, mis
lúgubres sentimientos.

Entendí demasiados conceptos
para seguir atentos a ser aptos,
en este juego que debemos
ponernos en contante peligro,
ante una amenaza tan alegre
que dije prohibir por ese ambiente
sudoroso e impoluto y peliagudo.

HR.

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